Ayer me llegaron estos vídeos de Arthur Burt sobre Jericó. Creo que Burt ha debido ser uno de los precursores de Tabernáculos.
Si no he captado mal, transmite la idea de que los muros de Jericó se relacionan con el FUNDAMENTO (RAÍCES) DE INCREDULIDAD y la GLORIA DE DIOS, siendo un testimonio del poder de Dios. Lo que está en juego en Jericó es el PRINCIPIO DE LA GLORIA O MÉRITO DE DIOS en contraposición del PRINCIPIO CARNAL DEL SACRIFICIO PERSONAL DE RENUNCIA A MALOS HÁBITOS ...
Los muros de Jericó que trataban de impedir la invasión de Dios eran fortísimos, pero estaban asentados sobre un fundamento de sólida brea negra (asfalto). El fuego de Dios hizo derretir el fundamento de sólida brea negra y los muros se hundieron.
Nuestro muro de Jericó, que impide que seamos plenamente invadidos por la gloria de Dios, es la INCREDULIDAD, una de las RAÍCES DEL EGO (junto a la MURMURACIÓN).
Ya no es hora de parches o remiendos. La Iglesia se ha pasado 2000 años podando las hojas, las ramas y el tronco de pecado, que vuelve a brotar vez tras vez y con más fuerza, como el árbol podado. Ahora, en la era de Tabernáculos, el hacha está puesta a la raíz, al fundamento, al EGO-YO, desde donde crecen las raíces de la incredulidad y queja. Ya no basta podar, hay que arrancar las raíces, ¡hay que morir!
Tratamos de robarle la gloria a Dios, cuando, actuando en incredulidad, tratamos de producir el querer y el hacer por nosotros mismos, en lugar de confiar solo en Dios y en que su Fuego derrita el fundamento de brea, quitándonos los malos deseos del corazón corrompido del viejo hombre y llevándose toda la gloria por ello. Cuando luchamos con nuestras fuerzas por eliminar nuestros malos deseos arraigados en el fundamento de brea de nuestra naturaleza caída, le robamos la gloria a Dios, quien es el que produce en nosotros el querer como el hacer para tener el mérito, la gloria, para Sí.
Tal vez no sea casualidad que haya llegado justo ahora y pueda ayudarnos a entender más, con que se relacionan esos trabajos en la Corte Divina sobre Jericó de Stephen Jones.
¡Pásenlo bien!
Posdata:
Me recordó el gráfico de la revelación de cruce del Jordán que Dios me dio en el año 2006, que adjunto en PDF.
Como comenta nuestro hermano José María, El Señor es quien produce en nosotros el querer como el hacer; la obra de santificación es Su obra, no la nuestra; desistamos de perfeccionarnos y de agradar en la carne. La Gloria es toda para el Señor. No se pierdan los vídeos, son de gran bendición y edificación para la iglesia del Señor.
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