13/07/2017
Pablo
dice en 1
Corintios 13:4
que "el
amor ... no es celoso".
La palabra griega que se usa para "celoso" es zeloo.
Proviene del verbo zelo,
"celar", que significa "calentarse o hervir, arder con
envidia, odio o ira".
La
palabra se puede aplicar de una manera positiva como ser celoso en
perseguir
seriamente lo que es bueno,
o en una forma negativa como ser sobre
calentado
por la envidia, el odio o la ira. En 1
Corintios 13:4,
está
claro que Pablo aplica la palabra de una manera negativa, algo que no
es una función del amor.
Zeloo
es
el equivalente griego de la palabra hebrea qana
en
la traducción Septuaginta. En Génesis
37:11,
los hermanos de José estaban celosos (qana)
de él. Sin embargo, en Éxodo
20:5,
Dios le dice a Moisés: "Yo
soy un Dios celoso",
es decir, un qanna,
que viene de la palabra raíz (verbo) qana.
La
palabra zeloo
no
es epithymeo,
"codicia".
Uno podría pensar que ser celoso se refiere a codiciar los bienes de
otra persona. Ciertamente, la codicia no es una función del amor,
pero Pablo usa una palabra diferente para mostrar que el amor no es
celoso.
La
Fiesta de la Boda de Caná
Caná
(Qana)
era una ciudad cuyo nombre es de origen hebreo, qana,
"celo". La palabra tiene otro significado también, como
vemos en Isaías
42:3,
"No
quebrará la caña cascada (qana)".
La ciudad de Caná
podía definirse como "lugar de juncos" o "lugar
de celo".
En
Juan
2:1-11
el apóstol nos cuenta la historia de la fiesta de bodas de Caná,
donde Jesús convirtió el agua en vino. Este es el primero de las
ocho señales milagrosas (semeion)
en el libro de Juan, que profetizan de los ocho días de la Fiesta de
los Tabernáculos. El propósito de esas señales es manifestar Su
gloria (Juan
2:11).
Sabemos
que Él tiene la intención de manifestar Su gloria en nosotros,
porque somos Su templo (1
Corintios 3:16).
Ese es el propósito profético de la Fiesta de los Tabernáculos, y
sigue el modelo del templo de Salomón, que fue glorificado en el
octavo día de Tabernáculos (1
Reyes 8:2).
Cada una de esas señales milagrosas en el libro de Juan son seguidas
por comentarios e historias explicativas de la vida de Jesús. En
este caso, el signo de convertir el agua en vino es seguido por la
historia de Jesús expulsando a los banqueros del templo.
Entonces Juan
2:17
dice,
17
Sus discípulos se acordaron de que estaba escrito: "El celo por
tu casa me consumirá".
Esta
Escritura fue escrita en el Salmo
69:9,
hallada en un salmo pascual que profetizaba de la muerte de Cristo a
manos de "…
los
que me aborrecen sin causa"
(Salmo
69:4).
El mismo salmo profetizó que se le ofrecería "hiel" (es
decir, opio) y vinagre para beber (Salmo
69:21).
También profetiza de Su traición a manos de Judas. (Compare el
Salmo
69:25
con Hechos
1:20).
Así
que cuando
Jesús limpió el templo de los cambistas por el "celo
por tu casa",
su acto profetizó del día en que Él limpiaría nuestros propios
templos.
¿Qué será removido de nuestros templos? La respuesta se encuentra
en el versículo anterior, Juan
2:16 KJV,
donde Jesús dijo,
16
... Quitad estas cosas de aquí; no hagáis de la casa de mi Padre
una casa de mercado.
La
palabra cana
es
la palabra raíz de Canaán y cananita o cananeo, que significa "terrateniente,
comerciante o banquero".
Todos estos
dos significados forman el trasfondo de la historia de la primera
limpieza de Jesús del templo en el segundo capítulo de Juan. Por
lo tanto, cuando Jesús convirtió el agua en vino, ilustró
cómo Él debía limpiar nuestros propios templos de sus
"mercancías", para que ya no actuáramos como banqueros
cananeos.
Con
esto en mente, podemos ver que el "celo" de Jesús es una
buena cosa. Su celo celoso es Su pasión que todo lo consume, y no se
detendrá hasta que haya limpiado la casa de Su Padre. Su ira no se
encendió por odio ni por ningún otro motivo incorrecto, sino más
bien expresó Su celo (o celos) por la casa de Su Padre. Porque
Él es celoso, Él no descansará hasta que Él haya limpiado
nuestros templos de toda Su mercancía, de modo que la profecía de
Zacarías
14:21
se cumpla, diciendo: "Ya
no habrá más cananeo en la casa de Yahweh de los ejércitos en
aquel día".
Celos
piadosos e impíos
2
Porque celoso [zeloo]
estoy
de
vosotros con celo [zelo]
de
Dios; porque os desposé con un solo esposo, para presentaros a
Cristo como una virgen pura.
Los
celos piadosos (celos de Dios) son una función del amor, tal como se
expresa en los celos de Pablo de la iglesia de Corinto, es decir, su
deseo de presentar a esa iglesia "como
una virgen pura"
a Cristo. Sin
embargo, hay quienes tienen un celo inicuo que es destructivo.
Incluso
los maridos y las esposas pueden tener un celoso malsano, si se
tratan como mercancía. Debemos
contrastar los celos de Cristo con los celos cananeos. Debemos
examinar nuestros propios templos para ver si están contaminados por
los cananeos.
Los
motivos verdaderos pueden ser difíciles de ver en nosotros
mismos, porque a menudo estamos ciegos en esas áreas. Es común
justificar nuestros celos inicuos como si tuviéramos derecho a ser
celosos. Sólo cuando podamos distinguir entre los celos
piadosos y los inicuos, seremos capaces de eliminar la contaminación
de nuestros templos y prepararnos para la manifestación de Su gloria
en nosotros.
Etiquetas: Teaching Series
Categoría: Enseñanza
Dr. Stephen Jones
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