EN EL ALTAR DEL INCIENSO
SE INTERCEDE POR LOS INTERESES DE DIOS
A fin de que los hijos de
Israel expresaran a Dios, ellos tenían que ir al altar que estaba en el atrio
para confesar sus pecados y su pecado. Tenían que ofrecer la ofrenda por el
pecado a causa del pecado en ellos y
la ofrenda por la transgresión por sus transgresiones
externas. La sangre de la ofrenda
por el pecado y por la transgresión abría el camino para que entraran en el
tabernáculo.
En el tabernáculo tenemos
primero el disfrute de Cristo como el
suministro de vida. El pan que estaba sobre la mesa del pan de la presencia indica que el pueblo de Dios no
debe seguir viviendo por sí mismo. Si no que deben vivir por Cristo quien es su vida y el
suministro de vida. Ellos
no debían preocuparse por su buen comportamiento, buena conducta ni por su
carácter natural, ya que a Dios sólo le interesa Cristo. A Dios le interesa
cuánto hemos comido y disfrutado de Cristo. En cuánto hemos vivido a Cristo, le
hemos expresado y cuanto se ha constituido de Él en nuestro ser.
Después de la mesa del pan
de la presencia, el pueblo de Dios debe pasar al candelero para ser iluminados. ¿Cuánto ha disfrutado usted de Cristo como la luz? Tenemos que olvidarnos de
nuestro conocimiento, nuestra comprensión y premeditación para reconocer que
necesitamos que Cristo sea nuestra luz. En primer lugar, necesitamos que
Cristo sea nuestro suministro de vida y después que sea la luz que nos ilumina.
Que Cristo sea nuestra luz va en contra de nuestra visión y punto de vista
natural.
Después de experimentar a
Cristo como la luz, debemos continuar hacia el arca del testimonio que está en el Lugar Santísimo. Sin embargo,
allí existe un velo que separa al
Lugar Santísimo del Lugar Santo. Este velo necesita ser quebrado. Si no, no
podremos entrar en el Lugar Santísimo para tener contacto con el arca. Por ende, el arca se
encuentra en oposición del velo.
Como mencionamos en el
mensaje anterior, el velo representa nuestro ser natural que está constituido
de nuestra conducta, visión y virtud
naturales. Estas tres cosas constituyen nuestro ser natural, el cual es el yo y la carne. Este es el velo que
nos separa de Dios. Este velo debe ser quebrado de arriba a abajo. Una vez se
rompe este velo entramos al Lugar Santísimo para tener contacto con el arca y
experimentamos a Cristo como nuestro
testimonio.
Cuando experimentamos a
Cristo como nuestro testimonio, estamos calificados para ir al altar del incienso. El altar del oro para el incienso es
nuestro destino y meta. ¿Qué hacemos en el altar del incienso? En el altar del
incienso debemos orar. Sin embargo,
en lugar de orar por nosotros mismos y lo que nos interesa, debemos orar por el mover de Dios y Sus intereses.
Esta clase de oración es una oración de
intercesión. Después de que el pueblo escogido de Dios pasa por las
diferentes estaciones del Atrio, del Lugar Santo y del Lugar Santísimo, ellos
llegan a su destino, el altar del
incienso, para interceder por los intereses de Dios. ¿Por qué específicamente
intercede el pueblo de Dios? Ellos deben interceder
por el mover de Dios.
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