EDICIÓN 391 FEBRERO 2021
Esperanza en el caos
El plan divino se establece progresivamente en las Escrituras. Génesis nos da los patrones fundamentales desde la Primera Creación hasta la Nueva Creación. La verdad básica de todas las verdades se establece en el primer versículo, "En el principio creó Dios los cielos y la tierra".
Esto establece la base de la soberanía de Dios y el hecho de que Él es dueño de todo. Por tanto, tiene derecho a hacer todo lo que hace en la historia, y tiene derecho a ser adorado y obedecido. Además, debido a que Él no es un pecador (es decir, uno que no logra alcanzar una meta), tendrá éxito al final, sin importar lo mal que se vean las cosas por el momento.
Estamos llamados a tener fe en que Dios es capaz de realizar lo que ha prometido (Rom. 4: 21). Nuestra fe se demuestra por nuestro nivel de descanso en medio del caos. Nuestra falta de fe se demuestra por nuestro nivel de miedo. Caminamos por fe o por miedo. La mayoría está en algún punto intermedio, a medida que crecemos espiritualmente.
El panorama
Las circunstancias individuales se vuelven tan importantes para nosotros que perdemos de vista el panorama general. Esto, combinado con una comprensión poco clara del tiempo, tiende a mantener a las personas en confusión y duda. Cada generación se enfrenta a estos problemas, incluida la nuestra.
Si retomamos la historia en el momento en que Dios llamó a Israel a salir de Egipto en los días de Moisés, leemos acerca de los 40 años de Israel en el desierto, preparándose para entrar en la Tierra Prometida. Nuestra Tierra Prometida es diferente, por supuesto, al ser más grande que un pedazo de tierra en la costa este del Mar Mediterráneo. Entrar en las promesas de Dios significa heredar el pedazo de tierra y polvo que es nuestro propio cuerpo. Se nos ha prometido un cuerpo glorificado (Rom. 8: 23), del cual Canaán era solo un tipo y una sombra.
La herencia de la tierra de Israel en Canaán no tuvo éxito, porque se basó en el Antiguo Pacto y los votos de los hombres. Después de años de apostasía alternados con arrepentimientos y avivamientos ocasionales, finalmente llegó el momento del juicio. Primero Israel fue juzgada, luego Judá. Juntas, el juicio fue completo, ya que tanto el Cetro de Judá como la Primogenitura de José-Israel fueron al cautiverio.
Judá regresó de Babilonia porque el Mesías tenía que nacer en Belén, pero Israel nunca regresó a la Vieja Tierra . El exilio de Judá terminó después de 70 años, pero el exilio de Israel permaneció. Ambos, sin embargo, permanecieron en cautiverio, porque incluso Judá continuó sujeta sucesivamente a Persia, Grecia y Roma.
La tribulación fue de largo plazo, llevándonos hasta el tiempo presente y los problemas actuales que vemos en la Tierra.
La tribulación
La tribulación está fechada correctamente desde el comienzo del cautiverio de Jerusalén a Babilonia. Comenzó en el 604 aC cuando la ciudad capituló ante Babilonia para evitar la destrucción. Una fecha secundaria es el 586 aC, cuando la ciudad y su templo fueron destruidos. Sin embargo, nos centraremos en el 604 aC para evitar confusiones.
El cautiverio iba a ser por "siete veces", que resultó ser 7 x 360 años (2.520 años). Este fue el tiempo asignado a los imperios mundiales profetizado en Daniel 2 y 7. Hubo un breve tiempo, solo un siglo, durante este tiempo en que Jerusalén disfrutó de su independencia desde el 163 al 63 aC.
Por lo tanto, cuando los 2.520 años (desde el 604 aC) terminaron en 1917, los imperios de las "bestias" en realidad habían gobernado solo 2.420 años. Por esta razón, para cumplir con el contrato de juicio que Dios había hecho con Babilonia y sus sucesores, se tuvo que dar otro siglo a Misterio de Babilonia. De ahí que el tiempo no se acabara hasta el 2017.
Se negaron a dejarlos ir
Si Babilonia hubiera liberado al mundo de su esclavitud en el 2017, podrían haberse salido con la suya y conservar toda la riqueza que habían acumulado gracias al trabajo de sus esclavos. Pero Dios tenía un plan diferente, porque no tenía la intención de dejar que se salieran con la suya por todo su abuso de la gente. Endureció sus corazones para que los líderes creyeran con arrogancia que podían gobernar la Tierra para siempre.
Jeremías profetizó esto en Jer. 50: 33,
33 Así dice Yahweh de los ejércitos: “Los hijos de Israel son oprimidos, y también los hijos de Judá; y todos los que los llevaron cautivos los han retenido, se han negado a dejarlos ir”.
En respuesta, Dios dice en el siguiente versículo:
34 "Su Redentor es fuerte ... Él defenderá enérgicamente su caso para traer descanso a la tierra, pero confusión a los habitantes de Babilonia".
Ese caso judicial fue adjudicado a partir 2014-2017 con la fecha límite cayendo en el Octavo Día de Tabernáculos, 16 de octubre de 2017. (Esto fue decretado el 12 de octubre, pero entró en vigor el 16).
El Decreto Divino, atestiguado por muchos de ustedes aquí en la Tierra, hace imposible que Misterio Babilonia continúe su gobierno indefinidamente. Sin embargo, debido a que se han resistido y por lo tanto han desobedecido el Decreto Divino, serán juzgados y perderán toda la riqueza que acumularon a lo largo de los siglos.
El modelo del faraón
Para comprender el plan divino, debemos conocer la mente de Dios a través de muchas historias bíblicas e incluso experiencias personales. La redención de Dios en nuestro tiempo es similar a su redención en los días de Moisés.
Israel había estado esclavizada a Egipto durante mucho tiempo. El tiempo había sido establecido proféticamente en 430 años desde la promesa dada a Abraham (Gál. 3: 17; Éxodo 12: 60). También fueron 400 años desde el nacimiento de Isaac, la "simiente" de Abraham (Gén. 15: 13; 21: 12). También fueron 414 años desde el nacimiento de Ismael, como expliqué en Secretos del Tiempo, capítulo 5.
Por lo tanto, se decretó en el Tribunal Divino, por la voluntad de Dios mismo, que el tiempo de la esclavitud de Israel terminaría en un año particular que está fechado al menos de tres maneras. Cuando se acercó el tiempo, Dios envió a Moisés para liberar a Israel.
Dios le dijo a Moisés que fuera a ver a Faraón y le exigiera que liberara a los israelitas. Pero también le dijo a Moisés, "pero yo endureceré su corazón para que no deje ir al pueblo" (Éxodo 4: 21). En otras palabras, la voluntad de Dios para el Faraón era dejarlos ir, pero el plan de Dios era retrasar la liberación hasta que diez plagas hubieran destruido Egipto.
Dios no tenía la intención de permitir que Egipto se quedara con todas las riquezas que había ganado con el trabajo de los israelitas. ¿Por qué? Porque el faraón era impío y arrogante. Además, la ley ordenaba que cuando los esclavos fueran liberados, debían recibir provisiones "generosamente". Deut. 15: 15-16 ordena,
15 Cuando lo liberes, no lo despedirás con las manos vacías. 16 Le darás abundantemente de tu rebaño y de tu era y de tu tinaja; le darás según Yahweh tu Dios te haya bendecido [es decir, por el trabajo del esclavo].
Egipto, al ignorar la Ley de Dios, no tenía la intención de bendecir a los israelitas con tales provisiones, pero Dios hizo que le dieran la riqueza de Egipto a sus esclavos que estaban siendo liberados (Éxodo 12: 36). La Ley se hizo cumplir para anular la voluntad de Egipto con la voluntad más fuerte de Dios.
Jeremías dice que este mismo patrón se repetiría en el caso de Babilonia. No tenemos ningún registro bíblico de cómo esto pudo haberse cumplido en los días de Esdras, excepto por las provisiones que el rey de Persia dio para reconstruir el templo. El decreto de Ciro se da en Esdras 6: 4, "y que el costo se pague con el tesoro real".
Este decreto había sido ignorado, por lo que el trabajo cesó durante muchos años. Finalmente, sin embargo, apelaron a Darío el Grande, un rey posterior, quien leyó el decreto de Ciro, ratificó su contenido y luego agregó en Esdras 6: 8,
8 Además, yo [Darío el Grande] doy un decreto sobre lo que harás por estos ancianos de Judá en la reconstrucción de esta casa de Dios: el costo total se pagará a estas personas del tesoro real con los impuestos de las provincias más allá del río; y eso sin demora.
Vemos cómo se retrasó la financiación, pero al final, Dios movió el corazón del rey de Persia para cumplir su voluntad. Dios ganó su caso cuando defendió la causa de los que fueron liberados de Babilonia y, como en Egipto, liberó a los esclavos con abundantes provisiones.
Liberar a los esclavos hoy
Una vez que aprendemos la mente de Dios y conocemos sus caminos, podemos decir con seguridad que Dios está tratando a Misterio Babilonia de la misma manera hoy. Babilonia debería haber liberado al pueblo al declarar un Jubileo sobre la Tierra. Sin embargo, los gobernantes de Babilonia eran demasiado arrogantes para hacer eso. No les importaba que su tiempo asignado hubiera expirado en 2017.
Publicamos este requerimiento a Babilonia ya en 2014, dándoles un aviso de 3 años. No tengo ninguna duda de que los espías de Babilonia lo leyeron. Por tanto, no pueden alegar la ignorancia como excusa. Pero pensaron que podían derrotar a Dios.
Desde la perspectiva divina, Dios volvió a endurecer los corazones de los reyes babilónicos para despojarlos de su riqueza y poder. La intención de Dios es transferir, nuevamente, autoridad y riqueza al pueblo de Dios.
De ahí que desde 2017 nos encontremos en una gran batalla entre el bien y el mal. El gobierno de Misterio Babilonia está resistiéndose a la transferencia de autoridad a los Santos del Altísimo (Dan. 7:22). Esperábamos eso, porque Dios nos lo reveló de antemano, tal como se lo había revelado a Moisés cuando aún estaba en Madián.
De la Pascua a Tabernáculos
En los días de Moisés, Dios liberó a Israel en la Pascua. Luego fueron conducidos a través del Mar Rojo (celebrado con la Ofrenda de la Gavilla Mecida) hasta el Monte Sinaí. Allí Dios habló los Diez Mandamientos a la gente, y se les instruyó que guardaran ese día como una nueva festividad (Día Santo) que más tarde se llamó Pentecostés.
El pueblo permaneció en el Sinaí durante un año y medio, tiempo durante el cual construyeron el tabernáculo, justo a tiempo para celebrar su primera Pascua en el desierto. Unos meses más tarde, Moisés llevó a Israel a Cades-barnea, donde enviaron a los 12 espías a la Tierra. Regresaron con las primeras uvas maduras (Núm. 13: 20, 23, 26). Era septiembre, y era el 50º jubileo desde Adán.
Sin embargo, debido a que los diez espías dieron un informe maligno y la gente creyó en su informe, convirtieron el Jubileo en un Día de Expiación, que a partir de entonces se celebró con ayuno y arrepentimiento por negarse a entrar en el Reino.
Bajo Moisés, Israel no pudo heredar la Tierra Prometida. Si hubieran tenido fe, lo habrían logrado y los días festivos se habrían cumplido. Era la voluntad de Dios que entraran a la Tierra Prometida en ese momento, pero no era su plan, porque no podían heredar bajo el Antiguo Pacto. En cambio, entraron 38 años después bajo Josué, un tipo de Cristo, quien es el Mediador del Nuevo Pacto.
Hoy estamos siguiendo este patrón, excepto que estamos listos para entrar a la Tierra Prometida bajo el liderazgo de Jesucristo y su Nuevo Pacto. Por esta razón, tendremos éxito donde Israel falló. Recibiremos nuestro Jubileo.
Sospecho que la Pascua de 2021 será el momento de la liberación de Egipto, seguida de un derramamiento del Espíritu hasta Pentecostés, y finalmente en octubre de 2022 podríamos "entrar en la Tierra Prometida" en algún nivel. Esta es todavía una visión temprana, por supuesto, pero cuando pasemos algunas de estas fechas de observación en los próximos meses, la visión resultará o no.
La Iglesia ya pasó sus 40 años (Jubileos) en el desierto, así que no creo que tengamos que esperar otros 40 años. Para mí, parece que seguiremos el patrón breve que Israel habría hecho bajo Moisés si hubieran tenido fe en las promesas de Dios. Si este patrón no se desarrolla este año, quizás lo veamos el próximo año o quizás más tarde. Pero mi sensación es que comenzará en 2021. El tiempo lo dirá.
El Rapto
Cuando Jesús profetizó acerca de su Segunda Venida, dijo en Mat. 24: 37-39,
37 Porque la venida del Hijo del Hombre será como los días de Noé. 38 Porque como en aquellos días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento hasta el día en que Noé entró en el arca, 39 y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos; así será la venida del Hijo del Hombre.
Luego continuó en los versículos 40 y 41, hablando de cómo uno será "tomado" y el otro "dejado". El contexto muestra que el que es “tomado” es el incrédulo que será tomado por el diluvio. El que “queda” es el creyente que sobrevivió para heredar la Tierra (como con la familia de Noé).
Desafortunadamente, la Iglesia ciega piensa que ocurrirá lo contrario. El libro, Left Behind, trata sobre cómo ven que la iglesia está siendo "tomada" y los malvados "dejados" para enfrentar al Anticristo. Eso, por supuesto, es precisamente lo contrario de lo que dijo Jesús.
Vemos los días festivos como una profecía de la venida de Cristo. Las Fiestas de la Primavera profetizan de su Primera Venida; las Fiestas de Otoño profetizan de su Segunda Venida. Lo que muchos llaman "el rapto" es en realidad la descripción que hace Pablo del Octavo Día de Tabernáculos, cuando los santos son arrebatados al Trono de Dios, para ser presentados como hijos de Dios en el octavo día, según la Ley (Éxodo 22: 29-30).
Entonces se manifestarán al mundo el mismo día, de acuerdo con el modelo de la consagración sacerdotal (Levítico 9: 1). Si uno desea llamar a esto un "rapto", que así sea. La palabra viene del latín, rapto, y simplemente significa "arrebatado". Es el equivalente de la palabra griega harpazo (transformación corporal). Pero la escatología presentada por los maestros del Rapto se basa en gran medida en la ignorancia de los días festivos.
Vea mi libro, El Rapto a la Luz de Tabernáculos.
Los Nefilim
Digo esto solo para ir a otro aspecto de los días de Noé. La razón del Diluvio se debió a los Nefilim de Génesis 6: 4. Cualquiera que sea la opinión que uno tenga de estos Nefilim, está claro que la humanidad se corrompió hasta el punto de que se necesitaba un nuevo comienzo.
Desafortunadamente, incluso después de que el Diluvio acabó con los Nefilim originales, tuvo lugar otro incidente que generó más Nefilim. Génesis 6: 4 dice: “Los Nefilim estaban en la tierra en aquellos días [es decir, los días de Noé]; y también después, cuando los hijos de Dios entraron a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos …”
Debido a este segundo incidente, los Nefilim (gigantes) gobernaron la tierra de Canaán y Basán durante muchos siglos. Moisés luchó contra ellos y tomó su tierra en el lado este del río Jordán, justo antes de que Josué condujera a Israel a la Tierra. Sehón y Og eran reyes gigantes que fueron asesinados por Israel.
Unos siglos más tarde, otro gigante, Goliat, fue un campeón de los filisteos (1 Sam. 17: 4). Tenía un hermano llamado Lahmi (1 Crón. 20: 5), que fue asesinado por Elhanán. Otro gigante de nombre desconocido también fue asesinado por el sobrino de David (1 Crón. 20: 6-7). El versículo 8 dice:
8 Estos descendieron de los gigantes de Gat, y cayeron por mano de David y por mano de sus siervos.
El caso es que hubo gigantes mucho después del Diluvio. Los gigantes originales fueron la causa del Diluvio de Noé. Los gigantes secundarios nunca fueron completamente destruidos. Simplemente se casaron con personas "normales" y pronto perdieron su gran altura y apariencia. Después de muchas generaciones, pronto no pudieron distinguirse de las personas "normales".
Sin embargo, el satanismo y la brujería hoy en día todavía honran a aquellos que afirman ser descendientes de los Nefilim. Se jactan de su herencia, y estos han aumentado en poder como gobernantes del actual orden mundial babilónico. Estos son los Nefilim modernos con los que debemos tratar "como en los días de Noé".
El “Diluvio” de nuestro tiempo será un Diluvio del Espíritu Santo, por el cual somos más que vencedores. El destino de estos que son parte de los Nefilim será decidido por Dios mismo. El Diluvio es nuestro principal precedente, junto con las batallas bajo Moisés y David.
Los dos Diluvios
El propósito declarado del diluvio de Noé se da en Génesis 6: 17,
17 He aquí, yo traigo un diluvio de agua sobre la tierra para destruir toda carne, en la cual está el aliento [ruach, “aliento, viento, espíritu”] de vida, de debajo del cielo; todo lo que hay en la tierra perecerá.
El Diluvio eliminó "el aliento de vida" de toda carne, esencialmente ahogándolos. También hay un ángulo profético en esto, en que Dios les quitó su Espíritu. También planeó provocar un segundo Diluvio para devolver el aliento de vida, Espíritu, a la humanidad. Hab. 2: 14 dice:
14 Porque la tierra se llenará del conocimiento de la gloria de Yahweh, como las aguas cubren el mar.
Así como las aguas cubrieron la Tierra para quitar el aliento de vida de toda carne, así también el conocimiento de la gloria del Señor cubrirá la Tierra como las aguas cubren el mar. Realicé un experimento científico hace años para medir la porción precisa de agua que cubría el mar. Concluí que estaba muy cerca del 100 por ciento.
Por lo tanto, llegué a la conclusión de que la Tierra estará cubierta en un 100 por ciento por el conocimiento de la gloria del Señor. En otras palabras, toda la humanidad será llena del Espíritu Santo cuando venga el Diluvio de los Últimos Días.
Pero Dios no ha elegido cubrir la Tierra de una vez. Lo ha dividido en tres partes, que están profetizadas en Génesis 8 . Al final del diluvio de Noé, envió una paloma tres veces.
La primera paloma regresó sin encontrar lugar para descansar (Gén. 8: 9). En la segunda ocasión, la paloma regresó con una hoja de olivo (Gén. 8: 11). En la tercera ocasión, la paloma no regresó (Gén. 8: 12).
Esas tres ocasiones profetizaron que el Espíritu vendría primero al monte Sinaí (Éxodo 19: 20) pero no encontró lugar de descanso, porque la gente huyó con miedo (Éxodo 20: 19). Luego, en el Aposento Alto (Hechos 2: 1) el Espíritu vino de nuevo y encontró a un pequeño grupo de personas que habían vencido su miedo de escuchar la voz de Dios. Eran como la pequeña hoja de olivo que la segunda paloma le había traído a Noé.
La tercera ocasión aún está por verse en la Tierra. Cuando esta paloma sea enviada, no regresará sin llenar toda la Tierra con el conocimiento de la gloria del Señor.
La Tierra tiene un futuro glorioso. No soy el Sr. Doom y Gloom, porque no predico las malas noticias del Antiguo Pacto y su método fallido de salvación. Creo en las “buenas nuevas” de Isaías (Isaías 40: 9; 41: 27; 52: 7; 60: 6; 61: 1).
La palabra hebrea que emplea Isaías es basar, que tiene un doble significado: carne y buenas noticias. Si creemos en el evangelio de Cristo, estamos comiendo su carne como Él nos enseñó en Juan 6: 53. Este es un evangelio del Nuevo Pacto que seguramente tendrá éxito. Por lo tanto, es una buena noticia que Dios ha prometido salvar la Tierra y a toda la humanidad mediante el Diluvio del Espíritu Santo: la tercera paloma.
Lo que se inició en el Sinaí se completará en nuestro tiempo.
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| https://godskingdom.org/studies/ffi-newsletter/2021/hope-in-chaos |
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