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Autor: Dr. Stephen E. Jones
Al final del Antiguo Testamento, leemos en Malaquías 4: 4-5,
4 Acordaos de la ley de Moisés, mi siervo, de los estatutos y decretos que Yo le encargué en Horeb para todo Israel. 5 He aquí, Yo os envío al profeta Elías, antes que venga el día grande y terrible de Yahweh.
Moisés representa la Ley y Elías representa a los Profetas. Malaquías los vincula, y la venida de “Elías” está vinculada al “día grande y terrible del Señor”. Recordemos que en 2ª Tesalonicenses 2: 2 Pablo insistió en que el día del Señor aún no había ocurrido en el momento de su escritura. Dios nos instruye que siempre debemos “acordarnos de la ley de Moisés”, pero la venida de Elías debía preceder al día del Señor.
Así como Josué tuvo que completar el llamado de Moisés, también Eliseo tuvo que completar el llamado de Elías. Elías comenzó a perder fuerza después del enfrentamiento en el Monte Carmelo cuando Jezabel juró cazarlo y matarlo (1º Reyes 19: 1-2). Elías corrió hacia el sur, al Monte Horeb, donde Dios le dijo que ungiera a su sucesor, Eliseo (1º Reyes 19: 16).
Eliseo pidió una doble porción del manto profético de Elías para completar el llamamiento (2º Reyes 2: 9), y Dios se lo concedió. Así que leemos que Elías realizó ocho señales milagrosas, mientras que Eliseo realizó dieciséis. Sin embargo, el punto importante que debemos destacar aquí es el hecho de que Eliseo completó el llamamiento de Elías.
Elías en la Primera Venida de Cristo
Cuando Cristo vino la primera vez, el camino le fue preparado por Juan el Bautista. Jesús lo identificó más tarde como Elías en Mateo 11: 14.
14 Y si queréis aceptarlo, Juan es aquel Elías que había de venir.
Técnicamente hablando, Juan el Bautista vino “antes de la venida del día grande y terrible del Señor”. Pero el día del Señor no vendría, dice Pablo, hasta poco antes de la Segunda Venida de Cristo y después de la gran apostasía, que yo identifico como el sionismo cristiano.
Elías, Juan el Bautista, fue ejecutado por el rey Herodes, tal vez porque se negó a huir siguiendo los pasos de su predecesor, Elías. Creo que el destino de Juan es el mismo que podría haber ocurrido si Elías mismo hubiera permanecido en Israel, donde Jezabel podría haberlo apresado. Pero el ministerio de Elías todavía tenía mucho que hacer para preparar el camino para Cristo en su Segunda Venida.
Eliseo en la Segunda Venida de Cristo
Vivimos ahora en el tiempo que precede a la Segunda Venida de Cristo. Esta vez ya no es Elías, sino Eliseo quien viene —y ha venido— a preparar el camino.
Hoy en día, Dios ha levantado una Compañía de Eliseo para preparar el camino para la venida de Cristo a fin de reclamar su trono (mandato de Dominio) de Judá y la Primogenitura de José. Por esta razón, creo que es imperativo que entendamos estas profecías antes de su venida. Debemos entender los tipos y las sombras del Antiguo Testamento, que forman la mayor parte de la esencia de la Palabra.
Hoy en día, muchos están buscando a “Elías”, cuando, de hecho, la doble parte del llamamiento de Elías es necesaria para completar este llamamiento. Por lo tanto, es a “Eliseo” a quien debemos buscar. Eliseo es la segunda parte de Elías, y el llamamiento de la Compañía de Eliseo debe cumplirse antes del “día grande y terrible del Señor”. Ese día se está acercando rápidamente al momento de escribir esto. En mi opinión, ese día verá la destrucción de Jerusalén, como se profetizó en Jeremías 19: 10-11.
En resumen, Moisés y Elías fueron los protagonistas principales de la Primera Venida de Cristo, pero Josué y Eliseo son los protagonistas principales de la Segunda Venida de Cristo. En cada caso vemos cómo la Ley y los Profetas trabajan juntos como uno solo. La Ley profetizaba acerca de Cristo, y los profetas interpretaban y aplicaban la Ley de una manera práctica, para darnos una mayor comprensión de lo que Moisés había escrito.
Es por esta razón que nuestro ministerio intenta enseñar tanto la Ley como los Profetas. Queremos recordar a “Moisés-Josué” y buscar a “Elías-Eliseo”. Nuestro mensaje difiere del de Juan el Bautista principalmente porque él fue el último de los profetas del Antiguo Pacto, mientras que ahora tenemos una comprensión del Nuevo Pacto. Se podría decir que Elías (es decir, Juan) fue un portavoz del Antiguo Pacto, mientras que la Compañía de Eliseo habla del Nuevo Pacto.
Por eso tenemos tanto que decir acerca del Nuevo Pacto. Nuestro deseo es preparar el camino para la Segunda Venida de Cristo, y en la medida en que seamos capaces de hacerlo, estaremos cumpliendo el ministerio de Eliseo.
En mi opinión, el ingrediente que falta hoy es el derramamiento del Espíritu. El Espíritu de Dios siempre ha estado en acción, pero hay tiempos y estaciones en las que Él es más abierto al respecto. Hemos visto muchos “avivamientos” a lo largo de los siglos. Se han realizado muchos grandes milagros, pero esos tiempos siempre parecían decaer y llegar a su fin. Ha habido muchas razones para esto, pero la razón subyacente es que eran de naturaleza pentecostal. Pentecostés es una fiesta con levadura (Levítico 23: 17). La levadura es parte integral de la naturaleza humana desde la caída de Adán, por lo que siempre fue solo cuestión de tiempo antes de que la levadura se extendiera a todo el pan.
El derramamiento final, sin embargo, no terminará, porque se basará en la Fiesta de Tabernáculos, en la que los Vencedores serán perfeccionados. Sin embargo, antes del cumplimiento histórico de esa fiesta, habrá un tiempo de derramamiento del Espíritu que permitirá a la Compañía de Eliseo completar su llamado de preparar el camino para el regreso de Cristo. Dios ha pactado esto con Moisés y con nosotros en Éxodo 34: 16:
16 Entonces dijo Dios: «He aquí que Yo hago un pacto. Haré delante de todo tu pueblo señales que no se han hecho en toda la tierra ni entre ninguna de las naciones, y todo el pueblo entre quienes vives verá la obra del Señor, porque es una cosa terrible la que voy a hacer contigo».
Este pacto de milagros se ha cumplido sólo parcialmente a lo largo de los años. Ciertamente, se cumplió durante el ministerio de Cristo en su Primera Aparición. Pero si es así, ¿cuánto más se cumplirá en el tiempo de su Segunda Venida? Espero esto con gran expectativa.
Después de que Cristo haya venido y los Vencedores hayan sido perfeccionados, tendrán mil años para continuar esta obra y difundir los beneficios del Espíritu por toda la Tierra. El resultado será que las naciones “convertirán sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en hoces. No alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra” (Isaías 2: 4).
Las naciones de todo el mundo enviarán representantes a los maestros del Reino para que aprendan los caminos del Señor y estudien las Leyes de Dios (Isaías 2: 3). Incluso hoy, podemos ver cómo Dios ya está preparando el escenario para esto: Con el aumento de la anarquía y la exportación de la cultura babilónica por parte de los Estados Unidos, las naciones se enfrentan a prácticas injustas que saben instintivamente que son abominables; esto está haciendo que anhelen la verdadera justicia y rectitud.
En cuanto a aquellos que aspiran a ser parte de la Compañía de Eliseo, debemos saber tanto la Leche como la Carne de la Palabra para que conozcamos la mente de Dios, su Plan para la Tierra y cómo ser guiados por el Espíritu mientras enseñamos e implementamos la Ley y los Profetas.
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