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Tipos de Cristo - Parte 10: LA VOLUNTAD DEL HOMBRE Y EL PLAN DE DIOS, Dr. Stephen Jones (GKM)

 


Fecha de publicación: 06/09/2025
Tiempo estimado de lectura: 7 - 9 minutos
Autor: Dr. Stephen E. Jones
https://godskingdom.org/blog/2025/09/types-of-christ-part-10-mans-will-and-gods-plan/


Al estudiar los tipos y sombras proféticas, pronto se hace evidente que ninguno de ellos desempeñó tal papel deliberadamente por voluntad propia. El llamado a ser un tipo profético fue impuesto por la voluntad soberana de Dios. Cada uno fue impulsado por fuerzas externas que lo rodearon y canalizaron sus acciones para conformarse a la voluntad de Dios.

José

Por ejemplo, José no ideó un plan para que sus hermanos lo vendieran como esclavo. Su arrogancia juvenil lo llevó a compartir sus sueños proféticos con su familia, pero sólo vio el resultado final de su revelación: obtener autoridad sobre su propia familia. El camino hacia la autoridad le estaba oculto. No sabía cómo Dios lo capacitaría a través de las dificultades para que alcanzara la madurez necesaria para ejercer dicha autoridad con piedad.

El ascenso de José al poder se produjo cuando el Faraón lo elevó a esa alta posición. José carecía del poder para realizar sus propios sueños. En ese caso, el Faraón era un tipo de Dios, y José era un tipo de Cristo. Así que el Faraón le dijo a José en Génesis 41: 40:

40 Tú estarás sobre mi casa, y según tu palabra se postrará todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor que tú.

Compare esto con la declaración de Pablo en 1ª Corintios 15: 27:

27 Porque todo lo ha sometido bajo sus pies. Pero cuando dice: «Todo está sujeto», es evidente que se exceptúa a Aquel que lo sujetó todo a Él.

Moisés y Josué

Al comparar a Moisés con Josué, vemos que Moisés fue un prototipo de Cristo en su Primera Venida, mientras que Josué fue un prototipo de Cristo en su Segunda Venida. Así dice Deuteronomio 18: 18:

18 Yo levantaré un profeta de entre sus hermanos, como tú, y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que Yo le mande.

Esto se aplica a Cristo en Hechos 3: 23. Por lo tanto, Moisés fue un tipo de Cristo. Moisés sacó a Israel de Egipto, «la casa de servidumbre» (Josué 24: 17), en aquella primera Pascua; Cristo, al pagar la deuda por el pecado de Adán en una Pascua posterior, redimió a quienes estaban esclavizados por el pecado. El llamado de Moisés se limitó a la nación de Israel; el llamado mayor de Cristo fue universal, y se remonta hasta Adán.

Por lo tanto, Moisés sacó a Israel de Egipto, pero Josué los condujo al Reino. Durante la mayor parte del ministerio de Moisés, Josué sin duda asumió que Moisés guiaría al pueblo a Canaán. Fue solo más tarde que Dios le reveló a Moisés que no se le permitiría entrar y que debía encargarle a Josué ese llamado. En Deuteronomio 3: 2326, Moisés dice:

23 También le supliqué al Señor en aquella ocasión… 26 Pero el Señor se enojó conmigo por tu culpa y no me escuchó; y me dijo: «¡Basta! No me hables más de este asunto».

El Plan de Dios era que Cristo viniera dos veces, no sólo una. Así, el ministerio de Moisés se limitó a la culminación de la Primera Venida de Cristo, mientras que el ministerio de Josué tuvo que esperar hasta la muerte de Moisés. Ninguno de los dos decidió esto por sí mismo. Estos llamamientos se ajustaban al Plan de Dios para dos venidas de Cristo, cada una con un propósito diferente.

David y Absalón

Samuel buscó a David y lo ungió 22 años antes de que este se convirtiera en rey de Judá. En el año 18.º de su reinado, Absalón usurpó su trono. El acto de Absalón, aunque ilegal, fue crucial para preparar el terreno para la crucifixión de Jesús mil años después. Al salir de Jerusalén, David ofreció un sacrificio en el Monte de los Olivos, donde se había erigido un altar «fuera del campamento» y donde se almacenaban las cenizas purificadoras de la vaca alazana.

Como en todos los sacrificios, la vaca alazana simbolizaba a Cristo. Por lo tanto, Jesús fue crucificado en ese lugar a las afueras de la ciudad. La fecha de su crucifixión se estableció con la Fiesta de la Pascua. El cordero pascual era macho (Éxodo 12:  4); la vaca alazana era hembra.

David permaneció en el exilio durante un tiempo desconocido. Las Escrituras no especifican cuánto tiempo, ya que esto habría revelado el momento de la Segunda Venida de Cristo. A su regreso, David ordenó perdonar la vida a Absalón y «tratar benignamente, por amor a mí, al joven Absalón» (2º Samuel 18: 5). Esta era la voluntad de David. Sin embargo, Joab, su general, lo desobedeció y, en su lugar, lo mató (2º Samuel 18: 16). Joab violó la voluntad de David, pero al hacerlo, preparó el terreno para el Plan de Dios.

La Voluntad de Dios (griego: thelema) es obedecer su Ley (Romanos 2: 18), la cual, debido a que todos pecaron, es algo que el hombre viola con frecuencia; pero el Plan de Dios (griego: boulema) es irresistible, pues en el caso del faraón, Dios endureció su corazón para que se resistiera a su voluntad. Así leemos en Romanos 9: 19:

19 Me dirás entonces: "¿Por qué sigue criticando? Pues ¿quién se resiste a su plan [boulema]?"

Faraón se resistió a la Voluntad de Dios, pero no pudo resistir su Plan. De igual manera, Joab se resistió a la voluntad de David, pero cumplió el Plan de Dios, pues Dios había convertido a Absalón en un tipo de anticristo (o anti-David). Esto se hizo por voluntad propia, al margen del control de David.

Cuando la Ley se aplica a la humanidad, nos dice cómo debemos conformarnos a la naturaleza divina. Pero la Ley también es profética del Plan divino, porque revela cómo Dios lo cumplirá como expresión de su naturaleza. Por lo tanto, la Ley se aplica tanto a Dios como al hombre. Revela el Plan divino (boulema) de salvación y reconciliación de todas las cosas, y la misma Ley instruye a los hombres para que sepan cómo hacer su Voluntad (thelema).

Jonás

Cuando Dios le dijo al profeta Jonás que hiciera un llamado al arrepentimiento en la ciudad asiria de Nínive, el profeta se resistió a la Voluntad de Dios huyendo en dirección contraria. Abordó un barco que navegaba hacia Tarsis (España). La desobediencia de Jonás lo preparó para ser un símbolo de Cristo en su Primera venida. Mateo 12: 40 dice:

40 Porque así como estuvo Jonás en el vientre del monstruo marino tres días y tres noches, así también estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.

Cuando Jonás subió a ese barco, sabía que estaba violando la Voluntad de Dios, pero desconocía que estaba cumpliendo el Plan divino al preparar el camino para la muerte, sepultura y resurrección de Cristo. Entonces fue llamado por segunda vez (Jonás 3: 1), y al responder a él, se convirtió en un símbolo de Cristo en su Segunda Venida: para predicar la Palabra con valentía y traer arrepentimiento a las naciones, para que todos se sometieran al gobierno de Cristo.

En cada caso, la soberanía de Dios se impuso a la voluntad del hombre para cumplir su propio plan. Así, los personajes del Antiguo Testamento profetizaron diversos elementos del llamado de Cristo.

Tipos en el libro de los Hechos

Los tipos proféticos no se limitan al Antiguo Testamento. Hombres y mujeres han sido figuras de Cristo a lo largo de la historia. En el libro de los Hechos, a menudo vemos a dos hombres yuxtapuestos como figuras de Cristo, ya sea representando su primera misión o su segunda.

Primero vemos a Esteban, quien fue martirizado (Hechos 7: 60), seguido de Felipe, quien predicó la Palabra a los extranjeros: los samaritanos en Hechos 8: 5-25 y el eunuco etíope en Hechos 8: 26-40. Esteban siguió el ejemplo de la primera misión de Cristo, mientras que Felipe profetizó de la segunda.

En Hechos 12 vemos cómo Santiago y Pedro también se convirtieron en figuras de Cristo. Santiago fue martirizado (Hechos 12: 2), mientras que Pedro fue liberado de la prisión por un ángel (Hechos 12: 7). Ambos eran figuras de Cristo, pero de maneras diferentes. Algunos se preguntan por qué Dios no liberó a Esteban ni a Santiago. La respuesta es que Dios tampoco perdonó a su propio Hijo. Romanos 8: 32 dice:

32 El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con Él todas las cosas?

¿Por qué fue arrebatado Felipe (harpazo)? Porque era un símbolo de Cristo (es decir, del Cuerpo de Cristo) en su Segunda Venida. ¿Por qué liberó el ángel a Pedro de la prisión? Fue para cumplir la Ley de la Segunda avecilla en Levítico 14: 7, que representa a Cristo en su Segunda Venida. Así como la avecilla se sumergió en sangre y fue liberada en el campo, Cristo también debe ser liberado al mundo una vez más. «El campo es el mundo» (Mateo 13: 38), y Apocalipsis 19: 13 dice que su manto está «teñido en sangre».

Es improbable que alguno de estos discípulos comprendiera su función profética en aquel entonces. Los llamamientos se determinan por la voluntad soberana de Dios, no por la del hombre. Sin embargo, estas cosas fueron escritas para nuestra enseñanza, a fin de que comprendiéramos mejor el propósito de las dos venidas de Cristo


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