07/10/2017
10
Si
llega Timoteo, ved que esté con vosotros sin temor, pues él hace la
obra del Señor como también yo. 11 Por tanto, nadie le desprecie.
Más bien, enviadle en paz para que venga a mí, porque le espero con
los hermanos.
¿Por
qué Pablo estaba preocupado de que los corintios pudieran despreciar
a Timoteo? ¿Por qué Timoteo podría tenerles temor? No es que fuera
fuerte y agresivo, sino que era joven y tímido por naturaleza,
carente de confianza en sí mismo y tal vez algo intimidado por la
gravedad de Pablo y otros apóstoles. Así que Pablo le escribió
acerca de ello en 1
Timoteo 4:12,
12
Que
nadie menosprecie tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en
palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza.
6
Por eso os recuerdo que debéis encender de nuevo el don de Dios que
está en vosotros por la imposición de mis manos. 7 Porque Dios
no nos ha dado un espíritu de timidez,
sino de poder, de amor y de disciplina. 8 Por tanto, no os
avergoncéis del testimonio de nuestro Señor, ni de mí su
prisionero; sino uníos conmigo en sufrir por el evangelio según el
poder de Dios.
Aparentemente,
el plan original era que Pablo fuera a Corinto, y que Timoteo fuera
allí delante de Pablo. Pablo estaba preocupado de que los corintios
lo consideraran demasiado joven e inexperto para confiarle las
donaciones para Jerusalén, o incluso el evangelio de Cristo. Pero
Pablo veía gran potencial en él y tenía confianza en él.
En
años posteriores, los santos de Roma consideraban muy bien a
Timoteo. Timoteo debió haber visitado y ministrado a la familia real
británica en Roma, a quien Pablo había escrito su Epístola
a los Santos en Roma.
Rufo Pudente y su esposa británica, Claudia, llamaron a su hijo
Timoteo como el protegido de Pablo del mismo nombre. (Véase el
capítulo
5 de Lecciones
de la Historia de la Iglesia,
Vol. 1 -
http://josemariaarmesto.blogspot.com.es/2015/01/libro-lecciones-de-historia-de-la.html)
Acerca
de Apolos
12
Pero en cuanto a Apolos, nuestro hermano, le animé mucho a ir a
vosotros con los hermanos; y no era en absoluto su deseo de ir ahora,
pero irá cuando tenga oportunidad.
Pablo
había conocido a Apolos en Éfeso, aunque en realidad era de
Alejandría, Egipto. Su introducción se registra en Hechos
18:24,25,
24
Y vino a Éfeso un Judío llamado Apolos, alejandrino de nacimiento;
y era poderoso en las Escrituras. 25 Este hombre había sido
instruido en el camino del Señor; y siendo fervoroso en espíritu,
estaba hablando y enseñando con precisión las cosas concernientes a
Jesús, conociendo solamente el bautismo de Juan.
La
enseñanza de Juan el Bautista había llegado a Egipto, probablemente
a través de uno de los discípulos de Juan, y la familia de Apolos
había respondido a ella. Así que Apolos comprendió las enseñanzas
del precursor de Jesús, pero aparentemente no estaba familiarizado
con los sucesos posteriores, como la muerte y resurrección de Jesús.
Él tampoco había oído hablar de los acontecimientos que cumplieron
Pentecostés en Hechos 2.
Apolos
había sido instruido por Aquila y Priscila en Corinto antes de la
llegada de Pablo allí. Hechos
19:1
dice:
1
Sucedió que mientras Apolos estaba en Corinto, Pablo, habiendo
pasado por las tierras altas, vino a Éfeso y encontró algunos
discípulos.
Aquellos
"discípulos" de Éfeso eran discípulos de Juan el
Bautista, aparentemente conocidos por Apolos, y puede ser que este
grupo haya sido establecido por el propio Apolos. Pablo llegó a
Éfeso mientras Apolos estaba en Corinto. Así, mientras Apolos
estaba siendo actualizado por Aquila y Priscila en Corinto, Pablo
estaba actualizando a los discípulos de Apolos en Éfeso,
dándoles el conocimiento de los acontecimientos que habían ocurrido
después del martirio de Juan.
Recordemos
en 1
Corintios 1:12
y 3:5
que Apolos era bien conocido por la iglesia de Corinto. Tenía tal
estimación que la iglesia estaba en peligro de dividirse en
facciones que amenazaban su unidad. Pero en 1
Corintios 16:12
Pablo se refiere a él como "Apolos,
nuestro hermano",
no mostrando ninguna señal de que se sintiera amenazado. Su
preocupación era por los creyentes corintios, que favorecían a
varios maestros tanto que podrían dividirse en varias
denominaciones.
Pablo
quería que Apolos fuese a Corinto con Timoteo y quizás otros de
Éfeso. Pero Apolos no quería ir en ese momento. Parece que sentía
que tenía demasiado trabajo que hacer en Éfeso en ese momento. Así
que accedió a ir a Corinto en otro momento.
El
hogar de Estéfanas
13
Estad alertas, manteneos firmes en la fe, actuad varonilmente, sed
fuertes. 14 Que todo lo que hagáis sea hecho en amor. 15 Hermanos
(vosotros sabéis que la familia de Estéfanas, que fueron los
primeros frutos de Acaya, y que se han dedicado al ministerio de los
santos) …
Pablo
les animó a "permanecer
firmes en la fe",
y él presenta a la familia de Estéfanas como un ejemplo a seguir.
Recordemos en 1
Corintios 1:16
que Pablo había bautizado a la familia de Estéfanas, cuando ellos
fueron los primeros en creer el evangelio en Acaya, una provincia de
Grecia justo al oeste de Corinto. Parece que pronto se habían
trasladado a Corinto y eran diligentes en su "ministerio
a los santos".
1
Corintios 16:16
dice:
16
para que también estéis sometidos a tales hombres y a todos los que
ayudan en la obra y con afán.
Note que
Pablo no instruye a nadie a someterse a un solo hombre, y
ciertamente no a Pablo mismo. Debemos someternos unos a otros
según cada uno hace el trabajo de ministrar a los santos.
17
Me regocijo por la venida de Estéfanas, Fortunato y Acaico; porque
han suplido vuestra ausencia. 18 Porque han refrescado mi espíritu y
el vuestro. Por lo tanto reconoced a tales hombres.
Éstos eran
probablemente los hombres que habían transmitido la carta de Cloe a
Pablo, diciéndole de ciertas disputas y problemas en la iglesia de
Corinto. No sabemos quiénes fueron Fortunato y Acaico, pero en mi
opinión es probable que fueran hijos de Estéfanas o parte de su
familia. Acaico mismo pudo haber sido llamado por el lugar en el cual
él nació (Acaya). En cualquier caso, poco se sabe sobre ellos, pero
Dios los conoce y recompensará su servicio.
Saludos
finales
19
Las iglesias de Asia te saludan. Aquila y Prisca os saludan de
corazón en el Señor, con la iglesia que está en su casa. 20 Todos
los hermanos os saludan. Saludaos unos a otros con un beso santo. 21
El saludo es de mi mano, Pablo.
Prisca
es el nombre corto para Priscila, sin duda su apodo. Ella y su marido
Aquila estaban en Éfeso en el momento en que Pablo escribió su
carta, a pesar de que habían estado viviendo en Corinto antes cuando
conocieron a Apolos. Habían sido expulsados de Roma por el emperador
Claudio, que expulsó a todos los cristianos y judíos en el año 52
d.C. (Hechos
18:1,2).
Cuando fueron expulsados, se trasladaron a Corinto. Se desconoce si
se habían mudado de nuevo a Éfeso o si sólo estaban visitando
Éfeso (como lo estaba Pablo).
Más
tarde, cuando el decreto de expulsión de Claudio había sido
derogado, volvieron a Roma. Sabemos por la historia de la Iglesia que
había dos iglesias en Roma. Una estaba en la casa de Aquila y
Priscila, mientras que la otro estaba en el Palacio de los Británicos
(Palaticum
Britannicum),
que era la finca de Rufo Pudente y Claudia. La familia Pudente era
una rica familia senatorial, y Claudia (cuyo nombre británico era
Gladys) había sido trasladada a Roma con su familia después de ser
capturada en una guerra. Rufo Pudente fue encargado de llevar a la
familia real a Roma como cautivos, pero en el camino se enamoró de
Gladys, de 16 años.
Cuando
Claudio perdonó a la familia real y adoptó a Gladys, renombrándola
Claudia como el mismo, no pasó mucho tiempo antes de que Rufo y
Claudia se casaran. Su mansión se convirtió en una iglesia de casa
para la familia real y sus criados. Cuando Aquila y Priscila
regresaron a Roma, la segunda iglesia de casa fue establecida, en su
mayoría para los cristianos judíos. (Véase el Vol. 2 de la
Epístola de Pablo a los Santos en Roma, capítulo 17).
La
carta de Pablo fue dirigida a la casa de Pudente, pero estaba
destinada a ser compartida con Aquila y Priscila también. Así que
los saluda allí (Romanos
16:3,4).
El saludo "con
un beso santo"
en ambas mejillas era una costumbre antigua, todavía practicada en
el Medio Oriente hoy y en otros lugares. Tal instrucción implica que
los creyentes en Corinto debían eliminar cualquier división y
permanecer en unidad.
Las
últimas palabras de Pablo
Pablo
firmó con su nombre la carta al final, tomando la pluma de Lucas (su
escriba). A continuación, agregó algunas palabras finales con su
propia letra. 1
Corintios 16:22-24
dice:
22
Si alguno no ama al Señor, sea maldito [anatema].
¡Maranatha!
[el
Señor viene]
23 La gracia del Señor Jesús sea con vosotros. 24 Mi amor sea con
todos vosotros en Cristo Jesús. Amén.
Las
palabras de Pablo son como trueno. La palabra griega anatema,
"maldito", es el equivalente griego del hebreo herem,
"consagrado" o "dedicado a la destrucción". Las
Leyes de la Devoción se encuentran en Levítico 27, donde la
propiedad podía ser "consagrada" a Dios (Lev.
27: 21 KJV).
Tales bienes no volvían a sus dueños originales en el año del
jubileo, sino que permanecían dedicadas a Dios y para uso del
Santuario.
La
propiedad misma no era "maldita". En cambio, aquellos que
pudieran recuperar la propiedad tomarían sobre sí la maldición
divina, por usurpar lo que no era suyo. Así que encontramos que
Jericó estaba "consagrada" a Dios, o "maldita"
(Josué
6:17 KJV).
En otras palabras, todo el oro, la plata, el bronce y el hierro
debían darse a Dios, y cuando Acán tomó algo de esto para sí
mismo, se encontró bajo una maldición.
Así
que cuando Pablo dice: "Si
alguno no ama al Señor, sea anatema",
significaba que todos los creyentes habían sido dedicados a Dios.
Dios entonces los poseía por la Ley de la Devoción. Si alguien caía
y usurpaba su propio cuerpo para sus propios propósitos, era puesto
bajo la maldición de la Ley por robar lo que no era suyo.
Por
supuesto, esto no significa que se suponía que los demás creyentes
llevaran a cabo su ejecución, como exigen algunas otras religiones.
(Incluso la Iglesia ha hecho esto, especialmente en los siglos
pasados.) Tal maldición es para que Dios la ejecute como Él desee.
Maranatha
es
una palabra aramea que significa, "Nuestro Señor viene", o
"Nuestro Señor está viniendo". En este caso, Él viene a
ejecutar juicio sobre los malditos. Pero los creyentes no deben temer
tal juicio, porque ellos han encontrado la gracia, les asegura Pablo.
Pablo los
deja con su amor, que se define en 1 Corintios 13, el capítulo del
amor. Si uno es verdaderamente motivado por el amor en todas las
cosas, entonces está santificado ante Dios. La carta de
santificación de Pablo se cumple en esa sola palabra: amor.
Etiquetas: Teaching Series
Categoría: Enseñanzas
Dr. Stephen Jones
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