Fecha de publicación: 12/03/2024
Tiempo estimado de lectura: 2-3 minutos
Autor: Dr. Stephen E. Jones
Muchos de ustedes han oído que para tener verdadero éxito en la industria musical hay que vender el alma al diablo. Estos artistas no intentan ocultar esto, porque a la mayoría de sus fans no les importa.
https://www.winterwatch.net/2024/01/son-artistas-musicales-vendiendo-sus-almas-a-satan/
Lo mismo ocurre también en otras industrias, incluidas la banca y el gobierno.
Muchos gobiernos del mundo (incluidos los occidentales) conservan el poder gracias al poder de lo oculto. Entonces, cuando leemos descripciones de Misterio Babilona, también encontramos referencias a lo oculto. Ap. 18: 2 dice que esta “ciudad” es “habitación de demonios”. Luego Dios le habla directamente a Babilonia, trayendo juicio sobre ella, “porque todas las naciones fueron engañadas por tus hechicerías” (Ap. 18: 23).
Misterio Babilonia es la forma final de los Imperios “Bestiales” profetizados en Daniel 2 y 7. Pero no podemos entender a ninguno de ellos separados de sus raíces espirituales, mediante las cuales mantienen el poder. Cuando Daniel se encontró en guerra espiritual, el ángel le transmitió la naturaleza del príncipe de Persia y del príncipe de Grecia (Daniel 10: 20). Estas eran las fuerzas espirituales detrás del segundo y del tercer Imperio Bestial.
Por esto podemos extrapolar que también hubo un príncipe de Roma y otro que era el príncipe del Cuerno Pequeño, que era la extensión religiosa de Roma.
En nuestro ministerio hemos participado en muchas batallas de oración desde que se estableció en 1993. Cada una ha sido un subconjunto de la misma batalla general que Daniel estaba peleando en sus días. Debido a que esta batalla se pelea en los cielos, en el reino espiritual eterno, todos los que participan en una guerra espiritual genuina son participantes en la misma batalla y luchan junto a Daniel. La única diferencia real es que cada uno de nosotros nos encontramos en una parte diferente del campo de batalla. Por lo tanto, los temas específicos y las preocupaciones de oración difieren en consecuencia.
Desde hace algunos años no hemos realizado ninguna campaña formal de oración. La mayoría de nuestras campañas tuvieron lugar en los años 1990, algunas en los años 2000. Al final, todas ellas fueron en realidad batallas judiciales, en lugar de ser representadas en un campo de batalla per se. Aprendimos a seguir las instrucciones de Dios y a presentar nuestras apelaciones ante el Tribunal Divino de acuerdo con su Voluntad (y su Ley). Nuestra principal preocupación en los tribunales era que nos encontráramos del lado correcto de la Ley, porque entonces no importaba cuántos oponentes tuviéramos. Nuestro Juez “no seguirá a las masas para hacer el mal” (Éxodo 23: 2). En otras palabras, su Juicio no está influenciado por las opiniones y demandas de una multitud.
Una vez que hemos escuchado el veredicto del Juez, se nos da la responsabilidad de proclamar su Palabra en la Tierra, trayendo así el Cielo a la Tierra. Funcionamos como doble testigo de Dios para establecer todas las cosas, como lo revela la Ley. Esto se basa en el mismo principio que reclamar las promesas de Dios. La guerra pronto alcanzará un punto de inflexión donde veremos la caída real de Babilonia y su reemplazo por el Reino de Dios.
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