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LA CARNE DE LA PALABRA - Parte 13 (La Apostasía: Sionismo Cristiano como Hombre de Pecado-Hijo de Perdición), Dr. Stephen Jones

 


Fecha de publicación: 04/10/2024
Tiempo estimado de lectura: 7 - 9 minutos
Autor: Dr. Stephen E. Jones

https://godskingdom.org/blog/2024/10/the-meat-of-the-word-part-13/

Vemos en los ejemplos de Absalón y Judas que no todos los tipos y sombras del Antiguo Testamento apuntan a Cristo. Absalón era el tipo principal del anticristo, y Judas era el tipo principal de los creyentes que (temporalmente) apoyan al anticristo.

Absalón, al ser el usurpador del trono de David, sentó el modelo para las acciones del liderazgo judío al usurpar el trono de Jesucristo. Absalón era, en efecto, un anti-David. David era el verdadero ungido (mesías). Mil años después, Jesús era el verdadero Ungido, el heredero legítimo del trono de David. Eso hace que Caifás sea la pieza central del anticristo, y sus compañeros en el Sanedrín eran parte de su Cuerpo.


Muchos anticristos

Vemos esto claramente en la descripción que hace Juan del anticristo en 1ª Juan 2: 18-24. El término parece haber sido acuñado por el propio Juan, ya que es el único escritor bíblico que lo utiliza. No limita el anticristo a un solo individuo, sino que también habla de muchos anticristos (1ª Juan 2: 18) que ya habían aparecido en el primer siglo. No estaba hablando de Nerón o Antíoco, Epífanes, sino de aquellos que salieron de nosotros, pero en realidad no eran de nosotros (1ª Juan 2: 19). Nerón era un emperador romano y Antíoco era un rey griego. Ciertamente, estos comparten algunos puntos en común con los anticristos, pero Absalón es el obvio tipo bíblico de anticristo.

Parece que había un número desconocido de creyentes judíos que habían vuelto al judaísmo, rechazando así (en opinión de Juan) a Jesucristo. Nuevamente, Juan los describe unos versículos más adelante en 1ª Juan 2: 22-23:

22 ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Éste es el anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. 23 El que niega al Hijo no tiene al Padre; el que confiesa al Hijo tiene también al Padre.

Negar los derechos de Jesús como el Cristo (Mesías-Rey) es pertenecer a la Compañía de los Anticristos. Tales personas se habían puesto del lado de Caifás, quien creía que él y sus partidarios podían negar el llamado mesiánico de Jesús y al mismo tiempo creer que estaban adorando al Padre.

Por supuesto, esta controversia estuvo latente durante el ministerio de Jesús, porque Jesús mismo habló de ella indirectamente durante el mayor tiempo posible. Juan 10: 24-26 dice:

24 Los judíos se le acercaron y le decían: «¿Hasta cuándo nos vas a tener en vilo? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente». 25 Jesús les respondió: «Ya os lo he dicho, pero no creéis; las obras que Yo hago en nombre de mi Padre, ésas dan testimonio de Mí. 26 Pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas».

Jesús les había dicho quién era, no verbalmente, sino a través de sus obras. Por eso los judíos querían que les diera una frase que pudieran citar en la "prensa" de Jerusalén. Nuevamente se negó a satisfacer su curiosidad, sabiendo que buscaban pruebas en su contra. Fue sólo después de que resucitó a Lázaro de entre los muertos, dos semanas antes de su crucifixión, que la gente en general llegó a creer que Él era en verdad el Mesías. Esta controversia, entonces, estalló abiertamente más tarde, en los primeros días de la Iglesia.

Durante el ministerio de Jesús, su principal afirmación fue que era el Hijo de Dios. Eso en sí mismo tenía implicaciones mesiánicas, pero Jesús evitó la etiqueta de Mesías. Jesús dijo en Juan 5: 22-23:

22 Porque ni siquiera el Padre juzga a nadie, sino que todo el juicio dio al Hijo, 23 para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que lo envió.

Nuevamente leemos en Juan 8: 19:

19 Le decían entonces: ¿Dónde está tu Padre? Jesús les respondió: No me conocéis a Mí ni a mi Padre; si a Mí me conocierais, también a mi Padre conoceríais.

En definitiva, no se puede afirmar que se conoce y honra al Padre sin conocer y honrar también al Hijo que fue enviado por el Padre. Quienes no están de acuerdo con esta afirmación, dijo Juan, son anticristos, seguidores del principal anticristo de la época, Caifás.

Cuando Caifás y sus partidarios condenaron al verdadero heredero del trono de David, usurparon el poder para sí mismos y se convirtieron en anticristos. De esta manera, cumplieron el papel de Absalón cuando usurpó el poder de David.


El hombre sin Ley (inicuo)

En Lucas 19: 12-27 Jesús contó una parábola, donde, en el versículo 12, un hombre noble se fue a un país lejano para recibir un reino y luego volver. Esta era una parábola acerca de Él mismo, cuando pronto ascendería al Cielo y regresaría al final de los tiempos. Los ciudadanos (judíos) lo odiaban y apelaban a Dios para que les diera un mesías diferente. Esta controversia legal no se resolvería hasta el final, después de lo cual el “hombre noble” regresaría para reclamar su reino. Esto nos muestra que la controversia jurídica no se resolvería legalmente hasta que pasaran 2.000 años.

Pablo retoma este tema en 2ª Tesalonicenses 2, cuando habla de la Segunda Venida de Cristo. 2ª Tesalonicenses 2: 1-3 comienza así:

1 Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo y nuestra reunión con Él, os rogamos, hermanos, 2 que no os dejéis mover fácilmente de vuestra serenidad, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca. 3 Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, 4 el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama dios o es objeto de culto, de modo que se sienta en el templo de Dios, presentándose como Dios.

Parece que algunos creían que el día del Señor ya había pasado. Puesto que esto fue escrito antes de la guerra romana, es probable que creyeran que el día del Señor ocurrió en el momento de la crucifixión (algunos todavía creen esto hoy.) Pero Pablo dice que “la apostasía” tenía que ocurrir antes del día del Señor, y que esto todavía no había ocurrido, al menos no en gran escala.

La apostasía en cuestión estaba relacionada con la revelación (o develación, exposición) del hombre de pecado. No se trata del surgimiento del hombre de pecado, sino más bien de su exposición a todos. Mientras tanto, este inicuo ha tomado su asiento, por así decirlo, en el templo de Dios en Jerusalén. Habiendo derrocado al Hijo de Dios, no sólo usurpó el trono, sino también el templo. El templo pertenecía a Dios, pero la rebelión de Caifás lo usurpó para sus propios fines.

Por eso, Pablo escribe en 2ª Tesalonicenses 2: 7:

7 Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad, sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez acabe siendo quitado de en medio.

Creo que se trata de una referencia al antitipo de Absalón, Caifás, porque encaja con la descripción de Pablo. Comenzó con la rebelión contra Cristo. Al igual que en el caso de Absalón, el inicuo era el que había usurpado ilegalmente el trono de David. 2ª Tesalonicenses 2: 8 continúa:

8 Entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida.


Apostasía y repudio (carta de divorcio)

Sin embargo, debe llegar el día en que esta usurpación del trono y del templo sea plenamente conocida, pero no antes de que tenga lugar la apostasía. El término griego apostasia, que usa Pablo, parece tener un doble significado. Significa “una apostasía, un abandono”. Con este significado, se refiere literalmente a los creyentes que se apartan de la verdad de la Palabra. En mi opinión, se refiere al sionismo cristiano con toda su dependencia del Antiguo Pacto y su afirmación de que el Reino venidero se centrará en la Jerusalén terrenal y en los sacerdotes levíticos que ofrecerán sacrificios en un templo reconstruido.

El segundo significado se ve en la forma neutra de la palabra, que es apostasion, “carta de divorcio, repudio, descarte”. No se trata simplemente de una condición en la que uno se aleja, sino que es desechado.

https://www.blueletterbible.org/lexicon/g647/nasb95/mgnt/0-1/

En mi opinión, esto es una referencia a Gálatas 4: 30,

30 Pero ¿qué dice la Escritura? «Echa fuera a la esclava y a su hijo, porque el hijo de la esclava no heredará con el hijo de la libre».

Por lo tanto, interpreto que esto es una referencia, en primer lugar, a la apostasía del sionismo cristiano, que hoy desempeña el papel moderno de Judas: aquellos que apoyan y ayudan a los usurpadores del trono de Cristo. Esta apostasía tendría que ocurrir antes del día del Señor, dice Pablo. Hoy, cuando nos acercamos al final de ese tiempo de apostasía, Dios la está revelando al mundo, exponiendo las mentiras a través de las políticas genocidas israelíes en Gaza, Cisjordania y ahora en el Líbano.

La esclava, Agar, la Jerusalén terrenal, está a punto de ser repudiada y expulsada. La controversia legal sobre el trono de David y la posición del Mesías en el templo se ha resuelto en los atrios del Cielo, y esta decisión se está manifestando ahora en la Tierra para que todos la vean.

En la actualidad, esto sigue siendo alimento fuerte para muchos creyentes en Cristo que no entienden Gálatas 4, el libro de Hebreos, la descripción que hace Juan del anticristo y la alusión de Pablo al sumo sacerdote judío que había usurpado el lugar de Cristo en el templo.



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