TRADUCTOR-TRANSLATE

ESPERAR POR LA DIRECCIÓN DE DIOS, David Wilkerson




EL SEÑOR GUARDA SU PALABRA

David Wilkerson (1931-2011)
October 4, 2017

Nunca me he sentido más indefenso y ansioso que cuando volvimos a la ciudad de Nueva York para iniciar la iglesia “Times Square”. Una vez más, estábamos a expensas de los horarios de los terratenientes y de los superintendentes de edificaciones. Cuando tuve que esperar, me volví impaciente y clamé: “Señor, hay tanto que hacer en Nueva York y tan poco tiempo. ¿Cuánto tiempo tenemos que esperar?”.
Sin embargo, vez tras vez Dios me respondía pacientemente: “David, ¿confías en mí?”.
Ustedes han oído la expresión: “La parte más difícil de la fe es la última media hora”. Yo puedo dar testimonio de mis años en el ministerio, de que el período de mayor prueba siempre es justo antes de que Dios lleve a cabo su liberación.
Hay implicaciones serias cuando no esperamos que Dios actúe. De hecho, con demasiada frecuencia en momentos así, acusamos a Dios con negligencia. Saúl hizo esto cuando actuó impacientemente por su cuenta (ver 1 Samuel 13). Él estaba diciendo, en esencia: “Dios me envió a hacer su obra, pero ahora me ha dejado para que yo me encargue de que todo salga bien. Las cosas se están saliendo de control y pronto ya no habrá esperanza”.
¿Describe esto tu propio pensamiento, a veces? Se nos ordena que esperemos en el Señor y que confiemos en que él llevará a cabo nuestra liberación. Pero cuando nuestros plazos internos vencen, nos enojamos con Dios y nos hacemos daño a nosotros mismos. Al adelantarnos a él, estamos declarando: “Dios no se preocupa por mí, la oración y la espera no funcionan. No se puede confiar en su palabra”.
Sin embargo, Dios nos ha dado la responsabilidad de esperar en él en oración. Confía en él y di: “El Señor guarda su palabra, así que no voy a entrar en pánico, Dios me ha dicho que espere su dirección, y esperaré. Sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso”. En nuestras pruebas, seamos hallados con esa postura de corazón. ¡No en pánico, sino en confianza!





ESPERANDO DIRECCIÓN

David Wilkerson (1931-2011)
October 3, 2017

¡Saúl le dio a Dios un plazo límite! Él no lo declaró con su boca, pero sí en su corazón, Saúl decidió que si una palabra de lo alto, no llegaba hasta una hora determinada, él haría lo que fuera necesario para salvar la situación.
“Y él [Saúl] esperó siete días, conforme al plazo que Samuel había dicho; pero Samuel no venía a Gilgal, y el pueblo se le desertaba. Entonces dijo Saúl: Traedme holocausto y ofrendas de paz. Y ofreció el holocausto” (1 Samuel 13:8-9).
Impacientemente, Saúl se adelantó, actuando pecaminosamente como sacerdote para hacer el sacrificio. Poco sabía que Samuel estaba a la vuelta de la esquina. Cuando el profeta llegó, olió el sacrificio que Saúl había ofrecido y se enfureció ante la impaciencia pecaminosa del rey.
Yo estoy convencido de que Samuel se retrasó porque Dios le dijo clara y exactamente cuándo llegar. Verás, esta fue una prueba para ver si Saúl creería que Dios era confiable.
Dios lo orquestó todo porque quería darle a Saúl un testimonio de humilde dependencia en Él, en todas las cosas, especialmente en una oscura crisis. Pero Saúl reprobó la prueba. Él vio que la situación empeoraba y decidió que se debía hacer algo.
¿Puedes imaginarte a ti mismo en la situación de Saúl? Le oigo razonar consigo mismo: “No puedo soportar más esta indecisión. Dios me envió a hacer su trabajo y estoy dispuesto a morir por su causa. Pero, ¿debo estar sentado aquí sin hacer nada? Si no actúo, todo se saldrá de control”. Saúl sintió una necesidad apremiante de actuar inmediatamente en la situación. Y finalmente su impaciencia lo abrumó.
Aquí es donde a veces fallamos en nuestro caminar con el Señor. En ciertos momentos, no hemos esperado dirección y hemos tomado las cosas en nuestras propias manos porque no nos gusta sentirnos inseguros y ansiosos. Pero el Señor está buscando una dependencia total. Eso significa confiar plenamente en que Él hará lo correcto, de la manera correcta, para nuestro favor. Y significa esperar pacientemente en Él, no con ansiedad, sino en un espíritu de reposo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Agradecemos cualquier comentario respetuoso y lo agradecemos aún más si no son anónimos. Los comentarios anónimos no serán respondidos.