
AVANZAMOS MÁS ALLÁ DEL BLOG FINISTERRE. CRUZADO EL JORDÁN, EL REMANENTE FIEL ESPERA EL APOTEÓSICO DERRAMAMIENTO FINAL DE LA FIESTA DE TABERNÁCULOS, PLENITUD DE PENTECOSTÉS, EL MEJOR VINO DEL FINAL, ¡LA MANIFESTACIÓN DE LOS HIJOS DE DIOS! // "La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, ha dicho Yahweh de los Ejércitos; y daré paz en este lugar...". Hg. 2:9 // "No estoy diciendo, 'regresemos a Pentecostés'; estoy diciendo, '¡avancemos!'” (G.H.Warnock)
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CALLAR Y ESTAR QUIETOS ES PARA LOS FUERTES, Manantiales en el Desierto

FUE EN LA NOCHE EN QUE HALLÓ DESCANSO, Manantiales en el Desierto
CAMINA EN SU PRESENCIA / CONFÓRMATE A LO QUE DIOS DESEA (Sorbos Místicos), François Fenélon
La virtud empieza a crecer en un corazón que desea la voluntad de Dios. No es cuestión de saber mucho, o tener mucho talento, o siquiera hacer grandes hazañas ... todo cuanto realmente necesitas es un anhelo de pertenecer por completo a Dios. Mas, ¿cómo llega tu voluntad a este lugar? Conformándote, poco a poco, a lo que Dios desea. Debes aprender a afinar tu débil voluntad con la todopoderosa voluntad de Dios. Aquí hallarás una paz y un gozo interminable e inagotable.
¡Adora, alaba, y bendice a Dios por todo! Contémplale en todas las cosas. Ya que le amas, no hay nada que sea verdaderamente maligno en tu vida, pues Dios utiliza incluso los más terribles sufrimientos para obrar a tu favor. ¿Podrían tenerse por malignos los problemas que Dios usa para purificar tu vida? Piensa en lo que estos problemas llevan a cabo en tu vida.
Descansa de todas tus cuitas en el seno de tu Padre. Estate contento con seguir su voluntad en todas las cosas y aunar tu voluntad en perfecta armonía con Él. No le resistas a medida que obre dentro de ti. Si sientes que se levanta resistencia dentro de ti, vuélvete a Él y toma su punto de vista en contra de tu propia naturaleza rebelde. Él sabrá qué hacer. Aprende a no entristecer al Espíritu Santo dentro de ti, pues Él cuida de tu vida interior. Aprende de los errores que has hecho en el pasado sin desanimarte.
¿De qué mejor modo puedes glorificar a Dios que renunciando a tus propios deseos y permiténdole hacer lo que a Él le agrada? En verdad Él es tu Dios cuando no veas otra cosa que la mano de Dios gobernando todas las cosas de tu vida, y cuando le adores sin presiones externas e incluso sin consuelo interior.
Querer servir a Dios en ciertas circunstancias, pero no en otras, es servirle a tu propio antojo. Pero no poner límites en tu sumisión a Dios es en verdad morir a ti mismo. ¡Así es cómo se debe adorar a Dios! Ábrete a Dios sin límites. Deja que Su vida fluya a través de ti como un torrente. No temas nada en la senda que caminas. Dios te llevará de la mano. Deja que tu amor por Él deseche el temor que sientes por ti mismo.
(Por gentileza de E. Josué Zambrano Tapias)
VE AL GRANO, SEAN POCAS TUS PALABRAS Y TU ACTIVIDAD EXTERNA / BUSCA EL SOSIEGO APARTÁNDOTE (Sorbos Místicos), François Fenélon
(Por gentileza de E. Josué Zambrano Tapias)
LA 'AFLICCIÓN' DEL ENCIERRO EN INACTIVIDAD, Manantiales en el Desierto
PACIENTEMENTE ESPERÉ A YAHWEH (Salmo 40:1), Manantiales en el Desierto
Cuando aprendamos a esperar en la guía de nuestro Señor para todo, entonces conoceremos el poder que haya su clímax en una marcha recta y firme. Muchos de nosotros carecemos de la fortaleza que deseamos. Pero Dios provee con el poder suficiente para la labor que nos manda realizar. El secreto del poder consiste en esperar y mantenerse fiel a su guía.
S. D. Gordon
CALLA Y DESEA LO QUE DIOS DESEA / TRATANDO CON LA RAÍZ DE TU VIEJA NATURALEZA (Sorbos Místicos), François Fenélon
La verdad es que tienes que aprender a renunciar a todo cuanto te hace demasiado abierto en tu conversación. ¿Cómo vas a cultivar un silencio interior si siempre estás hablando?
No puedes querer a Dios y las cosas del mundo al mismo tiempo. ¿No te das cuenta de que tu oración se verá afectada por lo que cultivas en tu vida diaria? Teme a tu excesivo entusiasmo, a tu gusto por las cosas del mundo, y a tus ambiciones secretas. No te emociones tanto con la política y sus tendencias. Si te soliviantas demasiado, será más difícil calmarte ante Dios.
Habla poco y trabaja con constancia. Deja que las acciones tomen el lugar de tus floridas palabras. Después de que aprendas a tratar con tus divagaciones mentales, debes aprender a venir ante Dios para renovar tu fuerza. Aprende a hacer esto incluso en medio de las tareas mundanas del día. Sigue mirando al Señor para procurar su reposada guía. ¡Pero no seas tan ruidoso que no puedas escucharle!
El futuro aún no es tuyo; puede que jamás lo sea. Vive en el momento actual. La gracia del mañana no es tuya hoy. El instante actual es el único lugar en el que puedes acariciar la esfera eterna.
Eres buena, pero quieres ser mejor. Creo que estás tratando por todos los medios de usar tu vida interior para cambiar esas cosas externas de ti que son inaceptables desde un punto de vista social. En lo profundo de ti en realidad no estás cambiando. Déjame que te diga lo que ocurre cuando no permites que Dios trate con la raíz más profunda de tu vieja naturaleza. Te convertirás en algo muy crítico, duro, y farisaico. Mantendrás tus acciones en consonancia con ciertas normas de tu propia cosecha, pero en lo íntimo de tu ser no habrás
cambiado. Por fuera parecerá que has obedecido... pero en lo interior estarás en un estado de rebelión. ¡Este no es lugar para vivir!
Presta más atención a tu vida interior. Toma tus deseos más profundos e intensos deseos y sitúalos en las manos de Dios. Pídele que te conquiste por completo. Entrégale tu arrogancia natural, tu sabiduría mundana, tu apego a tu casa, y tu temor de que nadie reconozca tu “grandeza”. También necesitas dejar a Dios tratar tu áspera actitud para con las cosas que no marchan como tú esperas.
Tu carácter no es tu mayor problema porque ya desconfías de él. A pesar de tus intentos de controlar tu mal humor, todavía saca lo mejor de ti. Esta humillación te hace mucho bien. Así que preocúpate de tus defectos más peligrosos. Más bien te veo del todo impaciente, y con falta de cierto dominio propio. Esto te es más humillante (¡y mejor para matar a tu orgullo!). Cuando eres demasiado perfecta con tu propio auto-control puedes volverte áspera, crítica, y será fácil que te sientas ofendida por los demás. A través de tu debilidad, aprende la compasión hacia los defectos de otros. La oración sincera ablandará tu corazón y te hará dócil, tierna, y moldeable en las manos de Dios. ¿Quieres que Dios sea tan crítico contigo como tú lo eres con otros?
Es demasiado fácil aferrarse a tu “buena reputación.” Mira cuidadosamente dentro de ti. En algún lugar de tu interior hay una frontera que no pasarás para ofrecerte a Él. Danzas alrededor de tus recelos y te obligas a creer que no los ves. ¡Si ves todas tus excusas, entonces algo tendrás que hacer con ellas!
Si Dios llega a romper alguna vez tus defensas, tocará donde más duele y te dejará que pongas toda clase de excusas para justificarte. Cuanto más te escondas para dar algo, tanto más obvio se hace que lo deberías dar. ¡Si fueras verdaderamente libre no te pasarías tanto tiempo argumentando con ello!
No regatees con Dios para salir de este lío de la forma más fácil y cómoda. Abraza la cruz. Vive sólo por el amor. Deja a Dios hacer lo que necesite hacer para extraer tu amor propio.
Ora dentro de ti todo el día. Vive en oración... que toque todo cuanto haces. Estate al tanto de la presencia de Dios dentro de ti ... incluso cuando estés ocupada. Haz esto y la paz será tuya.
No serás perfecta por el hecho de oír o leer de la perfección. Lo importante es no escucharte a ti misma, sino escuchar a Dios en silencio. Habla poco y haz mucho, sin cuidarte de si te han visto o no. Dios te enseñará más que cualquier libro o persona pudiera hacerlo.
¿Necesitas ir a la escuela para aprender a amar a Dios y negarte a ti misma? Sabes ya más cosas buenas de las que puedes practicar. Lo que necesitas es poner en práctica lo que ya sabes. No intentes obtener más conocimiento antes de practicar lo que ahora puedes ver.
(Por gentileza de E. Josué Zambrano Tapias)
SOSIEGO Y ORACIÓN CONTINUA / CULTIVA EL SILENCIO INTERIOR (Sorbos Místicos), François Fenélon
Debes dejar marchar tu desasosiego, tu excesiva curiosidad, tu anhelo de éxito, y tu hábito de acumular cosas que acarician tu ego. La mejor forma de dejar ir todas estas cosas es cultivar un silencio interior donde puedas llegar a experimentar la presencia de tu Señor. Si haces esto cada día de tu vida, harás verdadero progreso en negarte a ti misma.
El sentarte en la presencia de tu Señor te calmará, suavizará tu temperamento, humillará tu actitud sabelotodo, y restringirá tu impaciencia. Te pondrás al tanto de tu Señor y de las necesidades de tu prójimo.
Dios te ha bendecido al hacerte tan sensible. Cosas que a duras penas preocupan a otras personas te tocan hasta lo más íntimo. ¡No te preocupas ni te contentas a medias tintas! Pero te advierto que te guardes de tus gustos y aversiones, puesto que optas por expresarte de esta forma tan pasional.
ACTIVISMO CARNAL COMO ESCAPE / SOSIEGO Y CONTINENCIA / CONOCIMIENTO PROPIO (Sorbos Místicos), François Fenélon
Mientras esperas a que Dios te libere de ti mismo, necesitas echar una buena ojeada a cómo eres. No te sorprendas cuando te veas como realmente eres... impaciente, obstinado, muy irascible, y arrogante...
Debes aprender a ser paciente contigo mismo sin caer en la negligencia. Humíllate bajo su mano. Ríndete a Dios desde el mismo instante en que te sientas resistiendo.
Habita en el silencio tanto como te sea posible. Evita escoger tu propio camino, y retén tu opinión tanto como sea posible. Ponte riendas cuando te veas demasiado entusiasmado. Incluso aunque algo te parezca bueno, no lo sigas demasiado rápido.
Lo que deseo para ti es la templanza de corazón que proviene de sentarse ante Dios con un corazón pleno de amor hacia Él. No te preocupes de las cosas externas. Cuídate de tus asuntos a su debido tiempo con una atención tranquila y silenciosa. Harás más al trabajar con tranquilidad en la presencia de Dios que por la desasosegada actividad que proviene de tu vieja naturaleza.
ARGUMENTOS, VANO CONOCIMIENTO, EVITAR A LOS ENTROMETIDOS 'ASESORES ESPIRITUALES', (Sorbos Místicos), François Fenélon
QUE LAS COSAS SIGAN SU CURSO
Estoy contento de que hayas encontrado las cualidades que estabas buscando en la persona de la que me hablaste. Dios pone lo que Él desea donde Él desea. Nos envía ayuda y luz a través de muy diferentes personas y circunstancias. ¿Te debería eso preocupar? Si ves que Dios te está enviando el socorro, no te apegarás tanto a la forma en que lo envió. Sus caminos están muy por encima de los nuestros. Confía en su senda y madurarás en humildad y sencillez. El Señor te mostrará que no tienes ningún poder en o de ti. Recibe lo que Él te da y depende de su Espíritu, que sopla de donde quiere (Juan 3: 8).
No necesitas conocer los secretos de Dios... tan solo sé obediente a lo que Él te muestra que hagas. Pensar mucho te distraerá. Si te ves atrapado en tus pensamientos, apagarán tu sentir espiritual interno como una ráfaga de aire apaga una vela. Si te mantienes en la compañía de personas como esta, verás cuán secos están sus corazones y cuánto se han apartado sus mentes del centro. Es mejor estar alejados de ese tipo de personas.
También quiero advertirte de las personas que aparentan tener una vida espiritual interior. Es fácil confundir una viva imaginación con una verdadera experiencia espiritual. Observa con cuidado y verás que aún están indebidamente apegados a las cosas externas.
Tus deseos caprichosos, dejados a su aire, te guiarán a obsesiones que estrangulan tu paz interior y silencio ante Dios. Permanece lejos de personas que suenan bien, pero nunca exhiben un verdadero fruto del caminar interior. Su habla es engañosa y casi siempre los verás agitados, buscando los defectos, y llenos de sus propios pensamientos. A estos entrometidos espirituales les molesta todo, ¡y casi siempre son ellos los molestos!
(Por gentileza de E. Josué Zambrano Tapias)
GUÍA REPOSADA / PIENSA POCO Y HAZ MUCHO, (Sorbos Místicos), François Fenélon
Ábrete a la clarividencia de los demás. No seas dogmático. Habla la verdad con sencillez. Deja que otros te evalúen, pero no juzgues a nadie. Ofrece consejo sólo a los que lo pidan. Haz mención de los defectos ajenos sin tener mano dura o ser legalista. Y no hables para ganarte una buena reputación.
Ruego que Dios te mantenga fiel a Su gracia. El que la comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo. (Filipenses 1:6) Sopórtate con paciencia. Entrega al Señor todo cuanto te moleste. Hazlo en quietud y en paz. Y no esperes que las cosas cambien de un día para otro.
Piensa poco y haz mucho. Si no te andas con tiento, te agenciarás de tanto conocimiento que necesitarás toda una vida extra para ponerlo en práctica. Hay un peligro al pensar que eres perfecto simplemente porque entiendes lo que debe ser la perfección. Todas tus bonitas teorías no te ayudarán a morir a ti mismo. El conocimiento fomenta la vida de Adán en ti porque te deleitas en lo secreto en tu revelación. Nunca confíes tu poder a tu propio conocimiento. Sé humilde. No confíes en tu vieja naturaleza.
(Por gentileza de E. Josué Zambrano Tapias)
AMOR PROPIO v/ AMOR DE DIOS / DECIDE SOLO CUANDO ESTÉS EN CALMA (Sorbos Místicos), François Fenélon
Deja que tu ansiedad fluya aguas abajo como un torrente. ¡Menudas evidencias te fabricas para las más inverosímiles situaciones! Dios te permite, a pesar de tu buen juicio, estar ciego a lo que está delante de ti. Crees que ves claramente lo que ni siquiera existe. Dios será glorificado en tu vida si te rindes a Él. Nunca tomes decisiones importantes en un estado de angustia. Sencillamente no eres capaz de ver con claridad. Cuando estés tranquilo y recogido te será más fácil hallar la voluntad de Dios. Vuélvete a la devoción y a la sencillez. Escucha a Dios y haz oídos sordos a ti mismo. Cuando estés en un lugar de calma y quieto descanso, haz cuanto sientas dentro de tu espíritu. Pero suponer que estás equilibrado cuando sufres la agonía de la ansiedad es prepararte para cometer una equivocación. Cualquier consejero espiritual experimentado te dirá que no tomes decisiones hasta que retomes tu paz y vuelvas a entrar en la oración interior.
Nunca confíes en ti cuando estés sufriendo mucho, pues tu naturaleza es muy poco razonable y se solivianta con gran facilidad. Dices que intento evitar que hagas lo que debes hacer. ¡Dios no lo quiera! No deseo animarte ni detenerte. Sólo quiero que agrades a Dios. Está más claro que el agua que fallarás al intentar hacer lo que Dios quiere si actúas cuando tu vieja naturaleza se sienta profundamente herida hasta el punto del desespero. ¿Harías algo sólo para hacerte feliz incluso si fuera en contra de la voluntad de Dios? Dios no lo quiera. Espera hasta que no te sientas tan herido. Permanece abierto a toda alternativa que Dios pudiera sugerir. Sacrifícalo todo por Su causa.
(Por gentileza de E. Josué Zambrano Tapias)
LIDIAR CON LAS OFENSAS / DISTRACCIONES / REFRENARSE, (Sorbos Místicos), François Fenélon
Ruego que este nuevo año haya de ser un año lleno de gracia y bendiciones para ti. No me sorprende que no disfrutes la oración interior como lo hacías al principio. Todo placer tiende a agotarse. Una personalidad activa, acostumbrada a mucha actividad, se desmayará cuando esté en soledad. Durante mucho tiempo has estado distraída por mucha actividad externa. Estoy al tanto de los problemas que enfrentarás a medida que busques vivir una vida totalmente entregada a la voluntad de Dios.
Al principio la vigorosa fuerza de tu entusiasmo te ayudará a salir indemne de tus problemas, da igual lo grandes que sean. Cuando te sientes fuerte tienes la sensación de que puedes hacer cualquier cosa. Cuando te desanimas, crees que no puedes hacer nada y que todo está perdido. Pero ambas sendas están erradas.
No te turbes por ninguna distracción que experimentes en oración. Las distracciones están arraigadas muy dentro de ti, incluso cuando quieres orar internamente. Tu temperamento y costumbres te hacen ser muy activo. Sólo cuando estés completamente agotado buscarás una vida más sosegada.
Cuando lleves fruto, poco a poco llegarás a la experiencia de una vida interior más profunda con menos distracciones. Dios te dio un bocado antes con el fin de que pudieras ver hacia dónde quería guiarte. Luego Él se lleva este maravilloso sabor para que puedas ver que no te pertenece. Mira con claridad que todo lo que Él da es un don de gracia que debe ser recibido con humildad.
No te sorprendas al verte extremadamente susceptible, impaciente, orgulloso, y con una recia voluntad propia. Date cuenta de que ésta es tu disposición natural. Agustín dice que debes llevar el yugo de la confesión diaria de tus pecados. Aprende a sentir tu propia debilidad, tu camino, tu incapacidad de corregirte. Desespera de tu propio corazón y espera sólo en Dios. Sopórtate, pero no te halagues al pensar que eres mejor de lo que eres. No te niegues experimentar nada que sea necesario para tu corrección.
Puedes ver tu propio carácter, pero espera en el reloj de Dios para transformarlo. Déjate ser humillado bajo Su mano todopoderosa. Cada vez que sientas cualquier resistencia en tu voluntad, ríndete a Dios. Cultiva el silencio tanto como sea posible. No tengas prisa para juzgar. Retén tus decisiones, tus gustos y disgustos. Párate en seco cuando tu actividad sea demasiado precipitada. No estés ansioso ni aún por lo bueno.
(Por gentileza de E. Josué Zambrano Tapias)
SUFRIR EN SILENCIO / NEGACIÓN PROPIA / ASADOS A FUEGO LENTO (Sorbos Místicos), François Fenélon
Como es natural, el mundo puede que no vea tu trato con la cruz ... creen que eres un quisquilloso o eres propenso a los arrebatos por agotamiento nervioso. Así pues, mientras andas encorvado bajo el peso de la obra oculta de la cruz, los de fuera a menudo envidian tu aparente buena suerte.
¿Qué decir a Dios cuando estás bajo la obra de la cruz? No necesitas decirle mucho, y ni siquiera pensar mucho acerca de Él. Él ve tu sufrimiento, y tu disposición a someterte. Con la gente que amas no necesitas decir continuamente, “te amo de todo corazón”. Aunque no pienses en cuánto lo amas, aún sigues amando a Dios igual. El verdadero amor está en lo profundo del espíritu ... sencillo, pacífico, y silencioso.
¿Cómo sobrellevar el sufrimiento? En silencio ante Dios. No te trastornes intentando crear un sentir artificial de la presencia de Dios. Poco a poco aprenderás que todos los problemas de tu vida —tu trabajo, tu salud, tus defectos interiores— son en realidad cura para el veneno de tu vieja naturaleza. Aprende a sobrellevar estos sufrimientos con paciencia y mansedumbre.
La negación propia consiste en sobrellevar con paciencia todas aquellas cosas que Dios permite que ocurran en tu vida. Si no rehúsas nada que venga en el orden de Dios, estás saboreando la cruz de Jesucristo.
Dios te da la gracia de sobrellevar la cruz en tu vida igual que provee tu pan diario. ¡Nunca te fallará! Es un buen ejercicio para la gente excesivamente entusiasta renunciar a sus propias formas de practicar la negación y dejar a Dios que traiga lo que le plazca a sus vidas. Si no estás dispuesto a aceptar las negaciones dispuestas por Dios, entonces no te fíes de las negaciones que te inventas. Mira a ver qué estás haciendo. Confía en que Dios te va a proveer de lo que necesitas.
Me quedo perplejo ante lo que puede producir el sufrimiento. Tú y yo no somos nada sin la cruz. Agonizo y grito cuando la cruz está obrando en mí, pero cuando se termina miro hacia atrás admirado por lo que Dios ha llevado a cabo. Claro que entonces me avergüenzo de haberla sobrellevado tan torpemente. He aprendido tanto de mis necias reacciones.
Tú mismo debes soportar el doloroso proceso del cambio. Aquí hay algo más en juego que una madurez instantánea. Dios quiere construir una relación contigo que se basa en la fe y en la confianza, no en inflamados milagros. Dios usa los desengaños, desilusiones, y fracasos de tu vida para llevarse la confianza que tienes en ti mismo y ayudarte a poner tu confianza en Él. Es como ser quemado a fuego lento, pero antes preferirías ser quemado en un resplandor de gloria, ¿verdad? ¿Te despegaría este resplandor de ti mismo? Por tanto Dios prepara una serie de acontecimientos para separarte de ti y de otros.
Dios es tu Padre, ¿crees que alguna vez te haría daño? Él sólo te separa de aquellas cosas que amas de forma incorrecta. Lloras como un bebé cuando Dios quita algo o se lleva a alguien de tu vida, pero llorarías mucho más si vieras el eterno perjuicio que te causan tus malos apegos. No miras con los ojos de la eternidad. Dios lo sabe todo. Nada sucede sin su consentimiento. Te enojas por las pequeñas pérdidas, ¡pero no ves las ganancias eternas!
No hagas del sufrimiento tu casa. Tu excesiva sensibilidad hace peores tus pruebas. Abandónate a Dios. Todo lo que hay en ti que ya no forme parte del Reino establecido de Dios necesita la cruz. Cuando aceptas la cruz en amor, Su Reino empieza a vivir dentro de ti.
Debes llevar la cruz y estar satisfecho con lo que agrada a Dios. Tienes necesidad de la cruz. El fiel Dador de toda buena dádiva te ofrece la cruz de Su propia mano. Ruego porque llegues a ver cuánta bendición reside en ser corregido por tu propio bien.
Mi Dios, ayúdanos a ver a Jesús como nuestro ejemplo en todo sufrimiento. Le clavaste en la cruz por nosotros. Le hiciste un hombre de tristezas para enseñarnos cuán útil es la tristeza. Danos un corazón para volvernos las espaldas a nosotros mismos y sólo confiar en Ti.
(Por gentileza de E. Josué Zambrano Tapias)
MUERE CADA DÍA / CIRCUNSTANCIAS COMPLICADAS / SILENCIO, PAZ Y UNIÓN CON DIOS (Sorbos Místicos), François Fenélon
Los sucesos de la vida son como un horno para el corazón. Tus impurezas se deshacen y tus viejos caminos se pierden. En cuanto a la humillación que sientes cuando ves tus faltas, sólo tienes que observar lo susceptible que es tu amor propio. El dolor que sientes ante tus propias imperfecciones es peor que las propias faltas. En realidad tu problema es la inmensa desazón que exhibes ante
tus defectos. Aprende a vivir contigo mismo como eres sin soliviantarte tanto. Si haces esto, pronto tendrás paz. Soporta con paciencia los altibajos de cada día.
Aprende a ver a Dios gobernando todas las cosas detrás de cada circunstancia molesta. Aprende que Él te instruye tanto en las situaciones problemáticas como en las que son agradables. No hay duda de
que las intromisiones que Dios te envía alterarán tus planes y se revolverán contra todo aquello que tú quieres. Pero también te pondrán tras la pista de Dios.
Siéntate en calma ante Él y ríndele tu voluntad. Tu indomable voluntad empezará a aprender a ser flexible. Todo lo que viene de la mano de Dios produce buen fruto. A veces las contrariedades bajo las que anhelas soledad son mejores para producir humildad que la más absoluta de las soledades.
Utiliza las circunstancias de cada momento hasta sus últimas consecuencias. Hay ocasiones en que un libro intrigante, o un tiempo devocional inspirado, o una profunda conversación sobre asuntos espirituales, te harán sentir enormemente satisfecho contigo mismo. Creerás que has llegado más lejos de donde estás en realidad. Hablar de la cruz no es lo mismo que experimentarla. Así pues acuérdate de esto: no busques circunstancias incómodas, mas cuando lleguen, toléralas en paz.
¡Es fácil engañarte a ti mismo! No busques a Dios como si estuviera allá, alejado en un castillo de marfil. Él se halla en medio de los acontecimientos de tu vida diaria. Ignora los obstáculos y encuéntralo.
No te enfades de lo que dicen las personas. Sólo sigue a Dios y deja que hablen. En todo lo que tenga que ver con las personas nunca serás capaz de satisfacerlas. El silencio, la paz, y la unión con Dios deberían consolarte de todo lo que la gente dice de ti.
Has de estar dispuesto a hacer lo correcto en tu situación actual, pero al mismo tiempo tu temperamento irascible necesita rectificaciones y un equilibrio. Ven a Dios a menudo para tan sólo sentarte en Su presencia y renovarte.
Nada es tan importante como la humillación del corazón y el desapego de tu propia opinión y voluntad. La rigidez y la dureza no son del Espíritu de Jesucristo.
(Por gentileza de E. Josué Zambrano Tapias)
AMOR INTERNO QUE NUNCA PIERDE A DIOS - DESCUBRIMIENTO O REVELACIÓN INTERNA - ARMONÍA CON DIOS, Sorbos Místicos, Miguel de Molinos
DOS CLASES DE ORACIÓN versus TABERNÁCULO (Sorbos Místicos-Miguel de Molinos), José (Administrador)
DOS CLASES DE ORACIÓN (Miguel de Molinos)
¿Qué es la oración?
La oración es el ascenso de la mente hacia Dios.
Él está por encima de todos nosotros y no lo podemos ver; por tanto, conversamos con Él. Conversar con Él es la manera más sencilla de oración; pero es una clase de oración que es esencialmente discurso mental con Dios. Aquí la razón, la meditación y el pensamiento desempeñan un papel de importancia. Aquí uno piensa en Dios.
Pero cuando el creyente fija su atención en el rostro de su Señor, sin exigir consideración ni razonamiento; sin necesidad de pruebas para convencerse de nada, eso es una oración más alta. Aquí uno contempla a Dios. Ésa es una práctica más pura (sin mezcla).
Cuando el barco llega al puerto se ha acabado el viaje, ¿no es así? De igual forma, para que alcancemos realmente a Dios, tenemos que usar algún medio para llegar a Él; pero una vez establecidos esos medios y una vez alcanzado su fin, dejamos de lado los medios; es decir, abandonamos el método (bajamos del barco).
Algunas veces, la oración racional es un buen lugar para comenzar. Sin embargo, la oración racional no es más que un método para llevarnos a una relación más profunda y sosegada con nuestro Señor. Cuando llegamos a este segundo nivel de oración, le ponemos fin a toda discusión racional, y en lugar de hacerla, descansamos (reposamos). Estamos aquí en una sencilla visión de Dios: verlo, amarlo (rechazando muy delicadamente todas las imágenes que vengan a la mente). Esta es una oración más llena de sentido. La mente permanece tranquila en la presencia divina. Dentro de nosotros todo se halla recogido, centrado y fijado por completo en Él.
Ya que quieres buscar una forma más profunda de caminar con tu Señor, te conviene dejar a un lado pronto las cosas inteligibles. En resumen, déjalo todo a un lado y lánzate al seno de un Dios amoroso. Este Señor tuyo terminará restaurando todo cuanto has abandonado, al mismo tiempo que aumentará tu fortaleza y poder (hablo de un poder para amarle con mayor ardor). A su vez, ese amor te va a mantener en todas las circunstancias que se te presenten en la vida. Puedes estar seguro de que el amor que vas a derramar en Él (un amor que solo Él mismo puede darte y te dará), vale más que todas las acciones que puedas realizar jamás.
Es poco lo que puedes hacer por Dios. En esta vida es tan poco lo que vas a llegar a comprender realmente de Él, que no me importa lo sabio que seas, ni lo mucho que estudies. Pero, ¡oh!, sí le puedes amar grandemente.
(Extracto del libro 'Cien Días en el Lugar Secreto' - https://josemariaarmesto.blogspot.com/2014/12/100-dias-en-el-lugar-secreto-compilado.html)
COMENTARIO DEL ADMINISTRADOR
Si tomamos el tipo del Tabernáculo como el camino de acercamiento del hombre a Dios, vemos que fuera del Atrio se encuentran los incrédulos, quienes no tienen ni buscan relación alguna con el Creador o incluso ni le reconocen como tal.
El Atrio y el Lugar Santo, sin entrar en muchos detalles, ambos son lugares o fases en los que los hombres hacen algo para Dios.
En el Atrio (Pascua), donde estaban el Altar de Bronce y el Lavacro, el hombre se arrepiente, presenta ofrendas o sacrificios, ora y todo está centrado en él mismo hombre. Todo es hecho a la luz externa del sol, sin dirección interior apreciable. Es una ministración básicamente en la carne, en nuestra propia mente. Nuestros sentidos espirituales aún no se han abierto.
La crisis del Bautismo del Espíritu Santo, (y Fuego, para quienes, en obediencia, ceden a las pulsiones internas del Espíritu, de conducirlos al desierto para ser probados y transformados), rompe el primer velo (segundo velo, si consideramos el velo o puerta que conduce al Atrio) y nos acerca aún más a Dios, para ministrarle en el Lugar Santo (Pentecostés) a la luz interna de la Menorá (el Espíritu-espíritu), en la Mesa de los Panes y en el Altar de Oro del Incienso. También se ministra a los hombres en una compulsión de obras muertas o carnales o, en el mejor de los casos, en una mezcla carne-espíritu (Pentecostés es una fiesta con levadura, ver Lev. 23: 17). Empezamos a escuchar y ver por el espíritu. Aquí los que recibieron el don de lenguas, pueden orar en el espíritu sin que su mente intervenga y manipule la oración. Esta oración en lenguas es algo muy parecido a la oración del silencio o de contemplación, pues niega la interferencia del alma (mente-pensamientos, emociones, voluntad-deseos).
En ambos, Atrio y Lugar Santo, es el hombre haciendo. Los hijos 'dando' al Padre. Esto es religión.
La Crisis del Jordán (sepultura, muerte y resurrección subjetivas o por experiencia) rasga el segundo velo, que es nuestra carne (tercer velo, si contamos la puerta de entrada al Atrio como el primero); y parte, separa o divide el alma del espíritu, permitiéndonos discernir ambos, pudiendo empezar a diferenciarlos más y más. Estamos ahora en el Lugar Santísimo (Tabernáculos, fiesta sin levadura, sin mezcla). La luz ya no es la externa del sol ni la interna del Espíritu, sino la aún más interna de la gloria de Dios, de su presencia o Shekinak. Aquí todo está en sosiego, silencio, soledad y oscuridad exterior. Hemos llegado al encuentro con Él que amaba y buscaba nuestra alma y lo hemos asido para no volverlo a soltar. Ya no ha lugar a ningún tipo de acción humana, solo Dios obra allí sin concurso nuestro alguno.
Aquí, por fin, las cosas son como debieran: el Padre obrando para sus hijos y no los hijos para su Padre. Esto es espiritualidad, adorar al Padre en espíritu (no en la carnalidad del alma) y en verdad (conforme la Palabra nos instruye y no según nuestros gustos personales y/o denominacionales). Hemos cruzado el Jordán y entrado a la Tierra Prometida, al reposo o shalom de Dios, donde los pensamientos, palabras y acciones, cada vez más, son solo los del Padre. Como Jesús, no diremos sino las palabras que oigamos del Padre y no haremos sino las obras que le veamos hacer a Él.
JOSÉ