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ISAÍAS, Profeta de la Salvación - LIBRO V - Parte 2: Cuando las criaturas dicen a su Creador cómo tiene que hacer las cosas, Dr. Stephen Jones

04-08-2020
Isaías
29: 15 dice:
15
¡Ay de aquellos que ocultan profundamente sus planes a Yahweh, y
cuyas obras se hacen en un lugar oscuro, y dicen: "¿Quién nos
ve?" o "¿Quién nos conoce?"
La
palabra "profundamente" proviene de la palabra
hebrea amaq, que significa "profundo, muy hondo,
inescrutable". Probablemente es lo que Pablo estaba pensando en
Romanos 11: 33 cuando gritó:
33
¡Oh, la profundidad de las riquezas tanto de la
sabiduría como del conocimiento de Dios! ¡Cuán inescrutables
son sus juicios e insondables sus caminos!
Pero
Isaías aplica la idea a esas personas tontas que piensan que su
propio plan puede ser tan profundamente escondido como para ser
inescrutable para Dios, sin saber que todas las cosas están al
descubierto ante Él. Hebreos 4: 12-13 dice:
12
Porque la palabra de Dios es viva y eficaz y más cortante que
cualquier espada de dos filos y penetrante hasta la división del
alma y el espíritu, tanto de las articulaciones como de las médulas,
y es capaz de discernir los pensamientos e intenciones del corazón.
13 Y no nada creado oculto a su vista, sino que todas las
cosas están descubiertas y desnudas a los ojos de aquel a
quien tenemos que dar cuentas.
La
espada de la Palabra es tan afilada (aguda) que puede dividir el alma
("articulaciones" o huesos) del espíritu ("médula"),
así como "los pensamientos y las intenciones del corazón".
Nada está oculto a los ojos de Dios. Pero los tontos de Judá en la
época de Isaías pensaron que podían ocultar sus planes a Dios.
El Alfarero y el barro
La
respuesta del profeta a tal necedad se da en Isaías 29: 16,
16
¡Que equivocación la vuestra! ¿Se considerará que el alfarero es
igual al barro, que lo que ha sido hecho le dirá a su hacedor: "Él
no me hizo"; o lo que ha sido formado, le diga al que lo formó:
"No tiene entendimiento".
Cuando
una pieza hecha de barro piensa que es igual al alfarero, piensa
demasiado bien de sí misma. Un alfarero siempre es más grande que
el recipiente que ha hecho. Así es con Dios y su Creación. Si bien
Dios ha delegado autoridad a los hombres, no renunció a su
soberanía. La autoridad es real pero siempre permanece bajo el poder
superior que la autorizó. Esta es una de las Leyes Laborales
integradas en el universo. Somos dueños de lo que hacemos con
nuestro trabajo, porque, como explicó una vez el juez de la
Corte Suprema de los Estados Unidos, "el trabajo es nuestro
derecho de propiedad más sagrado".
Dios
es el Creador supremo, quien posee todo lo que ha creado. Ser el
propietario significa que tiene el derecho inherente de ser servido
por lo que ha creado.
Pero
esos hombres tontos de Judá se habían rebelado en un intento de
convertirse en dioses por derecho propio. Pensaban que podían
liberarse de su Creador e incluso pensaban que podían ocultarle sus
planes. Tal es el orgullo y la arrogancia de la carne. Es muy común
en la Tierra hasta el día de hoy, ya que solo unos pocos reconocen
realmente la soberanía de Dios.
El
profeta volverá a visitar la metáfora del alfarero y el barro más
adelante en su gran capítulo que establece la soberanía de Dios. En
Isaías 45: 8 establece primero el derecho de Dios como el Creador:
8
Destilad, cielos, desde lo alto, y dejad que las nubes derramen
justicia; que la tierra se abra y la salvación dé fruto, y la
justicia brote con ella. Yo, Yahweh, la he creado.
Luego
condena la pieza de barro por discutir con el Alfarero. Isaías 45: 9
dice:
9
¡Ay del que alterca con su Hacedor, un recipiente de barro entre los
recipientes de barro de la tierra! ¿El barro le dirá al alfarero:
"¿Qué estás haciendo?" ¿O lo que está siendo hecho
dirá: "Él no tiene manos"?
Un
recipiente de barro no tiene derecho a pelear con su Hacedor o
determinar qué tipo de recipiente ha decidido hacer el Creador. La
pieza de barro no tiene derecho a acusar a su Hacedor de ser
discapacitado e incompetente. Los alfareros sin manos eran raros en
aquellos días.
La
respuesta inspirada del profeta pero a menudo incomprendida se da en
Isaías 45: 11 (NASB),
11
Así dice Yahweh, el Santo de Israel, y su Hacedor: "Preguntadme
acerca de lo que vendrá con respecto a mis hijos, y dejad a mi
cuidado (encomendadme)
la obra de mis manos".
Los
traductores de la NASB no entendieron el punto de la pregunta de
Isaías. Esto no es una declaración de hecho sino una pregunta.
Traducido correctamente, debe entenderse: "¿Me preguntaréis
acerca de las cosas que conciernen a Mis hijos, y me ordenaréis
acerca de la obra de Mis manos?" Dios está indignado de
que le digamos cómo manejar el universo o cómo hacer vasos o hijos.
Isaías
45: 12 luego pone vasijas de arcilla en su lugar:
12
Soy yo quien hizo la tierra y creó al hombre
sobre ella. Extendí los cielos con mis manos y di ordenes a todo su
ejército.
Dios
le dice al hombre: “Yo soy el Creador, así que no me digas cómo
crear adecuadamente. ¡No se hará tu voluntad, sino la mía!
Pablo se hace eco del mismo sentimiento en su discusión sobre los
vasos de honra y los vasos de deshonra. Romanos 9: 20-21 dice:
20
Por el contrario, ¿quién eres, oh hombre, que altercas con Dios? La
cosa moldeada le dirá al moldeador: "¿Por qué me hiciste
así?" 21 ¿O el alfarero no tiene derecho sobre la arcilla,
para hacer del mismo bulto de barro un recipiente para uso honorable
y otro para uso común?
Romanos
9 refleja el conocimiento de Pablo de Isaías 45 así como también
de Isaías 29: 15-16. La metáfora del alfarero y el barro era
conocida por aplicarse al Creador y su Creación.
El
éxito del Creador y su obra
Isaías
29: 17-24 profetiza el éxito del Creador soberano y su obra en la
Tierra. La implicación es que Dios sí sabe lo que está
haciendo. No es un discapacitado. Su sabiduría es inescrutable.
El Alfarero tendrá éxito sin necesidad de ningún consejo del
barro. Isaías 29: 17 dice:
17
¿Acaso no queda ya muy poco tiempo para que el Líbano se convierta
en campo fértil [literalmente,
“Carmelo]”, y el campo fértil [“Carmelo”]
sea considerado bosque?
El
Líbano era conocido por sus grandes cedros, que simbolizaban la
realeza. Pero el Líbano también era un país que adoraba a dioses
falsos. Isaías implica que Dios creó al Líbano al igual que a
Israel. Aunque el Líbano fue creado como un recipiente de deshonra,
llegaría el día en que se convertiría en el Monte Carmelo, un
campo fructífero y fértil. Prácticamente todas las naciones como
tales fueron vasos de deshonra al principio, pero al final, Dios hará
que produzcan el fruto del Reino.
Esta
es la declaración inicial del profeta sobre el plan de nuestro Dios
soberano. La mayoría de los hombres no entienden por qué Dios crea
vasos de deshonra. Es solo cuando entendemos el plan de Dios de
Reconciliar a Toda la Creación que realmente podemos comprender la
sabiduría inescrutable de Dios.
Isaías
29: 18-19 continúa,
18
Ese día, los sordos oirán las palabras de un libro, y desde su
oscuridad y sus tinieblas verán los ojos de los ciegos. 19 Los
afligidos también aumentarán su gozo en Yahweh, y los necesitados
de la humanidad se regocijarán en el Santo de Israel.
Así
como Dios ha creado vasos de deshonra, también Dios ha creado a los
sordos y ciegos como una condición temporal, porque leemos en Éxodo
4: 11,
11
Yahweh le dijo a él [Moisés]: “¿Quién hizo la boca del
hombre? ¿O quién lo hace mudo o sordo, o vidente o ciego? ¿No soy
yo, Yahweh?
Cuarenta
años después, Moisés les dijo a los israelitas en Deuteronomio 29:
4:
4
Sin embargo, hasta el día de hoy Yahweh no os ha dado un corazón
para conocer, ni ojos para ver, ni oídos para oír.
Esta
condición ha prevalecido en toda la Tierra hasta nuestros días,
excepto en el Remanente de Gracia, cuyos ojos y oídos han sido
sanados (Romanos 11: 7 KJV). Los evangelios presentan a Jesús como
la solución al problema, porque cada vez que sanaba a los ciegos y
sordos, profetizaba sobre el día en que todos serán sanados.
Isaías
29: 20 dice:
20
Porque el despiadado llegará a su fin y el burlador se acabará; de
hecho, todos los que tengan la intención de hacer el mal serán
cortados; 21 los que hacen que una persona sea acusada por una sola
palabra [falso testimonio], tienden trampas al que juzga en la
puerta, y defraudan al justo con argumentos sin sentido [mentiras].
Esos
"despiadados" que dan falso testimonio y engañan a los
jueces para obtener un veredicto injusto en el tribunal, son los
sordos y ciegos que serán sanados al final. Su tiempo de ceguera y
sordera "llegará a su fin". Dios destruye a los
despiadados abriendo los ojos y convirtiendo tales recipientes de
deshonra en recipientes de honra. Él destruye a sus enemigos
reconciliándolos y convirtiéndolos en amigos.
Isaías
29: 22-24 concluye,
22
Por lo tanto, así dice Yahweh, que redimió a Abraham, acerca de la
casa de Jacob; “Ya no se avergonzará Jacob, ni su rostro se pondrá
pálido; 23 sino que cuando vea a sus hijos, obra de Mis
manos, en medio suyo, ellos santificarán Mi nombre;
ciertamente, santificarán al Santo de Jacob y se asombrarán del
Dios de Israel. 24 Los descarriados de espíritu conocerán la
verdad, y los murmuradores aceptarán la instrucción.
Esto
vincula el pasaje a los versículos 15 y 16, donde los hombres
cuestionaban la competencia y la sabiduría de Dios con respecto a la
obra de sus manos. Dios declara enfáticamente a través del profeta
que al final, cuando la gente vea el desarrollo de su plan para la
Tierra, "santificarán Mi nombre".
Ellos
"conocerán la verdad" y "se asombrarán",
porque verán que todo salió bien. El hecho de que Dios creara
vasijas de deshonra al principio parecía ser un plan terrible, pero
ese malentendido se debió a su ignorancia de la Reconciliación
Final de Todas las Cosas. Una vez que entiendan que Dios es lo
suficientemente sabio como para idear un plan en el que Él ganaría
al final, y que es lo suficientemente soberano como para llevar a
cabo su voluntad y plan para la Creación, entonces se asombrarán de
todo lo que ha hecho. Nunca más cuestionarán su soberanía o su
competencia.
https://godskingdom.org/blog/2020/08/isaiah-prophet-of-salvation-book-5-part-2
LAS LÁGRIMAS DEL ALFARERO
Colocado fui en la rueda del Alfarero. ¡Sentí Su toque poderoso y me resentí de ello!
Oí entonces mi propia voz preguntando alto: pero – ¿por qué me haces así?
Mira – ¿no puedes quitarme de tu rueda deprisa? ¡Es que sufro inmensamente en ella! ¡Ya no me estropees más! ¿Cuánto tiempo aún cortarás de mi barro? ¡Y son cada vez más los pedazos y más largos los periodos! ¿Cuándo esto va a terminar? ¿No ves que cortas demasiado y llevas mucho tiempo haciéndolo?
¡Parece que por cada vuelta que Tu rueda da, una puntada enorme me alcanza y algo de mí desaparece! ¡Mira que duele! ¡Y ahora ya no puedo ser más como era y me quedo menoscabado cada vuelta que doy en Tu voluntad, cada corte me alcanza y damnifica! Parece que me estás estropeando en vez de arreglar. Mira, ¿cuando esto va a acabar? ¿Cuándo, según Tu perspectiva, estaré bien?
Inmediatamente sentí la rueda dejando de girar y fui colocado fuera de ella. ¡Qué alegría! Había terminado una obra maestra en mí. Pero sentí algo salado: unas lágrimas cayendo las cuales dejaron allá Su marca.
Sentí que estaba libre y fui colocado en las estanterías de los vendedores. Inmediatamente hallaré dueño, pensé para mí. ¿Quién me rechazará? ¡Estuve en la rueda del Alfarero tanto tiempo! ¡Soy perfecto y obra única! ¡Y ahora que había salido de ella y su cuchillo ya no me cortaba pedazos sin fin, estaba bien y era un ser atractivo, ciertamente! ¡Quién lo diría! ¡Nadie me rechazará! ¡Soy obra de Maestro experto! ¡Traeré mucha honra a quién me hizo y salvaré a quien me compre! ¡No podía esperar! ¡Cuántas visiones de grandeza inundaron y animaron todo mi ser! ¡Y que privilegio único dar honra a mi Alfarero fuera de Su rueda! ¡Su obra terminó en mí!
¡Y así acabé siendo llevado y colocado donde hallé que sería visto y admirado! Pero no, fui comprado y colocado en un lugar encima de una mesa, tumbado y nadie cuidaba de mí. Nunca nadie me halló perfecto y conforme iba cayendo algo en mí me iba quebrando y rompiendo. Me acordé de las lágrimas de mi Alfarero y de la marca que habían dejado allí en mí – y era visible. ¿Porque había Él llorado cuando pedí salir de su rueda? ¿Porque Sus lágrimas me marcaron tanto así?
Fui lanzado y tirado de un lugar a otro, marchitado con quiebres y me quedé partido por fuera, rajado por dentro. Después me caí por la ultima vez y me tiraron fuera. No traje honra a mi Alfarero, nada de bueno conseguí. Pero … ¿qué es esto? ¿qué manos serán estas que me cogen así tan suavemente? ¡Oh no!… ¿Será que conozco este toque especial? ¿Que dirá Él cuando me vea en este estado?
Y Él me recogió y pegó de nuevo. Me dijo: “Ven, te reharé y serás Mío y te colocaré en Mi mesa”. No entendí porque me vino a buscar aquí arrojado, pues para nada sirvo más y ya ni soy hombre que sepa hablar y de nada soy capaz ahora. ¿Cómo me encontró Él, porque me buscó aún? ¿Qué tengo yo que prestar más? Nada, de hecho, sólo Su marca que siempre se vio.
E inmediatamente comenzó a girar la rueda de nuevo. ¡Pero ahora me estaba gustando, pues nada mejor me aconteció en toda mi vida! ¡Ni dolor sentía más, pues las caídas que di alejado de esta rueda me lastimaban mucho más! ¡Mira! ¡No siento el dolor de su cuchillo y siento que cada corte me reconstruye ahora! ¡Menos mal que estoy ahora en esta rueda siendo rehecho del mismo barro! ¡Y también ya tengo destino! Anteriormente quería ser colocado en mesa de rico, pero si Mi Alfarero me colocara en Su mesa, encontraré honra en demasía para un vaso quebrantado y despreciado como yo.
Mi actitud cambió y ahora veo mejor esta rueda, pues fue en ella que me rediseñó. Su toque suave, de alguien que sabe lo que hace, ya no me confunde. ¡Ahora sé que mi Alfarero sabe lo que hace, pues por la suavidad con que toca en mí, veo que sabe quién soy y con que contornos me hizo. ¡Extraño! El único lugar donde nunca me lesioné fue donde está Su marca, donde Sus lágrimas se derramaron cayeron por mi petición.
Ya no quiero salir de esta rueda a menos que sea para ser colocado en la mesa de quien me recogió estando quebrado, sin ninguna honra ni alguien que me deseara como Él.
Terminó Su obra en mí y fui colocado en una mesa revestida de oro finísimo. Pero ¿porqué razón quise yo ser comprado y vendido si mi Alfarero me quiere así? Pero aquellas marcas de Sus lágrimas permanecieron en mí, pues siempre me hicieron saber a Quien pertenezco. ¿Cómo pude ser tan liviano, queriendo ser de otros dueños teniendo un Maestro rico así?
Y así fui rescatado después de ser prestado para ser quebrado. Cuando nadie más me halló útil, mi Alfarero me recogió aún. Siempre viviré con Él y Su mesa de Oro adornaré, pues mi Alfarero me hizo conforme fue Su designio y Su buena intención para conmigo. Mira, soy vaso de honra, siendo que me colocó y no donde deseé yo ser colocado. Que mi Maestro se digne de mí, pues Su obra Él aprecia cuando la termina así.
Traducción Wiarly Muñoz Giampaoli
(Por gentileza de E. Josué Zambrano)
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