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Autor: Dr. Stephen E. Jones
https://godskingdom.org/blog/2024/04/micah-the-prophet-of-unchanging-love-final/
En Miq. 7: 14-17 el profeta ora por la redención de Israel como en el tiempo de Moisés cuando Dios los libró de Egipto. Esto representa el final de los tiempos cuando Israel será restaurada como una nación que ha resucitado como una nueva creación.
El Israel resucitado no es el mismo que el Israel carnal que murió en el cautiverio. Es tan distinto y diferente como lo vemos sobre nosotros mismos como individuos. Pablo dice: “se siembra un cuerpo natural; se resucita un cuerpo espiritual” (1ª Corintios 15: 44). De hecho, el “viejo hombre” (como lo llama Pablo) es el que muere; el “nuevo hombre”, o la “nueva criatura”, es un ser nuevo que resucita en gloria. Así también el antiguo Israel natural murió en cautiverio. Lo que se levanta es un cuerpo espiritual.
No todos los que murieron a lo largo de los años resucitarán en la Primera Resurrección, ni verán la manifestación del Reino a través de la Fiesta de los Tabernáculos. Sólo el Remanente de Gracia realmente verá cumplidas las promesas de Dios en ellos en ese tiempo (Romanos 11: 1-7). Por lo tanto, la nación de Israel, cuando se manifieste en gloria, será realmente una nación Remanente.
Además, esta nación glorificada no se limita a los israelitas étnicos. Dios ha elegido una muestra representativa de todas las naciones, para que todas estén representadas en el gobierno de su Reino. Juan define mejor este Remanente en Apocalipsis 5: 9-10,
9 Y cantaban un cántico nuevo, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y compraste para Dios con tu sangre hombres de toda tribu y lengua y pueblo y nación; 10 Tú los has hecho un reino y sacerdotes para nuestro Dios, y reinarán sobre la tierra.
Esta nueva nación de Israel está poblada por aquellos con fe en Cristo de todas las naciones. No es el actual estado carnal llamado “Israel”, que está compuesto principalmente por personas sin fe en Cristo. La verdadera nación de Israel se define, no por la genealogía de Abraham, sino por la fe abrahámica que caracteriza a los verdaderos hijos de Abraham (Gálatas 3: 29).
La oración de Miqueas por la restauración
En Miqueas 7: 14-15 el profeta ora,
14 Pastorea a tu pueblo con tu cetro, el rebaño de tu posesión [nachalaw, “herencia, posesión”] que habita sólo [badad, “sólo, aislado, desolado”] en el bosque, en medio de un campo fructífero [karmel]. Que se apacienten en Basán y en Galaad como en los días antiguos. 15 Como en los días en que salisteis de la tierra de Egipto, os mostraré milagros.
Los pastores tenían una vara y un cayado (Salmo 23: 4) con los que gobernaban a sus ovejas. La vara era para protección, o disciplina cuando se aplicaba a ovejas descarriadas; el bastón debía guiar a las ovejas. Algunos creen que la vara y el cayado eran el mismo instrumento. Cualquiera sea el caso, representaba el cetro del pastor. Por eso, el profeta le pide a Dios que “pastoree” a su pueblo con un cetro.
El pueblo es llamado “el rebaño de tu posesión”. La palabra hebrea nachalaw generalmente se traduce como “herencia” en el resto de las Escrituras. La herencia de Dios requiere fidelidad y obediencia para poder calificar para recibirla. Todo lo que no sea esto muestra que el pueblo remanente todavía está siendo preparado durante Pentecostés por el fuego del Espíritu Santo.
Se dice que esta nación habita “sola en el bosque”. Esto nuevamente habla del Remanente, que generalmente se siente como si estuviera sólo en medio de un bosque. Los árboles representan a los hombres (Dt. 20: 19). Aunque vivan en una ciudad, lejos de estar solos, se diferencian del resto de sus vecinos en este asunto de la fe abrahámica. ¿Cómo se enseña a los sordos? ¿Cómo se muestran las cosas a los ciegos?
La oración de Miqueas es "Pastorea a tu pueblo… en medio de un campo fructífero". Más literalmente, ora para guiarlos al Monte Carmelo, conocido por su fecundidad. Desde un punto de vista profético, se refiere al Mandato de Fructificación (o Fecundidad), es decir, la Primogenitura. Este Remanente de Gracia, que tiene fe abrahámica, son de hecho los herederos de la primogenitura de José (1º Crónicas 5: 1-2).
Basán también significa "fructífero". El nombre Galaad se deriva de galeed, “montón testigo (de rocas)”, que sirve de testigo de un pacto entre dos partes. En este caso, el significado profético apunta al Nuevo Pacto que Cristo hizo con nosotros en la cruz.
Así como Israel vio milagros poderosos cuando Dios los libró de Egipto, así también será en los últimos días de la Edad actual, cuando Dios libere a su pueblo del “Egipto” moderno. Esto ya no es una referencia a la nación de Egipto, sino una metáfora que la equipara con todas las demás naciones asociadas con la esclavitud: Egipto, Asiria y Babilonia.
La referencia del profeta a los milagros probablemente se refiera a la promesa dada a Moisés en el monte en Éxodo 34: 10.
10 Entonces dijo Dios: “He aquí, voy a hacer un pacto. Delante de todo tu pueblo haré milagros, que no se han hecho en toda la tierra ni en ninguna de las naciones; y todo el pueblo en medio del cual vivís verá la obra del Señor, porque cosa terrible es lo que voy a hacer con vosotros”.
Dios le dijo esto a Moisés algunos meses después del Éxodo y el milagro en el Mar Rojo. Hablaba de un tiempo futuro, y Miqueas lo aplica al fin de los tiempos durante la restauración de Israel. Ya se han reportado muchos milagros notables en el siglo pasado, pero la promesa es que Él realizará milagros inusuales como ningún otro del pasado. A día de hoy (2024) todavía no hemos visto cumplida esta promesa.
Miqueas 7: 16 dice,
16 Las naciones verán [estos milagros] y se avergonzarán [boosh, “estar avergonzados, confundidos o asombrados”] de todo su poder [gebura, “actos poderosos”]. Se taparán la boca con la mano y sus oídos quedarán sordos.
Podríamos parafrasear este versículo de esta manera:
16 Las naciones verán estos milagros y quedarán asombradas de sus actos poderosos. Se les tapará la boca y sus oídos quedarán sordos a todo lo que solían creer.
Es una profecía de naciones enteras que se volverán a Cristo en los Últimos Días mientras Dios obra a través de su Pueblo Remanente para realizar “actos poderosos” ante los ojos de las naciones.
Miqueas 7: 17 continúa,
17 Lamerán el polvo como serpiente, como reptiles de la tierra. Saldrán temblando de sus fortalezas; al Señor nuestro Dios vendrán con pavor [pakad, “estar temerosos o espantados”], y tendrán miedo delante de Ti [ti].
En aquella época era costumbre inclinarse con el rostro hacia el suelo, como para “lamer el polvo como una serpiente”. Esto también se refiere a la maldición de Dios sobre la serpiente de Génesis 3: 14: "Sobre tu vientre andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida". Por tanto, es una señal de humildad y de arrepentimiento por el pecado de Adán y por todos los pecados derivados del pecado original.
Las naciones, en su conjunto, han estado en rebelión contra el Dios del Cielo desde los primeros tiempos; pero cuando el Remanente manifieste la gloria de Dios y realice estos actos poderosos, las naciones entonces verán sus errores y capitularán ante el Reino de Dios. Salir de una fortaleza es rendirse y jurar lealtad al conquistador.
Quedarán asombrados por estos milagros. La idea hebrea de miedo también es reverencia. El temor del Señor no se trata tanto de tener miedo sino de reconocer su derecho a gobernar. Finalmente, “tendrán miedo delante de Ti” (o de ti). No está claro si el profeta estaba hablando de Dios o del Remanente que realizaba los milagros. Al final, por supuesto, son ambas cosas, porque el Remanente realiza actos poderosos por el poder del Espíritu. Los milagros son realizados por el Remanente, pero Dios es quien realmente hace tales milagros a través de ellos. Por esta razón, las naciones llegarán a temer o respetar tanto a Dios como a su pueblo.
Así, la profecía de Miqueas termina con un cuadro del Remanente de Gracia realizando milagros según la promesa de Dios de Éxodo 34: 10. Por su testimonio seguido de señales, las naciones capitulan ante Dios y pasan a ser parte de su Reino a través de la fe en Cristo.
Miqueas luego termina con una doxología.
La doxología [sobre la misiericordia de Dios]
Miqueas 7: 18 dice,
18 ¿Quién es Dios como Tú, que perdona la iniquidad y pasa por alto el acto rebelde del remanente de su posesión? Él no retiene su ira para siempre, porque se deleita en el amor inmutable.
El nombre de Miqueas es una forma abreviada de Micaías, "¿Quién como Yahweh?" Aquí el profeta muestra que su nombre es profético del mover de Dios en los Últimos Tiempos, donde muchos presenciarán milagros y exclamarán: “¿Quién como Yahweh?” ¿Quién más perdonaría la iniquidad? Tenga en cuenta que Él específicamente perdona y "pasa por alto el acto rebelde del remanente de su posesión". El Remanente de Gracia es perdonado e indultado. El propósito de Dios es levantar a unos pocos para bendecir a muchos.
Además, su “amor inmutable” está vinculado al hecho de que “no retendrá para siempre su ira”. Su ira es limitada y temporal. “Dios es amor” (1ª Juan 4: 8), y “tanto amó Dios al mundo” (Juan 3: 16). Esto significa que su ira (sus juicios) no dura para siempre, porque este es el resultado natural de su amor inmutable.
Miqueas 7: 19 continúa,
19 Él volverá a tener compasión de nosotros. Él hollará las iniquidades. Sí, arrojarás todos sus pecados a lo profundo del mar.
Aunque el juicio sobre Israel y Judá ha durado miles de años, también es temporal. El juicio está diseñado para corregir al pecador, para que se arrepienta. Esta es la obra del Espíritu Santo, que, según Juan el Bautista, es un bautismo de fuego que quema la “paja” dentro de nuestros corazones (Mateo 3: 12). Miqueas usa una metáfora diferente con el mismo propósito. Mientras que se trilla el trigo y se quema la paja, las uvas son pisadas para quitarles la pulpa y dejar sólo el vino nuevo.
Cuando Dios pisotea las iniquidades, el pecador se beneficia, porque sus iniquidades están siendo eliminadas. Normalmente, pensamos en pisar las uvas como una forma de eliminar a los pecadores mismos, pero Miqueas revela el amor inmutable de Dios como la base para la salvación del Remanente y también de las naciones.
Las tres fiestas principales del Señor vienen cada una con una ofrenda de primicias. La ofrenda de Pascua es una gavilla de cebada que se mece en el templo. Sólo hacía falta un poco de viento para separar la paja de la cebada. Esto profetizaba de Jesucristo, la Cabeza, y del Remanente de Gracia. Siete semanas después, en Pentecostés, se presentaba a Dios una nueva ofrenda de harina de trigo. Esta ofrenda representaba a la Iglesia, que requería trillar para poder quitar la paja. La última ofrenda de primicias era la de la vendimia, que era pisada para extraer el vino nuevo. Esta Compañía de las Uvas representaba al resto de la Creación: las naciones. Si bien muchos ven esto como destructivo, Miqueas nos asegura que es para eliminar la mente carnal del “viejo hombre”, para que puedan volverse verdaderamente espirituales.
En pocas palabras, Miqueas define el amor inmutable de Dios en términos de perdonar y quitar la iniquidad del corazón de los hombres.
Miqueas 7: 20 concluye,
20 Darás la verdad a Jacob y el amor inmutable a Abraham, que juraste a nuestros padres desde los días antiguos.
Por supuesto, el amor inmutable de Dios no se limita a Jacob y Abraham. Se refiere al cumplimiento por parte de Dios de las promesas a Jacob y Abraham. Dios cumplió su promesa a Jacob al llevarlo a la revelación de la soberanía de Dios. Luego se le dio un nuevo nombre, Israel, como testimonio de que “Dios gobierna”. Como ocurre con todos los nombres hebreos que terminan en -el, Dios es quien realiza la acción. En este caso, Israel-el significa "Dios gobierna". Aquí fue donde Jacob proféticamente se convirtió en un Vencedor.
En cuanto a Abraham, la promesa de Dios era que él sería una bendición para todas las familias de la Tierra (Génesis 12: 3). Esto se define con más detalle en Hechos 3: 25-26,
25 Vosotros sois los hijos de los profetas y del pacto que Dios hizo con vuestros padres, diciendo a Abraham: Y en tu descendencia serán benditas todas las familias de la tierra. 26 Para vosotros primero, Dios levantó a su Siervo y lo envió para bendeciros, haciendo que cada uno de vosotros se convierta de sus malos caminos.
El llamado abrahámico, dado a los hijos de Abraham, es bendecir a todas las familias de la Tierra, lo que resultará en "convertir a cada uno de vosotros de vuestros malos caminos". Así es el amor inmutable de Dios. Es difícil comprender el alcance universal de esta promesa sin comprender la Ley del Jubileo y la Restauración de Todas las Cosas. Sin embargo, al final, a pesar de las opiniones limitadas de los hombres acerca de su amor inmutable, Pablo nos dice el destino de las naciones en 1ª Cor. 15: 27-28.
27 Porque todo lo ha sometido bajo sus pies. Pero cuando dice: "Todas las cosas le están sujetas", es evidente que queda exceptuado Aquel que sujetó a Él todas las cosas. 28 Cuando todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.
FIN
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