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Libro: MIS POEMAS PARA EL SEÑOR, por Adriana Patricia Lelión Lozano




En la escuela del dolor nacieron estos poemas, en mi intimad con mi Señor; no soy poeta, solo escribo lo que he aprendido en esta Escuela del Espíritu. A través de todas y cada una de mis aflicciones entendí que Él lo es todo y que yo no soy nada, que solo soy un vaso donde Él deposita Su Vida, pero para esto, Él deber purgar y limpiar completamente este vaso. Dios me cubrió con su sombra mientras pasaba por el quebrantamiento de mi vida, y en medio de mi noche oscura vi Su luz penetrar en mi alma. Dios fue mi Compañero incesante en medio de este valle de lágrimas y de soledad, el Señor se apiadó de mí y Su consuelo llegó a mi vida en cada paso; en mi sufrimiento Dios llamó mi atención y pude verlo como nunca hubiera podido hacerlo de otra forma. Cada parte de mi ser fue quebrada como se quiebra una vasija y de ahí nacieron estos poemas. Como diría Margaret Clarkson: 

“La soberanía de Dios es la única roca impenetrable de la cual debe asirse el corazón humano que sufre. Las circunstancias que rodean nuestras vidas no son accidentales. Es posible que sean obra de maldad, pero esa maldad permanece sujeta firmemente bajo la mano poderosa de nuestro Dios soberano…Todo el mal le es sujeto y el mal no puede tocar a sus hijos si Él no se lo permite. Dios es el Señor de la historia humana y la historia personal de cada miembro de su familia redimida” del Libro La Gracia crece mejor en el invierno". 

Cuánto más afligidos estamos y quebrantados, nuestras vidas se enternecen para escuchar la voz de Dios, la vida de nuestra alma pierde su fuerza y podemos aprender sometimiento, obediencia y el Espíritu de Dios podrá fluir en nuestro interior. Como dijo Charles Spurgeon: 

“La aflicción es el sintonizador de las arpas de cantores santificados”.

2 Os regalo estos poemas para que podáis declamarlos en el interior de tu ser para nuestro buen Dios, para que juntos declaremos Su bondad y Su amor a través de todos nuestros pesares, aflicciones, correcciones y tribulaciones. 

Dios es el Dios de toda consolación, Su mano es fuerte tanto que corrige y trata con nuestra alma traviesa, sin embargo, Su mano también es tierna para sostenernos y consolarnos en medio de toda prueba. Y cuando estéis pasando por fuertes quebrantos volved a estos poemas, quizás Dios los utilice de alguna forma en el interior de vuestro corazón y Dios los haga vida en ti, como lo hizo en mí.

Adripat


2 comentarios:

  1. Gracias Jose, por publicarlos y por toda tu ayuda. Tú esposa y tú son increíbles.

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