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CALLAR Y ESTAR QUIETOS ES PARA LOS FUERTES, Manantiales en el Desierto


MOTIVATE A ACTUAR: "La calma es oro": Decálogo para ...

10 de Febrero

"Amados, no os venguéis vosotros mismos". (Rom. 12: 19)

Hay tiempos en que permanecer quietos requiere una fortaleza mucho mayor que actuar. La quietud es frecuentemente el resultado más elevado del poder. 

A las calumnias más viles y mortales, Jesús respondió con un silencio tan profundo e inquebrantable, que excitó la admiración del juez y de los espectadores. A los insultos más groseros, al tratamiento más cruel, y a la burla que podía haber indignado aún al corazón más débil, Él respondió con una calma muda y complaciente. Aquellos que han sido acusados injustamente y han sido maltratados sin motivo, saben la fortaleza tan grande que es necesario poseer para guardar silencio para Dios.

Pablo dijo: "Ninguna de estas cosas me conmueve". (Hechos 20: 24, Versión Inglesa).

Él no dijo, "ninguna de estas cosas me hiere". Estar herido es una cosa enteramente diferente a estar conmovido. Pablo tenía un corazón muy sensible. No leemos que ningún otro apóstol haya clamado como Pablo lo hizo. A un hombre fuerte le cuesta trabajo clamar. Jesús lloró, y Él ha sido el hombre más viril que ha existido. Así, que no dice, "ninguna de estas cosas me han herido". Pero él apóstol estaba dispuesto a no cambiar en aquello que consideraba recto y justo. No contaba como nosotros estamos dispuestos a contar; no se preocupó por la comodidad; no le preocupó esta vida mortal. Él solamente se preocupó por una cosa, el ser leal a Cristo, tener Su sonrisa. Para Pablo más que para ningún otro hombre, Su obra era su salario, Su sonrisa era el Cielo.

-Margaret Bottome





FUE EN LA NOCHE EN QUE HALLÓ DESCANSO, Manantiales en el Desierto





15 de enero

"Y apareció Yahweh a Isaac aquella noche", 
Gén. 26: 24

Apareció la misma noche, la noche en que fue a Beerseba. ¿Crees que esta revelación fue una casualidad? ¿Crees que el tiempo en que ocurrió también lo fue? ¿Crees que podría haber acontecido en otra cualquier noche lo mismo que en ésta? Si es así, has cometido una equivocación de gran gravedad. ¿Por qué le aconteció a Isaac en la noche en que llegó a Beerseba? Porque fue en la noche en que halló descanso

En su antigua localidad había estado atormentado. Hubo una serie de riñas pequeñas sobre la posesión de ciertos pozos mezquinos. No hay molestias tan grandes como las pequeñas inquietudes, especialmente si existe una acumulación de ellas. Isaac se dio cuenta de esto. 

Aun después de haber pasado la contienda, el lugar dejó un recuerdo desagradable. Él decidió marcharse. Buscó un cambio de escena. Levantó su tienda del lugar del sitio en que ocurrió la contienda. Aquella misma noche tuvo la revelación. Dios le habló cuando no tenía ninguna tormenta interior. Dios no le podía hablar cuando tenía la mente irritada. Su voz reclama el silencio del alma. Solamente en el silencio del espíritu fue como Isaac pudo oír el susurro de la voz de Dios. Su noche silenciosa fue su noche estrellada.

Alma mía, ¿has pensado sobre las palabras, "Estad quietos y conoced?" (Sal. 46: 10). En la hora de la perturbación no puedes oír la contestación a tus oraciones. ¡Con cuánta frecuencia te ha parecido que la respuesta la has recibido mucho después! El corazón no obtiene respuesta en el momento de su clamor, de su trueno, de su temblor de tierra y de su fuego. Pero cuando cesa el clamor, cuando viene la calma, cuando tu mano deja de golpear en la puerta de hierro, cuando tu interés por las vidas de otros rompe tu fijación en la tragedia de la tuya, entonces, aparece la respuesta tan retardada

debes tener paz si quieres obtener el deseo de tu corazón. La pulsación también debe no alterarse por el apremio de tus necesidades. Esconde la tempestad de tu turbación personal detrás del altar, tratándola como una tribulación común y esa misma noche el Señor se te aparecerá. El arco iris se extenderá en el lugar de la inundación calmada, y en tu quietud oirás la música eterna.
George Matheson

"Las lecciones más grandes de la vida son las que aprendemos, no en los colegios ni en las universidades, sino en el silencio del alma, en la presencia de Dios".

CAMINA EN SU PRESENCIA / CONFÓRMATE A LO QUE DIOS DESEA (Sorbos Místicos), François Fenélon




CAMINA EN SU PRESENCIA

El meollo de tu vida como cristiana se contiene en las palabras de Dios a Abraham, “camina en Mi presencia, y serás perfecto”. La presencia de Dios calma tu espíritu, te da un sueño reposado, y aquieta tu mente. Pero debes entregarte a Él por completo.

No lleva mucho tiempo amar a Dios, renovarte en Su presencia, y  adorarle en las intimidades de tu corazón. El Reino de Dios está dentro de ti y nada puede perturbarlo.

Cuando las distracciones externas y una imaginación caprichosa te impidan tener una vida interior pacífica, debes entonces traerte, por un acto de la voluntad, ante la presencia de Dios. No es que puedas forzar tu entrada a la presencia de Dios, pero incluso venir a la presencia de Dios ya es de por sí una poderosa ayuda para tu espíritu.

Cultiva un propósito puro y recto para con Dios. De cuando en cuando debes avivar tus más íntimos deseos de total dedicación a Dios. Debe haber ocasiones cuando sólo pienses en Él, con un amor pleno y alerta. En esas ocasiones consagra hasta el último de tus sentimientos ante Él. 

No te inmiscuyas en cosas que sabes que te distraen de Dios tanto en lo externo como en lo interno. En el momento en que te distraes de Dios es difícil volver a Él.

Siempre que notes que deseas algo con demasiado anhelo, detente de inmediato. Dios no habita en medio del caos y el desorden. No te veas inmiscuida en lo que se dice y hace a tu alrededor. Acabarás profundamente aturdida si lo haces. Averigua lo que Dios espera de ti en una situación en concreto y aférrate estrictamente a eso. Esto te ayudará a mantener tu espíritu interior tan libre y pacífico como sea posible. Deshazte de cuanto te impida acercarte con facilidad a Dios.

Una forma excelente de mantener un espíritu manso es dejar de actuar por completo en cuanto hayas acabado tu quehacer. ¡No sigas pensando en lo que has hecho o no has hecho! Y no te culpes por haber olvidado algo, o por haber hecho algo que lamentas. Serás mucho más feliz si mantienes tu mente sólo en las tareas que haces sobre la marcha. Piensa en algo sólo cuando sea momento de pensar en ello. Dios te dirá cuando llega el momento de tratar con algo. Agotarás tu mente al intentar imaginarte la voluntad de Dios antes de que llegue el momento oportuno.

Toma la costumbre de volver tu atención a Dios con regularidad. Entonces serás capaz de aquietar toda tu conmoción interna en el momento en que empiece a revolverse. Apártate de todo placer que no provenga de Dios. Busca a Dios por dentro, y sin duda le hallarás en paz y gozo. Ocúpate de Dios más que de cualquier otra cosa. Haz todo sabiendo que estás actuando ante Dios por su causa. Ante la vista de la majestad de Dios, tu espíritu debería llenarse de tranquilidad y bienestar. Una Palabra del Señor amansó el furioso mar y un vistazo de Él hacia ti, y de ti hacia Él, hará lo mismo en ti.

Eleva tu corazón a Dios. Él te purificará, te iluminará, y te dirigirá. David dijo, “Siempre he puesto al Señor delante de mí. Repite Sus maravillosas palabras, “a quién tengo en los cielos sino a ti, nada en la tierra es comparable a ti”.

No esperes a cuando puedas cerrar la puerta sin que te interrumpan. En el instante en que anheles la oración interior, ya es suficiente para traerte a la presencia de Dios. Vuélvete a Dios con sencillez, llena de confianza, y con franqueza. Incluso en esos momentos en que más te interrumpen, puedes volverte a tu Padre. En vez de estar molesta por una conversación improductiva, puedes hallar alivio al buscar un tiempo de comunión interior con Dios. Así puedes ver que todas las cosas ayudan a bien para aquellos que aman a Dios.

Lee lo que sea apropiado a las necesidades que tienes ahora. Detente, según vayas leyendo, para escuchar la voz de Dios dirigiéndote. Dos o tres sencillas palabras llenas del espíritu de Dios son como alimento para el espíritu. Las palabras se olvidan, pero siguen haciendo su trabajo en lo secreto, y el espíritu se alimenta de ellas y crece fuerte.



DESCANSA EN DIOS

La virtud empieza a crecer en un corazón que desea la voluntad de Dios. No es cuestión de saber mucho, o tener mucho talento, o siquiera hacer grandes hazañas ... todo cuanto realmente necesitas es un anhelo de pertenecer por completo a Dios. Mas, ¿cómo llega tu voluntad a este lugar? Conformándote, poco a poco, a lo que Dios desea. Debes aprender a afinar tu débil voluntad con la todopoderosa voluntad de Dios. Aquí hallarás una paz y un gozo interminable e inagotable.

¡Adora, alaba, y bendice a Dios por todo! Contémplale en todas las cosas. Ya que le amas, no hay nada que sea verdaderamente maligno en tu vida, pues Dios utiliza incluso los más terribles sufrimientos para obrar a tu favor. ¿Podrían tenerse por malignos los problemas que Dios usa para purificar tu vida? Piensa en lo que estos problemas llevan a cabo en tu vida.

Descansa de todas tus cuitas en el seno de tu Padre. Estate contento con seguir su voluntad en todas las cosas y aunar tu voluntad en perfecta armonía con Él. No le resistas a medida que obre dentro de ti. Si sientes que se levanta resistencia dentro de ti, vuélvete a Él y toma su punto de vista en contra de tu propia naturaleza rebelde. Él sabrá qué hacer. Aprende a no entristecer al Espíritu Santo dentro de ti, pues Él cuida de tu vida interior. Aprende de los errores que has hecho en el pasado sin desanimarte.

¿De qué mejor modo puedes glorificar a Dios que renunciando a tus propios deseos y permiténdole hacer lo que a Él le agrada? En verdad Él es tu Dios cuando no veas otra cosa que la mano de Dios gobernando todas las cosas de tu vida, y cuando le adores sin presiones externas e incluso sin consuelo interior.

Querer servir a Dios en ciertas circunstancias, pero no en otras, es servirle a tu propio antojo. Pero no poner límites en tu sumisión a Dios es en verdad morir a ti mismo. ¡Así es cómo se debe adorar a Dios! Ábrete a Dios sin límites. Deja que Su vida fluya a través de ti como un torrente. No temas nada en la senda que caminas. Dios te llevará de la mano. Deja que tu amor por Él deseche el temor que sientes por ti mismo. 



(Por gentileza de E. Josué Zambrano Tapias)

VE AL GRANO, SEAN POCAS TUS PALABRAS Y TU ACTIVIDAD EXTERNA / BUSCA EL SOSIEGO APARTÁNDOTE (Sorbos Místicos), François Fenélon




CONSISTENCIA

Me he dado cuenta de que siempre quieres dejar algo para ir corriendo a otra cosa. Sin embargo, cada tarea te lleva mucho tiempo porque lo diseccionas todo demasiado. No es que seas torpe... solo es que te enredas mucho. Quieres atender a todo lo que tenga la más mínima conexión con el tema tratado. Esto siempre lleva demasiado tiempo y te hace que te precipites de una cosa a otra. Intenta ser breve. Aprende a ir al meollo de la cuestión y desechar el resto.

¡No te pases todo el tiempo mirando a las musarañas! Lo que en realidad necesitas es sentarte tranquilamente ante Dios y pronto tu activa mente dialéctica se calmará. Dios puede enseñarte a mirar cada problema con una visión clara y sencilla. 

¡Podrías decir lo que quieres decir con dos palabras! Y a medida que pienses y hables menos, estarás menos soliviantada y distraída. De otro modo te desgastarás, y las cosas externas abrumarán tu vida interior y tu salud. ¡Corta por lo sano toda esta actividad! Acállate interiormente. Regresa con frecuencia a tu Señor. Te irá mejor de esta manera. Es más importante escuchar a Dios que a tus propios pensamientos.

No basta con que te gusten los buenos libros. Tú misma debes ser un buen libro. Las personas que mejor conocían a Dios tenían más problemas que tú, pero ellos conservaban su paz y cultivaban la sencillez, la pureza, y la oración interior.

Creo que tu atareada vida te exprime día a día. No dejes que tu trabajo te lleve consigo y consuma tu vida. Tómate tiempo para renovarte ante Dios. Sé breve y actúa con tranquilidad en tus labores



TIEMPO APARTE

Si renuncias a todas esas cosas que provocan tu curiosidad y ponen tu mente a mil por hora, te sobrará tiempo para estar con Dios y para atender tus asuntos. Vivir tu vida en oración te dará una mente despejada y una tranquilidad a pesar de lo que ocurra. Tu propia naturaleza es hiperactiva, impulsiva, y siempre está tratando de alcanzar algo que se encuentra fuera de tu alcance.

Pero Dios, obrando dentro de tu espíritu, produce un corazón manso y fiel que el mundo no puede tocar. Deseo de verdad que apartes el tiempo suficiente para estar con Dios y poder así refrescar tu espíritu. Seguro que todas tus ocupaciones te exprimen. Jesús tomó a sus discípulos aparte para estar a solas, e interrumpía sus asuntos más urgentes. A veces incluso dejaba a las personas que habían venido de lejos para verle con el fin de allegarse a su Padre. Te sugiero lo mismo. 

No basta con ser generosa... también debes aprender a recibir de Dios.


(Por gentileza de E. Josué Zambrano Tapias)

LA 'AFLICCIÓN' DEL ENCIERRO EN INACTIVIDAD, Manantiales en el Desierto




"... tomándole aparte de la gente ..." 
(Mr. 7:33)

Pablo no solamente resistió las tentaciones en su actividad cristiana, sino también en la soledad de su cautiverio. Es posible que tú puedas resistir la opresión del trabajo más arduo, juntamente con grandes sufrimientos, y sin embargo, fracasar por completo cuando estés separado de todas las actividades religiosas; cuando estés obligado a permanecer en el lugar estrecho de alguna prisión.

Vemos que esos pájaros tan sublimes que se remontan por encima de las nubes y resisten grandísimos vuelos, caen en la desesperación cuando se les encierra en una jaula, donde se ven forzados a golpear sus alas inútilmente contra los alambres de su prisión. Tú habrás visto a esas águilas grandes languidecer en sus estrechos jaulones, con sus cabezas encorvadas y sus alas caídas. ¡Qué cuadro tan terrible se nos presenta aquí, de la aflicción que causa la inactividad!

Pablo estuvo en la prisión. Aquello era otro aspecto de su vida. ¿Quieres saber lo que hacía allí? Yo le veo mirando por encima de lo alto del muro de su prisión y por encima de las cabezas de sus enemigos. Le veo escribir un documento y firmarlo con su nombre -y no poner: el prisionero de Festo, o de César, o la víctima del Sanedrín, sino "el prisionero del Señor". En todo esto, él vio solamente la mano de Dios. La prisión para él se convirtió en un palacio. En sus corredores suenan gritos de triunfo, alabanza y gozo.

Privado del trabajo misionero que él amaba tanto, ahora construye un nuevo púlpito -un testigo nuevo se levanta- y desde aquel lugar de esclavitud vienen algunos de los servicios mejores y más provechosos de la libertad cristiana. ¡Qué mensajes tan valiosos e iluminadores han procedido de aquellas sombras negras del cautiverio!

Piensa en el gran número de santos encarcelados que han seguido el camino de Pablo. Durante más de doce años los labios de Juan Bunyan permanecieron cerrados en la prisión de Bedford. Allí fue donde él hizo el trabajo más grande y mejor de su vida. Allí escribió el libro que ha sido más leído después de la Biblia. Él dice, "en la prisión estaba como en casa. Me sentaba y escribía y escribía porque el gozo me hacía escribir". El ensueño maravilloso de aquella larga noche, ha iluminado la senda de millones de cansados peregrinos.

El espíritu selecto de aquella señora francesa, Madame Guyón, estuvo encerrado entre los muros de la prisión. Lo mismo que algunos pájaros enjaulados que cantan sus canciones más melodiosas en sus confinamientos, la música del alma de esta señora, atravesó los muros de la prisión y ha desterrado la aflicción de muchos corazones entristecidos.

¡Cuán grande ha sido el consuelo que ha procedido de lugares solitarios! 

- S. C. Rees

ADMINISTRADOR:
Hoy el Señor puede encerrarnos con los muros intangibles o las cadenas invisibles de la inactividad, tanto laboral como religiosa. Pero sus prisiones siempre son de barrotes de oro, pues Cristo se encierra con nosotros. ¡Serán prisiones para oficiales, como la de José, si podemos ver en los detalles Su mano protectora y benefactora! 


PACIENTEMENTE ESPERÉ A YAHWEH (Salmo 40:1), Manantiales en el Desierto




Esperar es más difícil que andar. Esperar requiere paciencia, y la paciencia es una virtud muy rara. Es una cosa admirable saber que Dios rodea a los suyos con seto, cuando se mira a éste desde un punto de vista de protección. Pero cuando el seto permanece alrededor de uno y crece a tal altura que no es posible ver por encima de él, y se piensa si uno va a poder salir de aquella pequeña esfera de servicio e influencia en que se encuentra  aprisionado, a veces es difícil comprender porque uno no posee un medio de acción más amplio, y es más difícil aún "iluminar el rincón" en que se encuentra. Pero Dios tiene un propósito en todas sus dilaciones.

"Por Yahweh son ordenados los pasos del hombre" (Salmo 37:23). Al margen de su biblia y junto a este versículo, George Müller tenía la siguiente nota: "Y las paradas también". Es una falta lamentable que los hombres atraviesen con violencia por medio de los setos Dios. Uno de los principios vitales para el gobierno de un cristiano, es no moverse jamás de aquel lugar en el cual tiene la seguridad que Dios le ha colocado, hasta que la Columna de Nube se mueva.

Cuando aprendamos a esperar en la guía de nuestro Señor para todo, entonces conoceremos el poder que haya su clímax en una marcha recta y firme. Muchos de nosotros carecemos de la fortaleza que deseamos. Pero Dios provee con el poder suficiente para la labor que nos manda realizar. El secreto del poder consiste en esperar y mantenerse fiel a su guía
S. D. Gordon

¿Es la vida necesariamente un fracaso para aquel que está obligado a permanecer quieto en forzada inactividad viendo pasar las grandes palpitaciones de la marea de la vida? ¡No! La victoria entonces tiene que obtenerse permaneciendo quieto y esperando calladamente. Es mil veces más difícil el hacer esto, que la dificultad de precipitarse en los días de actividad de un lado para otro, en los quehaceres de la agitada vida. Requiere un heroísmo mayor permanecer quieto, esperar, no desanimarse ni perder la esperanza, someterse a la voluntad de Dios, dejar los honores para otros, estar callado, confiado y alegre, mientras la multitud alegre y bulliciosa camina y se marcha. La vida más elevada es aquella, "que habiendo hecho todo, espera".

J. R. Milder


CALLA Y DESEA LO QUE DIOS DESEA / TRATANDO CON LA RAÍZ DE TU VIEJA NATURALEZA (Sorbos Místicos), François Fenélon




REALIDADES INTERIORES

Evita todo cuanto te seque o excite. Tu vida de oración se secará si no lo haces. No esperes poder alimentar tu vida interior si sólo vives por lo externo.

La verdad es que tienes que aprender a renunciar a todo cuanto te hace demasiado abierto en tu conversación. ¿Cómo vas a cultivar un silencio interior si siempre estás hablando?

No puedes querer a Dios y las cosas del mundo al mismo tiempo. ¿No te das cuenta de que tu oración se verá afectada por lo que cultivas en tu vida diaria? Teme a tu excesivo entusiasmo, a tu gusto por las cosas del mundo, y a tus ambiciones secretas. No te emociones tanto con la política y sus tendencias. Si te soliviantas demasiado, será más difícil calmarte ante Dios.

Habla poco y trabaja con constancia. Deja que las acciones tomen el lugar de tus floridas palabras. Después de que aprendas a tratar con tus divagaciones mentales, debes aprender a venir ante Dios para renovar tu fuerza. Aprende a hacer esto incluso en medio de las tareas mundanas del día. Sigue mirando al Señor para procurar su reposada guía. ¡Pero no seas tan ruidoso que no puedas escucharle!

Perderás el rumbo en el momento en que decidas ir a tu aire. Cuando buscas sólo la voluntad de Dios, la encuentras por todas partes, y no puedes extraviarte. Desear lo que Dios desea te sitúa siempre en la senda correcta.

El futuro aún no es tuyo; puede que jamás lo sea. Vive en el momento actual. La gracia del mañana no es tuya hoy. El instante actual es el único lugar en el que puedes acariciar la esfera eterna.



DEJA DE LUCHAR

Eres buena, pero quieres ser mejor. Creo que estás tratando por todos los medios de usar tu vida interior para cambiar esas cosas externas de ti que son inaceptables desde un punto de vista social. En lo profundo de ti en realidad no estás cambiando. Déjame que te diga lo que ocurre cuando no permites que Dios trate con la raíz más profunda de tu vieja naturaleza. Te convertirás en algo muy crítico, duro, y farisaico. Mantendrás tus acciones en consonancia con ciertas normas de tu propia cosecha, pero en lo íntimo de tu ser no habrás 
cambiado. Por fuera parecerá que has obedecido... pero en lo interior estarás en un estado de rebelión. ¡Este no es lugar para vivir!

Presta más atención a tu vida interior. Toma tus deseos más profundos e intensos deseos y sitúalos en las manos de Dios. Pídele que te conquiste por completo. Entrégale tu arrogancia natural, tu sabiduría mundana, tu apego a tu casa, y tu temor de que nadie reconozca tu “grandeza”. También necesitas dejar a Dios tratar tu áspera actitud para con las cosas que no marchan como tú esperas.

Tu carácter no es tu mayor problema porque ya desconfías de él. A pesar de tus intentos de controlar tu mal humor, todavía saca lo mejor de ti. Esta humillación te hace mucho bien. Así que preocúpate de tus defectos más peligrosos. Más bien te veo del todo impaciente, y con falta de cierto dominio propio. Esto te es más humillante (¡y mejor para matar a tu orgullo!). Cuando eres demasiado perfecta con tu propio auto-control puedes volverte áspera, crítica, y será fácil que te sientas ofendida por los demásA través de tu debilidad, aprende la compasión hacia los defectos de otros.  La oración sincera ablandará tu corazón y te hará dócil, tierna, y moldeable en las manos de Dios. ¿Quieres que Dios sea tan crítico contigo como tú lo eres con otros?

Es demasiado fácil aferrarse a tu “buena reputación.” Mira cuidadosamente dentro de ti. En algún lugar de tu interior hay una frontera que no pasarás para ofrecerte a Él. Danzas alrededor de tus recelos y te obligas a creer que no los ves. ¡Si ves todas tus excusas, entonces algo tendrás que hacer con ellas!

Si Dios llega a romper alguna vez tus defensas, tocará donde más duele y te dejará que pongas toda clase de excusas para justificarte. Cuanto más te escondas para dar algo, tanto más obvio se hace que lo deberías dar. ¡Si fueras verdaderamente libre no te pasarías tanto tiempo argumentando con ello!

No regatees con Dios para salir de este lío de la forma más fácil y cómoda. Abraza la cruz. Vive sólo por el amor. Deja a Dios hacer lo que necesite hacer para extraer tu amor propio.

Ora dentro de ti todo el día. Vive en oración... que toque todo cuanto haces. Estate al tanto de la presencia de Dios dentro de ti ... incluso cuando estés ocupada. Haz esto y la paz será tuya.

No serás perfecta por el hecho de oír o leer de la perfección. Lo importante es no escucharte a ti misma, sino escuchar a Dios en silencio. Habla poco y haz mucho, sin cuidarte de si te han visto o no. Dios te enseñará más que cualquier libro o persona pudiera hacerlo.

¿Necesitas ir a la escuela para aprender a amar a Dios y negarte a ti misma? Sabes ya más cosas buenas de las que puedes practicar. Lo que necesitas es poner en práctica lo que ya sabes. No intentes obtener más conocimiento antes de practicar lo que ahora puedes ver.



(Por gentileza de E. Josué Zambrano Tapias)

SOSIEGO Y ORACIÓN CONTINUA / CULTIVA EL SILENCIO INTERIOR (Sorbos Místicos), François Fenélon




ESTABILIDAD

No dejes que tus defectos te desanimen. Sé paciente contigo misma, al igual que con tu prójimo. Pensar demasiado te agotará y te hará cometer muchos errores. Aprende a orar en todas tus situaciones diarias. Habla, actúa, y camina como si estuvieras en oración. De cualquier forma así es como debieras vivir.

Hazlo todo sin excitarte en exceso. En cuanto empieces a sentir que te estás apresurando, cálmate delante de Dios. Escucha cómo te inspira interiormente, y entonces haz tan solo según Él dirija. Esta corta y sencilla petición es mejor que tus largas disertaciones interiores.

Vuélvete a Dios y será mucho más fácil apartarte de tus fuertes sentimientos naturales. Depende del Señor dentro de ti. Tu vida se hará paulatinamente una oración. Puede que sufras, pero será en paz.


DÉJALO IR

Debes dejar marchar tu desasosiego, tu excesiva curiosidad, tu anhelo de éxito, y tu hábito de acumular cosas que acarician tu ego. La mejor forma de dejar ir todas estas cosas es cultivar un silencio interior donde puedas llegar a experimentar la presencia de tu Señor. Si haces esto cada día de tu vida, harás verdadero progreso en negarte a ti misma.

El sentarte en la presencia de tu Señor te calmará, suavizará tu temperamento, humillará tu actitud sabelotodo, y restringirá tu impaciencia. Te pondrás al tanto de tu Señor y de las necesidades de tu prójimo.

Dios te ha bendecido al hacerte tan sensible. Cosas que a duras penas preocupan a otras personas te tocan hasta lo más íntimo. ¡No te preocupas ni te contentas a medias tintas! Pero te advierto que te guardes de tus gustos y aversiones, puesto que optas por expresarte de esta forma tan pasional.


(Por gentileza de E. Josué Zambrano Tapias)

ACTIVISMO CARNAL COMO ESCAPE / SOSIEGO Y CONTINENCIA / CONOCIMIENTO PROPIO (Sorbos Místicos), François Fenélon




NO ESCAPES

Me temo que vas a abalanzarte con frenesí sobre tus actividades diarias para escapar de las dolorosas circunstancias en que te encuentras. Necesitas venir a Dios y renovar su presencia dentro de ti a lo largo del día.

Vive en la paz de Dios. Haz lo que se espera de ti mientras miras internamente al Señor. Solo Él es digno de tu amor. En el momento en que te percates de que tu vieja naturaleza te incita a hacer algo, rechaza inmediatamente su sugerencia. La gracia de Dios será entonces capaz de guardarte de caer en pecado.

No le ayudes a tu vieja naturaleza en nada. Aprende a sabotear cada plan que te presente tu vieja naturaleza. Apártate de toda alianza maligna. Cuando seas fiel de esta manera, será tan bueno para tu cuerpo como para tu espíritu y alma.

No descuides tus obligaciones, pero no te dejes consumir por ellas.



CONOCIMIENTO PROPIO

Mientras esperas a que Dios te libere de ti mismo, necesitas echar una buena ojeada a cómo eres. No te sorprendas cuando te veas como realmente eres... impaciente, obstinado, muy irascible, y arrogante...

Debes aprender a ser paciente contigo mismo sin caer en la negligencia. Humíllate bajo su mano. Ríndete a Dios desde el mismo instante en que te sientas resistiendo.

Habita en el silencio tanto como te sea posible. Evita escoger tu propio camino, y retén tu opinión tanto como sea posible. Ponte riendas cuando te veas demasiado entusiasmado. Incluso aunque algo te parezca bueno, no lo sigas demasiado rápido.

Lo que deseo para ti es la templanza de corazón que proviene de sentarse ante Dios con un corazón pleno de amor hacia Él. No te preocupes de las cosas externas. Cuídate de tus asuntos a su debido tiempo con una atención tranquila y silenciosa. Harás más al trabajar con tranquilidad en la presencia de Dios que por la desasosegada actividad que proviene de tu vieja naturaleza. 


(Por gentileza de E. Josué Zambrano Tapias)

ARGUMENTOS, VANO CONOCIMIENTO, EVITAR A LOS ENTROMETIDOS 'ASESORES ESPIRITUALES', (Sorbos Místicos), François Fenélon




QUE LAS COSAS SIGAN SU CURSO

Tu mente está demasiado ocupada y argumentas demasiado como para mantener una percepción sosegada de Dios. Si siempre estás razonando, no puedes cultivar el silencio en el cual Dios habla. Sé humilde, sincero, y sencillo con las personas. Estate reposado y calmado ante Dios.

Tus mentores son demasiado secos, intelectuales y críticos. Estas personas se oponen a una vida interior espiritual. Aunque solo les escuches un poco, te llevarán lejos de una fe sencilla y mansa. Razonan demasiado y son enfermizamente cotillas. 

Los hábitos mal curados se prenden con facilidad, pues tienes una tendencia natural hacia ellos. Mantente alejado de cualquier cosa que te guíe a los viejos caminos.

Hace cuatro meses que no he tenido tiempo para estudiar. Pero estoy contento de entregar el estudio y no apegarme a nada que Dios quiera llevarse. Puede que este invierno tenga tiempo de poner un pie en mi biblioteca. Entraré con cautela y atenderé a la más leve insinuación de que Dios me quiera en cualquier otro sitio. Al igual que el cuerpo, la mente tiene que ayunar

No tengo deseo de escribir, hablar, que hablen de mí, razonar, ni persuadir a nadie. Vivo cada día con sencillez. Soporto cualquier inconveniencia que se presente, pero también me entretengo cuando lo necesito

Los que escriben cosas en contra mía y me tienen miedo están tristemente engañados. ¡Que Dios les bendiga! No soy tan necio como para salir de mi senda para ir a molestarles. Como Abraham dijo a Lot: ¿No está delante de ti toda la tierra? Si tú vas a la izquierda, yo iré a la derecha (Génesis 13: 9).

¡Bienaventurados los libres! Solo Jesús puede hacerte libre. Te libera quebrando toda cadena que te retiene. ¿Cómo? Su espada divide marido y mujer, padre e hijo, hermano y hermana. En tanto haya algo en este mundo que signifique algo para ti, tu libertad solo es una palabra. Eres como un pájaro retenido con lazo; solo puedes volar hasta donde te deje el hilo. ¿Ves lo que quiero decir? Lo que quieres ganar vale más que todo lo que temes perder. Sé fiel en lo que sabes y se te añadirá. No confíes demasiado en tu mente..., ¿cuántas veces te ha descarrilado? Mi propia mente ha sido tal engañadora que ya no cuento con ella. 

Sé sencillo. “Porque la apariencia de este mundo se pasa” (1ª Corintios 7: 31). Pasarás junto al mundo si sigues su patrón. La verdad de Dios permanece para siempre; así pues, deja que sus caminos tomen plena posesión de ti.

Te vuelvo a advertir: Ten cuidado con los filósofos. Te atraparán y te harán más daño que bien les sepas tú procurar. Sus discusiones son eternas, pero nunca se allegan a la verdad sencilla. Los intelectuales son unos curiosos insanos; son como conquistadores que destruyen el mundo sin poseerlo. Salomón mismo testifica de la vanidad del interminable razonar. Nunca estudies asuntos espirituales a menos que Dios te anime a ello. Y no estudies más de lo que puedas abarcar. Estudia con un corazón lleno de oración. Dios es tanto Verdad como Amor. Solo puedes conocer la verdad en la medida que la ames. Ama la verdad y conocerás la verdad. Si no la amas, no conoces el amor. Ama con un corazón humilde y la Verdad te amará. Sabrás lo que los filósofos no pueden conocer e incluso lo que los filósofos no quieren saber. Espero que obtengas el conocimiento que se reserva para los niños y los de mente sencilla. Dicho conocimiento está oculto a los sabios y prudentes (Mateo 6: 25).


EVITA A LOS ENTROMETIDOS ESPIRITUALES

Estoy contento de que hayas encontrado las cualidades que estabas buscando en la persona de la que me hablaste. Dios pone lo que Él desea donde Él desea. Nos envía ayuda y luz a través de muy diferentes personas y circunstancias. ¿Te debería eso preocupar? Si ves que Dios te está enviando el socorro, no te apegarás tanto a la forma en que lo envió. Sus caminos están muy por encima de los nuestros. Confía en su senda y madurarás en humildad y sencillez. El Señor te mostrará que no tienes ningún poder en o de ti. Recibe lo que Él te da y depende de su Espíritu, que sopla de donde quiere (Juan 3: 8).

No necesitas conocer los secretos de Dios... tan solo sé obediente a lo que Él te muestra que hagas. Pensar mucho te distraerá. Si te ves atrapado en tus pensamientos, apagarán tu sentir espiritual interno como una ráfaga de aire apaga una vela. Si te mantienes en la compañía de personas como esta, verás cuán secos están sus corazones y cuánto se han apartado sus mentes del centro. Es mejor estar alejados de ese tipo de personas.

También quiero advertirte de las personas que aparentan tener una vida espiritual interior. Es fácil confundir una viva imaginación con una verdadera experiencia espiritual. Observa con cuidado y verás que aún están indebidamente apegados a las cosas externas.

Tus deseos caprichosos, dejados a su aire, te guiarán a obsesiones que estrangulan tu paz interior y silencio ante Dios. Permanece lejos de personas que suenan bien, pero nunca exhiben un verdadero fruto del caminar interior. Su habla es engañosa y casi siempre los verás agitados, buscando los defectos, y llenos de sus propios pensamientos. A estos entrometidos espirituales les molesta todo, ¡y casi siempre son ellos los molestos!


(Por gentileza de E. Josué Zambrano Tapias)

GUÍA REPOSADA / PIENSA POCO Y HAZ MUCHO, (Sorbos Místicos), François Fenélon




UNA GUÍA REPOSADA

Sé que Dios te guardará. Aunque no disfrutas de disciplina espiritual, sé fiel en buscar a Dios tanto como tu salud lo permita. Me doy cuenta de que comer, en lo físico y en lo espiritual, no te hace ahora mucha gracia. No obstante, debes comer para sobrevivir.

Sería bueno para ti si pudieras disponer de algunos instantes de comunión con aquellos miembros de tu familia en quienes tengas confianza. En cuanto a con quién deberías hablar ... guíate por tu sentir interno de lo que sea adecuado en cada momento. 

Dios no te guía en base a tremendos emocionalismos, y me gozo por ello. Sé fiel a la voz mansa, y apacible. Las emociones fuertes y los sentimientos profundos, o buscar señales, puede ser más peligroso que beneficioso. Seguro que tu imaginación se lanza por los cerros contigo detrás. Dios te guiará, casi sin  que tú lo sepas, si eres fiel en venir ante Él en quietud. Come de Él y de Su Palabra. Ámale y no te diré que hagas nada más. Pues si le amas, todo lo demás funcionará. No te estoy pidiendo un amor tierno y emocional, sino simplemente que atiendas al amor. Pon a Dios delante de ti y del mundo e incluso tus malignos deseos empezarán a ser transformados.



ACEPTA TU DEBILIDAD

He oído que estás enferma. Sufro a tu lado porque me eres muy querido. No obstante, no puedo hacer otra cosa que besar la mano que permite esta enfermedad. Oro para que la beses junto a mí con amor. Has abusado de tu buena salud y este es el resultado. Dios no sólo te mostrará lo débil que eres físicamente, sino lo espiritualmente débil que eres sin Él. Cuán fuerte serás cuando veas que eres del todo débil. Entonces siempre serás capaz de creer que estás equivocado.

Ábrete a la clarividencia de los demás. No seas dogmático. Habla la verdad con sencillez. Deja que otros te evalúen, pero no juzgues a nadie. Ofrece consejo sólo a los que lo pidan. Haz mención de los defectos ajenos sin tener  mano dura o ser legalista. Y no hables para ganarte una buena reputación.

Ruego que Dios te mantenga fiel a Su gracia. El que la comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo. (Filipenses 1:6) Sopórtate con paciencia. Entrega al Señor todo cuanto te moleste. Hazlo en quietud y en paz. Y no esperes que las cosas cambien de un día para otro.

Piensa poco y haz mucho. Si no te andas con tiento, te agenciarás de tanto conocimiento que necesitarás toda una vida extra para ponerlo en práctica. Hay un peligro al pensar que eres perfecto simplemente porque entiendes lo que debe ser la perfección. Todas tus bonitas teorías no te ayudarán a morir a ti mismo. El conocimiento fomenta la vida de Adán en ti porque te deleitas en lo secreto en tu revelación. Nunca confíes tu poder a tu propio conocimiento. Sé humilde. No confíes en tu vieja naturaleza.



(Por gentileza de E. Josué Zambrano Tapias)

AMOR PROPIO v/ AMOR DE DIOS / DECIDE SOLO CUANDO ESTÉS EN CALMA (Sorbos Místicos), François Fenélon




ESCUCHA A DIOS

No escuches a tu propia naturaleza. El amor propio cuchichea en un oído y Dios cuchichea en el otro. El primero es desasosiego, imprudencia, ansiedad, y precipitación; el otro es sencillo, pacífico, y no habla más que pocas palabras en una voz suave y mansa. En el momento en que escuches al vozarrón del yo no oirás los delicados tonos del amor santo. Cada cual habla de una sola cosa. 

El amor propio sólo habla de sí ... nunca se le presta la suficiente atención. El amor propio habla de que se le considere. El yo desespera de todo excepto de una adulación directa. El amor de Dios, al contrario, susurra que lo propio ha de olvidarse ... ser tenido en nada para que Dios haya de ser todo. Dios quiere llenarte por completo y unirse a Sí Mismo contigo. Deja que el vano y quejumbroso balbuceo del amor propio se silencie para que en la quietud del corazón puedas escuchar el amor de Dios.

Mientras vivas en la tierra sólo puedes comprender en parte. El amor propio, que es la fuente de tus defectos, es el mismo que oculta los defectos. El amor propio tiene que ser desarraigado de ti para que Dios pueda reinar dentro de ti sin oposición.

La luz de Dios te mostrará lo que en realidad eres, y también te sanará de tus pecados. Hasta que no te ves bajo la prístina luz de Dios no te conoces. En realidad dependes de ti mismo mucho más de lo que piensas. El amor de Dios te hará ver claramente que Él te ama sin parcialidad y sin halagos. Así es como debes verte a ti mismo, al igual que a tu prójimo. Pero relájate, ¡Dios sólo te muestra tu debilidad en la medida en que ofrece el valor para sobrellevar la visión! Se te mostrarán las imperfecciones una a una en la medida en que seas capaz de encararlas. A menos que Dios te diera la gracia para ver tus debilidades, el conocimiento de ellas sólo te llevaría al desespero.

Aquellos que corrigen a otros deberían esperar a que el Espíritu Santo fuera delante de ellos y tocara el corazón de la persona. Aprende a imitar a Aquel que reprende con mansedumbre. Las personas no necesitan ver a Dios condenándoles, deben darse cuenta dentro de ellos que han hecho algo incorrecto. No uses de mano dura a no ser que quieras que las personas vean a Dios como un ogro enfadado.

Cuando el defecto de una persona te saca de quicio, normalmente no es “indignación santa”, sino tu propia personalidad impaciente expresándose. He aquí al imperfecto señalando con el dedo al imperfecto. Cuanto más egoístamente te ames a ti mismo, tanto más crítico serás. El amor propio no puede perdonar el amor propio que descubre en otros. Nada es tan ofensivo a un corazón altivo y vanidoso como la vista de otro.

El amor de Dios, no obstante, está lleno de consideración, paciencia, y ternura. Guía a las personas lejos de su debilidad y pecado pasito a pasito. Cuanto menos egoísta seas, tanto más considerado serás hacia otros. Espera largo tiempo, años, antes de dar consejo. Y entonces ofrece sólo consejo a medida que Dios abra los corazones de los que van a recibirlo. Si arrancas la fruta antes de que la fruta madure, la estropearás del todo.

Tus amigos imperfectos, y todos somos imperfectos, sólo te pueden conocer imperfectamente. Ven en ti lo que tú no puedes ver y pasan por alto mucho de lo que tú sí ves. Son prestos a ver las cosas que les ofenden, pero no miran en lo profundo de ti los defectos que están ocultos en lo más íntimo. Incluso sus mejores juicios no dejan de ser superficiales.

Escucha a la voz de Dios en silencio. Estate dispuesto a aceptar lo que Él quiere mostrarte. Dios te mostrará todo lo que necesitas saber. Sé fiel en venir ante Él en silencio. Cuando oigas la voz sosegada y débil por dentro, es tiempo de estar en silencio. Esta voz no es un extraño a tu espíritu. Esto no es algo místico, sino práctico. Dentro de ti aprenderás a rendirte a Dios y a confiar en tu Señor.



DEJA QUE LA ANSIEDAD SE VAYA

Deja que tu ansiedad fluya aguas abajo como un torrente. ¡Menudas evidencias te fabricas para las más inverosímiles situaciones! Dios te permite, a pesar de tu buen juicio, estar ciego a lo que está delante de ti. Crees que ves claramente lo que ni siquiera existe. Dios será glorificado en tu vida si te rindes a Él. Nunca tomes decisiones importantes en un estado de angustia. Sencillamente no eres capaz de ver con claridad. Cuando estés tranquilo y recogido te será más fácil hallar la voluntad de Dios. Vuélvete a la devoción y a la sencillez. Escucha a Dios y haz oídos sordos a ti mismo. Cuando estés en un lugar de calma y quieto descanso, haz cuanto sientas dentro de tu espíritu. Pero suponer que estás equilibrado cuando sufres la agonía de la ansiedad es prepararte para cometer una equivocación. Cualquier consejero espiritual experimentado te dirá que no tomes decisiones hasta que retomes tu paz y vuelvas a entrar en la oración interior.

Nunca confíes en ti cuando estés sufriendo mucho, pues tu naturaleza es muy poco razonable y se solivianta con gran facilidad. Dices que intento evitar que hagas lo que debes hacer. ¡Dios no lo quiera! No deseo animarte ni detenerte. Sólo quiero que agrades a Dios. Está más claro que el agua que fallarás al intentar hacer lo que Dios quiere si actúas cuando tu vieja naturaleza se sienta profundamente herida hasta el punto del desespero. ¿Harías algo sólo para hacerte feliz incluso si fuera en contra de la voluntad de Dios? Dios no lo quiera. Espera hasta que no te sientas tan herido. Permanece abierto a toda alternativa que Dios pudiera sugerir. Sacrifícalo todo por Su causa.



(Por gentileza de E. Josué Zambrano Tapias)

LIDIAR CON LAS OFENSAS / DISTRACCIONES / REFRENARSE, (Sorbos Místicos), François Fenélon




LIDIAR CON LAS OFENSAS

Por supuesto, simpatizo con todas tus tribulaciones. Lo único que puedo hacer es orar para que Dios te consuele. Necesitas de verdad que el Espíritu de Dios te dé fuerzas en tus tribulaciones. Su espíritu atará el avance de tu fuerza natural. Es normal que quieras defenderte de los problemas que ahora enfrentas. Pero no las combatas con tu propia fuerza.

En lo que se refiere a la carta sobre tu nacimiento, creo que la deberías entregar a Dios. Pide la misericordia de Dios sobre aquel que quiera dañarte. Siempre he tenido la sensación de que eras muy sensible con este asunto. Dios siempre te ataca en el punto débil. No intentas matar a alguien golpeándole donde es más fuerte. Tienes que apuntar a sus órganos vitales: el seno de la vida. Cuando Dios apunta para matar a tu vieja naturaleza, Él toca el punto más tierno ... ¡el punto que rebosa de vida! Esto es por lo que ofrece la suerte de pruebas que Él te da.

Déjate ser humillado. Si eres silencioso y pacífico cuando te sucedan cosas humillantes, crecerás en gracia. Me doy cuenta de que te verás tentado a defenderte por miles de razones diferentes. Pero es mucho mejor estar humildemente en silencio. La humildad que aún puede hablar hay que observarla más de cerca. Lames demasiado tus heridas cuando hablas.

No te enfades en extremo cuando se digan cosas de ti. Deja que el mundo hable; sólo busca hacer la voluntad de Dios. Nunca serás capaz de satisfacer por completo a las personas, y el doloroso esfuerzo no merece la pena. Una paz silenciosa y una dulce relación con Dios te recompensará por toda palabra de mal proferida contra ti. Ama a tu prójimo sin esperar su amistad. La gente va y viene ... deja que hagan lo que les agrade. Mira a Dios solamente. Él es el que te aflige o consuela a través de las personas y las circunstancias. Lo hace por tu  propio beneficio.



DISTRACCIONES / REFRENARSE

Ruego que este nuevo año haya de ser un año lleno de gracia y bendiciones para ti. No me sorprende que no disfrutes la oración interior como lo hacías al principio. Todo placer tiende a agotarse. Una personalidad activa, acostumbrada a mucha actividad, se desmayará cuando esté en soledad. Durante mucho tiempo has estado distraída por mucha actividad externa. Estoy al tanto de los problemas que enfrentarás a medida que busques vivir una vida totalmente entregada a la voluntad de Dios.

Al principio la vigorosa fuerza de tu entusiasmo te ayudará a salir indemne de tus problemas, da igual lo grandes que sean. Cuando te sientes fuerte tienes la sensación de que puedes hacer cualquier cosa. Cuando te desanimas, crees que no puedes hacer nada y que todo está perdido. Pero ambas sendas están erradas.

No te turbes por ninguna distracción que experimentes en oración. Las distracciones están arraigadas muy dentro de ti, incluso cuando quieres orar internamente. Tu temperamento y costumbres te hacen  ser muy activo. Sólo cuando estés completamente agotado buscarás una vida más sosegada.

Cuando lleves fruto, poco a poco llegarás a la experiencia de una vida interior más profunda con menos distracciones. Dios te dio un bocado antes con el fin de que pudieras ver hacia dónde quería guiarte. Luego Él se lleva este maravilloso sabor para que puedas ver que no te pertenece. Mira con claridad que todo lo que Él da es un don de gracia que debe ser recibido con humildad.

No te sorprendas al verte extremadamente susceptible, impaciente, orgulloso, y con una recia voluntad propia. Date cuenta de que ésta es tu disposición natural. Agustín dice que debes llevar el yugo de la confesión diaria de tus pecados. Aprende a sentir tu propia debilidad, tu camino, tu incapacidad de corregirte. Desespera de tu propio corazón y espera sólo en Dios. Sopórtate, pero no te halagues al pensar que eres mejor de lo que eres. No te niegues experimentar nada que sea necesario para tu corrección.

Puedes ver tu propio carácter, pero espera en el reloj de Dios para transformarlo. Déjate ser humillado bajo Su mano todopoderosa. Cada vez que sientas cualquier resistencia en tu voluntad, ríndete a Dios. Cultiva el silencio tanto como sea posible. No tengas prisa para juzgar. Retén tus decisiones, tus gustos y disgustos. Párate en seco cuando tu actividad sea demasiado precipitada. No estés ansioso ni aún por lo bueno



(Por gentileza de E. Josué Zambrano Tapias)

SUFRIR EN SILENCIO / NEGACIÓN PROPIA / ASADOS A FUEGO LENTO (Sorbos Místicos), François Fenélon




LA CRUZ ESCONDIDA

Dios tiene en su mano todo tipo de circunstancias para traerte la cruz, y todas ellas llevan a cabo Su propósito. Puede que incluso enlace una debilidad física a tu sufrimiento emocional y espiritual.

Como es natural, el mundo puede que no vea tu trato con la cruz ... creen que eres un quisquilloso o eres propenso a los arrebatos por agotamiento nervioso. Así pues, mientras andas encorvado bajo el peso de la obra oculta de la cruz, los de fuera a menudo envidian tu aparente buena suerte.

¿Qué decir a Dios cuando estás bajo la obra de la cruz? No necesitas decirle mucho, y ni siquiera pensar mucho acerca de Él. Él ve tu sufrimiento, y tu disposición a someterte. Con la gente que amas no necesitas decir continuamente, “te amo de todo corazón”. Aunque no pienses en cuánto lo amas, aún sigues amando a Dios igual. El verdadero amor está en lo profundo del espíritu ... sencillo, pacífico, y silencioso.

¿Cómo sobrellevar el sufrimiento? En silencio ante Dios. No te trastornes intentando crear un sentir artificial de la presencia de Dios. Poco a poco aprenderás que todos los problemas de tu vida —tu trabajo, tu salud, tus defectos interiores— son en realidad cura para el veneno de tu vieja naturaleza. Aprende a sobrellevar estos sufrimientos con paciencia y mansedumbre.



LA NATURALEZA DE LA NEGACIÓN PROPIA

La negación propia tiene su lugar en la vida cristiana, pero Dios no te pide que escojas lo que es más doloroso para ti. Si siguieras esta senda en breve arruinarías tu salud, reputación, trabajo, y amistades.

La negación propia consiste en sobrellevar con paciencia todas aquellas cosas que Dios permite que ocurran en tu vida. Si no rehúsas nada que venga en el orden de Dios, estás saboreando la cruz de Jesucristo.

Dios te da la gracia de sobrellevar la cruz en tu vida igual que provee tu pan diario. ¡Nunca te fallará! Es un buen ejercicio para la gente excesivamente entusiasta renunciar a sus propias formas de practicar la negación y dejar a Dios que traiga lo que le plazca a sus vidas. Si no estás dispuesto a aceptar las negaciones dispuestas por Dios, entonces no te fíes de las negaciones que te inventas. Mira a ver qué estás haciendo. Confía en que Dios te va a proveer de lo que necesitas.



EL VALOR DE LA CRUZ

¿Te preguntas por qué Dios tiene que ser tan duro contigo? ¿Por  qué no te hace bueno sin hacerte miserable al mismo tiempo? Por supuesto que podría, pero no ha escogido hacerlo así. Quiere que crezcas poquito a poco y no que irrumpas en una madurez instantánea. Esto es lo que Él ha decidido y tú sólo puedes adorar Su sabiduría ... incluso cuando no la entiendas.

Me quedo perplejo ante lo que puede producir el sufrimiento. Tú y yo no somos nada sin la cruz.  Agonizo y grito cuando la cruz está obrando en mí, pero cuando se termina miro hacia atrás admirado por lo que Dios ha llevado a cabo. Claro que entonces me avergüenzo de haberla sobrellevado tan torpemente. He aprendido tanto de mis necias reacciones.

Tú mismo debes soportar el doloroso proceso del cambio. Aquí hay algo más en juego que una madurez instantánea. Dios quiere construir una relación contigo que se basa en la fe y en la confianza, no en inflamados milagros. Dios usa los desengaños, desilusiones, y fracasos de tu vida para llevarse la confianza que tienes en ti mismo y ayudarte a poner tu confianza en Él. Es como ser quemado a fuego lento, pero antes preferirías ser quemado en un resplandor de gloria, ¿verdad? ¿Te despegaría este resplandor de ti mismo? Por tanto Dios prepara una serie de acontecimientos para separarte de ti y de otros.

Dios es tu Padre, ¿crees que alguna vez te haría daño? Él sólo te separa de aquellas cosas que amas de forma incorrecta. Lloras como un bebé cuando Dios quita algo o se lleva a alguien de tu vida, pero llorarías mucho más si vieras el eterno perjuicio que te causan tus malos apegos. No miras con los ojos de la eternidad. Dios lo sabe todo. Nada sucede sin su consentimiento. Te enojas por las pequeñas pérdidas, ¡pero no ves las ganancias eternas!

No hagas del sufrimiento tu casa. Tu excesiva sensibilidad hace peores tus pruebas. Abandónate a Dios. Todo lo que hay en ti que ya no forme parte del Reino establecido de Dios necesita la cruz. Cuando aceptas la cruz en amor, Su Reino empieza a vivir dentro de ti.

Debes llevar la cruz y estar satisfecho con lo que agrada a Dios. Tienes necesidad de la cruz. El fiel Dador de toda buena dádiva te ofrece la cruz de Su propia mano. Ruego porque llegues a ver cuánta bendición reside en ser corregido por tu propio bien.
Mi Dios, ayúdanos a ver a Jesús como nuestro ejemplo en todo sufrimiento. Le clavaste en la cruz por nosotros. Le hiciste un hombre de tristezas para enseñarnos cuán útil es la tristeza. Danos un corazón para volvernos las espaldas a nosotros mismos y sólo confiar en Ti.



(Por gentileza de E. Josué Zambrano Tapias)

MUERE CADA DÍA / CIRCUNSTANCIAS COMPLICADAS / SILENCIO, PAZ Y UNIÓN CON DIOS (Sorbos Místicos), François Fenélon




MUERE CADA DÍA

Muchos creen que “morir a sí mismos” es lo que les inflige tanto dolor. Pero en realidad es la parte de ellos que aún está viva lo que acarrea el problema. La muerte sólo es dolorosa cuando la resistes.

Tu imaginación exagera el horror de la muerte. El amor propio lucha con todas sus fuerzas para vivir. 

Muere en el interior y también en el exterior. Deja que muera todo lo que no es nacido de Dios dentro de ti. Lleva tu cruz. ¿Sabes lo que esto quiere decir? Aprende a verte como eres, y acepta tus flaquezas hasta que le agrade a Dios sanarte. 

Tu meta es ser tan paciente contigo mismo como con tu vecino. Si mueres un poquito cada día de tu vida, no tendrás mucho de lo que preocuparte al final de tus días. El amor propio con lleva muchísima ansiedad. No me extraña que te preocupes tanto del futuro

Sé paciente contigo mismo y deja que tus compañeros cristianos te ayuden. Estas muertes diarias destruirán el poder de tu última muerte. Entonces tu muerte corporal no será más que un dormirse. ¡Qué felices sois los que dormís este sueño de paz!



SITUACIONES COMPLICADAS

Dios no quiere desanimarte ni arruinarte. Abraza las circunstancias difíciles en las que te hayas, aun cuando te sientas amedrentado por ellas. Deja que Dios te moldee por las situaciones que permite que se introduzcan en tu vida. Esto te hará flexible a la voluntad de Dios.

Los sucesos de la vida son como un horno para el corazón. Tus impurezas se deshacen y tus viejos caminos se pierden. En cuanto a la humillación que sientes cuando ves tus faltas, sólo tienes que observar lo susceptible que es tu amor propio. El dolor que sientes ante tus propias imperfecciones es peor que las propias faltas. En realidad tu problema es la inmensa desazón que exhibes ante
tus defectos. Aprende a vivir contigo mismo como eres sin soliviantarte tanto. Si haces esto, pronto tendrás paz. Soporta con paciencia los altibajos de cada día.

Aprende a ver a Dios gobernando todas las cosas detrás de cada  circunstancia molesta. Aprende que Él te instruye tanto en las situaciones problemáticas como en las que son agradables. No hay duda de
que las intromisiones que Dios te envía alterarán tus planes y se revolverán contra todo aquello que tú quieres. Pero también te pondrán tras la pista de Dios.

Siéntate en calma ante Él y ríndele tu voluntad. Tu indomable voluntad empezará a aprender a ser flexible. Todo lo que viene de la mano de Dios produce buen fruto. A veces las contrariedades bajo las que anhelas soledad son mejores para producir humildad que la más absoluta de las soledades.

Utiliza las circunstancias de cada momento hasta sus últimas consecuencias. Hay ocasiones en que un libro intrigante, o un tiempo devocional inspirado, o una profunda conversación sobre asuntos espirituales, te harán sentir enormemente satisfecho contigo mismo. Creerás que has llegado más lejos de donde estás en realidad. Hablar de la cruz no es lo mismo que experimentarla. Así pues acuérdate de esto: no busques circunstancias incómodas, mas cuando lleguen, toléralas en paz.

¡Es fácil engañarte a ti mismo! No busques a Dios como si estuviera allá, alejado en un castillo de marfil. Él se halla en medio de los acontecimientos de tu vida diaria. Ignora los obstáculos y encuéntralo.




LOS CAMINOS DE DIOS

Cuando Dios empieza a tratar con tu vieja naturaleza Él se dirige directamente al centro de todo aquello que retienes con más cariño. Deja que Él traiga la cruz a la médula misma de lo que tú eres. No murmures ni te inquietes cuando empiece el proceso: silencio y paz habrán de ser mejores valedores que estar disgustado. Te verás tentado a hablar en un tono de voz humilde para contar a otros tus problemas. ¡Ojo con esto! Una humildad locuaz no tiene demasiada raíz. Cuando hablas demasiado, tu amor propio se lame un tanto las heridas dando una válvula de escape a su innata vergüenza.

No te enfades de lo que dicen las personas. Sólo sigue a Dios y deja que hablen. En todo lo que tenga que ver con las personas nunca serás capaz de satisfacerlas. El silencio, la paz, y la unión con Dios deberían consolarte de todo lo que la gente dice de ti.

Has de estar dispuesto a hacer lo correcto en tu situación actual, pero al mismo tiempo tu temperamento irascible necesita rectificaciones y un equilibrio. Ven a Dios a menudo para tan sólo sentarte en Su presencia y renovarte.

Nada es tan importante como la humillación del corazón y el desapego de tu propia opinión y voluntad. La rigidez y la dureza no son del Espíritu de Jesucristo.



(Por gentileza de E. Josué Zambrano Tapias)

DOS CLASES DE ORACIÓN versus TABERNÁCULO (Sorbos Místicos-Miguel de Molinos), José (Administrador)






DOS CLASES DE ORACIÓN (Miguel de Molinos)


¿Qué es la oración? 

La oración es el ascenso de la mente hacia Dios.

Él está por encima de todos nosotros y no lo podemos ver; por tanto, conversamos con Él. Conversar con Él es la manera más sencilla de oración; pero es una clase de oración que es esencialmente discurso mental con Dios. Aquí la razón, la meditación y el pensamiento desempeñan un papel de importancia. Aquí uno piensa en Dios.

Pero cuando el creyente fija su atención en el rostro de su Señor, sin exigir consideración ni razonamiento; sin necesidad de pruebas para convencerse de nada, eso es una oración más alta. Aquí uno contempla a Dios. Ésa es una práctica más pura (sin mezcla).

Cuando el barco llega al puerto se ha acabado el viaje, ¿no es así? De igual forma, para que alcancemos realmente a Dios, tenemos que usar algún medio para llegar a Él; pero una vez establecidos esos medios y una vez alcanzado su fin, dejamos de lado los medios; es decir, abandonamos el método (bajamos del barco).

Algunas veces, la oración racional es un buen lugar para comenzar. Sin embargo, la oración racional no es más que un método para llevarnos a una relación más profunda y sosegada con nuestro Señor. Cuando llegamos a este segundo nivel de oración, le ponemos fin a toda discusión racional, y en lugar de hacerla, descansamos (reposamos). Estamos aquí en una sencilla visión de Dios: verlo, amarlo (rechazando muy delicadamente todas las imágenes que vengan a la mente). Esta es una oración más llena de sentido. La mente permanece tranquila en la presencia divina. Dentro de nosotros todo se halla recogido, centrado y fijado por completo en Él.

Ya que quieres buscar una forma más profunda de caminar con tu Señor, te conviene dejar a un lado pronto las cosas inteligibles. En resumen, déjalo todo a un lado y lánzate al seno de un Dios amoroso. Este Señor tuyo terminará restaurando todo cuanto has abandonado, al mismo tiempo que aumentará tu fortaleza y poder (hablo de un poder para amarle con mayor ardor). A su vez, ese amor te va a mantener en todas las circunstancias que se te presenten en la vida. Puedes estar seguro de que el amor que vas a derramar en Él (un amor que solo Él mismo puede darte y te dará), vale más que todas las acciones que puedas realizar jamás.

Es poco lo que puedes hacer por Dios. En esta vida es tan poco lo que vas a llegar a comprender realmente de Él, que no me importa lo sabio que seas, ni lo mucho que estudies. Pero, ¡oh!, sí le puedes amar grandemente.

(Extracto del libro 'Cien Días en el Lugar Secreto' - https://josemariaarmesto.blogspot.com/2014/12/100-dias-en-el-lugar-secreto-compilado.html)


COMENTARIO DEL ADMINISTRADOR

Si tomamos el tipo del Tabernáculo como el camino de acercamiento del hombre a Dios, vemos que fuera del Atrio se encuentran los incrédulos, quienes no tienen ni buscan relación alguna con el Creador o incluso ni le reconocen como tal.

El Atrio y el Lugar Santo, sin entrar en muchos detalles, ambos son lugares o fases en los que los hombres hacen algo para Dios.

En el Atrio (Pascua), donde estaban el Altar de Bronce y el Lavacro, el hombre se arrepiente, presenta ofrendas o sacrificios, ora y todo está centrado en él mismo hombre. Todo es hecho a la luz externa del sol, sin dirección interior apreciable. Es una ministración básicamente en la carne, en nuestra propia mente. Nuestros sentidos espirituales aún no se han abierto.

La crisis del Bautismo del Espíritu Santo, (y Fuego, para quienes, en obediencia, ceden a las pulsiones internas del Espíritu, de conducirlos al desierto para ser probados y transformados), rompe el primer velo (segundo velo, si consideramos el velo o puerta que conduce al Atrio) y nos acerca aún más a Dios, para ministrarle en el Lugar Santo (Pentecostés) a la luz interna de la Menorá (el Espíritu-espíritu), en la Mesa de los Panes y en el Altar de Oro del Incienso. También se ministra a los hombres en una compulsión de obras muertas o carnales o, en el mejor de los casos, en una mezcla carne-espíritu (Pentecostés es una fiesta con levadura, ver Lev. 23: 17). Empezamos a escuchar y ver por el espíritu. Aquí los que recibieron el don de lenguas, pueden orar en el espíritu sin que su mente intervenga y manipule la oración. Esta oración en lenguas es algo muy parecido a la oración del silencio o de contemplación, pues niega la interferencia del alma (mente-pensamientos, emociones, voluntad-deseos).

En ambos, Atrio y Lugar Santo, es el hombre haciendo. Los hijos 'dando' al Padre. Esto es religión.

La Crisis del Jordán (sepultura, muerte y resurrección subjetivas o por experiencia) rasga el segundo velo, que es nuestra carne (tercer velo, si contamos la puerta de entrada al Atrio como el primero); y parte, separa o divide el alma del espíritu, permitiéndonos discernir ambos, pudiendo empezar a diferenciarlos más y más. Estamos ahora en el Lugar Santísimo (Tabernáculos, fiesta sin levadura, sin mezcla). La luz ya no es la externa del sol ni la interna del Espíritu, sino la aún más interna de la gloria de Dios, de su presencia o Shekinak. Aquí todo está en sosiego, silencio, soledad y oscuridad exterior. Hemos llegado al encuentro con Él que amaba y buscaba nuestra alma y lo hemos asido para no volverlo a soltar. Ya no ha lugar a ningún tipo de acción humana, solo Dios obra allí sin concurso nuestro alguno.

Aquí, por fin, las cosas son como debieran: el Padre obrando para sus hijos y no los hijos para su Padre. Esto es espiritualidad, adorar al Padre en espíritu (no en la carnalidad del alma) y en verdad (conforme la Palabra nos instruye y no según nuestros gustos personales y/o denominacionales). Hemos cruzado el Jordán y entrado a la Tierra Prometida, al reposo o shalom de Dios, donde los pensamientos, palabras y acciones, cada vez más, son solo los del Padre. Como Jesús, no diremos sino las palabras que oigamos del Padre y no haremos sino las obras que le veamos hacer a Él.


JOSÉ