Hace muchísimo tiempo pedí al Señor que me
revelara el significado de las piedras preciosas que adornan los cimientos de la Nueva Jerusalén en
Apocalipsis 21. Varios años después me regalaron un libro muy viejo donde encontré una
sección con el título de "El Significado Antiguo de las Piedras Preciosas". A medida que leía,
el Espíritu Santo me iluminó repentinamente para comprender lo que comparto en las líneas que
siguen. Que el Señor también ilumine tu entendimiento sobre sus significados espirituales,
cuando los apliques a tus propios progresos, tanto en el plano personal como en el espiritual.
1) JASPE: es cuarzo opaco e impuro que se encuentra
en las rocas metamórficas. Denota un proceso de cambio. Todos los creyentes sufrimos esta
metamorfosis, a partir del momento en que somos nacidos del Espíritu de Dios. Aunque el
jaspe es una piedra preciosa muy bella y muy fina, le falta brillo y rareza, pues es muy
abundante, como los millones de cristianos que creen en el Señor. Siempre contiene impurezas, como
todos nosotros.
2) ZAFIRO: significa libre de encantos. Indica que
los múltiples atractivos de Babilonia ya no nos pueden engañar por más tiempo. El zafiro
también denota arrepentimiento, pues quiere decir que hemos renunciado a nuestra discusión con
Dios y abandonamos todas las tradiciones religiosas que en alguna oportunidad tuvieron tanta
importancia dentro de nuestras vidas espirituales.
3) ÁGATA: quiere decir progreso hacia menos
impurezas. Es menos opaca que el jaspe. A medida que respondemos al llamado que Dios siempre
nos está haciendo de ser santos como Él es santo, rechazamos toda impureza de pensamiento
y de obra. Entre más íntima sea nuestra relación personal con el Señor, más
creceremos en Su semejanza, y más vamos a aborrecer y a rechazar el pecado. La Esposa se ha
preparado y se viste de acciones justas, es decir, de lino fino, limpio y resplandeciente
(Apocalipsis 19:7-8).
4) ESMERALDA: descubre falsos amigos y asegura un
amor verdadero. Implica capacidad para discernir con todo poder lo falso de
lo real. El Señor nos da estas capacidades a medida que ve la sinceridad de nuestros corazones
hacia Él. El amor verdadero apenas se puede dar a Jesús cuando la belleza de la ciudad
ramera ya no nos cautiva ni nos encanta más, y cuando Él tiene no sólo el primer lugar sino
también el único lugar en todo. Asimismo, en nuestro crecimiento espiritual es factible alcanzar
un punto donde podemos ver a través de quienes profesan ser nuestros amigos, pero que en
verdad no lo son.
5) ÓNICE: se cree que asegura la felicidad conyugal,
el éxito en el amor y la alegría en la unión. Esto habla de la fiel relación de la
Esposa con Jesús. El adorno con esta piedra significa que ya no tenemos más relaciones
adúlteras con Babilonia. Gozamos con Jesús de una íntima unión personal de amor que nos llena de
gozo y hace que, en comparación, todo lo demás carezca de importancia.
6) CORNALINA (CARBUNCLO o RUBÍ): se encuentra en el
pectoral de Aarón (Éxodo 28:17). Como todo creyente es un sacerdote, puede
interceder ante Dios por quienes están sin Cristo, y también puede proclamar el Evangelio del
Reino. Cuando actuamos como sacerdotes en favor de los incrédulos, se nos adorna con esta
primera piedra sacerdotal.
7) CRISÓLITO: se supone que es el antídoto para la
locura y denota una libertad total de las pasiones malignas. Cuando estamos libres por
completo de la forma sutil de locura religiosa que nos mantenía cautivos en Babilonia, y
que no es el Camino, quedamos en libertad de las malas pasiones que nos hacían amarla y con
las que la amábamos. Entonces somos adornados con crisólito.
8) BERILO: es otra piedra que también aparece en el
pectoral de Aarón (Éxodo 28:20). A medida que madura nuestro compañerismo con el
Padre, progresamos en nuestra comprensión y en nuestra capacidad para obrar como sacerdotes de
Dios. Funcionamos entonces exactamente de la misma manera como Jesús actuaba
en su humanidad, mientras estuvo en este mundo, al representar y revelar a Dios ante los
demás, cuando se nos adorna con el berilo.
9) TOPACIO: denota fidelidad, compañerismo y
amistad. Estas características son resultado de un afecto personal muy estrecho e
íntimo con el Señor.
"14 Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que
yo os mando. 15 Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero
os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a
conocer" (Juan 15: 14-15).
El topacio se reserva para los amigos de Jesús,
completamente leales y dignos de toda confianza y que, además, también se aman entre sí
de manera incondicional.
10) CRISOPRASO: resplandece en la oscuridad. Jesús
dijo que Sus discípulos son la luz del mundo. Sólo podemos ser la luz del mundo cuando
Cristo se haya formado en una manera completa y total en nosotros, y se manifieste en
nuestras vidas a quienes están alrededor nuestro. Muchas actividades "cristianas"
en el nombre de Jesús, no glorifican a Dios, pues a veces hablamos y obramos en una forma más que
impía. El crisopraso se destina para quienes reflejan a Cristo en sus actitudes, palabras y
comportamiento, de manera tal que brillan y resplandecen en medio de las tinieblas del mundo.
11) JACINTO: es translúcido y permite el paso de la
luz, pero la difunde en una manera tan peculiar y especial que quien mira a través del
jacinto no puede distinguir con claridad los objetos que están más allá de él.
Todo profeta adornado con jacinto puede recibir en forma directa de Dios y revelar su luz y su
verdad del Evangelio a los demás. Los que las reciben por medio del profeta no ven ni oyen las
cosas con suficiente claridad. Antes de poder adquirir el adorno de esta piedra preciosa, debemos
crecer en compañerismo con Dios hasta cuando podamos recibir las cosas que ojo no vio ni
oído oyó.
12) AMATISTA: implica sinceridad y es un preventivo
de las pasiones violentas. En todos nosotros se encuentra el deseo de aparecer
como espirituales frente a otros cristianos.
Podemos hablar o actuar sin espiritualidad cuando no
nos observan nuestros hermanos o hermanas; el grado hasta donde hagamos esto,
revelará la insinceridad y la hipocresía escondidas en nuestros corazones. A medida que
maduramos en Dios dejamos de preocuparnos por las opiniones ajenas y vencemos
este deseo de tener buena fama y buena opinión ante los demás. En este punto pasamos a
ser completamente sinceros y permitiremos que los otros vean nuestra verdadera naturaleza y
nuestros verdaderos sentimientos íntimos.
Luego, si hay ira injusta, impaciencia,
intolerancia, u otras impurezas ocultas en nuestro interior, se revelan y se exponen nuestras pasiones violentas.
Quienes nos aman y cuidan de nuestras almas, pueden entonces ayudarnos a vencer estas
cosas, y podremos así ser liberados de sus efectos dañinos para nuestro andar en la vida
interior del espíritu. Sólo quienes de manera voluntaria han despreciado la fama y han muerto
verdaderamente al ego, podrán ser galardonados con amatista.
El Espíritu Santo nos revelará muchísimo más sobre estos temas si tenemos voluntad para oír la voz de Jesús y fijar con firmeza nuestras raíces y afirmar nuestros terrenos en la Palabra de Cristo.
(Fuente: "SALID DE ELLA PUEBLO MÍO", de Peter White)
Gracias por esta iluminación que mientras leía Apocalipsis Capitulo 21, Versículos 19 y 20, me inquietaba mucho y necesitaba respuesta, ya que recordé también a los sacerdotes Levitas del Antiguo Testamento cuando entraban al lugar Santísimo del Tabernáculo en tiempos de Moisés que llevaban en el pecho las 12 piedras
ResponderEliminarNos alegra que sea así. Muchas gracias.
EliminarQue tal si las piedras se refiere a la nueva alineación de planeta junto con todas las estrellas,que dirían ustedes
EliminarGracias por su comentario. No respondemos comentarios anónimos.
EliminarPoderosa enseñanza soy el pastor Victor lagos del misión apostólica y profética Soylavoz honduras
ResponderEliminarGracias al autor Peter White y gracias a usted por comentar.
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