El hombre quiere culpar
a su entorno por su pobreza
La
primera evidencia visible del estado caído del hombre en el Jardín
del Edén fue su intento de resolver el problema de su propia
desnudez por sus propios medios (Gén. 3:7).
La segunda fue su
intento de esconder de su Creador su recién descubierto conocimiento
de la desobediencia (Gén. 3:8). La tercera fue culpar al entorno
creado por Dios como la excusa por su condición caída (Gén.
3:12-13).
Nada
ha cambiado, y el hombre caído aún enfrenta sus problemas
utilizando estas mismas tres excusas. Quizá sean más "complejas
y científicas", pero aún corresponden a los mismos métodos
antiguos. Los tres ejemplos más grandes del hombre del siglo veinte
que culpa a su defectuoso entorno, particularmente por su pobreza,
son: el determinismo psicológico (Freudianismo),
el determinismo económico (Marxismo),
y el determinismo biológico (Darwinismo)
Estos mortales "trillizos de la culpa"
han costado miles de millones de dólares confiscados como impuestos
a los productores de riqueza, los cuales fueron cruelmente
desperdiciados. También han encendido al hombre hacia el odio y las
guerras, y generalmente han provocado estragos durante los últimos
cien años. Estas tres ideas tampoco han solucionado la pobreza.
Demos un vistazo rápido a cada una de las tres.
La trampa de la culpa
psicológica
Primero,
el determinismo psicológico
esencialmente afirma que el pecado y la pobreza son causados por
nuestra incapacidad personal para resolver los conflictos internos
con nuestros padres y los valores que ellos nos impusieron. Freud y
sus discípulos señalan que el hombre es primordialmente, o
exclusivamente, un ente con alma y cuerpo, pero sin espíritu. Por lo
tanto, la manera en que la gente nos trate determina lo
que llegaremos a ser.
Todos nosotros somos "víctimas"
ya que todos hemos sido maltratados. La pobreza, desde esta
posición, es solo un síntoma de un trauma psicológico interno o
relacional externo que no ha sido resuelto.
Mi Ego, Id (Yo o Ello) y Superego hicieron la mala obra,
y lo único que puedo
mostrar al respecto es el escombro esparcido de mis energías
libidinosas no resueltas que me contaminan a mí y
a otros como una
lluvia radioactiva.
La trampa de la lucha
de clases sociales y la culpa del entorno
En
segundo lugar, el determinismo económico nos dice que todas las
relaciones humanas están determinadas por la propiedad y la
distribución tanto de la propiedad privada como de los medios de
producción, lo que usted tiene y la forma en que lo obtuvo. La
lucha de las clases sociales es el resultado de la racionalización
sistemática de que "los que tienen" oprimen a "los
que no tienen". Sugiere
que la pobreza le es impuesta por el periodo histórico, social y
posición en la vida en las que casualmente usted nació. Marx y sus
hijos ideológicos han destruido a incontables millones de seres
humanos con su urdimbre de racionalización en los siglos diecinueve
y veinte. Su sistema de culpar/odiar creo una conciencia de clase
acompañada de culpa y envidia, de la que solo el tiempo y Cristo nos
pueden limpiar.
La trampa de la culpa
biológica
Tercero,
Darwin y su determinismo biológico quieren que creamos que es la
cantidad de fuerza que heredamos de nuestros antepasados lo que
determina nuestra posición en la vida. Los códigos
genéticos y genes paternos nos
obligan a ser lo que somos.
Somos víctimas de la procreación por casualidad; no pedimos nacer, pero nos vemos atrapados en las tarjetas biológicas que nos dieron
nuestros padres y nuestra raza. Los más fuertes sobreviven
y dominan, mientras que las víctimas de los genes más débiles son
dominadas y están cargadas de pobreza.
Quizá haya algo de verdad mal aplicada en estos tres sistemas, y
debemos poder
reconocerlo.
Humanamente
hablando, aunque nuestro ambiente paterno juega un papel
muy significativo en la formación de quienes somos, no determina
todo, Dios nos hace responsables a cada uno de nosotros por cómo
juguemos las cartas que Él nos repartió.
De hecho, la lectura correcta de dichas cartas es la clave para
interpretar nuestro destino y propósito en la vida, y para comenzar
a cumplirlo Dios paga por lo que Él ordena, y mis fortalezas y
debilidades, en cada nivel, fueron permitidas por un propósito y por
una razón, Nuestra tarea es encontrar ese propósito en Cristo y a
través de Él, y utilizar nuestras circunstancias internas y
externas para crecer en gracia y servir a Dios y a los demás. Lo
que Él me ha dado es mi destino. Lo que me hace "víctima"
es la manera en que invento excusas para explicar mi forma de
reaccionar. No puedo
controlar todo lo que me sucede, pero se me ha dado el
mandamiento de controlar mis reacciones
(Gén. 4:7).
Muchos niños pobres
crecieron y por medio de su trabajo alcanzaron el éxito, y muchos
niños que "nacieron en cuna dorada" crecieron y
fracasaron. El entorno no es lo importante, lo importante es la
obediencia a la ley espiritual.
En cierto sentido, buscar las causas de la pobreza puede ser un ejercicio estéril. Desde la caída del hombre, la pobreza ha sido la condición natural de la humanidad. Ciertamente ha sido la condición general de la humanidad a través de la historia. Por esto es que Adam Smith escogió "La Investigación sobre la Naturaleza y Causa de la Riqueza de las Naciones" como título para su gran libro. Él se dio cuenta que la pregunta verdaderamente interesante no era lo que hace a algunas naciones y personas pobres (por naturaleza todos serían pobres), sino que es lo que hace a algunos ricos. Esa, en un mundo caído, es la pregunta verdaderamente inteligente.
Tiremos la culpa a la
basura y
expongamos las verdaderas causas raíz de la pobreza
expongamos las verdaderas causas raíz de la pobreza
"…
Y ya también el hacha esta puesta a la raíz de los árboles ..."
Mateo
3:10
En cierto sentido, buscar las causas de la pobreza puede ser un ejercicio estéril. Desde la caída del hombre, la pobreza ha sido la condición natural de la humanidad. Ciertamente ha sido la condición general de la humanidad a través de la historia. Por esto es que Adam Smith escogió "La Investigación sobre la Naturaleza y Causa de la Riqueza de las Naciones" como título para su gran libro. Él se dio cuenta que la pregunta verdaderamente interesante no era lo que hace a algunas naciones y personas pobres (por naturaleza todos serían pobres), sino que es lo que hace a algunos ricos. Esa, en un mundo caído, es la pregunta verdaderamente inteligente.
(Dennis Peacocke en 'Haciendo Negocios a la Manera de Dios')
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Agradecemos cualquier comentario respetuoso y lo agradecemos aún más si no son anónimos. Los comentarios anónimos no serán respondidos.