EL AMOR NO ES CELOSO [Primera Corintios 13 (6)], Dr. Stephen Jones


13/07/2017



Pablo dice en 1 Corintios 13:4 que "el amor ... no es celoso". La palabra griega que se usa para "celoso" es zeloo. Proviene del verbo zelo, "celar", que significa "calentarse o hervir, arder con envidia, odio o ira".

La palabra se puede aplicar de una manera positiva como ser celoso en perseguir seriamente lo que es bueno, o en una forma negativa como ser sobre calentado por la envidia, el odio o la ira. En 1 Corintios 13:4, está claro que Pablo aplica la palabra de una manera negativa, algo que no es una función del amor.


Zeloo es el equivalente griego de la palabra hebrea qana en la traducción Septuaginta. En Génesis 37:11, los hermanos de José estaban celosos (qana) de él. Sin embargo, en Éxodo 20:5, Dios le dice a Moisés: "Yo soy un Dios celoso", es decir, un qanna, que viene de la palabra raíz (verbo) qana.

La palabra zeloo no es epithymeo, "codicia". Uno podría pensar que ser celoso se refiere a codiciar los bienes de otra persona. Ciertamente, la codicia no es una función del amor, pero Pablo usa una palabra diferente para mostrar que el amor no es celoso.


La Fiesta de la Boda de Caná
Caná (Qana) era una ciudad cuyo nombre es de origen hebreo, qana, "celo". La palabra tiene otro significado también, como vemos en Isaías 42:3, "No quebrará la caña cascada (qana)". La ciudad de Caná podía definirse como "lugar de juncos" o "lugar de celo".

En Juan 2:1-11 el apóstol nos cuenta la historia de la fiesta de bodas de Caná, donde Jesús convirtió el agua en vino. Este es el primero de las ocho señales milagrosas (semeion) en el libro de Juan, que profetizan de los ocho días de la Fiesta de los Tabernáculos. El propósito de esas señales es manifestar Su gloria (Juan 2:11).

Sabemos que Él tiene la intención de manifestar Su gloria en nosotros, porque somos Su templo (1 Corintios 3:16). Ese es el propósito profético de la Fiesta de los Tabernáculos, y sigue el modelo del templo de Salomón, que fue glorificado en el octavo día de Tabernáculos (1 Reyes 8:2). Cada una de esas señales milagrosas en el libro de Juan son seguidas por comentarios e historias explicativas de la vida de Jesús. En este caso, el signo de convertir el agua en vino es seguido por la historia de Jesús expulsando a los banqueros del templo. Entonces Juan 2:17 dice,

17 Sus discípulos se acordaron de que estaba escrito: "El celo por tu casa me consumirá".

Esta Escritura fue escrita en el Salmo 69:9, hallada en un salmo pascual que profetizaba de la muerte de Cristo a manos de "… los que me aborrecen sin causa" (Salmo 69:4). El mismo salmo profetizó que se le ofrecería "hiel" (es decir, opio) y vinagre para beber (Salmo 69:21). También profetiza de Su traición a manos de Judas. (Compare el Salmo 69:25 con Hechos 1:20).

Así que cuando Jesús limpió el templo de los cambistas por el "celo por tu casa", su acto profetizó del día en que Él limpiaría nuestros propios templos. ¿Qué será removido de nuestros templos? La respuesta se encuentra en el versículo anterior, Juan 2:16 KJV, donde Jesús dijo,

16 ... Quitad estas cosas de aquí; no hagáis de la casa de mi Padre una casa de mercado.

La palabra cana es la palabra raíz de Canaán y cananita o cananeo, que significa "terrateniente, comerciante o banquero".

Todos estos dos significados forman el trasfondo de la historia de la primera limpieza de Jesús del templo en el segundo capítulo de Juan. Por lo tanto, cuando Jesús convirtió el agua en vino, ilustró cómo Él debía limpiar nuestros propios templos de sus "mercancías", para que ya no actuáramos como banqueros cananeos.

Con esto en mente, podemos ver que el "celo" de Jesús es una buena cosa. Su celo celoso es Su pasión que todo lo consume, y no se detendrá hasta que haya limpiado la casa de Su Padre. Su ira no se encendió por odio ni por ningún otro motivo incorrecto, sino más bien expresó Su celo (o celos) por la casa de Su Padre. Porque Él es celoso, Él no descansará hasta que Él haya limpiado nuestros templos de toda Su mercancía, de modo que la profecía de Zacarías 14:21 se cumpla, diciendo: "Ya no habrá más cananeo en la casa de Yahweh de los ejércitos en aquel día".


Celos piadosos e impíos
Pablo dice en 2 Corintios 11:2,

2 Porque celoso [zeloo] estoy de vosotros con celo [zelo] de Dios; porque os desposé con un solo esposo, para presentaros a Cristo como una virgen pura.

Los celos piadosos (celos de Dios) son una función del amor, tal como se expresa en los celos de Pablo de la iglesia de Corinto, es decir, su deseo de presentar a esa iglesia "como una virgen pura" a Cristo. Sin embargo, hay quienes tienen un celo inicuo que es destructivo. Incluso los maridos y las esposas pueden tener un celoso malsano, si se tratan como mercancía. Debemos contrastar los celos de Cristo con los celos cananeos. Debemos examinar nuestros propios templos para ver si están contaminados por los cananeos.

Los motivos verdaderos pueden ser difíciles de ver en nosotros mismos, porque a menudo estamos ciegos en esas áreas. Es común justificar nuestros celos inicuos como si tuviéramos derecho a ser celosos. Sólo cuando podamos distinguir entre los celos piadosos y los inicuos, seremos capaces de eliminar la contaminación de nuestros templos y prepararnos para la manifestación de Su gloria en nosotros.


Etiquetas: Teaching Series
Categoría: Enseñanza

Dr. Stephen Jones

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Agradecemos cualquier comentario respetuoso y lo agradecemos aún más si no son anónimos. Los comentarios anónimos no serán respondidos.