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LAS DOS OBRAS DE CRISTO EN HECHOS 1-12 - Parte 7, Dr. Stephen E. Jones (GKM)

 


Fecha de publicación: 17/05/2024
Tiempo estimado de lectura: 9 - 11 minutos
Autor: Dr. Stephen E. Jones

https://godskingdom.org/blog/2024/05/two-works-of-christ-in-acts-1-12-part-7/

Habría tenido más sentido terminar el capítulo séptimo de Hechos después de Hechos 8: 4, ya que esto habría incluido el relato de la persecución de Saulo a la Iglesia después de la lapidación de Esteban. Después de todo, su lapidación inició esta persecución. Hechos 8: 1 dice: Y aquel día comenzó una gran persecución contra la Iglesia en Jerusalén.

La Iglesia en Jerusalén quedó devastada y la mayoría de los creyentes abandonaron la ciudad, excepto los propios apóstoles. Felipe también decidió que era hora de emprender un viaje misionero a Samaria, convirtiendo una situación negativa en algo positivo. Hechos 8: 5-8 dice,

5 Felipe descendió a la ciudad de Samaria y comenzó a anunciarles a Cristo. 6 La multitud, unida, prestaba atención a lo que decía Felipe, mientras oían y veían las señales que hacía. 7 Porque muchos que tenían espíritus inmundos, salían de ellos dando grandes voces, y muchos paralíticos y cojos eran sanados. 8 Y hubo mucho regocijo en aquella ciudad.

Al igual que Esteban, también Felipe realizaba “señales” (señales milagrosas), que confirmaban la Palabra que predicaba. Felipe se yuxtapone aquí con Esteban como señal de la Segunda Obra de Cristo.


Simón Mago

Hechos 8: 9 dice,

9 Había entonces un hombre llamado Simón, que antiguamente practicaba magia en la ciudad y asombraba a los samaritanos, pretendiendo ser algo grande; 10 y todos, desde el más pequeño hasta el mayor, le atendían, diciendo: Este hombre es lo que se llama el gran poder de Dios… 12 Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba las buenas nuevas del reino de Dios y del nombre de Jesucristo, estaban siendo bautizados, hombres y mujeres por igual.

El mismo Simón se hizo creyente (Hechos 8: 13), pero su corazón no era recto. Después de que Felipe envió a buscar a Pedro y a Juan, Simón se ofreció a pagarles si le conferían su poder (Hechos 8:18-19). Fue entonces cuando el corazón de Simón quedó expuesto. Hechos 8: 18-21 dice,

18 Cuando Simón vio que el Espíritu de Dios era concedido por la imposición de las manos de los apóstoles, les ofreció dinero, 19 diciendo: “Dadme también a mí esta autoridad, para que todo aquel a quien yo imponga las manos, reciba El espíritu santo”. 20 Pero Pedro le dijo: “¡Que tu plata perezca contigo, porque pensabas que con dinero podías alcanzar el don de Dios! 21 Vosotros no tenéis parte ni porción en este asunto; porque vuestro corazón no es recto delante de Dios”.

Según los relatos de la Iglesia Primitiva, Simón era el apóstol principal de una nueva religión llamada gnosticismo, en la que desafiaba la autoridad de los apóstoles y sus enseñanzas. Simón el Mago mezcló las enseñanzas de las religiones griega, egipcia y persa con algunos elementos del cristianismo, y pronto se convirtió en el principal rival de la Iglesia.

Los gnósticos adoptaron la visión griega de que el espíritu era bueno y la materia era inherentemente mala, contrariamente a Génesis 1: 31, "Vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí, era bueno en gran manera". Los gnósticos creían que el demiurgo (el diablo) había creado la materia, mientras que las Escrituras nos dicen que Dios fue el Creador.

El gnosticismo también reinterpretó las Escrituras, tal como se desarrollaron a lo largo de los años, insistiendo en que Jesús realmente no murió en la cruz, sino que fue salvado por sus discípulos. Dicen que Jesús vivió para casarse con María Magdalena y que tuvieron tres hijos. Por eso los gnósticos modernos honran a María Magdalena y buscan reemplazar a la Virgen María con María Magdalena. Se han infiltrado dentro de la Iglesia Católica Romana, donde forman un culto gnóstico secreto dedicado a esto.


El eunuco etíope

Cuando Pedro y Juan regresaron a Jerusalén, Felipe fue llevado a tomar una dirección diferente. Leemos en Hechos 8: 25-26,

25 Entonces, habiendo testificado solemnemente y hablado la palabra del Señor, regresaron a Jerusalén y predicaban el evangelio en muchas aldeas de los samaritanos. 26 Pero un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza. (Este es un camino desértico).

En algún lugar de este camino desierto, Felipe se encontró con un eunuco etíope. Hechos 8: 27-28 dice,

27 Entonces él se levantó y se fue; y estaba allí un eunuco etíope, oficial de la corte de Candace, reina de los etíopes, que estaba a cargo de todo su tesoro; y había venido a Jerusalén para adorar, 28 y regresaba sentado en su carro, leyendo al profeta Isaías.

Etiopía (o Kush) se encontraba al sur de Egipto y tenía una historia de 3.000 años, que terminó finalmente en 1973 con el derrocamiento de Haile Selassie. Etiopía se conocía originalmente como Nubia. Candace no era un nombre propio, sino un título real de la Reina Madre que daba a luz al heredero al trono. Candace es la forma latinizada de Kandake.

Los historiadores nos dicen que Nicotnis Kandake V fue Reina Madre entre el 35 y el 25 aC y que Garsemot Kandake VI fue Reina Madre entre el 40 y el 50 dC. Aparentemente, no sabemos quién era la Candace para la que trabajaba el eunuco etíope, a menos que este encuentro ocurriera en una fecha tan tardía como el 40 dC. [Nota del traductor: Algunos dicen que la Etiopía a que se refiere el pasaje no es la africana, sino el actual Yemen].

En cualquier caso, el eunuco era un prosélito del judaísmo y había hecho el viaje a Jerusalén, probablemente para asistir a una fiesta. Quizás había comprado su ejemplar de Isaías mientras estaba en Jerusalén para tener material de lectura mientras viajaba una larga distancia.


Dar comprensión

Felipe se encontró con el eunuco mientras leía Isaías 53. Hechos 8: 29-33 dice,

29 Entonces el Espíritu dijo a Felipe: “Sube y únete a este carro”. 30 Felipe corrió y lo oyó leer al profeta Isaías, y dijo: "¿Entiendes lo que estás leyendo?" 31 Y él dijo: Bueno, ¿cómo podría hacerlo, si no hay alguien que me guíe? E invitó a Felipe a que subiera y se sentara con él. 32 El pasaje de la Escritura que estaba leyendo era este: “Como oveja fue llevado al matadero; y como el cordero calla delante de sus trasquiladores, así no abrió la boca. 33 En humillación le fue quitado el juicio; ¿Quién contará su generación? Porque su vida ha sido quitada de la tierra”.

El pasaje citado se encuentra en Isaías 53: 7-8.

Hechos 8: 34-35 continúa,

34 El eunuco respondió a Felipe y dijo: “Dime, por favor, ¿de quién dice esto el profeta? ¿De sí mismo o de alguien más?” 35 Entonces Felipe abrió la boca y, comenzando por esta Escritura, le predicó a Jesús.

No se nos cuenta ningún detalle de la explicación de Felipe, aparte de que "le predicó a Jesús". En otras palabras, identificó a la “oveja” como profética de Jesús y su sacrificio. Después de su explicación, el eunuco quiso ser bautizado, y esto indica que Felipe había comenzado desde el principio del pasaje, que en realidad comienza en Isaías 52: 13-15.

13 He aquí, mi siervo prosperará, será enaltecido y exaltado y en gran manera exaltado. 14 Así como muchos se asombraron de ti, pueblo mío, así su apariencia se desfiguró más que la de cualquier hombre y su forma más que la de los hijos de los hombres.

Jesús fue crucificado al costado del camino en el Monte de los Olivos. Era costumbre que los viajeros arrojaran piedras a los crucificados, y normalmente apuntaban a la cabeza. Así que su apariencia quedó más desfigurada que la de cualquier hombre.

15 Así asombrará a muchas naciones, los reyes cerrarán la boca ante él; porque lo que no les fue contado lo verán, y lo que no oyeron lo entenderán.

El eunuco etíope fue el primero, al parecer, en cumplir la profecía de que rociará a muchas naciones. Las muchas naciones comenzaron con el eunuco etíope. El bautismo no comenzó con Juan el Bautista, sino que fue ordenado en la Ley. Se hacía vertiendo en la fuente (lavacro). En el caso de la limpieza de ex leprosos, leemos en Levítico 14: 7,

7 Luego rociará siete veces al que ha de ser limpiado de la lepra y lo declarará limpio, y dejará libre al ave viva a campo abierto.

Reconocerá esta ceremonia en conexión con las dos aves que representan a Cristo en sus dos venidas. El sacerdote debía rociar al ex leproso después de inspeccionarlo para asegurarse de que realmente había sido sanado de la lepra. Esta aspersión está conectada con la segunda ave (viva) y, por lo tanto, tiene que ver con la Segunda Obra de Cristo. Así leemos en Hechos 8: 36,

36 Mientras iban por el camino llegaron a unas aguas; y el eunuco dijo: “¡Mira! ¡Agua! ¿Qué impide que yo sea bautizado?”… 38 Y ordenó [al conductor del carro] que se detuviera, y ambos descendieron al agua, Felipe y el eunuco, y lo bautizó.

Se supone que ya conocemos el modo bíblico de bautismo prescrito en la Ley como “aspersión”. El hecho de que descendieran al agua no significa que el eunuco se sumergiera en el agua. Era común meterse en el agua para cumplir la Ley que especificaba sobre las aguas corrientes [vivas] (Levítico 14: 6). El agua corriente era literalmente agua viva, y el énfasis estaba en la vida más que en la muerte. Si Felipe hubiera seguido la prescripción de la Ley, habría tomado agua y rociado al eunuco siete veces.


Felipe arrebatado

Hechos 8: 39 dice,

39 Cuando salieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y el eunuco ya no lo vio, sino que siguió gozoso su camino.

La palabra hebrea nazaw, “rociar”, también significa “saltar; ser levantado”. También lleva la connotación de regocijo (como saltar arriba y abajo). Por eso, cuando el eunuco fue bautizado, se alegró.

Mientras tanto, Felipe fue arrebatado. La palabra griega usada es harpazo, la misma palabra usada en 1ª Tesalonicenses 4: 17, “nosotros los que estemos vivos y que quedemos seremos arrebatados [harpazo] juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire Esto describe un evento representado en la Fiesta de los Tabernáculos en el momento de la Segunda Venida de Cristo.

Por lo tanto, a diferencia de Esteban, Felipe nos da detalles sobre la Segunda Venida de Cristo, cuyo propósito no es sólo predicar la Palabra de Dios con valentía, sino también dar entendimiento de la Palabra. Esto es para cumplir Isaías 52: 15, porque lo que no les fue dicho verán, y lo que no habían oído entenderán.

Hechos 8: 40 concluye,

40 Pero Felipe se encontró en Azoto, y al pasar predicaba el evangelio en todas las ciudades hasta llegar a Cesarea.

Azoto estaba situada a unos pocos kilómetros de Asdod, al norte de Gaza. Felipe predicó la palabra hasta que llegó a Cesarea, una ciudad con un buen puerto que recibió el nombre de César Augusto. Herodes el Grande construyó su puerto y amplió la ciudad, y posteriormente se convirtió en un puerto importante para entrar y salir de Judea. Cesarea era la residencia en Judea de los procuradores romanos.

El propio Felipe se mudó a Cesarea y su casa se volvió muy parecida a un hotel para los cristianos que esperaban que zarpara su barco. El mismo Pablo permaneció allí por algún tiempo cuando iba camino a Jerusalén (Hechos 21: 8). Felipe tenía una iglesia en casa, a la que asistía Cornelio, el centurión romano.

Cesarea en este caso parece representar a la propia Roma (y a César). Predicar hasta Cesarea, entonces, presagia la Palabra de Dios siendo predicada a reyes y gobernantes, según la profecía de Isaías 52: 15, los reyes cerrarán la boca a causa de él. Esto sugiere que cuando la Palabra de Dios se predique con valentía en nuestro tiempo, la Palabra se extenderá a los gobernantes de los gobiernos y no se limitará a la gente común.


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