16 de septiembre de 2020
En 1948, tres años después del final de la II Guerra Mundial (1939-1945), cuatro jueces, cómplices de la política nazi de esterilización y limpieza étnica, van a ser juzgados en Nuremberg. Sobre Dan Haywood (Spencer Tracy), un juez norteamericano retirado, recae la importante responsabilidad de presidir este juicio contra los crímenes de guerra nazis (Reseña de la película 'Vencedores o Vencidos' en Amazon).
Hace unos días disfruté junto a mi esposa Piedad la joya cinematográfica "Vencedores o Vencidos"; un peliculón de los de antes, basado el el Juicio de Nuremberg, precisamente de los jueces del régimen nazi.
Durante la película no podía dejar de recordar lo que está ocurriendo en España con el gobierno social-comunista y los jueces, clérigos, médicos, policías, militares, medios vendidos... que secundan sus prevaricaciones; especialmente con la Plandemia. También en el tremendo daño que infligen los globalistas al mundo en general.
Me llamaron mucho la atención las dos escenas finales. Primeramente entre Spencer Tracy y el abogado defensor del Sr. Yaning, principal de los jueces juzgados:
-Defensor: "Le apuesto a que los reos que ha condenado a cadena perpetua dentro de 5 años estarán en libertad" …
-Juez (Tracy): "Lo que usted, dice puede muy bien suceder. Es lógico en vista de la época en que vivimos. Pero ser lógico no significa ser justo, y no hay nada en la tierra que pueda hacerlo justo".
En segundo lugar la escena entre el reo Yaning, Burt Lancaster, el juez más importante entre los condenados, que estaba arrepentido de sus crímenes y durante el juicio se acusó a sí mismo en lugar de defenderse, y Tracy, el juez presidente del Tribunal:
-Yaning (Lancaster): ... su veredicto será criticado, pero al menos sepa que cuenta con el respeto de uno de los reos que condenó. Su veredicto fue justo. ... La razón por la que le mandé llamar, ... aquella pobre gente, aquellos millones de personas, … jamás supuse que se iba a llegar a ello; debe creerme, ¡debe usted creerme!
- Juez (Tracy): Señor Yaning, se llegó a eso la primera vez que usted condenó a muerte a un hombre, sabiendo que era inocente.
Termino con unas pocas palabras del comentario de Isaías de hoy del Dr. Stephen Jones:
22 Él es el que se sienta sobre el círculo [chuwg, “arco, bóveda del cielo”] de la tierra, y sus habitantes son como saltamontes, quien extiende los cielos como una cortina y los despliega como una tienda para habitar. 23 Él es quien reduce a nada a los gobernantes, ¿quién hace insignificantes [tohú, “sin forma, sin sentido”] a los jueces de la tierra.
El cielo es como una bóveda que cubre la Tierra "como una cortina" y "como una tienda" sobre nosotros. Los hombres son muy pequeños, como los saltamontes (o langostas). La Escritura compara a los hombres con los saltamontes cuando enfatiza la pequeñez de los hombres en comparación con el Dios del Cielo (vea Números 13: 33).
Así que Dios es muy grande y el hombre muy pequeño, y "reduce a nada a los gobernantes", incluso si se consideran grandes y poderosos. Los jueces de la Tierra, que han sido designados para juzgar al pueblo con justicia, se reducen a la falta de forma. Isaías usa el término tohu, que se encuentra en Génesis 1: 2, y nos dice que la Tierra se volvió "informe".
Su objetivo es mostrar que así como Dios hace que los gobernantes de la tierra sean irrelevantes, también hace que los veredictos de los jueces carezcan de sentido. Sus decisiones, dictados y veredictos no tienen poder para resistir la voluntad de Dios. Este texto de Isaías es una declaración de la soberanía de Dios que anula el “libre albedrío”, que los hombres se suponen que tienen.
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