Tartessos o Tartéside (griego: Τάρτησσος, latín: Tartessus) fue el nombre por el que los griegos conocían a la que creyeron primera civilización de Occidente. Posible heredera del Bronce final atlántico, supuestamente se desarrolló en el triángulo formado por las actuales provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz, en la costa suroeste de la península Ibérica, influyendo sobre las tierras del interior y el Algarve portugués. Se presume que tuvo por eje el río Tartessos, y que pudo ser el que los romanos llamaron luego
Betis (antes
Oleum flumen =
río de aceite) y los árabes
Guadalquivir (que significa
río grande). Sin embargo, hay autores que
la sitúan en la confluencia de las bocas del Odiel con el Tinto
(ría de Huelva), puesto que bajo la propia ciudad onubense es sabido
que se hallan sepultados importantes restos. Si bien, no faltan
propuestas de posible ubicación en el
Mar Menor, en las bocas del
Guadiana, en el
Delta del Ebro o en el
Tajo. Los tartesios desarrollaron presumiblemente una
lengua y escritura distinta a la de los pueblos vecinos y, en su fase final, tuvieron influencias culturales de
egipcios y fenicios.
La primera fuente histórica que alude a Tartessos es la Historia de
Heródoto, del
siglo V a. C., que habla del rey
Argantonio (significa
Hombre de plata y se dice que gobernó cien años) y su incontable riqueza, sabiduría y generosidad. Una más tardía data del
siglo IV, del escritor
romano Rufo Festo Avieno, que escribió una obra titulada
Ora maritima,
poema en el que se describen las costas mediterráneas. Según el poeta,
utilizó fuentes antiquísimas de autor desconocido. Una de estas fuentes
data del
siglo IV a. C.,
de la que Avieno escribió que era un "periplo", es decir, un viaje de
navegación costera, realizado por un marino griego y cartaginés, en el
que partiendo de las costas de Britannia o de
Cornualles (
Inglaterra) llegó hasta Massalia (
Marsella).
Como resultado de aquel viaje se narran los lugares visitados por el
desconocido marino, que proporciona las noticias más antiguas sobre la Península Ibérica.
Origen
Sobre el origen de la cultura tartesia se ha escrito mucho, a pesar
de lo cual nada es seguro todavía. Entre las corrientes principales
estarían la
indigenista y la
colonialista:
- Según las investigaciones más recientes esta cultura se formó a
partir de la evolución de las poblaciones locales herederas del Bronce
del suroeste peninsular, evolución que llegó a su clímax cuando
comenzaron a relacionarse con los enclaves fenicios del litoral.1
- Según otros, la cultura tartesia sería el resultado exclusivo de la aculturación de los indígenas por parte de los fenicios. Esta teoría se apoya en las cronologías de colonización y en los restos arqueológicos,
como cerámicas de retícula bruñida, de barniz rojo y las
representaciones religiosas, que claramente hacen referencias a dioses
orientales, como Astarté, Baal o Melkhart (que bajo su forma de toro aparece representado en numerosas ocasiones).[cita requerida]
Sobre el origen de los propios tartesios, y en el marco de las teorías difusionistas tan en boga hasta los años 70 del siglo XX, se ha llegado a decir que llegaron a la Península con los Pueblos del Mar, o incluso que pudieron ser pueblos
indoeuropeos, más específicamente, precursores de la cultura Celta.
2 En tal caso, pudieron haber llegado junto con el neolítico y la agricultura, desde el Medio Oriente
3 ; o bien, de las estepas al norte del
Cáucaso, asentándose sobre las gentes prehistóricas en
Iberia, quizá formado antes aún la cultura de
Los Millares, y mucho más tarde, la de los
Campos de urnas.
Tartessos
Área aproximada de extensión e influencia de la civilización de Tartessos.
[cita requerida]
No es seguro que existiera una ciudad llamada Tartessos y no ha sido
hallada ninguna que pueda ser identificada como tal. Las diferentes
fuentes antiguas son a veces contradictorias entre sí, y no parece
posible hacerlas cuadrar con datos arqueológicos.
4 Lo que sigue es sólo una relación de
las distintas hipótesis sobre su posible localización.
Aunque están perfectamente documentados otros poblados a lo largo del
valle del Guadalquivir, territorio de expansión de la Civilización de
Tartessos. Su capital quizá fuera Turta o *Tarta, en algún lugar de los alrededores del gran delta del Guadalquivir.
Sin embargo, si seguimos las fuentes clásicas y bizantinas que
describen la ubicación de la capital, estaría situada en el cauce del
Tartessos/Guadalquivir (único río con entidad suficiente como para ser
considerado "el más largo de Iberia"), en algún punto entre la actual
Coria del Río y la zona frontera al
Aljarafe sevillano e Isla Mayor
[cita requerida]: efectivamente, hasta bien entrada la época de dominación romana, la desembocadura del río tenía lugar en el
Lacus Ligustinus,
actualmente convertido en las marismas del Bajo Guadalquivir. En la
zona de la desembocadura había varios brazos, alguno de los cuales
subsistió de hecho como dos lagunas sucesivas en el interior de la
Sevilla del S XVI. Entre esos brazos quedaban definidas varias islas, a
las que se hace referencia en los escritos citados. El
Guadaíra,
que hoy es afluente de Guadalquivir, era un río independiente con
cierta entidad y desembocaba justo en la confluencia de Guadalquivir y
el Ligustinus.
Probablemente, la ciudad y la civilización ya existían
antes del 1000 a. C. dedicadas al comercio, la metalurgia y la pesca, pero no en la forma que conoceríamos como el Tartessos clásico.
La posterior llegada de los
fenicios y
su establecimiento en 'Gdr, Gadir (actual Cádiz),
tal vez estimuló su imperialismo sobre las tierras y ciudades del
entorno,
la intensificación de la explotación de las minas de cobre y
plata (Tartessos se convirtió en el principal proveedor de bronce y
plata del Mediterráneo), así como la navegación hasta las islas Casitérides (las
Islas Británicas o más concretamente las
islas Sorlingas), de donde importaron el
estaño necesario para la producción de
bronce,
aunque también lo obtenían por el lavado de arenas estanníferas a la
vez que producían un tipo de bronce arsenicado que no llevaba estaño.
Una hipótesis apoyada por las referencias clásicas es la identificación de Gádir con Tartessos.
Alvar, Jaime (1989). «Tartessos-ciudad = Cádiz. Apuntes para una posible identlficación». Gerión. Revista de Historia Antigua..
Según esta hipótesis, Tartessos sería una denominación genérica para
una región, mientras que la ciudad de Tartessos correspondería entonces a
la única urbe con entidad de la zona, la Gádir fenicia. Ya que
Gádir significa únicamente
recinto amurallado,
para poder indentificar claramente de dónde provenían las mercancías,
los fenicios podrían haber comenzado a usar expresiones como "de la
ciudad en Tartessos", provocando así la confusión en las fuentes. Esto
sería coherente con el hecho de que existan fuentes que hablen de la
ciudad y sin embargo no se encuentren restos arqueológicos de ella.
A favor de la teoría tradicional, un trabajo de reciente publicación,
vuelve a ofrecer un soporte importante a la antigua teoría en la
desembocadura del Guadalquivir, pues en el mismo se muestra el
descubrimiento de la localización de Tartessos en pleno territorio de
Doñana, Huelva, justo en el área comprendida entre el brazo oriental del
Guadalquivir y Río Tinto (u otro más oriental ya desaparecido),
representada con el símbolo de ciudad amurallada y con el nombre en
griego de Τάρτησος (con una sola sigma) en un antiguo mapa griego
bizantino de origen clásico que fue construido tomándose como base un
mapa de tradición fenicia como el de Marino de Tiro y mapas griegos como
los de Potelemeo y Estrabón, entre otros. Tal evidencia demostraría,
cuando menos, que para los autores de este mapa -fueran fenicios o
griegos de la Antigüedad Clásica, o bizantinos- éste era el lugar donde
se localizaba la ciudad de Tartessos y no Cádiz.
5
Se conocen algunas ciudades de Tartessos como
Turta (capital o ciudad principal de la Turdetania),
Mastia (actual
Cartagena),
Molybdan, de la que sólo se conoce el nombre, y
Elibirge, posterior
Iliberri; nombre que coincide, por cierto, con los términos propuestos en
protovasco para "ciudad nueva" -*hili(r) y berri-. (Ver
vascoiberismo). De ese nombre, Iliberri, deriva su denominación actual,
Elvira en la
provincia de Granada.
[cita requerida]
Sistema de gobierno
La tradición literaria clásica dice que su forma de gobierno era la
monarquía y que poseían leyes escritas en verso en tablas de bronce desde tiempo inmemorial;
Estrabón
habla de 6.000 años antes de su época, una fecha totalmente
descabellada a la vista de los conocimientos arqueológicos actuales y el
contexto mediterráneo general, que podría referirse en realidad a años o
meses lunares
(unos 500 años). Eran monarquías como las del resto del Mediterráneo,
con sede en una ciudad desde la que se controlaba todo el territorio.
Los fenicios propiciaron que toda la concentración del poder fuera sobre
un rey, ya que de esa manera les resultaba más fácil establecer
intercambios comerciales. Se puede dividir la monarquía de Tartessos en
dos grandes grupos: los reyes mitológicos y los reyes históricos.
Reyes mitológicos
- Gerión:
Primer rey mitológico de Tartessos. De acuerdo a ciertos mitos era un
gigante tricéfalo, o al menos con tres cuerpos de cintura para arriba,
que pastoreaba sus grandes manadas de bueyes a las orillas del
Guadalquivir. El mito dice que una de las doce pruebas de Heracles
era el robo de los bueyes de Gerión. También dice la leyenda que Gerión
era un gigante que fue vencido por Heracles y sobre el que construyó la
Torre de Hércules, en La Coruña.
- Gárgoris: Primer rey de la segunda dinastía mitológica tartésica, rey de los curetes. Inventó la apicultura y el comercio.
- Habis
(Habidis): Hijo bastardo de Gárgoris no reconocido, escapó de la muerte
ordenada por su padre viviendo entre las bestias. Fue amamantado por
una cierva hasta hacerse un hombre y ser después reconocido por su
padre. Descubrió la agricultura, atando dos bueyes a un arado. Formuló
las primeras leyes, dividió la sociedad en siete clases y prohibió el
trabajo a los nobles. Bajo su reinado se establece un sistema social en
que unos pocos viven a costa del trabajo y la miseria de una mayoría
pobre. Cuentan que dividió el reino en siete ciudades.
Sobre estos dos últimos monarcas se escribió la
Tragicomedia de Gárgoris y Habis,
que menciona un sistema social basado en la explotación del hombre por
el hombre, nacido tras el descubrimiento de la agricultura. Se trata de
personajes mitológicos, cuya existencia real es tan dudosa como la de
Heracles.
Reyes históricos
Argantonio es el único rey del que se tienen referencias históricas. Se sabe que fue el último rey de Tartessos. Vivió 120 años según
Heródoto,
aunque algunos historiadores piensan que puedan referirse a varios
reyes conocidos por el mismo nombre. También dice Heródoto que su
reinado duró 80 años, desde el 630 a. C. al 550 a. C. Propició el
comercio con los griegos
foceos durante 40 años, que crearon varias colonias costeras durante su reinado.
Economía
La base fundamental de la economía de los Tartessos era la
agricultura, la ganadería y la pesca. Sin embargo,
la riqueza por
excelencia fueron los metales, especialmente el oro, la plata y el
estaño. Cuando las minas del Sinaí
cayeron en desuso, los fenicios buscaron metales en esta zona. Su
principal fuente de riqueza era la plata para la acuñación de monedas.
Se especializaron sobre todo en el cultivo de cereales, usando las
técnicas importadas de los fenicios, sin olvidar las huertas y los
frutales.
La ganadería era muy importante, especialmente para consumo interno.
El comercio fue la base de su economía y, a cambio de los metales,
recibieron joyas, telas y otros productos manufacturados.
Este trueque
fue muy importante, ya que facilitó el intercambio de aspectos
culturales y religiosos.
Sociedad
Monarquía autoritaria, donde la mayoría de la población se encontraba
trabajando en minas, la ganadería o el campo. Las élites no tenían
poder sobre estas gentes, pero sí sobre su trabajo. Las clases
superiores se asentaban en un poder militar, como se puede observar en
algunas necrópolis, donde los ajuares más ricos lo tienen tumbas con
estelas con armas guerreras. La sociedad estaba dividida en varias
clases sociales: príncipes, sacerdotes, comerciantes, hombres libres
(campesinos, artesanos, comerciantes, marineros) y esclavos.
Religión
Hay muy pocos datos, pero se supone que, al igual que el resto de los
pueblos del Mediterráneo, era también una religión politeísta. Se cree
que pudieron adorar a una diosa producto de la aculturación de los
fenicios,
Astarté o
Potnia. Pudo haber una divinidad fenicia masculina,
Baal o
Melkart. Se han encontrado santuarios de estilo fenicio en el yacimiento de
Castulo (
Linares,
Jaén). Se han hallado exvotos en diversos puntos de
Andalucía y en otros puntos más alejados, como
Salamanca,
que no se sabe exactamente de dónde provienen. En el aspecto religioso,
la aculturación fenicia fue diferencial, no influyendo en todos los
sitios por igual.
Desaparición de Tartessos
En el
siglo VI a. C., Tartessos desaparece abruptamente de la historia, posiblemente barrida por
Cartago y las demás colonias fenicias (Gadir, metrópolis fenicia, se encontraba en pleno reino tartessio) que, después de la
batalla de Alalia,
entre Cartago y Grecia, le hicieron pagar así su alianza con los
griegos focenses. Otros dicen que fue refundada, sobre condiciones poco
claras, con el nombre de
Carpia. Los
romanos llamaron a la amplia
Bahía de Cádiz 'Tartessius Sinus', pero el reino ya no existía.
También se considera que el agotamiento de las vetas de minerales,
fuente principal de su riqueza comercial, habría colapsado la economía
tartésica y creado convulsiones sociales al perder las élites la fuente
de su riqueza y poder, basado en el comercio exterior. Una vez
desaparecidas las élites, habría desaparecido la unidad política y
social de los núcleos tartésicos.
Otras teorías afirman que su desaparición pudo deberse a invasiones
de los celtas e incluso se habla de que pudo haber un terremoto.
Más recientemente se ha planteado que esta civilización pudo ser
barrida del mapa por la sucesión de desastres naturales en la zona.
Yacimientos
Reproducción de la Estela de Bensafrim, mostrando una inscripción en lo que se cree es la lengua de Tartessos.
Los yacimientos más importantes que se podrían considerar tartésicos son:
El yacimiento de
Cancho Roano, situado en
Zalamea de la Serena (
Badajoz),
aún constituye una incógnita: ¿palacio, mercado, lugar de culto,
santuario funerario? ¿o por el contrario era un gran complejo que
cumplía diferentes funciones?
Su estructura evidencia la influencia oriental sobre Tartessos: patio delantero con torres en las alas de tipo
migdal,
escalera lateral, sala transversal, habitaciones con cámara y
antecámara, espacio central, almacenes, segunda planta destinada a
almacén y vivienda, trazado geométrico, uso de adobe, pseudoortostatos
y, muy probablemente, cubierta aterrazada.
Estas fórmulas
arquitectónicas apuntan a la zona norsiria y, quizás, de Fenicia septentrional más que a Mesopotamia, Siria meridional o Canaán, pues parecen derivar de los palacios norsirios de inicios del I milenio, cuyo elemento más característico es el
bît-hilani
o pórtico de columnas abierto a un salón del trono con su eje
longitudinal paralelo a la fachada, pudiendo considerarse origen de la
apadana persa y del
iwan de la arquitectura
sasánida y
árabe.
En cuanto al yacimiento de
Tejada la Vieja situado en el municipio onubense de
Escacena del Campo,
se trata de una ciudad habitada entre los siglos VIII y IV (a. C.) en
la ruta que llevaría los minerales obtenidos en las minas próximas a
Riotinto a los puertos que se encontrarían en la entonces muy próxima
desembocadura del Guadalquivir, en el lago conocido por los romanos como
Ligustino que ahora ocupan las marismas. Se conserva sorprendemente bien el perímetro amurallado y las estructuras de las viviendas.
A pesar de que hay numerosos restos arqueológicos en el sur de
España,
como el tesoro del Carambolo, que se consideran pertenecientes a la
cultura tartésica,
la ciudad de Tartessos aún no ha sido hallada. Su
posible emplazamiento ha sido objeto de estudio por el arqueólogo e
hispanista alemán
Adolf Schulten (
1870-
1960),
que murió sin ver cumplido su sueño de encontrar la ciudad. Su teoría
sobre la ciudad de Tartessos fue muy polémica y muchos la tacharon de
fantasiosa. Creyó que la ciudad podría estar en el coto de
Doñana, siendo avalada esta tesis por el hallazgo de la
Estela Tartésica de Villamanrique, ocurrido el 22 de marzo de 1978 en el paraje denominado Chillas (situado en
Villamanrique de la Condesa,
Sevilla, una localidad limítrofe con el Parque Nacional de Doñana) por
dos de sus vecinos (D. Manuel Zurita Chacón y D. Manuel Carrasco Díaz).
Esta inscripción arqueológica en piedra única, del s. VI a. C., que nos
documenta sobre la escritura indígena, se conserva en el
Museo Arqueológico Provincial de Sevilla.
Siguiendo la hipótesis de Doñana, los investigadores del
CSIC
Sebastián Celestino y Juan Villarías Robles, el profesor de la
Universidad de Huelva Antonio Rodríguez y el historiador Ángel León
hicieron desde el verano de
2005 hasta el de
2008 una campaña geofísica, superficial y de fotografía aérea en la zona de la
Marisma de Hinojos,
donde fotografías satelitales y muestras del subsuelo sugieren que
podrían haber restos antrópicos, desconociéndose por el momento su
datación.
6 7 8 Durante la campaña de
2009
parece que se han iniciado los primeros sondeos arqueológicos, sin que
por el momento se hayan publicado resultados de los mismos.
Referencias históricas
- «Dicen que Tartessos es un río en la tierra de los iberos,
llegando al mar por dos bocas y que entre esas dos bocas se encuentra
una ciudad de ese mismo nombre. El río, que es el más largo de Iberia
y tiene marea, llamado en días más recientes Baetis y hay algunos que
piensan que Tartessos fue el nombre antiguo de Carpia, una ciudad de los
iberos».9
- En la Biblia aparecen referencias a un lugar llamado 'Tarshish', también conocido como 'Tarsis' o 'Tarsisch'. «En efecto, el Rey Salomón
tenía naves de Tarsis en el mar junto con las naves de Hiram. Las naves
de Tarsis venían una vez cada tres años y traían oro, plata, marfil,
monos y pavos reales. Antiguo Testamento, Libro de los Reyes I, 10-22». En la actualidad, algunos creen que Salomón no se refería a Tartessos, sino que se refería al puerto de Aqaba, en la península del Sinaí.
- En un texto del Profeta Ezequiel (27, 12) (siglo VI a. C.) se comenta que Tiro
comerciaba con Tarsis y en este caso es posible que sí se refiera a
Tartessos, puesto que Fenicia ya había contactado con ellos.
- En el Libro de Jonás 1,3 (siglo VIII a.C.)
dice:"Pero Jonás se levantó para ir a Tarsis, lejos de la presencia de
Yahvéh. Bajó a Yoppe y encontró una nave que iba a zarpar hacia Tarsis.
Pagó el pasaje y se embarcó en ella para ir con ellos a Tarsis, lejos de
la presencia de Yahvéh".
- En la estela de Nora (siglo IX a. C.),
encontrada en Cerdeña y escrita en fenicio, un navegante chipriota
agradece al dios Pumar haber llegado a su hogar BTRŠŠ sano y salvo. El
acrónimo BTRŠŠ ha sido relacionado por muchos especialistas con Tarshish
(Tartessos). Pero también se interpreta por templo del cabo y mina o
fundición, haciendo una más que posible referencia a la propia Cerdeña
que era explotada por su riqueza mineral por los fenicios.
- En la estela de Assarhaddon (siglo VII a. C.) aparece el nombre de Tarsis, pero no se puede referir a Tartessos porque los Asirios no tuvieron ninguna relación con el Mediterráneo Occidental.
- El poeta Estesícoro (siglo VI a. C.) menciona a Tartessos en su Geroneida, donde se narra el décimo trabajo que encomendó Euristeo a Heracles que consistía en matar al gigante Gerión, que gobernaba en un reino cercano a Tartessos. Se considera como la primera referencia oficial a Tartessos.
- Anacreonte en el 530 a. C. hace referencia en una de sus obras a la riqueza y la complejidad política del reino tartésico.
- Cuando el viajero Pausanias visitó Grecia en el siglo II a. C. (Paus. Desc. 6.XIX.3) vio dos cámaras en un santuario de Olimpia, que la gente de Elis afirmaba realizadas con bronce tartesio.
- Heródoto habla sobre el rey Argantonio y de las relaciones de Tartessos con Grecia:
...un navío samio, que tenía por patrono a Colaios y que se dirigía
hacia Egipto, fue arrojado fuera de su ruta a la isla de Platea; las
samios confiaron todo el asunto a Corobios y le hicieron un depósito de
víveres para un año. Ellos mismos, que, al partir de la isla, habían
marchado con un enorme deseo de llegar a Egipto, navegaron fuera de su
ruta, arrastrados por el viento del Este; y, sin dejar de soplar el
viento, alcanzaron las columnas de Hércules y, conducidos por un dios,
llegaron a Tartessos. Este lugar de comercio estaba sin explotar en esta
época, de forma que, a su vuelta, estos samios realizaron con su
cargamento el mayor beneficio que haya conseguido hasta ahora ningún
griego, del que nosotros tengamos referencias exactas, si exceptuamos a
Sóstrato, hijo de Laodamente de Egina, que ningún otro puede compararse
con éste. De sus ganancias los samios dedujeron el diezmo, seis talentos
y ordenaron fabricar un jarrón de bronce en forma crátera argólica.
El tratado está concebido en estos términos: "Sobre estas bases
existe amistad entre los romanos y los aliados de los romanos con los
cartagineses, tirios, uticenses y sus aliados. Más allá del Kalón
Akrotérion y de Mastia de Tarsis, los romanos no podrán hacer presas ni
comerciar ni fundar ciudades. Si los cartagineses se apoderasen de
alguna ciudad del Lacio no sometida a los romanos, quedarán con el
dinero y los cautivos pero dejarán la ciudad. Si los cartagineses se
apoderasen de gentes con las cuales los romanos hubiesen pactado, aun
cuando no estuviesen bajo el imperio de los romanos, no las llevarán a
los puertos romanos y, si alguno fuera llevado y un romano se hiciera
cargo de él, quedará libre. Lo mismo evitarán los cartagineses; si por
el contrario, alguien lo hiciese, no se le perseguirá privadamente, sino
que se considerará injuria pública. En Cerdeña y en Libia ningún romano
comerciará ni establecerá poblados (ni se acercará), a no ser para
aprovisionarse o para reparar sus naves. Si es llevado por una
tempestad, en un plazo de cinco días debe marcharse. En la parte de
Sicilia sometida a los cartagineses y en Cartago, un romano puede vender
y hacer todo aquello que es lícito al ciudadano. Igual derecho tendrán
los cartagineses en Roma.
- Fuentes griegas y romanas referentes a Tartessos:12 Tartessos en la Península Ibérica,
las tradiciones míticas griegas, el mito de Gerión y el décimo trabajo
de Hércules, Gárgoris y Habis, Estesícoro (raíces argénteas del río
Tartessos), Anacreonte (longevidad de su monarca Argantonio), Hecateo
(habla de una tal Helibyrge de la ciudad de Tartessos), Heródoto
(Tartessos como emporio de gran riqueza más allá de las Columnas de
Hércules, así como de sus relaciones con los focenses), Eforo,
Aristófanes, Estrabón (Tartessos como ciudad, río, región y centro de
contratación de argenta y metales) y Avieno. Numerosas reconstrucciones
históricas se han hecho sobre Tartessos, artificialmente enriquecidas a
partir de la utilización de una documentación literaria tardía y en
muchas ocasiones ajenas al mundo autóctono peninsular.
Véase también
Notas y referencias
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- ↑ Koch, J. T. Tartessian. Celtic in the South-west at the Dawn of History (Aberystwyth, 2009).
- ↑ Renfrew, C. Archaeology and Language: The Puzzle of Indo-European Origins. XIV, 346 S. Ill., Kt(Cape, London, 1988)
- ↑ Alvar, Jaime (1989). «Tartessos-ciudad = Cádiz. Apuntes para una posible identlficación». Gerión. Revista de Historia Antigua..
- ↑ "Díaz-Montexano,
Georgeos, Tartessos. Hallando la Metrópolis: Un mapa griego bizantino
de origen clásico ofrece el punto exacto de su localización (Volume 3)".
Turpin Ediciones S.L. & Scientific Atlantology International
Society (SAIS), 2012. ISBN: 1479221678
- ↑ El País, 5 de mayo de 2007
- ↑ Resultados Investigaciones año 2007 - Doñana
- ↑ Resultados Investigaciones año 2008 - Doñana
- ↑ Pausanias, 6, 19, 2.
- ↑ Heródoto, Historias, IV, 152.
- ↑ Polibio, III, 24, 1.
- ↑ Blázquez, José María, Fuentes griegas y romanas referentes a Tartessos, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.[1]
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Enlaces externos