Ustedes
han escuchado sus nombres: Nerón, Mahoma, el emperador Federico II,
el Papa Juan XXII, Martín Lutero, Napoleón, el Káiser Wilhelm
Bill, Mussolini, Hitler, Stalin, Henry Kissinger. Todas
estas personas han tenido una cosa en común. En sus días, todos
ellos fueron marcados con el odioso título de: “El ANTICRISTO”,
título inspirador de temor en decenas de personas. A lo largo de los
últimos dos milenios han compartido igualmente esta distinción
dudosa. Es obvio que no todos pueden ser el Anticristo. ¿Por qué
tantos predicadores y la gente de hoy advierten del Anticristo, pero
no entienden quién o qué es este personaje?
Sin
ningún deseo de tratar a la ligera las opiniones de los demás, sin
embargo, consideramos necesario
señalar al lector algunos de los absurdos conectados con la opinión
común sobre el Anticristo, para que de este modo la dignidad de la
verdad sobre este tema, se pueda estimar correctamente, en contraste
con la afirmación estrecha de que todo lo que las Escrituras
predicen relativo a este personaje será realizado por algún HOMBRE
literal. Este hombre, según se afirma, lo hará encantando al mundo
entero de modo que en unos pocos años asegurara para sí mismo el
homenaje y la adoración de todos los hombres, sobre quienes se
impondrá fácilmente, como para suponer que este hombre es Dios y en
un templo judío reconstruido, lo adorarán como Yahweh de los
Ejércitos. Todo esto ha de hacerse a gran velocidad, tres años y
medio, dicen ellos, malinterpretando el tiempo simbólico, y
malinterpretando el "hombre" simbólico.
Cuentos
de ficción y las más absurdas imaginaciones de la infancia no
tienen paralelo a las nociones extremas de algunos de los queridos
hijos de Dios, que están tropezando con una interpretación
carnal del lenguaje de Juan, y por lo tanto cegándose a sí
mismos y a otros a muchas verdades preciosas, debido a un error sobre
este tema, y no están preparados para ver con una luz libre de
prejuicios. No importa cuánto podamos simpatizar con ellos, su
"fe ciega" fuerza una sonrisa, ya que relacionan seriamente
los diferentes símbolos de las Escrituras proféticas que no
entienden, y las aplican mal, literalmente a su “hombre
maravilloso”. En esto, la edad
más escéptica que el mundo ha conocido, afirman, que en el corto
espacio de tres años y medio, tendrá a todo el mundo bajo sus pies,
y lo adorarán como Dios, mientras que los Césares, Alejandro Magno,
Napoleón, Mahoma, y otros que navegaron por aguas sangrientas y que
tuvieron mucho más tiempo que tres años y medio no lograron ni la
milésima parte de lo que pretenden que este e hombre hará.
Muchos
millones de cristianos han vivido en un gran temor a la espera de que
el Anticristo tome el control. Sus ministros han predicado que un
determinado gobierno dictador o líder podría ser el tan esperado
"hombre de pecado". Entonces, cuando ese dictador o líder
del gobierno murió o desapareció del escenario, eligieron a otra
persona como probable candidato. Sin ninguna duda tengo que decir que
este tipo de interpretación literal y las tácticas de miedo NO HAN
AÑADIDO NADA A NUESTRA COMPRENSIÓN ESPIRITUAL, sino que ha causado
que la gente preciosa de Dios siga a tientas en la densa oscuridad de
la ignorancia espiritual y la superstición.
LOS
ÚLTIMOS DÍAS
Sin
duda, nos encontramos al final de una dispensación. Es la noche de
este presente siglo. Es el crepúsculo del día degenerado del
hombre. Un sistema de iglesia que ha rechazado a Cristo como Su
cabeza ha entrando en una noche negra y oscura. "En los últimos
días", el Espíritu Santo dijo: "vendrán tiempos
peligrosos". Si vamos a comparar cuidadosamente la atmósfera
moral y espiritual del día en el que vivimos con la profecía dada
por Pablo en II Tim. 3: 1-5, se nos abren los ojos para ver que no
estamos sólo en los últimos días de esta era, pero en las últimas
horas también. Cada palabra y cada predicción de la profecía se
cumplen y se están cumpliendo ante nuestros ojos cada día y a cada
hora del día. Estos son días peligrosos para muchos, por muchas
razones. Nuestras vidas están en peligro dentro de las cuatro
paredes de nuestros propios hogares. Cada día que pasa los hombres,
mujeres y niños están siendo robados, golpeados, violados y
asesinados, no sólo por parte de bandas en la calle, sino por los
abusadores que entran en sus casas. En muchas ciudades no es seguro
estar en la calle, incluso en el día, y en la mayoría de las
ciudades no es seguro estar en la calle por la noche. Las turbas y
las bandas deambulan por las calles y carreteras, quemando, matando,
saqueando, haciendo disturbios y sin sentido destruyendo.
Por
malas que sean estas cosas que están en el reino natural, los
mayores peligros actuales son los peligros espirituales. Este es un
día de engaño espiritual inimaginable. La actividad febril de todos
los sistemas religiosos de la Tierra es inmensa, pero no es ni una
expresión ni producto del Espíritu Santo de Dios. No hay duda
alguna en mi mente que la visión nauseabunda que Juan vio en Patmos
acerca del poder fanfarrón e increíble suciedad del Misterio
Babilonia es aún hoy una triste realidad en toda su plenitud.
Verdaderamente estamos viviendo en "los últimos días".
Pero
me apresuro a señalar que el "tiempo del fin" del que
estamos hablando es un lapso de tiempo definido como el COMIENZO EN
LOS DÍAS DEL NUEVO TESTAMENTO continuando
HASTA LA CONCLUSIÓN DEL CUERPO DE CRISTO. Juan dice en Jn. 2:18,
"Hijitos,
ya es LA ÚLTIMA HORA: y como vosotros habéis oído que el
anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por
tanto, sabemos que es LA ULTIMA HORA".
Esa cita no se ha tomado de alguna obra de ficción o cuento. No es
una declaración simplemente de la "opinión" de Juan. Es
una parte de una obra que los cristianos profesan hoy y veneran como
la Palabra plenamente inspirada de Dios. ¡Me pregunto por qué tan
pocos la creen!
Recomiendo
este versículo a la solemne consideración de todos los que profesan
el nombre de Cristo. El escritor de Dios, hace 1900 años, escribió,
que la medida de la venida del Anticristo anuncia la última
hora,
por
lo tanto, ya que había en ese momento "muchos anticristos",
este hecho demostró que él
mismo vivía entonces en la "última hora".
Así vemos que los
"últimos días" o la "última hora", ya habían
comenzado en los días del
apóstol
Juan.
En el día de Pentecostés, Pedro implicaba lo mismo cuando citó a
Joel, diciendo: "Esto acontecerá en los últimos días ...
derramaré de mi Espíritu ..." y lo aplicó a ese mismo tiempo.
El autor de Hebreos declaró "Dios
... en estos postreros días nos ha hablado por su Hijo"
(Hb. 1, 1-2.). Pedro escribió de Cristo, "ya
destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en
los últimos tiempos por amor a vosotros"
(I Ped. 1:20).
II
Ped. 3:18 nos recuerda que un día delante del Señor es como mil
años y mil años como un día. Si entendemos correctamente,
significa que sólo un poco menos de dos días han pasado desde el
día de Pentecostés hasta hoy. Eso
hace que sea más fácil de entender que la
gente en el libro de Hechos se encontraban ya en los últimos días,
o en la última hora, y que nosotros
todavía estamos en la última hora hoy en día.
La
"última
hora"
y "anticristo"
están inseparablemente unidos entre sí por el Espíritu Santo. El
término "anticristo" aparece sólo cinco veces en toda la
Biblia y vamos a citar todos los versículos que rodean a este
misterioso personaje. "Hijitos,
ya es el último tiempo: y como vosotros habéis oído que el (1)
Anticristo
viene, así ahora han surgido muchos (2)
ANTICRISTOS;
por esto conocemos que es el último tiempo. Salieron
de nosotros, pero en
realidad
no eran de nosotros, porque si hubieran sido de nosotros, habrían
permanecido con nosotros; pero salieron,
a fin de que se manifestara que no todos son de nosotros.
Pero
vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas.
¿Quién es mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo?
Este es el (3)
ANTICRISTO,
el que niega al Padre y al Hijo. En esto conocemos el Espíritu de
Dios: todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne,
es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido
en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del (4)
Anticristo,
de lo cual ustedes han oído que ha de venir; y que ahora ya está en
el mundo. Porque muchos engañadores han salido por el mundo, que no
confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Este es el engañador y
el (5)
ANTICRISTO
"(I Juan 2: 18-22; 4: 2-3; II Jn. 7).
Anticristo
se habla en cuatro formas distintas. I Jn. 2:18 dice: "Hijitos,
ya es el último tiempo: y como vosotros habéis oído que el
anticristo viene ..." La ausencia del artículo definido
indica que el término aquí
abarca completamente el reino DEL ANTICRISTO, hablando de un sistema,
incluyendo tanto los actores como los programas que inician.
Además leemos en el v 22 del sistema del Anticristo: "¿Quién
es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es
anticristo ... " En el griego, sin embargo, se usa el
artículo definido, por lo que el texto griego dice: "¿Quién
es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Ungido? Este es
anticristo, el que niega al Padre y al Hijo". Aquí
Anticristo es el título de un personaje específico. Entonces dice:
"También ahora hay MUCHOS ANTICRISTOS". Además de
mencionarse el Anticristo en persona singular, hay muchos
anticristos. Entonces, además de
Anticristo como persona,
y muchos anticristos
o muchas personas, y el
anticristo como sistema
generado por éstos, está el
espíritu del anticristo
que opera en todos los anticristos y en su sistema. "Y
todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no
es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, del cual habéis
oído que ha de venir".
Hagamos
un resumen de estas cuatro formas distintas de anticristo y haré una
lista en el orden en el que estoy impresionado por el Espíritu para
tratar con ellos: (1) el espíritu del anticristo (2) muchos
anticristos (3) el anticristo (4) el sistema anticristo.
El
espíritu del anticristo
El
primer hecho sorprendente a lo que me gustaría llamar su atención
con respecto al espíritu del anticristo es que, en los
días de Juan, ya estaba en la MUNDO. El espíritu del
anticristo no era nada nuevo, no es algo que ha surgido recientemente
en la escena, sino que este espíritu ya estaba en el mundo, el
espíritu energizante y motivador de todo lo que está bajo el sol,
que usurpó el lugar del Espíritu de Dios en la vida de los hombres.
¡Este espíritu era Antiguo!
"Anti"
es una palabra griega que significa "en lugar de". Por lo
tanto, nos encontramos con que la palabra "anti-Cristo"
significa propiamente aquel que se opone, o uno que se erige en el
lugar de Cristo.
Cualquier
cosa que se coloca EN LUGAR DE Cristo, o en lugar de la unción, es
literalmente anticristo.
El
espíritu
del Anticristo
es el espíritu, la actitud y la naturaleza, que se opone a Cristo,
usurpando el lugar que le pertenece sólo a Cristo únicamente.
Este
espíritu estaba en el mundo en los días de Juan, y sigue estando
hoy en el mundo.
Está en todas partes. Está en el gobierno y en los tribunales de
justicia. Esta en las universidades, colegios y escuelas. Está en
los medios de comunicación, en la televisión, en los periódicos,
en las revistas y libros. Está en los hogares, en los
establecimientos comerciales, los sindicatos, en las calles, y
lo peor de todo, esta en los sistemas de las Iglesias.
Está en el púlpito y en las bancas. Está en el corazón de la
población. El
anticristo es muy evidente en el mundo, pero pocos lo ven o
reconocen.
El
apóstol Pablo lo reconoció y habló de este opositor de Cristo en
Rom. 7: 20-23, que dice: "Ahora bien, si hago lo que no
quiero, ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en
mí. Encuentro esta ley, que, queriendo yo hacer el bien, el mal está
presente en mí. Me deleito en la ley de Dios según el hombre
interior. Pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la
ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está
en mis miembros". El espíritu de anticristo tiene su
asiento en la naturaleza carnal, pecadora, rebelde del hombre,
que no está sujeta a Cristo. El apóstol habló de una vez en su
propia experiencia cuando se encontró con dos espíritus que
libraban la guerra para ser el rey de su vida. Este es el mismo Pablo
que Dios usó para traer a la Iglesia la gloriosa revelación de que
los santos son el templo de Dios, compuesto de piedras vivas,
edificados como casa espiritual, una morada de Dios en el Espíritu.
Pero llegó el día cuando Pablo se encontró con dos espíritus en
este templo que, a causa de la obra redentora de Jesús, era
justamente el templo de Dios. La vida de Cristo, el nuevo hombre
había sido engendrado dentro de él. De este hombre nuevo, del
hombre interior, Pablo declara: "Me deleito en la ley de Dios
según el hombre interior". ¡Pero luego encontró que otro
quería el dominio también! Él nos dice que este otro es "el
pecado que mora en mí". ¡Dos leyes! ¡Dos naturalezas!
¡Dos espíritus! ¡Dos reyes! ¡Y lo que es una guerra!
El
espíritu del anticristo es la vieja naturaleza de Adán,
el ego
de esta vieja creación que ha usurpado el trono en nuestro propio
templo. Pero ¡gracias a Dios! existe una nueva vida dentro de
nosotros que hará caer LA VIEJA CREACIÓN, y aunque ha sido una
larga guerra "entre la casa de Saúl (carne) y la casa de David
(el nuevo hombre-espíritu): David se iba fortificando y la casa de
Saúl iba en disminución" (II Sam. 3: 1).
Debo
decirles hoy, amados, que estoy contento, no sabía todo lo que tenía
por delante, cuando hace años empecé esta jornada hacia la plenitud
de Dios. Dios en su gracia maravillosa escondió de mis ojos trampas
y pruebas severas que iban a fastidiar el camino que Él había
preparado para mis pies. Hace muchos años, en medio de un movimiento
muy notable y soberano del Espíritu de Dios, el Cielo se dejó caer
en mi corazón con toda la fuerza de mi alma, tome la bendita
esperanza de la Filiación a Dios. A medida que el amanecer de un
nuevo y hasta ahora desconocido, Reino de Dios, derramó sus primeros
rayos de luz sobre mi espíritu acelerado, he vivido todos los días
en la gozosa esperanza de una mayor y más completa manifestación de
la gloria de Dios y la obra estupenda, colosal, y fabulosa que Él
llevará a cabo a través de los Hijos de Dios en estos días
trascendentales al final de la Edad. Yo no sabía prácticamente nada
aparte de la condena de mis propias debilidades y pecado inherente. Y
volví mi rostro para ser conformado a la imagen del Cristo de Dios,
¡pero no sabía, que de todos los ANTICRISTOS me encontraría con el
más grande y más feroz de todos ellos dentro de mí, incluyendo la
mente carnal que es el enemigo eterno de Dios!
No
sabía que el espíritu del anticristo estaba ya en el mundo, aun
dentro de mi propio pequeño mundo, arraigado en el corazón de cada
hombre. Uno no necesita mirar a través del telescopio de la historia
o de lo divino las cosas del futuro para descubrir este anticristo;
¡lo hallarás en tu corazón si miras lo suficientemente cerca! No
entendí nada acerca de las purgas de profundidad, los refinamientos
al rojo vivo, los aplastamientos de pulverización, los
desprendimientos embarazosos, o los repetidos procesamientos que el
Padre necesitaría llevar a cabo fielmente y sin descanso en mi vida
con el fin de ¡matar al insidioso hombre DE PECADO, el espíritu del
anticristo, que se sienta obstinado en mi propio templo mostrándose
como si fuera Dios!
El
espíritu del anticristo ha estado en el mundo desde aquel fatídico
día del Edén cuando la serpiente susurró desde las ramas de la
mente carnal de Eva "sabe Dios que el día que comáis de él,
serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien
y el mal" (Génesis 3: 5). El engaño de la serpiente no
descansó en una falsedad. Acaso Dios no reveló la majestad y gloria
de Su propósito eterno en esa hora cuando proclamó la maravillosa
declaración, "Hagamos al hombre a nuestra imagen y
semejanza" (Génesis 1:26). En la forma, entonces, la
serpiente tenía una verdad cuando murmuró, "Seréis como
Dios", pero lo que la serpiente no reveló, fue la esencia
de esa forma, la cual es que independientemente de Dios el hombre
nunca puede ser un participante de la divina ¡naturaleza!
Esta
debería haber sido una verdad evidente por sí misma, pero el hombre
no pudo verla. Fue engañado por la forma misma de la verdad -tomando
la Palabra de Dios, que había prometido formarlo en la imagen de
Dios, y la recibió como una doctrina
en lugar recibirla como una revelación,
la recibió como una forma
más
que como
vida,
como algo
que podía realizar
por
su cuenta por medios EXTERNOS,
en lugar de inclinarse en total dependencia a la fidelidad de Dios
que lo había prometido. Por este espíritu de AUTO-PRETENSIÓN,
AUTO-REALIZACIÓN, AUTO-EXALTACIÓN y AUTO-PROMOCIÓN,
el hombre abandonó el camino de la Cruz y fue, consecuentemente,
reducido a ruinas, engañado por la misma cosa que buscaba. Las
promesas de Dios se convirtieron en una fórmula separadas de la
persona de Dios y le permitió, en su propia mente, justificar su
salida del camino
del Espíritu,
confiando en su propia capacidad para cumplir la Palabra que había
oído. El fallo en entender que la verdad no es algo que una persona
sabe o hace, sino ALGUIEN, y que la verdad no es un estado de
conocimiento, ¡sino un estado de SER!
Pablo declaró: "Ellos
cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y sirvieron a
la criatura (el
hombre mismo)
antes que al Creador"
(Rom. 1:25). La
verdad se convirtió en una mentira cuando se separó de la unción,
que es la presencia del Dios vivo.
Cualquier
cosa que se coloca EN LUGAR DE Cristo, o de la unción, es
anticristo. ¡Cuán fácil es ser enredado en este espíritu del
anticristo! A la intención de la carne le gusta cualquier tipo de
“método" o "técnica" o "atajo" para
entrar en un supuesto reino de espiritualidad. La mente natural busca
siempre una simple "fórmula", "diez sencillos pasos"
a una nueva experiencia en Dios. Ah, si el espíritu del anticristo
fuera a escribir un libro, no hay duda que se titularía "La
filiación en siete lecciones fáciles". ¡Sólo haz
esto
o aquello,
gritan los predicadores, y serás bendecido, serás más espiritual,
tendrás más victoria, recibirás una mayor unción o ministerio, o
llegarás a ser un Hijo de Dios!
Recuerdo
muy bien el día en que se me instruyó que, si tan sólo fuera
rebautizado por una CIERTA FORMULA, con las palabras correctas
invocadas sobre mí, el Señor entonces sería más real para mí; mí
vida espiritual sería muy bendecida y mi ministerio poderosamente
aumentado. A medida que pasaban los años, a medida que crecía en
gracia y sabiduría y en el conocimiento de Dios lo hice, en efecto,
la experiencia del Señor fue en medidas más profundas y mi vida fue
bendecida con bendiciones espirituales más allá de mis sueños más
salvajes. Pero cuando miro en retrospectiva, puedo ver claramente que
ninguna de estas gloriosas realidades se produjeron como resultado de
un predicador re-mojando mi cuerpo físico en un tanque de agua; sin
embargo, por corregir la fórmula no pudo haber sido, pero sí fue a
causa de que el Padre eterno tuvo, en su gracia infinita, llamarme y
apartarme desde el vientre de mi madre para revelar a Su Hijo en mí.
En
otra ocasión me dijeron que, si pudiera ser rebautizados de nuevo
para la
circuncisión del CORAZÓN, la
naturaleza del pecado sería, por ese acto singular, erradicada por
completo de mi vida. Estas cosas, queridos, son engaños sutiles que
llevan a los hombres a creer que porque realizan alguna ceremonia
externa, se inician de este modo en una nueva experiencia o dominio
más profundo en Dios. Es sorprendente encontrar cuántas personas
diariamente son engañadas por esta línea entusiasta de la
perfección por FÓRMULAS. ¡Sólo "nómbralo y reclámalo"!
¡somos exhortados, para todo, desde un coche nuevo y brillante hasta
una entrada instantánea a través del velo en el Lugar Santísimo!
Ah, la caída del hombre es más que un evento histórico. El pasado
no tiene sentido a menos que se relacione con el presente. Vemos la
caída repetida a nuestro alrededor, día tras día, generación tras
generación, y de mover de Dios tras de mover de Dios. Vemos el mismo
pecado que provocó la caída inicial, y en la repetición de ese
pecado, también existe la terrible repetición de la salida de la
realidad de Dios y la pérdida de Su gloria y presencia. ¿No podemos
ver que el Jardín del Edén no es tanto un evento pasado como un
acontecimiento presente y continuo? Sucedió allí en el pasado, pero
sigue ocurriendo en el presente, ¡porque el espíritu de Adán, el
espíritu del anticristo está dentro de cada hombre! Después de
comenzar en el Espíritu la vieja serpiente astuta susurra desde las
ramas de nuestras propias mentes carnales, "Haz esto, confiesa
esto, OBSERVA este ritual, repite estas palabras, bautÍzate de ESTA MANERA,
sométete a este hombre, únete a este grupo, Usa ESTE NOMBRE, y
tus ojos serán abiertos y serás como DIOS" ¡perfección por
fórmulas, la Filiación en siete lecciones fáciles! Y los hombres
no disciernen que es el
espíritu del anticristo,
una sustitución
sutil para las verdaderas riquezas que vienen solo de la intimidad de
la comunión y la unión vital con él.
En
la actualidad, entre la multitud pentecostal y carismática, hay
mucha información salida a la luz en la forma de libros, folletos,
cintas de casete y seminarios relativos a los "dones del
Espíritu" y "echar fuera demonios" o "liberación".
Al leer estos libros, escuchando las cintas, o asistir a una "escuela
de formación" se puede recoger el "cómo" y
rápidamente aprender las técnicas empleadas por aquellos que tienen
experiencia en este tipo de ministerios sensacionales. A partir de
estos lugares se puede aprender en un período relativamente corto de
tiempo cómo llevar a cabo un exitoso Seminario de Fe o reuniones de
liberación, con profecía, milagros, alargamiento de piernas,
cayendo en el Espíritu y el exorcismo de espíritus demoníacos.
Aunque algunos no puedan creerlo,
sería negligente como ministro de Dios si yo no le digo que si
mediante la lectura de una serie de lecciones, o sentado en un
seminario, un hombre puede "aprender" a profetizar,
"aprender" exorcizar espíritus, "aprender" cómo
realizar milagros, o ser "enseñado" a cómo hacer
cualquier otra señal o maravilla, entonces él es el que yerra, y
será uno de los asombrados de los que habló Jesús en Mat. 7:
22-23 cuando dijo: "Muchos
me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu
nombre y en tu nombre echamos fuera demonios y en tu nombre
hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os
conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad".
Los
poderosos actos y manifestaciones de lo aprendido en siete lecciones
fáciles -son sobrenaturalmente otorgados por el Cristo precioso y
maravilloso como resultado de una íntima y profunda relación
personal con Él. Cómo hacer las obras de Dios no está contenido en
una fórmula o en cualquier conjunto de métodos entendidos por la
mente carnal -la comprensión de este tipo de cosas altas y santas
viene por la revelación nacida de un trabajo interior, una relación
interna con el mismo Dios. Las maravillas de Dios son el
resultado, no de la repetición de ciertas frases, o el empleo de
ciertas técnicas, sino del poder soberano del Todopoderoso.
Después
de años de un ministerio de grandeza trascendente el amado Pablo
escribió acerca de la verdadera fuente de todo ministerio
espiritual, diciendo: "pues
yo ni lo recibí de hombre, ni me fue enseñado, sino por revelación
de Jesucristo. Pero cuando agradó a Dios ... revelar a su Hijo en mí
... no consulté en seguida con carne y sangre: ni subí a Jerusalén
a los que eran apóstoles
antes
que yo; sino que fui a Arabia (un lugar desierto), y volví de nuevo
a Damasco. A continuación, después de tres años, subí a Jerusalén
a ver a Pedro, y me quedé con él quince días. Sin embargo, no vi a
los otros apóstoles únicamente a Jacobo el hermano del Señor ... y
glorificaban a Dios por causa de mí"
(Gal. 1:12, 16-19, 24). Pablo no leyó ningún libro sobre "ganar
almas fácilmente" o "¿cómo echar fuera demonios?” Si
al igual que Pablo, tomaremos tiempo en la meditación reverente
sobre Su Palabra, la oración ferviente, la adoración, y escuchar su
voz,
llegaremos a ser extrañamente familiarizados con el secreto de Su
voluntad, no sólo para los siglos futuros, sino para la época
actual y lo concerniente a nuestro diario caminar con Él. En
el secreto de Su voluntad vamos a caminar en el Espíritu. Cuando
caminamos en el Espíritu, somos guiados por el Espíritu y, cuando
somos guiados por el Espíritu, somos los hijos de Dios.
Hace
muchos siglos, el Señor Jesús dijo a una multitud de hombres
religiosos que estaban delante de Él, "Yo
he venido en nombre de mi Padre, y no me recibisteis. Si otro viniere
en su propio nombre; a ese recibiréis".
Pablo debe haber sido consciente de esta misma verdad cuando
escribió a los corintios estas palabras, "Pero
temo que, así como la serpiente con su astucia engañó a Eva,
vuestras mentes sean desviadas de la sencillez y pureza de
la devoción
a Cristo. Porque si alguien viene y predica a otro Jesús, a quien no
hemos predicado, o recibís un espíritu diferente, que no habéis
recibido, o aceptáis
un evangelio distinto, que no habéis aceptado, bien lo toleráis".
(2
Cor. 11:3-4).
¡Otro
Jesús, otro espíritu, otro evangelio, -ANTICRISTO!
Los
ministros de la religión popular predican otro evangelio. En efecto,
usan frases finas y pulidas. Sus sermones, ceremonias, programas
pueden sonar bien a la gente, que al igual que Eva, han sido
engañados por la serpiente, pero su “evangelio”
no es el Evangelio del Reino y no es el evangelio de Dios. ¡Es otro
evangelio!
Un
filósofo alemán hace muchos años dijo algo en el sentido de que
cuanto más un hombre tiene en su propio corazón, menos requerirá
desde el exterior; excesiva necesidad de apoyo desde el exterior
es una prueba de la quiebra del hombre interior. Se entristece mi
corazón al conocer que la mayoría de los cristianos hoy en día no
tienen núcleo central de vida espiritual, no hay primavera que surja
de su propio pecho, sin fuerza interior del Cristo para colocarse
por encima de la necesidad de repetidas inyecciones psicológicas que
les dan el valor para seguir adelante en Dios.
¡Así
que hoy
tenemos el asombroso espectáculo de millones de dólares, que se
vierte en el trabajo profano de
proporcionar emoción y entretenimiento para los llamados hijos del
Cielo!
En toda la Tierra hoy el
entretenimiento religioso está desplazando las profundas y
maravillosas cosas de Dios.
¡Muchas iglesias, la televisión y frecuencias de radio en estos
días se han convertido en poco más que teatros pobres de quinta
categoría, donde "productores" venden sus productos
religiosos de mala calidad! ¡Y apenas un hombre se atreve a levantar
la voz en contra de eso! El gran dios Entretenimiento, el otro Jesús,
el otro espíritu, el otro evangelio, divierte a sus devotos
principalmente por cantar sus canciones, contándoles historias, y
alimentándolos con testimonios. El amor por las historias, que es
una característica de la infancia, se ha apoderado rápidamente de
las mentes de los santos retardados de nuestro tiempo, tanto es así
que no pocas personas logran hacer una vida cómoda hilando hilos y
poniendo espectáculos para el pueblo de Dios. Pero lo que es natural
y hermoso en un niño es chocante cuando persiste año tras año en
lo mismo, cuando ya debería haber empezado a crecer en Cristo.
En
lugar de que los creyentes se unan a la comunión en espíritu y en
verdad alrededor del pan
de vida,
sin toda la parafernalia carnal, y alimentándose del Cristo
vivo,
lo que tenemos es una hora y media de preliminares, con el canto de
coros tontos y espiritualmente vacíos, bromeando y riendo y haciendo
payasadas. El Entretenimiento ha tomado el lugar de la adoración;
cantos especiales tomando el lugar de las acciones de gracias y
alabanzas; y después un corto sermón, muy condimentado y
sensacional, con el fin de mantener a la gente despierta después de
todo el entretenimiento agotador. ¡Y entonces nos sorprendemos de la
mundanalidad y la superficialidad de los cristianos de hoy! ¡De
hecho, otro espíritu, otro Jesús!
La
música góspel es un GRAN NEGOCIO ... han creado una fachada muy,
muy eficaz a la audiencia. ¡Apenas se nota que están hilando los
hilos de Babilonia ... mintieron ... alimentando con comida chatarra
... sin sabor duradero, sustancia o nutrición para los días duros y
difíciles que están por delante! Estoy conociendo más y más
personas hambrientas que están yendo constantemente a reuniones de
la iglesia, reuniones, cruzadas, programas, conciertos, etc., y están
literalmente muriendo de hambre de sólido y fortalecido alimento
espiritual. La música simplemente no lo hace; las historias y
testimonios de ayuda tampoco; todo es parte de los artificios, una
cortina de humo comercial, y te aseguro que, si se pudiera conocer lo
que hay detrás de las escenas de las vidas no santificadas de muchos
de estos artistas, se entendería más fácilmente la razón por la
cual no hay un poder real o bendición en el medio. Satanás no es
tonto ... él es el más astuto de todos los animales del campo, y es
un hombre profesional de relaciones públicas para vender ¡otro
Jesús, otro Evangelio, otro espíritu!
Un
querido hermano dijo una vez que, si el Espíritu Santo fuera a ser
retirado de la faz de la Tierra sin previo aviso, la mayor parte de
toda la actividad de la Iglesia, continuaría de todos modos. Pero
Dios está preparando un pueblo cuyo espíritu es tan unido con el
Espíritu de Cristo que son indistinguibles. Él está preparando una
empresa de Hijos sobre la Tierra y que dirán como Jesús dijo: "no
puedo hacer nada de mí mismo, sino como mi Padre me ha enseñado, yo
hablo esas cosas y yo hago siempre lo que le agrada a ÉL”.
Llegó un día en el ministerio de Jesús cuando "mientras
hablaba, un fariseo le rogó que comiese con él: y él entró, y se
sentó a la mesa. Y el fariseo, se maravilló de que no se lavó
antes de comer. Pero
el Señor le dijo: Ahora bien, vosotros los fariseos limpiáis lo de
fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de
rapacidad y de maldad. Necios, ¿el que hizo lo de fuera, no hizo
también lo de adentro? Pero dad limosna de lo que tenéis, y
entonces todo os será limpio".
(Luc. 11: 37-42).
El
fariseo quería encontrar fallos en Aquel que es la Luz Verdadera
porque no se ajustaba a una de sus ceremonias de santidad exterior.
Esto no es sólo una simple cuestión –es esa “santidad” en
formas, ceremonias, símbolos, y todo eso que “está externamente”.
¡Y el mundo entero adora esas formas! COSAS. ¡COSAS
EXTERNAS! Una
adoración de símbolos. Nunca puede haber ninguna liberación de la
humanidad del poder del diablo, excepto cuando el corazón es abierto
y expuesto. Y está viniendo -ha comenzado- el descubrimiento de toda
cosa oculta dentro de nosotros. Ah,
el Reino de Dios tiene que venir desde DENTRO de nosotros. Y cada uno
que ha experimentado esto puede decir ahora, "Jesucristo está
viniendo en ¡CARNE!".
El
espíritu del anticristo busca encadenarte para siempre en la prisión
de credos estáticos y prácticas religiosas vacías, pero el
Espíritu omnipotente de Jesús el Cristo va a limpiar y purificar tu
corazón de todo pecado, te hará santo y sin mancha delante de Él
en amor, para que puedas ser un hijo de Dios y coheredero con Cristo,
un miembro de Su cuerpo, de Su carne y de Sus huesos, y colocado como
una piedra viva en Su templo vivo, la morada de Dios en el Espíritu,
la santa y celestial casa no hecha de manos, la cual Dios aún no ha
traído a nacimiento en las edades, la cual gobernará el universo
entero en justicia. El espíritu del anticristo es el espíritu que
no confiesa que Jesucristo ha venido en la carne, -esta carne, tu
carne, mi carne. El
espíritu del anticristo es el
espíritu del yo, el ego,
que se deleita en servir a Dios exteriormente con gran pompa y
espectáculo, pero nunca abdica el trono de la vida interior para que
Cristo pueda reinar.
El
espíritu del anticristo es
el espíritu de la idolatría. La idolatría ha sido, en
todas las épocas, el pecado dominante de la humanidad. En una u otra
forma, todos los no regenerados han sido establecidos en ella; y los
santos tienen una tendencia hacia ella. En sus manifestaciones más
groseras, la idolatría es el deseo del hombre de ver a Dios con
los ojos -tener alguna representación externa de lo que no puede
ser representado, que es demasiado grande, demasiado espiritual, para
ser descrito por el lenguaje humano -y mucho menos para ser descrito
por las imágenes de madera y piedra, aunque sean elaboradamente
talladas y astutamente cubiertas de oro. Aarón hace un becerro
-Israel olvida la gloria divina de Yahweh, y dice al buey que come
hierba, "¡estos son tus dioses, oh Israel, que te sacaron de
la tierra de Egipto!"
Tenemos
la tendencia a imaginar un
extraño monstruo de la humanidad depravada cuando los hombres son
llevados a adorar los objetos visibles y señales. Pero no es en
absoluto inusual o singular. Es el pecado de toda la humanidad en
general. Supongo que nadie ha sido totalmente libre de ello y cada
hombre y mujer que ha sido llamado a la Filiación tiene que luchar
contra ella en sus formas sutiles –porque la idolatría toma formas
insinuantes, menos groseras en apariencia que el culto a Dagón o
Astarot- pero igualmente pecaminosas! Los idólatras sólo pueden
adorar a su dios por medio de los objetos que apelan a los sentidos.
Un altar hacia el exterior, un rito exterior, ritos externos -todo
esto es nada más que otra forma de la antigua idolatría de Babel y
Betel. El hombre todavía se aparta del Dios invisible. Al Sacerdote
invisible, que ha pasado más allá del velo, el hombre aun lo
ignora. El Cristo invisible que habita en el corazón por la fe, se
toma como insuficiente. La fiesta
espiritual
sobre el cuerpo y la sangre de Jesucristo, la fuente eterna de
INCORRUPTIBLE
VIDA,
es sustituida por los emblemas exteriores, y son adorados por
algunos, celebrados en gran reverencia por algunos, y
sentimentalmente necesarios para otros más. Pan y vino, que no son
más que las cosas creadas y corruptibles se convierten en deidades
por los idólatras ciegos de esta Edad. Creo que es una verdad
evidente por sí misma que todos los rituales externos de los
sistemas religiosos son IDOLATRÍA definitivamente idolatría- y nada
menos, que por todos lados extiende su manto de oscuridad, bajo la
pretensión de piedad reverente. ¿Podrían Egipto o Asiría hacer
algo peor?
¡Que
Dios nos dé la gracia para alejarnos de ellos! ¡Y ustedes que
todavía están cautivos por estas idolatrías, pueda Él librarlos!
Él puede salvarte de apoyarte en el brazo de la carne -de confiar en
lo que puede ser visto o tocado- y llevarte a confiar en el interior
en el invisible Cristo, ¡al que únicamente pertenecen el poder y la
fuerza, y a quien NADA necesita ser añadido!
Desde
hace siglos los cristianos han “tomado la comunión", creyendo
que estaban comiendo la carne y bebiendo la sangre de Cristo. Ellos
estaban viendo el tipo, pero perdiendo el anti-tipo. La Escritura
testifica: "Y
la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos
contemplado su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de
gracia y de verdad"
(Jn. 1:14). La eterna, viva, PALABRA incorruptible de Dios se hizo
carne en la persona de Jesucristo. La carne de Cristo no es el cuerpo
humano de Jesús, no es las galletas u obleas sagradas; la
carne de Cristo es el pan de Dios, el árbol de la vida, la Palabra
viva de Dios que descendió del Cielo, de la cual el hombre que
participe vivirá
para siempre.
Jesucristo
es la Palabra de Dios. Así
como la Palabra se hizo carne, así Su carne es
la palabra.
El pan es su cuerpo.
El
partimiento del pan es el partimiento de Su Palabra.
Cuando el partió la Palabra a los viajeros en el camino a Emaús,
sus ojos se abrieron y lo conocieron. Cuando
Cristo parte el pan, la Palabra de Dios, nuestros ojos se abren y lo
contemplamos, comienza la transformación a Su imagen.
Jesús
dijo, que el vino era Su sangre, derramada para remisión de los
pecados. Su
sangre, querido amigo, es la
vida eterna,
la
sangre de Dios,
y los que beben de Su sangre, que es Su Espíritu, beben
profundamente de la vida eterna.
La
obra de Dios hoy en día no es una obra exterior, sino profunda,
trabajando la transformación en el interior. Cuando el Padre
desarrolla esta verdad en nuestros corazones entendemos como nunca
antes el profundo significado de estas palabras de inspiración
escritas por el apóstol Pablo: "Pues
no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la
que se hace exteriormente en la carne; sino que es judío el que lo
es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en
espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres,
sino de Dios".
(Rom. 2: 28-29).
En
esta hora se oye mucho de los judíos exteriormente en la carne. Un
remanente de estos judíos externos ha regresado a la tierra de
Palestina durante el siglo pasado y han labrado por ahí el moderno
Estado de Israel. Muchos cristianos hablan extasiados acerca de las
profecías que se cumplen en relación con la nación judía. Muchos
de ellos viven en la emocionada expectación de la reconstrucción
del templo en Jerusalén y el restablecimiento de la adoración en el
templo con sus sacrificios rituales y ceremoniales de la Ley.
Entonces, siguen las terribles predicciones del levantamiento del
Anticristo, el que se supone, debe hacer un pacto con los judíos,
tener a todo el mundo a sus pies, y sentarse como Dios en ese
maravilloso templo. Miles de personas día y noche están trabajando
febrilmente para la salvación de los judíos. Pero
debo decirles, queridos, el regreso de los judíos externos, la
formación del estado de Israel, la toma de Jerusalén, las
fervientes oraciones en el muro de los lamentos, aun todo esto, no
obstante, el consejo del Espíritu Santo está firme, la verdad es
tan absoluta e incontrovertible como el día que el cielo sopló la
revelación en la mente iluminada del apóstol de Jesucristo: ¡Pues
no es judío el que lo es exteriormente;
¡SINO
QUE ES JUDÍO EL QUE LO ES EN LO INTERIOR!
No
tengamos nuestra comprensión distorsionada. Muchos están
proclamando en voz alta que el final de la Era de la Iglesia anuncia
el
comienzo de la supremacía de la nación judía
como el instrumento del Reino de Dios en la Tierra durante el siglo
venidero. ¡Este es un error
muy grave! ¡Gracias a Dios que Él, de hecho, salvara a los judíos!
Gracias a Dios que Él también salvará a todas las naciones cuando
derrame Su Espíritu sobre toda
carne.
Y así se cumplirá lo que está escrito: "Mirad a mí, y sed
salvos, todos
los confines de la tierra,
porque yo soy Dios, y no hay otro. He jurado por mí mismo, la
palabra ha salido de mi boca en justicia, y no será revocada: Que
ante mí se
doblará toda rodilla,
y
jurará (lealtad)
toda lengua"
(Is. 45: 22-23). Y de nuevo, "Todas
las naciones
que hiciste vendrán y adorarán
delante de ti,
Señor; Y glorificarán tu nombre"
(Sal. 86: 9). El apóstol Juan añade su testimonio inspirado en
estas palabras: "Y
las
naciones
de los que se salvan andarán a la luz de ella; y los
reyes de la tierra
traerán su gloria y honor a ella"
(Rev. 21:24).
La
salvación de los judíos no significa, sin embargo, que luego
deberán ocupar la posición favorecida en el Reino de Dios.
En verdad les digo, que no se les dará a los judíos externos
gobernar el mundo en justicia o administrar los asuntos del Reino de
Dios en la Tierra. Jesús anunció a la nación judía hace 1900
años, "He
aquí vuestra casa (reino) os es dejada desierta. Por tanto, os digo,
el Reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que
produzca los frutos de él"
(Mateo 23:38; 21:43). Cada uno sabe la gran diferencia entre ser
"salvado" y "gobernar" como un Hijo de Dios en el
Reino. Es un hecho bendito de que la salvación vendrá a los Judíos,
sí, a todas las naciones. La salvación es por gracia, mediante la
fe en Jesucristo. "El
don de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro"
(Rom. 6:23). La
salvación es un don gratuito de la gracia; pero
¡el supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús no es un regalo
-es
un premio que se gana! Tan
grande como fue la experiencia y el ministerio del apóstol Pablo,
testificó, "No
que lo haya alcanzado
ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir
aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos,
yo
mismo no pretendo haberlo ya alcanzado;
pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo
que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a
la meta, al premio del ALTO Llamamiento
de Dios en Cristo Jesús"
(Fil. 3: 12-14).
¡Ah,
queridos, hay cualificaciones implicadas en ganar el premio! La
Escritura nunca dice: "Al que es salvo, le daré que se siente
conmigo en mi trono". Y ciertamente no dice: "Cuando los
judíos sean salvos reinarán como reyes y sacerdotes". La
calificación es "al
que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono"
(Apocalipsis 3:21). Una vez más, "al
que venciere ... yo le daré autoridad sobre las naciones, y él las
regirá con vara de hierro"
(Apocalipsis 2: 26-27). Y Pablo amonestó a Timoteo: "Si
sufrimos (con
él),
reinaremos también con él"
(II Tim. 2:12). Los
judíos, a través de 1900 años de juicio y del desagrado de Dios
nunca han sufrido con él, a pesar de que han sufrido incalculables
vergüenzas, desgracias e indignidades por la incredulidad y el
rechazo de Él.
Ellos suspendieron todas las pruebas, reprobaron en cada oportunidad
que se les dio para calificar para gobernar el mundo. Por lo tanto,
no reinarán con Él. En la era gloriosa por venir no
tendrán dominio sobre NINGUNA cosa.
¡Hasta el día de hoy lo siguen negando! "Todo
aquel
que me niegue
delante de los hombres, yo
también le negaré
delante de mi Padre que está en los cielos"
(Mat. 10:33). "Pelearán
contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de
señores y Rey de reyes; y ellos (los
señores y reyes)
que están con él son llamados,
escogidos
y
fieles"
(Rev. 17:14). El Reino de Judá (los judíos) fueron de hecho
llamados
y elegidos,
pero ¡por desgracia! Nunca
fueron fieles.
No tendrán dominio. Esto es dado a los
hijos de Dios,
a través de los cuales, según Pablo, toda la Creación será
libertada. ¿Quiénes reinarán? "El que venciere
heredará todas
las cosas;
y yo seré su Dios, y él será mi
hijo"
(Apocalipsis 21: 7).
"Y
vi tronos, y se sentaron sobre ellos, y el juicio fue dado a ellos; y
vi las almas de los decapitados por
causa del testimonio de Jesús
... y ellos
vivieron y reinaron
con Cristo mil
años ... y ELLOS
serán
sacerdotes
de Dios
y de Cristo, y reinarán
con él"
(Apocalipsis 20: 4,6). Todos los que son judíos en espíritu
internamente, rompen las imaginaciones de su corazón, y el mal de su
mente carnal, y su sabiduría terrenal, y su conocimiento y
comprensión, y todas las imágenes y los ídolos de su corazón, por
el espíritu
de hijos
que Dios les ha dado, para que ellos ofrezcan al Señor un sacrificio
y una ofrenda en su templo, el cual ERES TÚ. Los
judíos en espíritu están más allá y más arriba que todos los
judíos exteriormente en la carne y de sus ofrendas externas en un
templo externo,
y la ofrenda de los judíos en espíritu tienen base y niegan todas
las ofrendas de los judíos externas que son exteriores y carnales,
para hacer aquellas que son internas y espirituales.
Los
judíos externos comieron de sus ofrendas naturales en el templo
exterior; por lo que los judíos en el espíritu comen de sus
ofrendas, Cristo, en Su templo, y de Sus sacrificios, y luego alaban
a Dios en Su templo. Los judíos externos siempre hacían arder sus
lámparas en su templo, y nunca salieron; y siempre vestían sus
lámparas en su templo; así también en los judíos en espíritu sus
lámparas de iluminación divina y revelación espiritual nunca salen
de ellos, pero siempre arden en Su templo; y son ajustados y
vestidos, y así llegan a ser un sacerdocio real a Dios, siempre
atendiendo el servicio del Señor en el templo, por la mañana y por
la noche, ofrendando en el Espíritu de la naturaleza del Cordero sin
mancha en el templo, por lo que los judíos en espíritu están
mañana y tarde ofrendando en el espíritu de la naturaleza del
Cordero sin mancha en el templo: por lo tanto, los judíos en
espíritu están mañana y tarde ofrendando en el espíritu del
Cordero, en Su templo, que es su cuerpo, la vida y la gloria y la
victoria del Cordero de Dios.
Había
sacerdotes que comían de los panes en el templo externo, y los panes
siempre estaban en el templo sobre la mesa; por lo que los judíos en
espíritu siempre tienen Su pan, la Palabra de Dios, en Su templo,
para comer de él; y tú eres una casa espiritual, y un real
sacerdocio para Dios. Y el incienso y los olores dulces se quemaban
en el templo externo; por lo que los judíos en espíritu siempre
tienen el incienso y perfume de la fragancia de su
presencia
ardiendo en Su templo. Los judíos en la carne no tocaban ni comían
cualquier cosa que fuera impura; mucho menos los judíos en espíritu
tocan o manejan lo que es impuro; pero tocan a Cristo y se
alimentan de Él, que es puro y santo, y limpio, y eterno, quien es
el pan
de vida.
En
el tiempo de la Ley ellos
no tocaban a los muertos, si lo hacían, estaban sucios; lo cual es
una figura de los que andan en el Espíritu, que no tocan las formas
muertas, doctrinas muertas, métodos, prácticas externas muertas, ni
la carne
muerta
de los sistemas religiosos en donde no hay vida;
pero tocan a
Cristo con su espíritu
y SU carne
VIVA.
Por lo tanto, no tocan nada que este contaminado, pero si la vida y
la pureza; porque la Tierra está corrompida con los cuerpos muertos
de los antiguos movimientos de Dios de los cuales ha huido Su
Espíritu, y Su vida se apartó, ahora se han convertido en
ministerios sin vida; y la carne apesta, y los vivos lo pueden oler.
Los
judíos externos no seguían y se alimentaban de cualquier ofrenda
sino de las propias; por lo que los judíos en espíritu no siguen
ninguna ofrenda sino a Cristo, y se alimentan de lo que le es propio.
Cristo es el altar en donde todos ofrecen ofrendas a Dios: El altar
está en el templo de Su cuerpo. Y todos los que apagan el espíritu
de Cristo en ellos mismos, o sustituyen la unción interna por alguna
cosa externa, y no permiten que la vida de la presencia de Cristo
surja y se convierta en su todo-en-todo, ¡son como los vigías DEL
SEPULCRO DE CRISTO que tienen miedo de que Cristo pueda levantarse!
¡Este, precioso santo de Dios, es el espíritu del anticristo!
¡Padre
Todopoderoso! Purga las vanas tradiciones que se han transmitido
durante años, las interpretaciones carnales que han convertido en
mitos engañosos, la profunda verdad espiritual que Tú has hablado,
¡y cambian la obra interior de Tu Cristo en un espejo externo
siempre fugaz ante sus ojos! Verdaderamente el hombre de pecado que
concierne a cada uno de nosotros hoy en día no es el hombre que nos
han dicho que deberá aparecer en algún lugar en alguna tierra
oscura y distante; sino uno que continuamente guerrea contra la vida
de Cristo aquí y ahora dentro de nuestros propios pechos. Levántate
dentro de nosotros en el poder del espíritu
de tu boca,
por la Palabra de Dios, que es viva y eficaz, y más cortante que
toda espada de dos filos -y mata a este hombre de pecado. ¡Ven! en
el brillo de Tu aparición, como luz reveladora y fuego consumidor
hasta que las palabras se cumplan maravillosamente en nosotros:
Que
ardor, que quema,
Todo
sube en humo y llamas;
Todo
de la naturaleza de Adán
¡Deberá
doblar la rodilla ante el nombre de Jesús!
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