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SANTIDAD: EL CAMINO DE DIOS ES MEJOR QUE EL DE LOS HOMBRES, por E.W. BULLINGER


Trad. Juan Luis Molina
[Selected Writings II. Holiness: God’s Way Better Than Man’s. 1999,Invictus for "Truth For Today Bible Fellowship. Lafayette, IN.” Pp. 7-8, 13-14, 21, 28-31]

La santidad de vida y de la manera de andar es la voluntad de Dios para Sus hijos, así como también es, o debería ser, el deseo ardiente de sus corazones.
La voluntad de Dios en este cometido ha sido declarada y revelada:
Pues la voluntad de Dios es vuestra santificación (1ª Tesal.4:3).
Dios no ha dejado Su voluntad, o el medio para su cumplimiento, al mero acaso…

EL CAMINO DE DIOS
Uno de los métodos para certificar la santidad de vida es a través de la “ESPERANZA”. Esta esperanza está puesta sobre una persona – Cristo (1ª Juan 3:3). Aguardar por el Hijo de Dios del cielo hace parte de la verdadera posición cristiana (1ª Tesal. 1:9, 10). Puesto que, esperando por Cristo, estaremos, necesariamente, fijando nuestros ojos en Cristo, y estaremos ocupados con Cristo, y de esta forma iremos siendo “transformados en su misma imagen.”
Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor. (2ª Cor. 3:18).
Aquí como vemos no hay esfuerzos desalentadores, ni intentos ansiosos, ni espiritual disipación, ni ocupaciones con las ordenanzas de los hombres,sino una ocupación del corazón con  un objetivo celestial y divino, la cual produce un carácter y una conducta celestial – y todo esto a través de una secreta transformación – sin esfuerzo alguno personal del hombre! Este es el único, sencillo y totalmente eficaz método para asegurar el cumplimiento de Su voluntad en aquellos que creen a Dios conforme se describe en Romanos 5:12 y 8:39, y que son por eso contados justos por Él.

EL CAMINO DEL HOMBRE
Ahora bien, el hombre tuvo siempre la idea en sí mismo de que puede mejorar los planes y propósitos de Dios; y siempre procuró hacer las cosas a su manera, o sustituir sus propias ideas por las de Dios. Así como el asunto de la justificación, en Génesis 4, así sucede también con el asunto de la santificación, el camino de Caín es opuesto y contrario al camino de Dios.
Esto ha sucedido desde el principio, y se puede ver palpablemente en todas las varias formas de la falsa religión. Todas las religiones dicen Algo traigo conmigo en mis manos, aunque puedan amargamente pelearse en cuanto a lo que aquel algo pueda ser. Pero todas son unánimes, y todas ellas concuerdan. La verdadera religión, en cambio, dice, Nada de nada traigo en mis manos.
Lo mismo que sucede con la justificación, ocurre también con la santificación, las dos cosas son inequívocamente producidas en el creyente por la gracia de Dios. Sin embargo, aquellos que sostienen ser “justificados por Su gracia”, actúan muy a menudo como habiendo sido engañosamente seducidos a  santificarse ellos propios a través de sus propias obras. Mas por Él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual ha sido hecho por Dios… santificación, del mismo modo que justificación (1ª Corintios 1:30), y es precisamente la misma vía. Dios, habiendo primeramente justificado en Cristo a Su gente, no ha dejado que Su gente procurase después su propia santificación en las obras.
…Ha sido muchas veces referido y es cierto, que la obra del Espíritu Santo no es dirigir nuestra atención a Su obra en nosotros, sino a la obra de Cristo por nosotros. Esto es absolutamente verdad. ÉL ME GLORIFICARÁ, fue la propia definición de lo que caracteriza la obra del Espíritu Santo…del Espíritu Santo se ha declarado que Su obra se conoce por el abatimiento del hombre, y la glorificación y exaltación de Cristo (1ª Cor.1:31). Cuando el Espíritu opera en nosotros, Cristo no es un mero ayudador, o mejorador, o una marioneta en mis manos, sino mi todo en todo, ocupando mis pensamientos, llenando mi corazón, e influenciando inconscientemente toda mi vida…
…Siempre hubo un buen refrán que dice, lo que es verdadero no es ninguna novedad, y lo que es novedad no es verdadero.
Una de las más comunes expresiones religiosas es, un limpio corazón. Pero la cuestión que nos hacemos es, ¿cuál corazón? La Escritura expone claramente “dos naturalezas” – la “vieja” y la “nueva”. ¿A cuál de estas dos nos referimos cuando utilizamos dicha expresión? Si nos referimos a la “vieja” naturaleza, nada jamás podrá limpiarla! Dios ha declarado que es “desesperadamente engañosa”, e imposible de ser renovada: ¿Quién hará limpio lo inmundo? Nadie. (Job 14:4). Y Cristo declara que todo el mal, nace de este Viejo corazón (Mateo 15:16-20). Y si nos referimos a la “nueva” naturaleza, no precisa de limpieza alguna. El viejo corazón o naturaleza ya ha sido completamente juzgado y condenado por Dios; y, para los que creen a Dios, ya ha sido crucificado con Cristo. El NUEVO corazón o naturaleza en cambio NO PUEDE pecar, puesto que es nacida de Dios (1ª Juan).
Las dos diferentes y opuestas naturalezas están declaradas en Juan 3:8 – lo que es nacido de la carne es carne, y lo que es nacido del Espíritu es espíritu. Y la hostilidad y enemistad que mantienen entre sí se declara en Gálatas 5:17 - …y éstos (los deseos de la carne y del espíritu) se oponen entre sí. (Vea también Romanos 7:23; 8:6, 7). La carne nunca se transforma en espíritu, y el espíritu nunca se podrá cambiar en carne.
Las palabras de Gálatas 2:20 debían haberse traducido (y así lo fueron en varias versiones) YO FUI CRUCIFICADO CON CRISTO. En la Epístola a los Romanos tenemos el aspecto judicial objetivo de este maravilloso hecho; mientras que en Gálatas 2:20 tenemos la declaración personal del Apóstol y la subjetiva aplicación de la revelación cristiana, y el secreto de su vida como cristiano y Apóstol. Se trata de un glorioso resumen de su fe, la fuente de toda esta maravillosa actividad.
…Mas yo os muestro:

UN CAMINO MÁS EXCELENTE
Todos nosotros deseamos la misma conformidad a Cristo, la misma separación del mundo, las mismas gracias y dones que Dios ha atesorado en la gloriosa Cabeza en el cielo, para suplir las necesidades de los miembros de Su Cuerpo aquí sobre la tierra. Pero es aquí que discrepamos con muchos de nuestros hermanos. No con su finalidad, sino con sus medios empleados. Deberíamos decirles a ellos y a todos que estamos perplejos con sus enseñanzas. ¡Aquello que vosotros deseáis está muy cierto, pero seguís sin duda alguna el camino errado para obtenerlo! Hay un camino más honorable para Dios, más sencillo, más fácil, más eficaz – en pocas palabras, un camino más excelente, porque es sencillamente el camino de Dios.
¿Quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? (Mateo 4:27).
Esta es una pregunta muy importante…Todos vosotros estáis “ansiosos” por añadir, por aumentar, o profundizar vuestra “estatura” espiritual. Pero las palabras del Señor nos recuerdan las Leyes de la naturaleza, y nos muestran que la “estatura” no será aumentada por tales medios, pues los medios utilizados deben corresponder con la finalidad a ser alcanzada. La estatura debe incrementarse inconscientemente y sin ningún esfuerzo, dándole los medios apropiados y el aire purificado. Así, no podrá ser reprimido o estorbado! Cuando utilizamos los medios de alimentación y respiración, la finalidad nunca está presente en nuestros pensamientos como un objetivo, sino que disfrutamos esos medios que aseguran la finalidad. Pues así debe suceder también con nuestra estatura espiritual. Cristo es nuestra vida – y la misión del Espíritu Santo es tomar las cosas de Cristo y ministrarlas en nosotros. Nosotros nos alimentamos de Cristo en Su muerte, de la misma forma que comemos y bebemos (Juan 6:48-63), y nuestra estatura espiritual nos es añadida sin ansiedades. El Bendito pasa a ser nuestro objetivo, y no “la bendición.” La bendición está asegurada y certificada en Él.
Esta es la obra del Espíritu Santo testificando en nuestros corazones de Cristo…la obra de Cristo por nosotros, de quien y del cual Él testifica…

EL OBJETIVO DEL ENEMIGO
Y nuestro gran enemigo se da por satisfecho. Él sabe (así como la mayoría de los cristianos desconoce) que Cristo es la fuente de nuestra fuerza y bendición. Su único objetivo, por tanto, es ocupar el corazón del creyente con cualquier cosa que no sea Cristo. Cualquier medio le servirá su propósito si con él puede lograrlo. Por eso ocupará:
Al pecador con sus pecados,
Al penitente con sus arrepentimientos,
Al creyente con su fe,
Al siervo con su servicio,
Y al santo con su santidad.

Con cualquier cosa, con tal que no sea Cristo. Este es el gran error de este moderno movimiento religioso actual. Y es cierto que muchas almas están siendo guiadas así y engañadas con la ocupación de sí mismas.
La totalidad de los sistemas de enseñanzas religiosas está calculada para centrar los pensamientos y la atención en uno mismo, por mucho que el Espíritu Santo y mismo Cristo vengan a ser mencionados entre medio de las doctrinas predicadas.
Todo comienza con uno mismo, y las “condiciones” que uno mismo tenga que satisfacer. Todo se resume en las palabras condicionales “Si yo…” y“si nosotros…”
Pero el camino más excelente se nos muestra en 2ª Cor.3:18:
Nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, SOMOS TRANSFORMADOS de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.
Este es el punto central. Moisés, cuando se introdujo en el monte, vio la gloria del Señor, y cuando descendió de él, su rostro brillaba con su reflejo. A través de 1ª de Juan 3:1-3 aprendemos que el punto de vista actual del Señor Jesús nos irá haciendo igual que Él tanto en el cuerpo (los actos), como en el alma (los pensamientos íntimos) y en el espíritu (poder de lo alto). Así ahora, del mismo modo, es a medida que lo mantenemos (enfocamos) a Él con los ojos de fe, que somos transformados en Su misma imagen. Si estamos ocupados con Cristo tendremos necesariamente una más profunda percepción de Cristo, y por eso no podemos obtener otro resultado que no sea reflejar inconscientemente Su gloria. Si estamos ocupados con un objetivo celestial, llegaremos a ser celestiales, y en nuestra conducta, en nuestra manera de andar, y en nuestra vida brillaremos como Cristo. Puede que no lo veamos; puede ser que no lo sepamos; puede que no seamos consciente de ello. Moisés no era consciente de su propio brillo y resplandor, pero las personas bien lo notaron. Así sucederá también con nosotros!  
No se trata de algún tipo de posición o estado que tengamos que alcanzar; no depende de emoción alguna que tengamos que sentir; no es ninguna “bendición” que tengamos que reclamar; no depende ningún “acto de fe”, o “sumisión” a hechos nuestros de ningún tipo, sino que es la simple ocupación del corazón con Cristo en gloria…
La gran obra del Espíritu Santo es glorificar a Cristo, y la mejor evidencia que podemos tener de que estamos llenos con el Espíritu es esta – que estamos plenamente ocupados con Cristo. En otras palabras, la medida en que estamos llenos con el Espíritu es proporcional a la medida en que nuestros corazones estén llenos y elevados con Cristo; y la prueba de eso no depende de la excitación de sentimiento alguno emocional, sino de una correcta disposición para recibir y para ser guiados a través de TODA la enseñanza de la santa Palabra de Dios.
Si no estamos plenamente ocupados y santificados con Cristo, entonces ciertamente se trata de “otro Jesús” el que predicaremos; “otro Espíritu” el que haya sido recibido; y “otro evangelio” el que hayamos aceptado (2ª Cor.11:3, 4). Es un hecho terrible y fatal que hay otros espíritus que pueden avivar la vieja naturaleza, y por eso se nos avisa solemnemente a ser vigilantes contra ellos, y a que los “experimentemos” o “probemos” (1ª Tim.4:1; 1ª Cor.14:29; 1ª Juan 4:1, etc.)
Ahora hemos visto cómo la “voluntad de Dios se ha manifestado asegurando nuestra santificación. Poner los ojos en Jesús es el simple medio para esta gran finalidad, y para asegurar que Su gente mire a Cristo, Dios nos ha dado la “bendita esperanza” de aguardar POR Cristo. Por eso se ha sido denominada “la esperanza purificadora” (1ª Juan 3:1-3).
Si algún tipo de Conferencia o seminario debe ser seguido, entonces aquellos que se destinen al Estudio de la Verdad conectado con la Venida del Señor, serán más calculados  para producir la santidad de vida, que aquellos promovidos con esa finalidad(de producir santidad de vida).
Bien podemos ahora para finalizar aplicar 

LAS SOLEMNES PALABRAS DE JEHOVÁ PARA ISRAEL
A la totalidad de este movimiento religioso actual y moderno, con todos sus métodos modernos y desarrollos, y decir:
He aquí Yo entraré en juicio contigo, porque dijiste, no he pecado. ¿Para qué discurres tanto, cambiando tus caminos? (Jeremías 2:35, 36)
El así denominado acto de fe solamente tiende a glorificar al hombre; pero es una vida de esperanza, y no una “vida de actos fe” la que causa al Cristiano que se olvide de sí mismo completamente, y que reconozca que este es
UN CAMINO MÁS EXCELENTE.
Y que el camino de Dios de santidad es mejor que el del hombre.

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