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PRIORIDADES EN LLAMADOS Y DONES (Dones de ayuda y administración o gobierno) [Primera Corintios 12 (11)], Dr. Stephen Jones


29/06/2017



Pablo concluye este capítulo con una declaración acerca de la diversidad y la prioridad. 1 Corintios 12:28 dice,

28 Y puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los milagros, después dones de sanidades, ayudas, administraciones (dotes de gobierno o dirección), diversos géneros de lenguas.

Haciendo una lista de éstos como primero, segundo, y tercero, al final Pablo deja claro que hay muchos llamados y dones, pero algunos son más grandes que otros, aunque todos son importantes para el bienestar de la Iglesia. Esta no es una lista completa, por supuesto, porque Pablo nos dice en Efesios 4:11,

11 Y él mismo constituyó a unos apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros.

Este “ministerio quíntuple” es la lista más completa que Pablo expone, pero en 1 Corintios 12:28, enumera sólo tres. El orden es el mismo, pero en Corintios evangelistas y pastores se quedan fuera de la lista. Como maestro, yo podría estar tentado a insistir en que el ministerio de enseñanza es el tercer llamado más importante, ya que Pablo dice que es “tercero”. Sin embargo, no creo que esto sea lo que Pablo quería decir. No era más que el tercero en su lista reducida, subordinado a los apóstoles y profetas.

Sin embargo, un amigo profeta señaló hace años que el dedo meñique del ministerio quíntuple, el maestro, es el que ancla al apóstol (pulgar), el que confirma el llamado apostólico, por lo que es realmente eficaz. Un pulgar sin un dedo meñique se debilita. El apóstol depende del dedo meñique más que cualquier otro, excepto del llamado profético, que es el segundo dedo. En todo caso, si alguien está interesado, soy un dedo meñique de la mano del cuerpo de Cristo.


Milagros y sanación
Pablo parece integrar los llamados con los dones en este versículo, porque el cuarto en la lista es “poderes milagrosos, y el quinto es dones de sanidades. Pero Pablo estaba hablando realmente de los que estaban dotados con esos dones, no de los dones en sí. La palabra traducida como “milagros” es dunamis, “poderes”, que habla de diversas manifestaciones de poder sobrenatural. Podríamos parafrasear la lista de Pablo en el sentido de “cuarto, taumaturgos, luego sanadores”, etc. Lo que tal vez es lo más importante es que éstos están más abajo en la lista, incluso por debajo de los humildes “maestros”. Sin embargo, hoy, en la mente de la mayoría de las personas, los taumaturgos y sanadores están mucho más altos en la lista.

Tal vez esto se deba a que hoy en día, debido a la abundancia de productos químicos nocivos y la comida que es baja en el valor nutricional, la enfermedad se ha convertido en una condición normal. Las drogas artificiales se utilizan para tratar los síntomas, como todos los anuncios nos dicen, y es ilegal curar a nadie. La gestión de la enfermedad siempre es ahora una forma aceptada de vida. Las personas necesitan curación más que nunca en tales condiciones.

Las prioridades se establecen de acuerdo con la necesidad más urgente. Mientras que la Iglesia en su conjunto necesita apóstoles, profetas y maestros antes que taumaturgos y sanadores, la necesidad de cada individuo puede variar de acuerdo a su situación. Un hombre que se está muriendo de sed, por ejemplo, se le debe dar agua antes de enseñarle el evangelio de Mateo. Milagros, tales como caminar sobre el agua son siempre impresionantes y atractivos, y pueden ser urgentes para las personas en peligro en un lago tormentoso, pero en el cuadro grande, la Iglesia tiene una mayor necesidad de la revelación de un profeta y de la verdad de un maestro.


Ayudantes o asistentes
Otro don es menos atractivo “ayudas” (NASB) o “ayudantes” (The Emphatic Diaglott). Hay relativamente pocos que dicen tener el llamado de asistente, pero los que tienen este llamado son indispensables para las personas a las que asisten. De hecho, el don de la “ayuda” es quizás el más común de los dones. Muchos creyentes, que piensan que no tienen ningún don en absoluto, en realidad tienen el don de “ayuda”, porque ellos están llamados a ayudar a otros con sus dones. Al hacer esto, ellos reciben la misma recompensa (de Dios) como aquel al que asisten, a pesar de que rara vez reciben el reconocimiento de los hombres en la Tierra. Son el principio del vaso agua fría que Jesús menciona en Mateo 10:40-42,

40 El que a vosotros recibe a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. 41 El que recibe profeta por cuanto es profeta, recibirá recompensa de profeta; y el que recibe a un justo por cuanto es justo, recibirá recompensa de justo. 42 Y el que por cuanto es discípulo da a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría para beber, en verdad os digo que no perderá su recompensa.

Cualquier persona, entonces, puede recibir la recompensa de un profeta, de un hombre justo, o de un discípulo. Esto se basa en el principio de la unidad, y en tales casos, la asistencia es evidencia de unidad.

Cuando Jacob distribuye los varios llamamientos a sus hijos, no quiere decir que esos hijos eran los únicos para ser bendecidos por esos llamados. Todos los que estaban en unidad con Judá fueron bendecidos por el Mandato de Dominio cuando David se convirtió en rey. Todos los que estaban en la unidad con Leví fueron bendecidos por su sacerdocio. Todos los que estaban en unidad con Efraín participaron en las bendiciones de la Primogenitura. Sólo cuando el reino fue dividido, o cuando cayeron en el pecado y la rebelión, la gente comenzó a verse separada de las bendiciones dadas a otros.

Por lo que el Don de “Ayuda” es un buen don que deriva las bendiciones del que es ayudado. Un asistente o ayudante recibe la misma recompensa que el asistido, si la ayuda se ofrece en el espíritu de unidad. Se ha dicho que Dios debe amar a los pobres, porque creó muchos de ellos. Es quizás más preciso tener en cuenta que Dios considera a los ayudantes ser extremadamente importantes, porque hizo muchos de ellos. Por desgracia, la carnalidad de los hombres almáticos tiende a rebajar la importancia de este llamado, sobre todo porque los hombres tienden a pensar más alto de sí mismos de lo que deberían pensar (Romanos 12:3).


Administraciones (dotes de gobierno o dirección)
Esto viene de una palabra latina que fue adoptada en la lengua griega. Es kybernesis, “dirigir”, y aparece sólo una vez en el Nuevo Testamento. La Emphatic Diaglot traduce “directores”. Uno podría pensar que se trata de una función apostólica, pero Pablo distingue a estos “directores” de los apóstoles. Uno podría ver un apóstol como el capitán de un barco que decide dónde ir, mientras que el que realmente dirige la nave es el director o administrador.

No es frecuente pensar en que los administradores tienen un don espiritual. Por lo general pensamos de estas personas en términos de sus capacidades naturales o talentos para su administración. Sin duda, hay muchos con el talento natural o anímico de dirección; sin embargo, Pablo estaba hablando de un llamado divino habilitado por un espiritual Don de la Administración. En otras palabras, estos administradores escuchan la voz de Dios y son guiados por el Espíritu, tanto como cualquier apóstol o profeta. La diferencia principal es que Dios les conduce en formas que son específicas a su llamado.


Diversos Géneros de Lenguas
Es evidente que hay muchos idiomas humanos en la Tierra hoy. Éstos están incluidos en la lista de Pablo de “Diversos Géneros de Lenguas”, pero unos pocos versículos más adelante también menciona otra clase de lengua. 1 Corintios 13:1 dice: Si yo hablase lenguas humanas y angélicas ...” Las lenguas de los hombres son los miles de idiomas que se utilizan en las naciones de los hombres. Pero ¿qué pasa con lenguas de los ángeles?

Siempre que los ángeles se aparecieron a hombres y mujeres en las Escrituras, hablaron en las lenguas de los hombres con el fin de ser entendidos. No existen claros ejemplos de lenguas de los ángeles en el Antiguo Testamento. Incluso el primer ejemplo de “lenguas” muestra al burro de Balaam hablando a Balaam, no en lengua de burros, sino en el idioma que Balaam entendía (Números 22:28-30). No se nos dice si el ángel habló con el burro o no. Si es así, no sabemos su lenguaje.

Sin embargo, en 1 Corintios 14 Pablo parece identificar las lenguas “desconocidas (extrañas)” o ininteligibles como las de los ángeles. 1 Corintios 14:13,14 dice,

13 Así que, el que habla en lengua extraña, pida que la interprete. 14 Porque si yo oro en lengua desconocida, mi espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto.

Debido a que Pablo vio la necesidad de orar con el fin de ser capaces de interpretar, es evidente que la interpretación no era algo para ser estudiado en la escuela (como traductor), sino un sobrenatural Don de Interpretación. En segundo lugar, cuando Pablo oró en una lengua desconocida su mente del alma no la entendía. Esto es lo que quiere decir con mi entendimiento queda sin fruto. ¿De qué tipo de lenguaje hizo uso el espíritu de Pablo cuando oraba? Es posible que haya orado en un lenguaje de los hombres, que, en teoría, podría ser entendido por otro; sin embargo, en circunstancias “normales”, esa lengua desconocida, incluso para el mismo Pablo cuando su espíritu oró, era una lengua angelical.


¿Tienen todos el mismo llamado o don?

29 Todos no son apóstoles, ¿verdad? No todos son profetas, ¿verdad? ¿No todos son maestros? No todos son los que hacen milagros, ¿verdad? 30 No todos tienen dones que sanan, ¿verdad? No todos hablan en lenguas, ¿verdad? Todos no interpretan, ¿verdad?

Esto restablece el punto que Pablo ha estado haciendo desde el principio. Hay diversos dones y llamados, y Dios nos ha hecho a todos codependientes. Por el principio de unidad, hemos de compartir los dones y el llamamiento de los demás. Esto refuerza la solución a la controversia anterior que Pablo suscitó en lo que respecta a nuestra unidad en Cristo.

Pocos hoy en día dirían que todos deben ser apóstoles o profetas o incluso sanadores. Sin duda, algunos dones son más fáciles de obtener que los demás, y con frecuencia los dones de sanar son evidentes incluso en uno que no tiene ese llamado particular; Dios considera la necesidad en este momento. No tengo el don de sanar, pero sin embargo a lo largo de los años he visto a unos cuantos sanados tras orar por ellos.

Algunos también insisten en que el Don de Lenguas es para todo el mundo. Tal pregunta es teórica, por supuesto, porque el hecho es que no todos hablan en lenguas, ya que incluso el apóstol nos lo dice. Estoy más interesado en la realidad práctica que en el debate teórico.

Pablo termina diciendo en 1 Corintios 12:31,

31 Procurad, pues, los dones mayores [o “mejores”]. Y yo os muestro un camino aun más excelente.


Por lo tanto, algunos dones son mayores o mejores que otros. Pablo explica esto más adelante en el capítulo 14 después que nos muestra el camino más excelente”. Como veremos, la profecía es mejor que las lenguas, porque Pablo dice en 1 Corintios 14:5, mayor es el que profetiza que el que habla en lenguas. La razón de esto será más evidente cuando estudiemos esos versículos y seamos capaces de buscar las referencias del Antiguo Testamento que Pablo cita para demostrar sus afirmaciones.

Etiquetas: Serie Enseñanza
Categoría: Enseñanzas

Dr. Stephen Jones

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