Apocalipsis 20: 10 dice:
10 Y el diablo que los engañaba fue lanzado al lago de fuego y azufre, donde también estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados [basanizo, “prisioneros”] día y noche por los siglos de los siglos [por los siglos de los siglos].
Aquí “el diablo” es el equivalente de “Satanás” en el versículo 7, quien engañó a las naciones para que declararan la guerra contra el Reino de Dios. La única diferencia es que “diablo” significa acusador, mientras que “Satanás” significa adversario. Ambos son términos legales que se refieren a un fiscal, uno que se opone al abogado defensor.
En la Corte Divina, Jesús es el Juez, y el Espíritu Santo es el parakletos, que se traduce como “Consolador” (Juan 15: 26, KJV), “Ayudante” (NASB) y “Consolador” (CV). En un sentido legal, un parakletos es un consejero y abogado en un tribunal de justicia, a quien se le llama “el Espíritu de verdad”, en el sentido de que está llamado a discernir la verdad de la mentira, especialmente cuando surge un falso acusador (o adversario) contra un cliente.
En el caso del diablo en Apocalipsis 20: 10, quien fue liberado para engañar a las naciones e inducirlas a atacar el Reino, Dios buscó causa legal contra Gog y Magog y cualquiera de sus aliados. Tal táctica no es inusual, porque leemos en 1º Reyes 22: 19-23 cómo el profeta Micaías vio cómo Dios comisionó a un espíritu de mentira para inducir al rey Acab a ir a la batalla contra Siria para que lo mataran.
Para el mundo, Acab simplemente murió en la batalla, pero para aquellos que pudieron ver los procedimientos en la Corte Divina, Acab fue sentenciado a muerte por el gran Juez, y Naamán, el general sirio, fue llamado para ser su verdugo involuntario (Josefo, Antigüedades de los Judíos, VII, XV, 5).
Lo importante es que ese “espíritu de mentira” no estaba fuera de la autoridad y control de Dios. Tenía un propósito y una función en el proceso judicial: en este caso, inducir a los profetas de Acab a que le dijeran lo que quería oír, para que él fuera de buena gana y se sometiera a su verdugo.
El diablo funciona como acusador para que todos los pecadores puedan ser acusados y declarados culpables en la Corte Divina. Sin embargo, la Ley también ha provisto una manera para que los pecadores escapen al juicio, si siguen el consejo de su Consejero al presentar su caso ante el Juez. Jesús ya ha pagado la pena por su pecado, y si la pena ha sido pagada, entonces ya no hay más condenación (Rom. 8: 1).
La NASB traduce Apocalipsis 20: 10 implicando que el diablo será "atormentado día y noche por los siglos de los siglos". Sin embargo, como ya hemos mostrado, la palabra traducida como “atormentado” es basanizo, que es la forma verbal del sustantivo basanistes, la palabra común para un carcelero o director de prisión. Se le acabó llamó eufemísticamente un "atormentador", porque, según las leyes de los hombres, a menudo se le pedía que obtuviera información mediante el uso de la tortura.
Sin embargo, nuestro Dios omnisciente ya conoce la verdad, y cuando conjura a los hombres a decir todo lo que saben (Levítico 5: 1), no pueden evitar decir toda la verdad. Dios no necesita tortura para obtener la verdad. La palabra del Nuevo Testamento se usa solo porque era el término común en esos días para un carcelero, alguien que encarcela a otros. Y la forma verbal basanizo, aunque literalmente significa “atormentar”, en términos prácticos significa “encarcelar”.
Las Edades de las Edades (siglos de los siglos)
El Diablo, la Bestia y el Falso Profeta son encarcelados “día y noche”. Esto también es un hebraísmo que significa continuamente. Los hebreos hicieron una distinción entre la noche y el día. Cuando se dice que un hombre trabaja seis días, entendemos que se excluyen sus noches. Cuando los musulmanes ayunan durante un mes completo en Ramadán, se entiende que pueden festejar por la noche. Por lo tanto, ayunan durante un mes, pero no ayunan “día y noche”.
Entonces, en el caso del encarcelamiento del diablo, entendemos que no tiene tiempo libre, sino que permanece encarcelado continuamente. ¿Cuánto tiempo? Tanto la NASB como la KJV dicen "por los siglos de los siglos", pero esto no es correcto. El texto griego dice tous aionas ton aionon, que The Emphatic Diaglott traduce, “por las edades de ls edades”.
La Traducción Literal de Young dice: “por las edades de las edades”. La Biblia Enfatizada de Rotherham dice: "hasta las edades de las edades". La Versión Concordante dice “por los eones de los eones”.
No hay kai ("y") en esta frase griega, por lo que es inconcebible cómo algunos traductores podrían traducirlo como "por siempre Y para siempre". Es una referencia a Edades, que son de duración indefinida, no infinita. La "edad de las edades" se refiere a la más grande de todas las edades, así como el "Cantar de los Cantares" afirma ser el Cantar más grande, y el Lugar Santísimo es el Lugar más Santo.
Por lo tanto, Apocalipsis 20: 10 nos dice que el diablo será encarcelado continuamente por el resto del tiempo de la Tierra, es decir, por las Edades culminantes de la historia de la tierra que vienen después del Milenio. A mi entender, estas “edades de las edades” se refieren a las “semanas” de 7.000 años cada una (42.000 años), que conducirán hasta el Jubileo de la Creación, completando un total de 49.000 años.
No hay una declaración bíblica directa que nos diga esto, pero, desde mi perspectiva, una simple mirada a las Leyes del Tiempo (basadas en los sábados) lo aclara. Hay 49 días desde la Ofrenda de la Gavilla Mecida hasta Pentecostés, o 50 días inclusive, y hay 7 años sabáticos antes del Jubileo, o 50 años inclusive. Cuando se ve al nivel de la Creación misma, donde un “día” son mil años, entonces el Jubileo de la Creación seguramente llegaría después de siete grandes semanas, o 49.000 años.
Incluso Orígenes, el gran teólogo de principios del siglo III, confesó ignorar cuánto tiempo transcurriría entre el juicio del Trono Blanco y la reconciliación de toda la Creación. En su Comentario a la Epístola a los Romanos, VIII, 11, escribió:
“Pero cuánto tiempo durará esta purificación que se lleva a cabo por medio del fuego penal, o por cuántos eones atormentará a los pecadores, sólo lo sabe Aquel a quien el Padre ha encomendado todo el juicio".
En cuanto al destino final del diablo, Juan no dice nada aquí. ¿Será liberado de su prisión en el Jubileo de la Creación? Muchos en la Iglesia Primitiva así lo creían y enseñaban que él también sería reconciliado con Dios al final de los tiempos. Citaban Fil. 2: 10, que dice:
10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra.
También citaban Col. 1: 20, donde Pablo habla de toda la Creación reconciliada con Dios, “ya sea en la tierra o en el cielo”. Los que están “en la tierra” son hombres, decían, los que están “debajo de la tierra” (es decir, bajo tierra) son los muertos, y los que están “en el cielo” son ángeles y seres espirituales. Entonces Clemente de Alejandría (150-213 dC) comentó sobre 1ª Juan 2: 2, escribiendo,
“y no solo por nuestros pecados”, es decir, por los de los fieles, es el Señor el Propiciador, dice, “sino también por el mundo entero”. Él, en verdad, salva a todos; pero a algunos los salva convirtiéndolos con castigos; otros, en cambio, que lo siguen voluntariamente, los salva con dignidad de honor; para que 'toda rodilla se doble ante Él, de las cosas que están en los cielos, en la tierra y debajo de la tierra', es decir, ángeles y hombres”.
Dídimo el Ciego (308-395 dC) escribió en su Comentario sobre 1ª Pedro, III,
“Así como la humanidad, al ser redimida de sus pecados, debe sujetarse a Cristo en la dispensación señalada para la Salvación de todos, así los ángeles serán reducidos a la obediencia mediante la corrección de sus vicios”.
Incluso Jerónimo (340-419 dC), quien tradujo las Escrituras al latín (La Vulgata), en uno de sus primeros escritos, dijo:
“Al final de todas las cosas, todo el cuerpo que se ha disipado será restituido… Lo que quiero decir es que el Ángel caído comenzará a ser lo que fue creado, y el hombre, que fue expulsado del Paraíso, volverá a ser restituido a la labranza del Paraíso. Estas cosas entonces sucederán universalmente”. (En Efesios 4: 16)
En sus últimos años, Jerónimo se vio envuelto en la gran controversia del año 400, en la que la enseñanza de la Reconciliación Universal comenzó a ser suprimida por el obispo de Roma y el sumamente corrupto obispo de Alejandría. Jerónimo le escribió al obispo de Roma, preguntándole qué posición doctrinal tomar, y cuando el obispo romano le dijo que argumentara en contra de la Reconciliación Universal, accedió, aunque iba directamente en contra de sus propias creencias.
Los Concilios eclesiásticos posteriores (desde el siglo V en adelante) condenaron como herejía la creencia de que al final el diablo sería salvado. Sin embargo, por extraño que parezca, durante siglos no condenaron la Reconciliación Universal en sí misma, quizás porque los teólogos eclesiásticos más venerados enseñaron esto, incluido Gregorio de Nyassa, llamado “Padre de los Padres”, y Gregorio de Nacianceno, llamado “El Teólogo”. No obstante, a medida que crecía el poder y la influencia de Roma, la visión de los teólogos griegos sobre la Reconciliación Universal fue reemplazada gradualmente por el concepto latino del tormento eterno, popularizado principalmente por Agustín en el siglo quinto.
Dejándo de lado las creencias e interpretaciones de la Iglesia Primitiva, la pregunta más profunda es si Dios tiene la intención de tratar a los seres espirituales de la misma manera que trata a la humanidad. Quizás la pregunta subyacente es si los ángeles son o no seres creados, porque si son parte de la Creación de Dios, entonces son parte de “todas las cosas” que deben ser reconciliadas. (Nótese que en Col. 1: 16 se dice que Dios es el Creador de “todas las cosas”, y en el versículo 20 ese mismo “todas las cosas” debe reconciliarse con Dios).
Aun así, la reconciliación significa que toda la Creación estará en armonía y unidad con Dios. No significa que los insectos, las moscas y los roedores resucitarán a una vida inmortal. Incluso los teólogos de la Iglesia Primitiva limitaron la reconciliación a todas las criaturas racionales. Pero esto deja abierta la posibilidad de que el diablo sea tratado de manera diferente a la humanidad. Si bien reconozco que la mayoría de la Iglesia Primitiva creía que la reconciliación de las "cosas en el cielo" incluía al diablo y a todos los ángeles caídos, soy de la opinión de que pueden haber entendido mal la manera en que los cielos deben reconciliarse.
Si el diablo fue creado para ser el fiscal (acusador) de Dios y ejecutor del juicio divino, su trabajo terminará cuando no haya más personas para ser procesadas. ¿Cambiará entonces su trabajo a algo más positivo, o perderá su existencia con la erradicación de todo mal?
Dejo esto para que lo decidan nuestros lectores, porque de cualquier manera, toda la Creación será reconciliada, y Dios será todo en todos.
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