
AVANZAMOS MÁS ALLÁ DEL BLOG FINISTERRE. CRUZADO EL JORDÁN, EL REMANENTE FIEL ESPERA EL APOTEÓSICO DERRAMAMIENTO FINAL DE LA FIESTA DE TABERNÁCULOS, PLENITUD DE PENTECOSTÉS, EL MEJOR VINO DEL FINAL, ¡LA MANIFESTACIÓN DE LOS HIJOS DE DIOS! // "La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, ha dicho Yahweh de los Ejércitos; y daré paz en este lugar...". Hg. 2:9 // "No estoy diciendo, 'regresemos a Pentecostés'; estoy diciendo, '¡avancemos!'” (G.H.Warnock)
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EL NUEVO PACTO EN JEREMÍAS - Parte 2, Dr. Stephen Jones
Tiempo estimado de lectura: 9 - 11 minutos
Autor: Dr. Stephen E. Jones
RESPONDIENDO AL SER ENVIADO, Dr. Stephen Jones (GKM)
Fecha de publicación: 05/10/2023
Tiempo estimado de lectura: 5 - 6 minutos
Autor: Dr. Stephen E. Jones
LOS NOMBRES DE DIOS - Parte 5: Yahweh-Mekaddishkem (El Dios que me santifica hasta su Reposo), Dr. Stephen Jones
Introducción al Tiempo: Capítulo 2-MIDIENDO EL TIEMPO POR SÁBADOS - Parte 1
La primera mención del tiempo en las Escrituras se encuentra en Génesis 1: 14,
14 Entonces dijo Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche, y sean por señales y para las estaciones y para los días y los años.
El hombre no inventó la idea de usar las luminarias en los cielos para medir el tiempo en términos de “días y años”. Dios hizo esto y le dio este conocimiento e instrucción a Adán.
Sábados
Los seis días de la Creación, seguidos por el día en que Dios descansó en el séptimo día, también establecieron el patrón básico de las medidas del tiempo en la cronología a largo plazo y en la profecía. Génesis 2: 2-3 dice:
2 Al séptimo día completó Dios la obra que había hecho, y reposó [shabat, “cesó, descansó”] en el séptimo día de toda la obra que había hecho. 3 Entonces Dios bendijo el séptimo día y lo santificó, porque en él reposó [shabat, “cesó, descansó”] de toda su obra que Dios había creado y hecho.
Al bendecir y santificar el séptimo día, Dios puso su sello de aprobación sobre esta forma de medir el tiempo. Hay tres niveles principales de reposo que se desarrollaron en los años venideros: el séptimo día, el séptimo año y el jubileo, que venía después de un ciclo completo de siete sietes.
La trompeta del Jubileo debía sonar después de 49 años. Era tocada diez días después del año 50, más tarde conocido como el Día de la Expiación. El Año del Jubileo se extendía hasta el comienzo del próximo año nuevo, en el día marcado por el sonido de las Trompetas. Este mismo año también servía como el primer año del próximo ciclo de sietes para proporcionar la continuidad de los sietes en la medición del tiempo.
Por lo tanto, mientras que un ciclo de Jubileo es de 50 años, diez Jubileos no son 500 años, sino 490 (más los diez días que conducen al Día de la Expiación). Esto se ve claramente en las setenta semanas de Daniel (Daniel 9: 24), que es un período de setenta semanas de años, es decir, 490 años. También son diez jubileos.
Entrando al Reposo de Dios
Desde un punto de vista profético, estos tres sábados nos muestran el camino por el cual podemos entrar en el Reposo de Dios. Estos se superponen a las tres fiestas principales que Dios instituyó durante el tiempo de Moisés: Pascua, Pentecostés y Tabernáculos. Estas tres fiestas también presentan tres niveles de fe en nuestra relación progresiva con Dios. Todos los israelitas tenían un nivel de fe de Pascua, por el cual salieron de Egipto, pero su nivel de fe estaba destinado a aumentar durante su viaje.
Así también es con nosotros hoy. A medida que avanzamos en nuestro viaje a la Tierra Prometida (es decir, para recibir las promesas de Dios), entramos en nuestro primer nivel de descanso cuando salimos de Egipto (por así decirlo) en la Pascua. Solo porque fuimos justificados por la fe en el Cordero de Dios no significa que tal fe nos llevará a la Tierra Prometida. No debemos estar satisfechos con nuestra justificación por la fe, como si la Pascua fuera la única fiesta que se debe guardar.
También debemos experimentar Pentecostés para escuchar su voz y responder en obediencia. Esto implica un aumento en la fe, así como un mayor nivel de reposo. Entramos en el segundo nivel de reposo si subimos al monte para recibir el Espíritu Santo. Los israelitas bajo Moisés no quisieron hacer esto (Éxodo 20: 18-20), pero años más tarde, los 120 discípulos fueron al Aposento Alto en Jerusalén (Hechos 1: 13) para esperar la venida del Espíritu. Hechos 1: 12 nos recuerda que desde el lugar de la ascensión de Cristo en el Monte de los Olivos hasta Jerusalén, donde estaba ubicado el Aposento Alto, había “un camino de día de reposo”. Estos discípulos fueron los primeros en experimentar el segundo nivel de reposo cuando llegó el día de Pentecostés (Hechos 2: 1-2).
El tercer nivel de reposo es el Jubileo, al que Dios llamó “mi reposo”. (Hebreos 4: 3, 5). Los israelitas bajo Moisés no entraron en el Reposo de Dios, cuando tuvieron la oportunidad de hacerlo en Cades-barnea. Habiendo fallado en entrar al nivel de fe Pentecostal en el Monte Sinaí, no estaban preparados para entrar al Reposo de Dios, el nivel de fe de Tabernáculos. Así que era una conclusión inevitable que su nivel de fe en la Pascua sería demasiado débil para vencer el miedo a los gigantes (Números 14: 1-3).
Esto los descalificaba para experimentar el tercer nivel de reposo. Hebreos 4: 19 dice:
19 Vemos, pues, que no pudieron entrar a causa de su incredulidad [es decir, falta de fe, desobedicencia (Heb. 3: 18; 4: 11].
Hebreos 4: 2-3 dice:
2 Porque ciertamente a nosotros se nos ha anunciado buenas nuevas, lo mismo que a ellos; pero la palabra que oyeron no les aprovechó, porque no fue unida de fe en los que oyeron. 3 Porque los que hemos creído entramos en ese reposo, tal como Él ha dicho [en el Salmo 95: 4], “Como juré en mi ira, no entrarán en mi reposo”, aunque sus obras estaban acabadas desde la fundación del mundo.
El autor de Hebreos ya había experimentado el reposo de Dios en un segundo nivel (Pentecostés), y asumió que otros creyentes también lo habían logrado. Luego habló de un tercer nivel de reposo en Hebreos 4: 8-9,
8 Porque si Josué les hubiera dado reposo, no habría hablado de otro día después de ese. 9 Queda, pues, un reposo sabático para el pueblo de Dios.
Cuando se escribió Hebreos en el primer siglo, el autor no estaba tan preocupado por los tres niveles de fe. Todavía se deleitaba en el segundo nivel de fe, derivado de Pentecostés. Entonces, su interés principal era mostrar que los israelitas bajo Moisés no habían entrado en el Reposo de Dios, aunque eran "la iglesia en el desierto" (Hechos 7: 38 KJV) que habían sido redimidos de Egipto a través de la Fiesta de la Pascua.
Su tema principal era mostrar que el Reposo de Dios no se había cumplido. No está claro si consideró o no que Pentecostés era el cumplimiento del Reposo de Dios. Sin embargo, está claro que este “reposo sabático para el pueblo de Dios” en particular estaba asociado con la entrada de Israel en la Tierra Prometida. Pero, esto se complica por el hecho de que entraron bajo Josué en el momento de la Pascua, no en el de Tabernáculos. Por lo tanto, no recibieron la glorificación del cuerpo, que es la promesa de Tabernáculos. Josué no pudo darles este verdadero reposo.
Entonces, podemos decir que, incluso después de que Pentecostés se cumplió en Hechos 2, aún queda un descanso sabático para cumplirse en el momento de la Segunda Venida de Cristo. Esto ocurrirá cuando se cumplan las fiestas de otoño: Trompetas, Jubileo y Tabernáculos.
Solo cuando experimentemos ese tercer nivel de descanso podremos verdaderamente decir que hemos entrado en el Reposo de Dios. No es suficiente guardar un día de reposo, ni siquiera un año de reposo. Debemos tener la revelación del Jubileo y de la Fiesta de Tabernáculos. Para un estudio más completo de esto, vea mi libro, El Rapto a la Luz de Tabernáculos .
NOTA DEL TRADUCTOR: Por experiencia personal podemos decir que el reposo que viene tras la rendición en Peniel, la muerte-sepultura en el Jordán y la resurrección del otro lado, si no es el tercer nivel, y es el segundo de Pentecostés, deberíamos decir entonces que el reposo tras cruzar el Jordán es el fruto de Pentecostés, cosechado al inicio de Tabernáculos. Si así fuera, el Reposo de Dios o de tercer nivel, sería el fruto al final de Tabernáculos: la glorificación del cuerpo y el Jubileo, tal como dice el hermano Jones.
De no ser así tendríamos: el primer nivel de Pascua, justo tras creer tengo Paz CON Dios; el segundo nivel con la luna de miel que viene tras recibir el Bautismo con Espíritu Santo, que inicia Pentecostés y nos da una mayor paz y gozo; el Reposo de Dios o tercer nivel, sería el que viene tras el cruce del Jordán, con lo que comenzamos la etapa de Tabernáculos, que es la Paz DE Dios. Suponemos que esto casa mejor con la experiencia de fe. Eso sí, de esta manera la glorificación del cuerpo no sería el Reposo de Dios, sino el jubileo u otra cosa que nuestra experiencia aún no nos permite reconocer.
¿Hablaría Pablo de un Tercer Reposo a los israelitas que aún no había experimentado el Segundo? Además, dice la Palabra que Josué no les había dado el reposo (Hebreos 4: 8-9); ellos tenían el primer nivel y Josué no les dio ni siquiera el segundo, ¿cómo hablaría Pablo en Hebreos del tercero si les faltaba el segundo? ¿No hubier tenido que decir entonces que les quedaban dos reposos y no un reposo?
Años sabáticos
Para el propósito de medir el tiempo en la cronología y la profecía a largo plazo, no es necesario estudiar o dar cuenta de los días de reposo. Si bien puede haber profecías personales que se cumplan a corto plazo, la cronología se mide en años, no en días. Dicho esto, la mayoría de nosotros somos conscientes de que incluso las promesas y profecías personales pueden tardar muchos años en cumplirse.
Así que nuestra atención principal debe enfocarse en el tiempo que se expresa en años sabáticos y jubileos. Se suponía que los israelitas entrarían en la Tierra Prometida en el 50º Jubileo desde Adán. Si su fe hubiera sido lo suficientemente fuerte para vencer el miedo en Cades-barnea, habrían tocado la trompeta del Jubileo en el Jubileo 50º desde Adán, y cinco días después, en la Fiesta de Tabernáculos, habrían entrado en Canaán desde el sur.
Esto no sucedió, por supuesto, por lo que tuvieron que permanecer en el desierto otros 38 años (Deuteronomio 2: 14). Finalmente, cruzaron el Jordán hacia la tierra de Canaán desde el este, en el momento de la Pascua (Josué 5: 10), porque aún permanecían en un nivel de fe y reposo de Pascua.
Cuando cruzaron el Jordán, el evento fue lo suficientemente importante como para ser el comienzo del Año Uno en su calendario. En otras palabras, esto fue cuando comenzaron a contar los años hacia su primer año de reposo, cuando recibieron las herencias de tierras tribales. Así leemos en Levítico 25: 2-4,
2 Habla a los hijos de Israel y diles: “Cuando entréis en la tierra que Yo os daré, entonces la tierra tendrá reposo para el Señor. 3 Seis años sembrarás tu campo, y seis años podarás tus viñas y recogerás su cosecha, 4 pero el séptimo año la tierra tendrá un reposo, un reposo para el Señor; no sembrarás tu campo ni podarás tu viña”.
Mientras los israelitas permanecieron en el desierto, los reposos de la tierra no se aplicaron a ellos, porque no sembraron cultivos. Vivían del maná diario y de la carne de sus rebaños. Pero una vez que entraron en la tierra, se hicieron responsables de guardar años de reposo y jubileos.
Después de 42 años en la tierra (seis años de reposo), su adopción de los caminos cananeos los llevó a entrar en su primer cautiverio al rey de Mesopotamia (antiguo nombre de Babilonia). Vea la tabla en la parte final de mi libro Secretos del Tiempo . Este cautiverio duró ocho años (Jueces 3: 8), cuando Dios levantó al primer Juez (Otoniel) para librarlos (Jueces 3: 9) en su primer año de Jubileo en la tierra.
APOCALIPSIS - Libro VIII - Cap. 3 - EL GRAN SÁBADO (MILENIO) (Reposo Milenial), Dr. Stephen Jones
En el libro de Apocalipsis, la frase “mil años” aparece seis veces, todo dentro del estrecho marco de Apocalipsis 20: 1-7. Esto sugiere un período de seis mil años de historia hasta este momento, como para enfatizar la entrada en el Gran Sábado (Milenio).
Además, Juan trata este milenio como un día de reposo. La Ley ordenaba que los sábados fueran tiempos de descanso. Durante los años sabáticos, no se debía sembrar ni cosechar. Lev. 25: 3-5 dice,
3 Seis años sembrarás tu campo, y seis años podarás tu viña y recogerás su cosecha, 4 pero el séptimo año la tierra tendrá un sábado de descanso, un sábado para el Señor; no sembrarás tu campo ni podarás tu viña. 5 No segarás el renuevo de tu siega, y no recogerás las uvas de tus vides sin podar; la tierra tendrá un año sabático.
La resurrección es la forma en que Dios cosecha el fruto de la tierra, por lo que encontramos que hay dos resurrecciones en Apocalipsis 20, una antes y otra después, pero no durante, los mil años.
Además, Dios prometió proveer abundancia en el sexto año para que el pueblo pudiera pasar el sábado sin escasez. Lev. 25: 20-21 dice,
20 Pero si decís: "¿Qué vamos a comer el séptimo año si no sembramos ni recogemos nuestras cosechas?" 21 Entonces ordenaré mi bendición para vosotros en el sexto año, de modo que producirá la cosecha para tres años.
Este pasaje estaba hablando específicamente del séptimo año sabático, que luego era seguido por un año de jubileo. Por eso Dios prometió bendecirlos con suficiente comida para tres años, en lugar de solo para dos. En los otros sextos años, Dios los bendeciría con cosechas dobles para que les duren durante los descansos sabáticos de la tierra.
El mismo principio se vio en el sábado semanal, cuando Israel recogía el doble de maná en el sexto día para pasar el séptimo día (Éxodo 16: 22). Juan no lo menciona directamente, pero entendemos que Dios derramará su Espíritu al final del sexto “día” milenario al término de la Era, para que tengamos provisión durante el Gran Milenio, el séptimo gran Día.
Coincidiendo con el final de los seis días de trabajo y el comienzo del Gran Sábado, la serpiente es atada por mil años. Esto es necesario, porque cuando Adán y Eva creyeron la palabra de la serpiente, se sometieron a su engaño. Al no poder pagar la restitución por su pecado, fueron "vendidos" como esclavos según la Ley de Éxodo 22: 3.
Pablo dice más tarde en Rom. 6: 16, “¿No sabéis que cuando os presentáis a alguno como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis…?” Les dice a los creyentes que antes de venir a Cristo, “erais esclavos del pecado” (Rom. 6: 17).
Entonces, para liberar a la humanidad de su esclavitud causada por el pecado de Adán, se debe atar a la serpiente y evitar que engañe a las naciones durante el Gran Sábado. Pero una vez que ha pasado el séptimo “día”, la serpiente es nuevamente liberada, porque esto es solo el final del primer sábado de la historia. Todavía habrá seis Sábados más antes del Gran Jubileo de la Creación, donde todos serán plenamente reconciliados con Dios, y donde cada hombre regresa a su herencia en Dios.
Encender fuegos
En este gran sábado milenario, Dios también parece observar la Ley del Sábado que se encuentra en Éxodo 35: 3,
3 No encenderéis fuego en ninguna de vuestras habitaciones en el día de reposo.
Por esta razón, no leemos sobre “el lago de fuego” hasta después de que haya pasado el Gran Día de Reposo (Ap. 20: 14-15). La Ley misma profetiza de los actos de Dios, porque Él sigue su propia Ley. ¿Por qué? Porque la Ley de Fuego emana de su Naturaleza, y Él siempre será fiel a Sí mismo.
Las Leyes del Sábado nos dan las piedras angulares de las Leyes del Tiempo, sobre las cuales se basan los ciclos de tiempo proféticos. Por lo tanto, Apocalipsis 20 habla de “mil años” seis veces para sugerir el final de seis mil años y el comienzo de un milenio sabático.
La palabra hebrea para “seis” es shesh, en Éxodo 20: 9, “Seis días trabajarás”. Pero shesh, como se usa en Éxodo 39: 28 al describir la vestidura del sumo sacerdote, también es la palabra para “lino fino”.
Esto sugiere que el lino fino de la Novia (de Apocalipsis 19:7-8) se le da a ella al final de los seis mil años. Aunque la Novia se compone de personas que han vivido a lo largo de muchas generaciones, Juan se refería al momento en que el Cuerpo estaría completo. Ella está así vestida y “lista” después de seis mil años.
https://godskingdom.org/studies/books/the-revelation-book-8/chapter-3-the-great-sabbath
NOTA INFORMATIVA, José (Administrador)
Vamos a tomar unos días de descanso, por lo que no publicaremos en los blogs.
Aprovechen para ponerse al día si están retrasados en las lecturas o para releer o escuchar aquellas cosas que deseen. El lunes 12, Dios mediante, estaremos reanudando las publicaciones.
Un fuerte abrazo y bendiciones para todos.
JOSÉ Y PIEDAD
MANSEDUMBRE Y REPOSO, A. W. Tozer
Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad. Mateo 5: 5
"Venid a mí todos los que estáis trabajados y cansados, que os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón. Porque mi yugo es fácil, ¡y ligera mi carga!".
CAMPAÑA DE ORACIÓN "FE, NO MIEDO", godskingdom.org
Por: Dr. Stephen JonesPublicado el: 20/01/2022
Al entrar a una nueva era de nuestra Tierra Prometida, podemos o no estar listos para enfrentar a los gigantes. Hemos sido entrenados en el desierto para este momento en el tiempo, nuestra fe fue probada de muchas maneras. Sin embargo, llega el momento del examen final y nuestra prueba de fe es lo más importante.
Este fue el caso cuando los israelitas recibieron el informe de los 12 espías en Números 13. La gente estaba llena de miedo o llena de fe. Los temerosos no tuvieron tiempo de aumentar su fe, y los fieles de repente se destacaron entre la multitud. Jesús mismo tiene la vara de medir de toda fe, y solo Él sabe quién tiene fe o miedo.
Todos tenemos miedo de alguna manera, pero un vencedor puede vencer el miedo porque su fe es más fuerte. Así que si miras hacia adentro y ves algo de miedo, no temas tu miedo ni te desanimes. Es como los soldados en la línea de fuego. Todos tienen algún nivel de miedo y lo reconocen como algo bueno; pero no permiten que su miedo los paralice, porque han sido entrenados para vencerlo.
El general asirio, Rabsaces, fue el agente del miedo en la época de Ezequías. Su llamado fue zarandear los corazones de los judíos para ver quién era temeroso y quién era fiel. Joa, el escriba y registrador, escribió lo que se dijo en las negociaciones (Isaías 36: 3). Querían que esas negociaciones fueran privadas, pero el Rabsaces habló en voz alta en el idioma hebreo, en lugar del idioma babilónico, el arameo (Isaías 36: 11-13).
Los embajadores habían recibido instrucciones de guardar silencio (Isaías 36: 21), pero cuando regresaron para dar consejo al rey, Sebna abogó por la capitulación, mientras que Eliaquim tenía fe en la liberación de Dios. El momento de la verdad había llegado. Ezequías finalmente envió un mensaje a Isaías para que consultara al Señor (Isaías 37: 2, 5).
Hasta ese momento, Isaías había sido ignorado, porque su palabra era contraria a todas las demás. Lo que sigue es una larga profecía y una asombrosa liberación de Jerusalén, todo porque el rey finalmente pasó su mayor prueba de fe. Todo su temor y desobediencia pasados (como enviar embajadores para conseguir la ayuda de Egipto) fue vencido por la fe presente, y entonces se le conoció como un rey justo.
Estaba tan transformado que escribió las 15 Cánticos Graduales (Salmos 120-134), que la gente cantaba mientras subían al monte en Jerusalén en los diversos días festivos. La NASB los llama los Cantos de Ascensión. Nosotros también queremos ascender del miedo a la fe.
La batalla contra los gigantes ya ha comenzado. A lo largo de la historia, por supuesto, siempre nos hemos enfrentado a gigantes en nuestras vidas, pero ahora también los enfrentamos a nivel ministerial. El campo de batalla actual está en Sudáfrica, donde hoy el equipo declaró la guerra a los gigantes que controlan la tierra.
Habiéndonos dado una causa legal contra ellos, teníamos que decidir si este campo de batalla en particular era donde debíamos tomar nuestra posición o evitar una guerra y dejar que los gigantes ganaran en este caso. Determinamos que la guerra con los gigantes es inevitable y que esta colina en particular es un lugar tan bueno como cualquier otro. De hecho, el desafuero de los gigantes nos da una causa legal, y debido a que Dios está con nosotros, la victoria está asegurada.
La oración modelo
Padre Celestial, sabemos que Tú nos has guiado a este punto en el tiempo donde vamos a ver tus promesas cumplidas en nosotros. Los gigantes son de gran tamaño, y aquellos que actúan con miedo creen que son meros saltamontes en comparación con ellos. Pero esta es tu batalla, y sabemos que estos gigantes son meros saltamontes ante tus ojos.
Así que decimos con Caleb: “Deberíamos subir y tomar posesión de ella, porque ciertamente la conquistaremos” (Números 13: 30). Creemos las palabras de Josué, quien dijo: “La tierra por donde pasamos para reconocerla es una tierra muy buena. Si el Señor está complacido con nosotros, Él nos traerá a esta tierra y nos la dará, una tierra que mana leche y miel… [Nosotros] no tememos a la gente de la tierra, porque ellos son pan para nosotros. Les ha sido quitada su protección, y el Señor está con nosotros; [nosotros] no les tememos” (Números 14: 7-9).
Padre, apelamos a Ti a causa de la blasfemia de tus enemigos que afirman que no eres capaz de liberar a tu pueblo.
Tomamos el Arca de tu Presencia y avanzamos sobre los enemigos de tu Reino. “¡Levántate, oh Señor! y sean esparcidos tus enemigos, y huyan de tu presencia los que te aborrecen” (Números 10: 35). Llévanos a nosotros y a toda la Tierra a tu Reposo, para que la Tierra se convierta en el estrado de tus pies.
Gracias, Padre celestial, por ir delante de nosotros como una gran luz que disipa todas las tinieblas. Gracias por darnos la victoria, porque creemos que eres poderoso para hacer todo lo que has prometido.
Oramos esto en el nombre de Jesús. Amén.