18 de junio de 2019
El
efa
de cebada que Rut recogió del campo de Booz representaba una medida
pentecostal del Espíritu Santo. Un efa
es diez omers
(Éxodo
16:36)
pero solo una décima parte de un homer
(Ezequiel
45:11).
Ezequiel
45:10-12
profetiza que el Reino de Dios tendrá pesos y medidas justos.
El
profeta se refería a la Ley de Deuteronomio
25:13-16.
En el versículo 15, la palabra hebrea traducida "medida"
es efa,
que los traductores de la Septuaginta griega representan como metron.
Lo mismo es cierto en Ezequiel
45:11,
donde de nuevo la palabra griega metron
fue
establecida por los rabinos como el equivalente del efa.
Midiendo
la verdad y el Espíritu Santo
34
Porque
el que Dios envió, las palabras de Dios habla; porque Él da el
Espíritu sin
medida
[metrón].
En
otras palabras, según Juan, la Palabra de verdad del Mesías debía
ser ungida por el Espíritu "sin
medida".
Si bien muchos pueden hablar las Palabras de Dios, como Pablo,
"profetizan
en parte"
(1
Corintios 13:9),
porque todavía "ven
débilmente por un espejo"
(1
Corintios 13:12).
Sus palabras no son necesariamente incorrectas, sino que solo exponen
una
verdad
incompleta.
Juan
implica que la porción del Espíritu del Mesías debía ser mayor
que un efa.
Hay tres medidas del Espíritu Santo. Se nos da la primera medida
(omer)
del Espíritu a través de la Pascua cuando somos engendrados por el
Espíritu. Se nos da una segunda medida (efa)
del Espíritu a través de Pentecostés, cuando recibimos el bautismo
del Espíritu Santo. La medida final (homer)
se da a través de Tabernáculos, cuando recibimos el Espíritu Santo
sin medida. Debido a que las tres medidas están establecidas
bíblicamente, todos reciben una justa recompensa con su medida del
Espíritu, ya que cada medida se da de acuerdo con la progresión
desde la concepción hasta el nacimiento. Aquellos que se contentan
con una medida más pequeña del Espíritu en su vida espiritual no
son defraudados al recibir solo un omer
o un efa
del Espíritu. Un efa
es de diez omers,
pero un homer
son 100 omers.
El número 100 significa plenitud o integridad.
Muchos
creyentes evangélicos y fundamentalistas se resisten incluso al efa
(porción pentecostal), estando contentos con un omer. Los
pentecostales se regocijaron al ver una medida de un efa para
ellos, pero muchos no tienen una visión de Tabernáculos. Cuando la
revelación de la Fiesta de Tabernáculos fue entregada a la Iglesia
en el Movimiento de la Lluvia Tardía (1948-1952), la mayoría de las
denominaciones pentecostales la rechazaron y, por lo tanto, quedaron
cegados para la revelación de Tabernáculos.
El
requisito para la madurez espiritual
Eventualmente,
para poder llegar plenamente a la imagen de Cristo, todos deben
progresar a la medida completa del Espíritu, aunque solo sea en la
Edad Venidera. El juicio del Gran Trono Blanco revelará toda la
verdadera naturaleza de Dios, junto con su Plan para salvar a toda la
humanidad, porque en ese momento toda rodilla se doblará
y
toda lengua le confesará (exomologeo,
"profesará")
a Él como su Señor (Filipenses
2:10,11).
La palabra griega significa "reconocer
abiertamente y con alegría".
Además
Pablo dice en Romanos
14:11
que "toda
lengua dará alabanza a Dios",
lo que equivale a declarar que Él es el Señor para la gloria de
Dios Padre (Filipenses
2:11).
Su
profesión de fe otorgará la “justificación
de vida a todos los hombres”
(Romanos
5:18).
Su alabanza y confesión de Jesús como Señor se hará por el poder
del Espíritu Santo, porque 1
Corintios 12:3
nos dice que "nadie
puede decir: 'Jesús es el Señor', excepto por el Espíritu Santo".
Por
lo tanto, no solo todos los hombres serán justificados, sino que
también todos serán llenos del Espíritu. Recibirán dos medidas
del Espíritu Santo en ese momento: la medida de la Pascua y la
medida de Pentecostés.
Sin
embargo, incluso esta no es la medida final del Espíritu, ya que aún
deberán aprender la disciplina de la "ley
de fuego"
(Deuteronomio
33:2 KJV)
mediante la cual puedan llegar a un lugar de madurez espiritual. Por
lo tanto, durante esa Edad de Juicio Divino, la "ley
de fuego"
introducirá su revelación en sus vidas a través de la disciplina
práctica, ya que vivirán bajo la autoridad de los vencedores que
gobiernan y reinan con Cristo.
En
mi opinión, la Edad Final durará 42.000 años, es decir, otras seis
grandes "semanas" de 1.000 años de historia. El tiempo
terminará solo al final de los 49.000 años (7 grandes semanas de
7.000 años), cuando el Jubileo de la Creación se declare al inicio
del quincuagésimo (50º) milenio. En ese tiempo de 42.000 años, la
"cosecha de uva" de la Creación será pisoteada y recibirá
la tercera y última medida del Espíritu, para que Dios pueda ser
"todo
en todo"
(1
Corintios 15:28).
La
medida de Rut
Cuando,
debido a la generosidad de Booz, Rut llevó un efa
de cebada a Noemí, ella estaba profetizando (inadvertidamente, sin
duda) de una porción pentecostal del Espíritu. Siendo este el
momento de la cosecha de cebada (Rut
2:23),
sus recolecciones se realizaron durante el tiempo en que la gente
contaba el
Omer
durante los 50 días previos a Pentecostés. Su efa
contenía una porción mayor que la del judío promedio en Belén.
Sin embargo, el omer
y el efa
eran solo medidas
diferentes.
Su medida
durante ese tiempo era diez veces mayor que la de los otros que
contaban un mero omer. Aun así, ella todavía no tenía la
medida completa (homer), lo que significaría la Fiesta de
Tabernáculos y la plenitud del Espíritu. Su historia nos da una
progresión de los acontecimientos que llevaron al nacimiento de su
hijo, Obed, que se superpone adecuadamente al nacimiento de los hijos
de Dios en el Primer Día de Tabernáculos en la profecía. Ese
evento estaba reservado para una última página de su historia.
Cuando
entendemos cómo la Ley de los Pesos y Medidas tiene aplicaciones
proféticas, podemos ver cómo este pequeño detalle se suma a
nuestra comprensión del Plan Divino General.
Tags: Serie enseñanza
Categoría: Enseñanzas
Autor del blog: Dr. Stephen Jones
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