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LA FIRMA DE DIOS - Parte 2: Llamados a dar testimonio del Cielo en la Tierra, Dr. Stephen Jones (GKM)

 


Fecha de publicación: 28/06/2024
Tiempo estimado de lectura: 4 - 5 minutos
Autor: Dr. Stephen E. Jones

https://godskingdom.org/blog/2024/06/the-signature-of-god-part-2/

Cuando un hombre analfabeto firma un contrato con una X, se requieren testigos para verificar que él fue en verdad quien firmó el contrato y que lo hizo sin coerción. Cuando Dios firma su Nombre con la tav en nuestras frentes, Él también requiere testigos. 2ª Cor. 13: 1 dice: Todo hecho debe ser confirmado por el testimonio de dos o tres testigos.

Este principio de la Ley se basa en Dt. 17: 6 y puede aplicarse en muchos niveles. La aplicación más amplia parece ser el testimonio del Cielo y la Tierra (Dt. 4: 26; 30: 19). Estamos llamados a hacer nuestra parte para traer el Cielo a la Tierra y cumplir la oración de Jesús en Mateo 6: 10:

10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.

Estamos llamados a dar testimonio de todo lo que Dios habla y hace para lograr esto. Incluso el mismo Jesús exigió un doble testimonio. Así lo leemos en Juan 1: 6-7:

6 Vino un hombre enviado de Dios, cuyo nombre era Juan. 7 Este vino como testigo, para dar testimonio de la luz, a fin de que todos creyeran por medio de él.

Llegará el día en que todas las cosas, tanto en el Cielo como en la Tierra, darán testimonio de la verdad, y entonces veremos la Restauración de Todas las Cosas. En ese momento, todas las cosas estarán bajo los pies de Jesucristo (1 Corintios 15: 27-28).

Los que verdaderamente dan testimonio de Él son aquellos en cuyas frentes está escrita la firma de Dios (Apocalipsis 22: 4). Desafortunadamente, hay muchos creyentes que dan testimonio de una mera fracción de la naturaleza de Dios y de sus planes para la Tierra. Hay al menos dos razones para esto. Primera, todos los creyentes comienzan con cierto nivel de ignorancia del Plan de Dios y necesitan tiempo para aprenderlo y poder dar testimonio de él. Ese es el propósito de Pentecostés. Segunda, muchos nunca han escuchado algunas de las grandes verdades de la Palabra porque la Iglesia ha fallado en enseñar estas cosas. Uno no puede dar testimonio de lo que nunca ha oído o visto.

Aun así, también debemos reconocer que Dios no se ha revelado a Sí mismo (ni sus planes) a todos en la era actual. Él ha elegido revelarse a unos pocos hoy y al resto en una era futura. Romanos 11: 1-7 habla del Remanente de Gracia, que, por definición, es una pequeña minoría. El versículo 7 nos dice que este Remanente es escogido, y los demás fueron endurecidos (cegados).

Por lo tanto, aunque los cielos cuentan la gloria de Dios (Salmo 19: 1), visible para todos, y el evangelio ha sido predicado abiertamente desde el principio de los tiempos, la mayoría ha estado cegada y no puede dar testimonio de la verdad de Dios. En el panorama general, es la Voluntad de Dios (thelema) que todos vean la verdad, pero es el Plan de Dios (boulema) que su voluntad se cumpla de manera incremental a lo largo de un período de siglos. Primero ha llamado a los que reinarán con Cristo; y en los siglos venideros, llamará al resto de la humanidad.

Por supuesto, esto requerirá resurrección, porque la mayoría de las personas ya habrán muerto en años pasados. Pero Dios no tiene prisa, porque Él ha trazado los planes antes de que nada fuera creado. Su Plan se cumplirá, aunque su Voluntad esté siendo violada constantemente en el mundo a través del pecado. Es de gran ayuda entender la diferencia entre la Voluntad de Dios (thelema, Romanos 2: 18) y el Plan de Dios (boulema, Romanos 9: 19). No quiere que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento (2ª Pedro 3: 9 KJV). Dios nunca dejará de cumplir su Voluntad, pero es su Plan que su Voluntad se cumpla en unos pocos a la vez de cada generación y en el resto en la Edad Final.

La revelación de la soberanía de Dios es lo que Jacob tuvo que aprender para ser llamado Israel, “Dios gobierna”. Esto es lo que lo convirtió en un Vencedor. Jesús aparentemente reconoció esto en Natanael, pues leemos en Juan 1: 47:

47 Jesús vio que Natanael se acercaba a Él y dijo de él: «He aquí un verdadero israelita en quien no hay engaño».

Jacob era un engañador (como su nombre indica), pues pensaba que Dios necesitaba su ayuda para cumplir la profecía pronunciada antes de su nacimiento de que el mayor servirá al menor. Cuando parecía que Isaac le daría la Primogenitura a Esaú, engañó a su padre y así la obtuvo para él. Años después, tuvo que arrepentirse, por lo que pasó a llamarse Israel.

Natanael, por otra parte, no tenía engaño y era un verdadero israelita.

Estas y muchas otras grandes verdades de la Palabra están a la vista de todos, pero están ocultas para los cegados hasta que Dios les abra los ojos. Siempre que Jesús sanaba a los ciegos, esto señalaba este principio. Los hombres están ciegos e indefensos hasta que Jesús llega a ellos y los sana.

Entonces podrán empezar a dar testimonio de las obras de Dios y de los planes del Cielo para la Tierra. Cuando vean la firma de Dios, podrán dar testimonio en la Corte Divina de que esto es de Dios. Cuando den testimonio, la Tierra dará testimonio de las cosas del Cielo, y los dos se convertirán en uno.

Así que sigamos siendo testigos de Dios en la Tierra.


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