Parte 1
09 de junio de 2018
Esta semana construimos un estudio de vídeo en mi oficina e instalamos una computadora nueva también. La cámara tiene que estar conectada a mi computadora anterior, que primero tiene que ser reconstruida. Espero estar listo para vídeos a principios de julio.
Mientras tanto, podría hacer vídeos con mi sistema original. Obtuve una cámara web nueva y mejor, por lo que la calidad de la imagen será mejor, pero sigue existiendo el mismo problema con la iluminación. El sonido debería ser mejor, porque obtuve un nuevo micrófono de solapa. Estamos haciendo mejoras, pero aún no estamos configurados de la manera que queremos.
En el reciente seminario al que asistí a principios de esta semana, vi una cita muy perspicaz de Buckminster Fuller, quien dijo:
"Nunca cambiarás las cosas peleando contra la realidad existente. Para cambiar algo, crea un nuevo modelo que haga obsoleto el modelo existente".
No pude evitar relacionar esto con muchos de los comentaristas que solo critican el sistema existente sin realmente construir un nuevo modelo. Parece que la mayoría de la gente sabe que hay un problema, y algunos incluso saben cuál es el problema, pero pocos dedican tiempo a construir una solución.
La mayoría de los ministerios también están más interesados en dejar la Tierra en un éxtasis, que en construir un nuevo modelo para el Reino de Dios. Incluso aquellos que creen que la Iglesia permanecerá en la Tierra y pasará por "la Tribulación", tienden a dejar la solución a que Jesús lo haga cuando llegue aquí. El resultado es que el modelo del Reino sigue siendo oscuro, y pocas personas tienen una visión clara de cómo se ve el modelo del Reino.
Si las personas no tienen una visión del Reino, es poco probable que sigan los consejos de Buckminster Fuller.
Por ejemplo, la mayoría de la gente está algo insatisfecha con el modelo político y judicial existente, pero pocos conocen cuál es el modelo bíblico (que debería sustituirlo). La mayoría de los cristianos están satisfechos con que Jesús lo conoce y lo implementará cuando regrese.
El próximo modelo político será una monarquía benevolente con Jesús como Rey. El modelo judicial se basará en las Leyes de Dios, aclaradas por los profetas y el Nuevo Testamento.
La intención del modelo político y judicial del Reino se basará en el Nuevo Pacto, o la promesa de Dios de instituir un cambio real, tanto interno como externo. Para entender su intención y plan, uno debe estudiar todas las promesas y profecías dadas en las Escrituras. Implementar el plan de Dios requiere no solo la guía del Espíritu, sino también un poco de conocimiento de la mente de Dios.
Lo que he tratado de hacer es enseñar las Leyes de Dios y mostrar cómo los profetas las aplicaron en la historia pasada de acuerdo con el Antiguo Pacto. Sin embargo, los profetas también han profetizado sobre futuras aplicaciones de la Ley en el Reino de Dios bajo el Nuevo Pacto. Estas aplicaciones del Nuevo Pacto se ven más claramente en los escritos del Nuevo Testamento, pero aún falta mucho por aclarar para que puedan ser entendidas.
El mayor obstáculo, según lo entiendo yo, es el velo del Antiguo Pacto, que permanece sobre los ojos de la mayoría de las personas, incluida la mayoría de los cristianos. Pablo discute este problema en 2ª Corintios 3: 14-16, donde nos dice que los velos ocultan la gloria de Dios. Solo cuando se quita el velo puede alguien tener "libertad" (2ª Corintios 3: 17). En otra parte, Pablo define esta "libertad" como "la libertad de la gloria de los hijos de Dios" (Romanos 8: 21). Esta no es la libertad para pecar, sino ser liberados del pecado y la muerte.
Mi búsqueda de esta clave comenzó a la edad de 12 años cuando recibí mi primera revelación memorable, consistente en que mi salvación no fue causada ni mantenida por mi propia justicia. Dios construyó sobre esto algunos años más tarde mientras asistía a la Universidad de Minnesota, mostrándome que, aunque yo no era personalmente justo (perfecto), la justicia de Cristo me había sido imputada. Estaba llamando a lo que no es como si fuera.
Mucho más tarde, llegué a la roca madre (creo) cuando entendí la diferencia entre el Antiguo y el Nuevo Pacto. Hizo hervir la simple verdad de que el Antiguo Pacto era la promesa del hombre a Dios, y el Nuevo Pacto era la promesa de Dios al hombre. El Antiguo Pacto siempre falla al final, porque incluso un voto bien intencionado se basa en la voluntad del hombre. El voto o promesa del Nuevo Pacto de Dios tendrá éxito, porque se basa en la voluntad de Dios y en su capacidad para realizar lo que ha prometido.
La verdadera fe, entonces, que se ve en la historia de Abraham, es creer que Dios puede cumplir su promesa (Romanos 4: 21-22). No se basa en la fe en nosotros mismos para cumplir nuestros propios votos a Dios.
El Nuevo Pacto es el modelo para el Reino, al igual que la Declaración de Independencia fue el modelo para la constitución de los Estados Unidos. Es una declaración de intenciones. Lo creamos nosotros o no.
Mientras los hombres tengan una mentalidad del Antiguo Pacto, conservarán el velo que oculta la gloria de Dios. Cuando Moisés pidió ver la gloria de Dios, Dios le mostró su Bondad (Éxodo 33: 18-19). La bondad de Dios fue evidente en la Creación cuando Dios declaró que todo era "muy bueno" (Génesis 1: 31). Jesús "anduvo haciendo el bien" (Hechos 10: 38).
La Bondad de Dios se ve más claramente en la promesa de Dios de salvar al mundo. Lo que comenzó en la Creación continuará hasta que la Declaración de intenciones de Dios se cumpla en la Restauración de Todas las Cosas. Esto lleva tiempo y viene progresivamente en varias etapas.
Este es el modelo del Reino que estamos construyendo. Sí, es importante estudiar el modelo existente que estamos reemplazando. También debemos crear cierto descontento con el modelo existente, aunque muchas personas ya están descontentas de alguna manera, al menos con el modelo político y judicial. Principalmente, deben estar descontentos con el modelo religioso existente que se les presenta. Sin descontento o necesidad, nunca buscarán las respuestas.
No obstante, nuestra misión es proporcionar un nuevo modelo que hará que el modelo existente sea obsoleto. Construir un modelo realmente es construir una visión de cómo se ve el Reino. Mira hacia atrás a la época de Esdras y Zorobabel, quienes enfrentaron un problema similar. La gente de Judá y Benjamín había estado en Babilonia por 70 años. Pocos recordaban cómo era la vida en la Vieja Tierra, e incluso esas personas solo recordaban el modelo defectuoso que había traído el juicio de Dios sobre ellos.
En cierto modo, somos como Esdras y Zorobabel [quienes sacaron al pueblo fiel del cautiverio babilónico, para llevarlo a Jerusalén], o al menos es como si estuviéramos viviendo en su tiempo. El problema es cómo inculcar la visión del Reino para que la gente pueda reconstruir sobre cimientos adecuados. Su proyecto de construcción aún estaba basado en el Antiguo Pacto, pero aún podemos obtener comprensión para nuestro modelo del Nuevo Pacto al observar su obra (y el fracaso final).
Esdras enseñó la Ley en la Fiesta de Tabernáculos, y la gente experimentó un gran arrepentimiento y avivamiento (Nehemías 8). Nosotros también nos estamos preparando para la misma fiesta bajo el Nuevo Pacto. La Ley es la misma, pero mientras las personas en los días de Esdras veían la Ley como mandamientos a seguir mediante la autodisciplina, hoy vemos la Ley como promesas de Dios.
Bajo el Antiguo Pacto, los hombres juraban seguir la Ley, y eran responsables por hacerlo, y la voluntad del hombre por lo tanto, trabajaba en contra de los deseos de la naturaleza humana. Por lo tanto, su éxito fue parcial, a pesar de que oraban para que Dios ayudara a su carne a cumplir sus votos del Antiguo Pacto.
Bajo el Nuevo Pacto, Dios es responsable de escribir la Ley en nuestros corazones para que nuestra naturaleza cambie. Cuando Dios hizo su voto del Nuevo Pacto, no juró que ayudaría a nuestra carne a cumplir su voto del Antiguo Pacto. Él juró cambiar nuestros corazones y los corazones de toda la humanidad (Deuteronomio 29: 14-15).
¿Cómo está cumpliendo Dios su voto? Lo hace con un segundo engendramiento y finalmente un segundo nacimiento ("nacer de nuevo"). Uno debe ser engendrado antes de que uno pueda nacer. Somos engendrados por la semilla incorruptible e inmortal de la Palabra, es decir, el evangelio del Nuevo Pacto. Cuando tenemos el tipo de fe que se ve en la historia de Abraham, donde creemos en la promesa de Dios (voto), somos engendrados (por el oído) desde Arriba por su Espíritu. Esto implanta un embrión dentro de nosotros, "Cristo en vosotros" (Colosenses 1: 27), que tiene una expectativa o "esperanza" de gloria. La concepción viene a través de la Fiesta de la Pascua, la gestación a través del útero de Pentecostés, y el nacimiento a través de Tabernáculos. Primero nacen los Vencedores, luego el resto de la Iglesia [al final del Milenio], y finalmente, el resto de la humanidad en el Gran Jubileo de la Creación, cuando toda la Creación se libera de su esclavitud al pecado (Romanos 8: 20-21) como Dios prometió a través de su voto del Nuevo Pacto.
Entonces, nuestra misión es presentar la visión o modelo del Reino y luego mostrar la forma en que Dios se ha propuesto lograr su plan. No todos tendrán oídos para escuchar en este momento, pero Dios tiene un plan para aquellos que no se ajustan a su imagen durante su actual tiempo de vida. Hay dos Pascuas dadas en la Escritura para asegurar que cada rodilla se doble y cada lengua lo confiese como Señor (Isaías 45: 23-24; Filipenses 2: 10-11). Eso sucederá en el Gran Trono Blanco, y después de esto, todos experimentarán el purificador bautismo de fuego pentecostal. Luego crecerán hasta la madurez espiritual, tal como nosotros mismos debemos hacer hoy a través de la obra de Pentecostés en nuestros corazones. Luego, cuando llegue el momento del Jubileo de la Creación, todos serán liberados y regresarán a su herencia, habiendo alcanzado el propósito para el que fueron creados.
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Dr. Stephen Jones
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