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LA EPÍSTOLA DE JUDAS, Parte 7 (El Camino de Caín), Dr. Stephen Jones




Mar 26, 2019



Judas 11 dice:

11 ¡Pobres ellos! (¡hay de ellos!) Porque han seguido el camino de Caín, y por lucro se han precipitado en el error de Balaam, y han perecido en la rebelión de Coré.

La palabra “pobres o desgraciados” viene del griego ouai, que es una expresión primaria de pena y quiere decir “ay, ay”. Es el equivalente griego del hebreo owy o howy, que se pronuncia de una manera similar a la palabra griega. La traducción "ay" implica denuncia, pero esa palabra tiene un significado más amplio que incluye lamento o admonición. Judas usó la palabra no solo para denunciar a los gnósticos, sino para lamentar su error, para expresar su desacuerdo con su curso de acción y para advertirles que se arrepintieran.

Judas se refiere a tres tristes ejemplos de errores de hombres en los que habían caído los gnósticos.


El Camino de Caín
Caín fue el primer asesino en la historia bíblica. Génesis 4:8 dice: "Caín se levantó contra su hermano Abel y lo mató".

Caín era un granjero, mientras que Abel era un ganadero o pastor (Génesis 4:2). Se les había dado la revelación de las ofrendas y sacrificios, incluso en esa fecha temprana, y conocían las Leyes del Trabajo que se dieron más adelante con mayor detalle bajo Moisés. Así que Caín ofreció "el fruto de la tierra", y Abel ofreció una de las "primicias del rebaño" (Génesis 4:3,4).

Algunos han encontrado fallas en la ofrenda de Caín porque no era un sacrificio de sangre que señalaba la muerte de Cristo en la Cruz. Sin embargo, los hermanos estaban ofreciendo los primeros frutos de lo que estaban produciendo. En las Leyes de Moisés, ambos tipos de ofrenda eran requeridos. Sin embargo, encontramos que Dios aceptó la ofrenda de Abel pero "no tuvo en cuenta" la ofrenda de Caín (Génesis 4:5). En otras palabras, Dios no envió fuego para consumir su ofrenda. El relato de Génesis no da ninguna razón específica.

Se nos da una razón en 1 Juan 3:11,12.

11 Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio, que debemos amarnos unos a otros, 12 no como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué razón lo mató? Porque sus obras eran malas y las de su hermano justas.

Así que las acciones de Caín eran malas, y aparentemente, estaba celoso del carácter justo de su hermano. Se resintió con su hermano cuando Dios aceptó la ofrenda de Abel pero no la suya.

Jesús también tuvo algo que decir sobre esto en el "Sermón del Monte". Mateo 5:23,24 dice:

23 Por lo tanto, si estás presentando tu ofrenda en el altar, y allí recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, 24 deja tu ofrenda allí delante del altar, y ve; reconcíliate primero con tu hermano, y luego ven y presenta tu ofrenda.

Incluso antes de que Caín ofreciera, su corazón no estaba bien con su hermano. Él no se levantó y mató a su hermano en una repentina oleada de odio y celos. Su acto asesino fue obra de lo que ya estaba en su corazón. Por lo tanto, su ofrenda estaba contaminada y profanada por el pecado del resentimiento en su propio corazón.

Muchos años después, los profetas denunciaron las ofrendas de Israel por la misma razón. Isaías le dijo a Israel: "No traigáis más vuestras vanas (sin valor) ofrendas" (Isaías 1:13) porque "vuestras manos están cubiertas de sangre" (Isaías 1:15). En otras palabras, sus obras eran malas, y sus corazones sin Ley contaminaban sus sacrificios, incluso aunque esos sacrificios cumplieran con los requisitos físicos de la Ley.

El Camino de Caín, entonces, es ser religioso sin un corazón limpio. Jesús pronunció "ay" sobre los fariseos por practicar eso. Mateo 23:25-28 dice:

25 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque limpiáis el exterior de la taza y del plato, pero en vuestro interior estáis llenos de robos y auto-complacencia. 26 Vosotros, fariseos ciegos, limpiad primero el interior de la taza y del plato, de modo que la parte exterior también se pueda limpiar. 27 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Pues vosotros sois como tumbas encaladas que por fuera parecen hermosas, pero por dentro están llenas de huesos de hombres muertos y de toda impureza. 28 Así también, vosotros sois vistos como justos ante los hombres, pero interiormente estáis llenos de hipocresía y desorden.

Jesús les estaba diciendo que limpiaran sus corazones para que sus obras (servicio en el templo) fueran aceptables para Dios. Los sacerdotes del templo habían matado a los profetas por la misma razón que Caín había matado a Abel (Mateo 23:31,34,37). También en el tiempo de Jesús, estos hombres religiosos siguieron el camino de Caín cuando crucificaron al mismo Jesús (Hechos 2:36; 7:52).

La Parábola de la Viña de Jesús en Mateo 21:33-44 muestra que crucificaron a Jesús, no porque no lo reconocieron, sino porque sabían que Él era el Hijo de Dios. Mateo 21:37-39 dice:

37 Pero luego les envió a su hijo, diciendo: "Ellos respetarán a mi hijo". 38 Pero cuando los viticultores vieron al hijo, dijeron entre sí: "Este es el heredero; venid, matémoslo y aprovechemos su herencia”. 39 Entonces lo tomaron, lo echaron de la viña y lo mataron.

Por esta parábola, Jesús reveló que los principales sacerdotes reconocían que Él realmente era el Hijo de Dios y lo crucificarían para usurpar la "viña" (Reino) para su propio uso. Abel fue el primero de una larga línea de mártires, que alcanzó su clímax con el martirio de Jesús y ha continuado hasta hoy. Así que descubrimos que Caín sabía quién era Abel, y mató a su hermano en consecuencia, motivado por el odio y los celos.

Por lo que sabemos, los gnósticos no habían matado a ningún cristiano en el primer siglo, pero aún así seguían "el camino de Caín" haciéndose pasar por verdaderos creyentes mientras tenían corazones inmundos.


Relato del libro de Jaser
Ha habido al menos dos libros espurios en el pasado, que afirman ser el libro original de Jaser. Sin embargo, también hay uno que es al menos más auténtico. Una copia muy antigua de Jaser, casi ilegible en ese momento, fue encontrada en Venecia en 1613 en la oficina de un rabino. Se tradujo al inglés y se publicó en 1840. Aunque creo que contiene partes que se agregaron más adelante, creo que esta copia es auténtica, porque contiene detalles de cronología y eventos que establecen el principio del Tiempo Maldito. No es probable que en aquellos días el autor haya podido conocer los ciclos de 414 años de Tiempo Maldito, y ciertamente cualquier falsificador reciente no habría tenido esta revelación. Por esta razón, le doy crédito a esta versión de Jaser con solo algunas reservas acerca de ciertos pasajes.

El libro de Jaser (mencionado en Josué 10:13 y nuevamente en 2 Samuel 1:18) nos dice en Jaser 1:16,

16 Y a Caín y su ofrenda, el Señor no se volvió, y él no se inclinó a ella, porque había traído del fruto inferior de la tierra delante del Señor, y Caín estaba celoso contra su hermano Abel a causa de esto, y buscó un pretexto para matarlo.

Traer "fruto inferior (de poca calidad)" a Dios como ofrenda es el equivalente a traer ovejas ciegas (Malaquías 1:8) como ofrenda a Dios. Se suponía que los sacrificios no tendrían mancha, porque representaban la ofrenda perfecta que aún estaba por venir en la Persona de Jesucristo. Presentar un sacrificio inferior era testificar falsamente en la Corte Divina que querían o preferían un mesías imperfecto. Tal deseo también exponía la condición contaminada de sus corazones y revelaba su propia ceguera. En otras palabras, las personas ciegas ofrecen sacrificios ciegos a Dios.

Jaser también dice claramente que "Caín estaba celoso de su hermano Abel". Esto concuerda con la sugerencia del apóstol sobre los celos de Caín (1 Juan 3:12).

Los gnósticos estaban claramente celosos del poder apostólico para impartir el Espíritu Santo a los creyentes. Simón Mago, el fundador del gnosticismo, estaba orgulloso de su propio poder (Hechos 8:9,10), y cuando vio las obras de los apóstoles, les ofreció dinero para recibir el mismo regalo (Hechos 8:18,19). Pedro renunció a ello, por supuesto, porque vio que Simón "estaba en hiel de amargura y en esclavitud de iniquidad" (Hechos 8:23).

No es difícil ver en Simón un espíritu de celos hacia los apóstoles, especialmente después de que su oferta fuera rechazada. Ese espíritu de celos caracterizó más tarde todo el movimiento gnóstico, ya que intentaron suplantar al verdadero cristianismo, como si el Espíritu Santo les hubiera sido impartido. Judas vio ese espíritu en ellos y lo atribuyó al "camino de Caín".


Categoría: Enseñanzas
Autor del blog: Dr. Stephen Jones

SANTIAGO 18: INTENCIONES CORRECTAS Y MALAS, Dr. Stephen E. Jones


Capítulo 18

Intenciones correctas y malas 


Al leer el cuarto capítulo de Santiago, vemos que hace la conexión entre el adulterio y el mal uso del dinero. Los versículos 3 y 4 se leen de esta manera:

3 Pedís y no recibís, porque pedís mal (con motivos equivocados), para que podáis gastar en vuestros deleites. 4 ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Por lo tanto, el que quiere ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.

Santiago no estaba diciendo a los cristianos que fueran hostiles a los no creyentes, sino más bien a la manera en que el mundo funciona normalmente. El mundo busca su propio placer y está motivado por el interés propio. Si los cristianos lo hacen, dice Santiago, están siendo hostiles al Espíritu de Dios que va en la dirección opuesta -Amor.

Dios y el mundo están compitiendo por su afecto. Si te gusta el mundo, eres un adúltero, como Santiago dice, porque se supone que va a casarse con Jesucristo, no con el mundo. El segundo capítulo de Jeremías habla del adulterio de Israel y de Judá, y el capítulo tres nos dice que Dios finalmente le dio a Israel una carta de repudio (3:8). Israel era descaradamente idólatra, por supuesto, pero Judá era hipócrita ya que tenía un fuerte sistema religioso en Jerusalén, pero ellos no amaban a Dios de la manera que Él quiere.

Santiago entiende que la adoración en el templo de Jerusalén en el siglo I era muy igual a lo que fue en los días de Jeremías. Del mismo modo que habían dado lugar al rechazo por los sacerdotes de Jeremías mismo, así también llevó a que los sacerdotes rechazaran a Jesús como Mesías. No era que no eran lo suficientemente celosos de Dios, sino que estaban motivados por el interés propio. Sus afectos eran según el mundo, y no según el corazón de Dios.

Ellos querían la bendición de Dios con el fin de consolar a su propia carne, incluso si eso significa que otras personas y otras naciones serían esclavizadas para lograr esto. Tenían una visión incorrecta de lo que significaba ser elegidos. De algún modo entendieron mal el llamado de Abraham en el sentido de que tenían derecho a esclavizar la Tierra, en lugar de bendecirla y liberarla. Esta visión retorcida les hizo pensar como el mundo, en lugar de tener la mente de Cristo.

Santiago estaba preocupado de que esta misma actitud todavía se veía claramente entre todas las tribus dispersas en el extranjero, y en ninguna más evidente que en la tribu de Judá, habitantes de Jerusalén que observaba a diario. No había duda de que Jerusalén se dirigía a la destrucción, una vez más, debido a que las condiciones en el primer siglo eran las mismas que en los días de Jeremías.

Y de hecho, cuando Santiago murió, Jerusalén perdió su último gran intercesor, un hombre cuyas rodillas se parecía a las de los camellos, debido a la cantidad de tiempo que pasaba de rodillas orando por la ciudad.


Los enemigos de Dios

Santiago dice que al adoptar la actitud del mundo buscando su propio interés y la injusticia, estaban haciéndose a sí mismos enemigos de Dios. Como estudiante de la Ley, Santiago sin duda tenía Levítico 26 en mente. Este es el capítulo que trata de las Leyes de la Tribulación, por las cuales Dios se comprometió a traer juicio sobre ellos por su negativa a ser obedientes. Sólo cuando se convirtieran de su "hostilidad" a Dios se invertiría su juicio. Lev. 26: 40-42 dice:

40 Y confesarán su iniquidad, y la iniquidad de sus padres, en las infidelidades que cometieron contra mí, y también porque procedieron con hostilidad contra Mí, 41 que Yo también procedía con hostilidad contra ellos, para llevarlos a la tierra de su enemigos, y entonces su corazón incircunciso se humillará, y rogarán por sus iniquidades, 42 entonces me acordaré de mi pacto con Jacob ...

En otras palabras, Dios dejó claro que Él juzgaría a Su pueblo si continuaban en hostilidad contra Él. Israel fue hostil a Dios cuando adoraron al becerro de oro, incluso mientras Moisés estaba en el monte recibiendo las tablas de la Ley. Isaías 63: 9,10 habla de esto, diciendo:

9 En toda angustia de ellos él fue angustiado, y el Ángel de su faz los salvó; en su amor y en su compasión los redimió [de Egipto]; y los trajo acuestas y los levantó todos los días de la antigüedad. 10 Pero ellos se rebelaron e hicieron enojar su Espíritu Santo; Por lo cual, se entregó a convertirse en su enemigo; luchó contra ellos.

Ser "elegido" no hacía a Israel inmune al juicio divino. De hecho, debido a que se le había dado la Ley y porque habían jurado obediencia, se tuvieron como más responsables que las naciones vecinas. El Pacto incluía la disposición de que Dios se convertiría en Su enemigo si se rebelaban y hacían ''enojar su Espíritu Santo".

No tengo ninguna duda de que Santiago entendía esto a fondo y tenía esto en mente cuando dijo, "pues, el que quiere ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios". Era comparable a Israel adorando al becerro de oro. Era adulterio espiritual. Santiago tomó este principio y lo personalizó de acuerdo a la mente de Cristo.

Porque pedir a Dios con malas intenciones (vs. 3) es el adulterio, ya que sirve a la carne en lugar de a Cristo. No debemos pensar como el mundo, sino ponernos en la mente de Cristo.


Nuestras motivaciones: ¿la envidia o la gracia?

Santiago entonces contrasta el motivo mundano de envidia, con el motivo divino de la gracia. La envidia toma; la gracia da. La NASB traduce el versículo 5 de este modo:

5 ¿O pensáis que la Escritura dice en vano: "El celosamente anhela el Espíritu que él ha hecho morar en nosotros"?

Esto no es una cita de cualquier pasaje de la Escritura, en particular. De hecho, esta cita parece tener poco sentido. Sin duda algo se pierde en la traducción, y de hecho los traductores hacen que sea muy diferente. Es sólo cuando lo vemos en el contexto del siguiente versículo que tiene algún sentido.

La Diaglotón Enfática tiene una mejor traducción: "¿El Espíritu que habita en nosotros se inclina fuertemente a la envidia? De hecho, se nos concede favor superior".

El "favor superior" se contrasta con la envidia. La envidia busca lo que poseen los demás, mientras que el favor (es decir, la gracia) pretende dar a los demás. La Biblia Enfatizada de Rotherham dice: "¿Es para envidiar que el espíritu anhela tomar una morada en nosotros? Con todo eso, él da mayor favor".

Así que Santiago lo expresa en forma de una pregunta: ¿El Espíritu Santo en nosotros realmente desea ENVIDIAR? ¿Es la envidia un fruto del Espíritu? Obviamente no. Algunas personas envidian a otros que tienen más dinero o una mejor casa, coche, o ropa, y creen que tienen derecho a vivir de acuerdo con el mismo nivel de vida. Por envidiar, entonces, piden a Dios poder ser ricos como sus vecinos. Tales motivos no vienen del Espíritu Santo dentro de nosotros, sino de la envidia.

Por otro lado, Santiago dice, Dios muestra Su carácter, dando gracia o favor. La verdadera expresión del Espíritu Santo retrata la gracia, no la envidia. Santiago sigue,

6 … Por lo tanto se dice: "Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes".

Esta es una cita de Proverbios 3:34. Se utiliza para apoyar la afirmación anterior de que Dios es misericordioso, mientras que los hombres carnales son envidiosos y auto-indulgentes. Esto también establece el formato de lo que Santiago escribirá en su próximo capítulo. James da entonces una exhortación:

7 Por tanto, someteos a Dios. Resistid al diablo, y huirá de vosotros. 8 Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros …

Podríamos resumir y parafrasear el punto que Santiago estaba haciendo de esta manera: Muchas personas tienen malas intenciones que vienen del hombre carnal dentro de ellos. Se envidian y pelean, y si son religiosos, a menudo piden a Dios riqueza con el fin de igualarse a lo que sus vecinos tienen o lo que creen que (como "pueblo elegido") deberían tener.


Pero esto es adulterio espiritual, porque el Espíritu Santo dentro de nosotros no tiene tales motivos carnales, ni tampoco funciona por propio interés, sino por la gracia y generosidad. Así que si cualquier creyente aún vive de acuerdo con la vieja naturaleza de Adán, hacemos un llamamiento a que se someta a Dios, resista al diablo, y se acerque a Dios.

SANTIAGO 17: LA CAUSA REAL DE LAS GUERRAS, Dr. Stephen E. Jones


Capítulo 17
La causa real de las guerras


En el capítulo 3, Santiago escribió sobre la restricción de la lengua, porque revela el corazón. Si un hombre tiene veneno en su corazón, maldecirá otros. Debemos bendecir, en lugar de maldecir. El problema ha sido que los creyentes en Cristo, incluso aquellos que dicen tener el Espíritu Santo en ellos, a menudo no han puesto a muerte el "hombre viejo" (término de Pablo).

Santiago luego habla de la diferencia entre la sabiduría de los hombres y la sabiduría de Dios. La nueva creación del hombre manifiesta la sabiduría de Dios, junto con el buen fruto de justicia que se siembra en paz. Santiago a continuación indica el origen de la guerra y los conflictos entre los hombres. Él está comentando las obras del "viejo hombre", que funciona de acuerdo con la sabiduría de los hombres, en lugar de la sabiduría de Dios.


La ley del pecado en nuestros miembros


1 ¿Cuál es la fuente de las disputas [polemos,"guerra, batallas"] y los conflictos [makhay, "una lucha o combate"] entre vosotros? No es la fuente [de guerra] sus placeres [hedone, "la lujuria, el placer o deseo de placer"] que hacer la guerra en vuestros miembros?

Ha habido guerras y conflictos entre las naciones desde hace miles de años. La fuente de tales conflictos es el deseo egoísta del "hombre viejo" de obtener placer o comodidad para sí mismo, siempre a costa de los demás. En esencia, esta naturaleza carnal en el hombre quiere vivir una vida de comodidad por tener otros que hagan el trabajo. Con el fin de obtener tal placer, están dispuestos a ir a la guerra para obligar a otros a la sumisión e incluso a la esclavitud.

Muchas guerras se libran por la tierra y los recursos naturales, los cuales se cree que son necesarios para alcanzar un nivel de confort superior en la vida. Todo esto es una violación del décimo mandamiento, "No codiciarás".

Santiago nos dice que este conflicto entre las naciones y los individuos tiene su origen en el conflicto interno "en sus miembros". Este es el mismo conflicto al que Pablo se dirigió en Romanos 7: 15-25. Los versículos 21-23 dicen,

21 Así que queriendo yo hacer el bien hallo esta ley, que el mal está presente en mí. 22 Porque con el hombre interior me deleito en la ley de Dios [es decir, con la nueva creación del hombre], 23 pero veo una ley diferente en los miembros de mi cuerpo que hace guerra contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.

Santiago y Pablo están completamente unidos en la comprensión de la naturaleza dual del creyente. Una guerrea contra la otra. Pablo discute la cuestión más plenamente que Santiago, pero está claro que están hablando del mismo problema. El viejo hombre carnal de Adán está bajo la Ley del Pecado (transgresión de la Ley) y quiere pecar; el Hombre de la Nueva Creación desea ser obediente a la Ley de Dios.

Aquellos que son verdaderos creyentes en Cristo tienen un carácter adicional, debido a que el hombre de la Nueva Creación ha sido engendrado en su espíritu por el Espíritu Santo a través de la "semilla" del Evangelio. Pablo dice en 1 Cor. 4:15 (La Diaglotón Enfática),

15 Porque aunque es posible que tengáis miríadas de líderes en Cristo, sin embargo, no muchos padres; porque en Cristo yo os engendré por medio de las buenas nuevas [Evangelio].

Es la Palabra de Dios, el Evangelio, la que impregna nuestro espíritu. El resultado es una nueva vida dentro de nosotros, además del viejo hombre carnal de Adán. Tal "semilla santa" dentro de nosotros no puede pecar, porque es nacida de Dios (1 Juan 3: 9). Es "Cristo en vosotros, la esperanza de gloria" (Colosenses 1:27). Pablo nos dice que debemos identificarnos con esta nueva creación del hombre, en lugar de con el viejo hombre de Adán de pecado.

Esto está totalmente de acuerdo con Santiago, así, que reconoce que la fuente última de toda la guerra y el conflicto es el hombre de carne mortal, que reside "en sus miembros", o partes del cuerpo. Santiago sigue,

2 Codiciáis y no tenéis, por lo que matáis; tenéis envidia y no podéis obtener, por lo que combatís y guerreáis. No tenéis lo que deseáis porque no pedís.

Por esta razón, Dios estableció el décimo mandamiento como un limitador de los deseos de la carne. Cuando los hombres quieren lo que otros tienen, a menudo están dispuestos a cometer un asesinato para obtenerlo. Envidian lo que otros tienen, y si esos otros son reacios a desprenderse de su propiedad, luchan.


No tenéis porque no exigís

La última frase en el versículo 2 es una de las declaraciones que se utilizan incorrectamente en la Escritura, ya que casi siempre se toma fuera de contexto. Cuando Santiago dice, "no tenéis", corre en paralelo a las dos frases anteriores y debe verse en esa luz. La primera frase en particular, es relevante: "Codiciáis y no tenéis, por lo que matáis". Del mismo modo, "no tenéis, porque no exigís", pero en su lugar, vosotros vais a la guerra para tratar de tomar lo que no tenéis.

Esto tiene el mismo sentido que la declaración de Santiago, "tenéis envidia y no podéis obtener, por lo que lucháis", Santiago está condenando este tipo de acciones, no aboga por ellas. En ese sentido, es útil echar un vistazo más de cerca a la palabra "pedir".

La palabra griega para "pedir" es aiteo. Más importante, sin embargo, es su equivalente en hebreo, sha'al, ya que las palabras griegas del Nuevo Testamento por lo general deben ser entendidas en términos de sus equivalentes en hebreo. Estos equivalentes pueden ser aprendidos del estudio de la Traducción Griega de los Setenta del Antiguo Testamento que fue traducida más de dos siglos antes de Cristo. Esta traducción nos da las palabras griegas que fueron usadas para transmitir los pensamientos y las definiciones hebreas. La palabra hebrea sha'al es "solicitar, requerir, o presentar una demanda". Está mejor ilustrado por el rey Saúl, cuyo nombre se deriva de sha'al. En ese caso, el pueblo "pidió" a Dios un rey, por lo que Él les dio a Saúl, cuyo nombre refleja su demanda. Las personas no solamente no pidieron a Dios cortésmente, tampoco preguntaron cuál era la voluntad de Dios. En lugar de ello, exigieron un rey. 1 Sam. 8:10 dice,

10 Samuel recitó todas las palabras del Señor a las personas que habían pedido [sha'al] de él un rey.

Samuel les dijo la naturaleza opresiva de los reyes de la Tierra.

19 Sin embargo, las personas se negaron a escuchar la voz de Samuel, y dijeron: "No, sino que habrá rey sobre nosotros".

¿Le pidieron, o fue una exigencia? En la ceremonia de coronación en 1 Sam. 12:12, Samuel dijo: "… que me dijeron: 'No, sino rey reinará sobre nosotros', aunque el Señor su Dios era su rey". En otras palabras, Samuel trató de decirles que esto era realmente una mala idea, pero la gente insistió. Exigieron un rey.

Esto es particularmente relevante en que el rey Saúl fue coronado el día de Pentecostés, llamado el día de la "cosecha de trigo" en 1 Sam. 12:17. Él es un tipo de la Iglesia, que, en efecto, ha exigido reyes en la Tierra (papas, apóstoles, jefes denominacionales) para reinar sobre ellos. Es uno de los problemas fundamentales de la Edad de Pentecostés que incluso los creyentes no quieren el gobierno directo de Jesucristo, sino que demandan gobernantes en la Tierra para representar a ellos como sus "vicarios" ante Cristo.

Incluso en el siglo I, Santiago tuvo que hacer frente a la Iglesia de Jerusalén, que parece haber adoptado el mismo modo de pensar que sus antepasados. Era inevitable que la Iglesia tendría problemas con su liderazgo a lo largo de la Edad de Pentecostés. Esto comenzó como una demanda de liderazgo espiritual, pero terminó siglos más tarde con el líder espiritual exigiendo el poder político también.

Así que cuando Santiago dice, "Vosotros no tenéis porque no exigís", que contiene una fina ironía. Samuel advirtió al pueblo que un rey terrenal sería un exactor. 1 Samuel 8: 11-17 dice,

11 Y él dijo: "Este será el proceder del rey que reinará sobre vosotros: tomará vuestros hijos ... 13 También les quitará a sus hijas … 14 Asimismo tomará lo mejor de vuestros campos … 15 Y tomará una décima parte de su semilla … 16 También se llevará a sus siervos y sus siervas … 17 El tomará una décima parte de vuestros rebaños, y vosotros mismos os convertiréis en sus servidores.

Los reyes demandan los bienes y recursos de otras naciones, porque ellos creen que tienen este derecho. Ellos están dispuestos a ir a la guerra si es necesario. Los cristianos son a menudo pobres, porque no hacen las mismas demandas carnales que sus líderes tan a menudo hacen.

Puedo ver a Santiago escribiendo esto con una leve sonrisa. Las personas exigieron un rey, sólo para descubrir que el rey también hace exigencias a las personas. Permítanme parafrasear Santiago 3: 2,

2 Codiciáis lo que pertenece a otra persona, y deseáis tenerlo para vosotros mismos, por lo que cometéis un asesinato con el fin de conseguirlo. Y sois envidiosos de lo que otras personas poseen, deseando tenerlo para vosotros mismos, pero no podéis comprarlo por vosotros mismos, por lo que se lucháis y peleáis con el fin de conseguirlo. Vosotros no tenéis porque, a diferencia de los reyes, no podéis hacer tales exigencias.

¿Propugna Santiago que los cristianos lo pidan, demanden, o exijan cosas de Dios o de los hombres? De ningún modo. Estaba preparando el escenario para una verdad más profunda, que los que han hecho este tipo de demandas, ya sean reyes o campesinos, tienden a hacer demandas con motivos carnales.

3 Pedís [o exigís] y no recibís porque pedís con malas intenciones, para poder gastar en vuestros deleites.

La diferencia es que cuando los reyes hacen demandas, tienen hombres armados para hacer cumplir sus demandas, pero cuando la gente común hace tales demandas, ellos no tienen poder para hacerlas cumplir. Pero Santiago se preocupaba menos de las exigencias a nuestros semejantes, centrándose más sobre nuestras exigencias a Dios.

Uno no tiene que mirar muy lejos para ver con qué frecuencia los cristianos hacen demandas carnales a Dios con el fin de aumentar su nivel de comodidad del cuerpo. Mucho de esto es motivado por ver lo que otras personas poseen, que a su vez engendra envidia y lujuria dentro de nosotros. De alguna manera pensamos que la vida debe ser justa y que todo el mundo debería ser capaz de obtener lo que otros tienen, independientemente de que en realidad hayan trabajado para ello.

El socialismo, que es la persuasión religiosa de Misterio Babilonia hoy, ha criado una generación de personas que realmente creen que tienen el derecho de exigir el fruto del trabajo de otras personas. Ellos esperan que el gobierno aplique esto en su nombre, si es necesario, a través de impuestos. La Ley bíblica tiene un sistema totalmente diferente de bienestar, logrado sin el robo.


Por lo tanto, "pedir" se debe hacer, no exigiendo, sino con respeto a los derechos de propiedad de ambos, Dios y los hombres.