¡AH,
QUÉ LINDO LOBITO! ¿CÓMO SE LLAMA?”
La
Iglesia vive una época muy… especial, para decirlo de alguna manera. A mediados
de los ’80 comenzó, primero en los Estados Unidos, y luego en una buena parte
del mundo, el evangelio de grandes masas. Mega iglesias, súper predicadores,
eventos multimedia de calidad innegable, tele evangelistas archiconocidos,
predicadores viajando en sus jets privados y limusinas al mejor estilo rock
star, estadios de futbol transformados en campañas evangelistas, entremezclados
con escándalos sexuales y de corrupción de igual magnitud.
Sin duda esto ha contribuido a que la Iglesia Evangélica en ciertos países no solo ya no sea un secreto guardado, sino que sea extraño si alguien no la conoce. Lamentablemente esto no ha significado que esta gente, en su gran mayoría, conozca al Señor. Han visto los programas de televisión, participaron de alguna campaña evangelística, pero los escándalos mediáticos de fraude, adulterio, homosexualidad, mentiras, promesas de todo tipo para lograr grandes ofrendas y la inconsistencia del “haz lo que yo digo pero no lo que yo hago” los mantuvieron, o bien lejos de las puertas de las Iglesias o saliendo de ellas a toda velocidad con la promesa de nunca más volver a ser engañados. Conocieron a los “evangélicos”, pero nadie (estoy hablando en términos generales), les mostró al Señor. Iglesias como la de Estados Unidos no tienen el problema de no ser masivas o desconocidas como sucede en España, por ejemplo. Sus medios de comunicación, sus calles y hogares han sido inundados por la “oferta” (léase por favor entre comillas) del evangelio. Todos han sido invitados. No tienen el problema de los monjes encerrados en el convento de un monte escondido. Su mensaje ha estado al alcance de todos. El problema en estos casos es otro.
Sin duda esto ha contribuido a que la Iglesia Evangélica en ciertos países no solo ya no sea un secreto guardado, sino que sea extraño si alguien no la conoce. Lamentablemente esto no ha significado que esta gente, en su gran mayoría, conozca al Señor. Han visto los programas de televisión, participaron de alguna campaña evangelística, pero los escándalos mediáticos de fraude, adulterio, homosexualidad, mentiras, promesas de todo tipo para lograr grandes ofrendas y la inconsistencia del “haz lo que yo digo pero no lo que yo hago” los mantuvieron, o bien lejos de las puertas de las Iglesias o saliendo de ellas a toda velocidad con la promesa de nunca más volver a ser engañados. Conocieron a los “evangélicos”, pero nadie (estoy hablando en términos generales), les mostró al Señor. Iglesias como la de Estados Unidos no tienen el problema de no ser masivas o desconocidas como sucede en España, por ejemplo. Sus medios de comunicación, sus calles y hogares han sido inundados por la “oferta” (léase por favor entre comillas) del evangelio. Todos han sido invitados. No tienen el problema de los monjes encerrados en el convento de un monte escondido. Su mensaje ha estado al alcance de todos. El problema en estos casos es otro.
¿Qué pasó en Chile?
En
Chile, por ejemplo, la popularidad llegó de la mano del dictador Augusto
Pinochet. Este habiendo perdido el apoyo de la Iglesia Católica y del cardenal
Raúl Silva Henríquez, formó una alianza con los evangélicos de ese país. Javier
Vázquez, obispo emblemático de la Iglesia más grande y poderosa de Chile, se
transformó en uno de sus más ardientes defensores. Según la agencia de noticias
ALC, al ya fallecido obispo Vázquez se lo asocia con “el golpe de estado y las
violaciones de los derechos humanos en ese país”. La Iglesia Evangélica dejó de
“pedirle permiso” a los cardenales católicos y pasó a ser la religión oficial
en cuyos templos Pinochet (acusado de miles de asesinatos, desapariciones y
torturas) decidió que se hiciera la fiesta patria “Te Deum” (reunión ecuménica
que antes se realizaba en una catedral católica). Y no solo el dictador
participó de estas reuniones sino que también los “bendijo” con la benevolente
ayuda de librarlos de pagar impuestos en la importación de vehículos, y así
adquirir, como en el caso de ciertos pastores, docenas de Mercedes Benz,, BMW y
Volvo, y con subvenciones millonarias transformando a estos líderes en
empresarios. Enrique Vilches, actual pastor de la Iglesia Metodista Universal,
afirma que en los balances “nunca aparecían los dineros que proporcionaba el
Estado”. Y ello explica, a su juicio, la opulencia en la que viven ciertas
familias de pastores en la actualidad. “En Lonquén se construyeron un
condominio. Casas fastuosas de más de 120 millones de pesos. Autos deportivos
de las mejores marcas” Desde el final de la dictadura en ese país la Iglesia Evangélica
chilena lucha con una gran mancha en su imagen. Los chilenos no pueden dejar de
emparentarla con aquellos años macabros. Como decíamos, su problema en la
actualidad no es como hacerse conocer, sino qué vio la gente cuando los
conoció.
¿Un gay contra la
homosexualidad?
Hace
poco, uno de los asesores más importantes del presidente George W Bush, con el
cual se reunía todos los lunes según el columnista Jeff Sharlet, era el pastor evangélico
de la mega iglesia New Life de Colorado, Ted Haggard, considerado por la
revista Time uno de los 25 evangélicos más influyentes en América, mientras el
Wall Street Journal dijo que era “la cabeza de los 30 millones de evangélicos
pertenecientes a la ‘Asociación Nacional de Evangélicos’.”, ya que era su líder.
Él era uno de los principales opositores al matrimonio gay y la homosexualidad
en los Estados Unidos. Esta asociación bajo su liderazgo estableció que “la
actividad homosexual, como las relaciones adulteras están claramente condenadas
en las escrituras”. Hasta que en Noviembre del 2006 fue denunciado por un
hombre que ejerce la prostitución masculina, Mike Jones, de haber contratado
sus servicios mensualmente por 3 años y haberle pedido que le compre drogas.
Haggard primero negó las acusaciones hasta que viéndose encerrado aceptó su
culpa y dijo haber luchado con esto en “toda su vida de adulto”. Luego se
sometió a un equipo de consejeros quienes declararon que después de 3 semanas
de tratamiento Ted Haggard ahora era “completamente heterosexual”. Ufff…que
lindo…que milagro…En 21 días ya sabían que este hombre estaba totalmente
“sano”. Hoy en día cualquiera puede leer en Internet las miles y miles de
bromas sobre el tema que hacen los no cristianos. El mundo se nos ríe en la
cara.
"El que no recoge, desparrama"
"El que no recoge, desparrama"
Y
también tenemos los escándalos económicos protagonizados por Jim Baker, los
años de contratar prostitutas de Jimmy Swaggart, el renombrado caso del pastor Héctor
Giménez en Argentina y lamentablemente muchos más.
Como ya dijimos, toda esta gente no eran ovejas tímidas escondidas de la luz pública por su gran humildad y deseo de anonimato. ¡No!. Sus predicaciones fueron oídas por millones así como también sus estrepitosas caídas y confesiones. Aunque no condeno a esta gente, no estoy de acuerdo con lo que han hecho y creo que todo esto ha ensuciado mucho el nombre de Cristo y ha servido en gran manera al diablo para alejar al mundo de la verdad.
Muchas veces he escuchado a pastores y líderes orar por un avivamiento y por la salvación de las almas, pero con el tiempo me he dado cuenta que Dios no tiene problema en derramar su poder y a través de milagros, señales y prodigios deslumbrar al mundo. Su problema es qué hacemos luego con ese tesoro tan precioso que constituyen los perdidos. ¿Los usamos para nuestro provecho y ego personal o los cuidamos como mayordomos fieles esperando la venida del Señor que nos contrató? La realidad es que la Iglesia en sus partes más visibles y populares, en una gran mayoría, se ha prostituido detrás del poder, el dinero y la fama. Corren detrás del presidente de turno y celebran el hecho de que concurra a una de sus reuniones (y se jactan ante sus fieles por ser la congregación elegida para tal bendición).
Como ya dijimos, toda esta gente no eran ovejas tímidas escondidas de la luz pública por su gran humildad y deseo de anonimato. ¡No!. Sus predicaciones fueron oídas por millones así como también sus estrepitosas caídas y confesiones. Aunque no condeno a esta gente, no estoy de acuerdo con lo que han hecho y creo que todo esto ha ensuciado mucho el nombre de Cristo y ha servido en gran manera al diablo para alejar al mundo de la verdad.
Muchas veces he escuchado a pastores y líderes orar por un avivamiento y por la salvación de las almas, pero con el tiempo me he dado cuenta que Dios no tiene problema en derramar su poder y a través de milagros, señales y prodigios deslumbrar al mundo. Su problema es qué hacemos luego con ese tesoro tan precioso que constituyen los perdidos. ¿Los usamos para nuestro provecho y ego personal o los cuidamos como mayordomos fieles esperando la venida del Señor que nos contrató? La realidad es que la Iglesia en sus partes más visibles y populares, en una gran mayoría, se ha prostituido detrás del poder, el dinero y la fama. Corren detrás del presidente de turno y celebran el hecho de que concurra a una de sus reuniones (y se jactan ante sus fieles por ser la congregación elegida para tal bendición).
¿En Venezuela?
En
el 2006 en Venezuela, los dirigentes del denominado Centro Cristiano de
Salvación presentaron un proyecto de ley que pretendía convertir al presidente
Hugo Chávez en el “obispo mayor” de los protestantes venezolanos y “reclama”,
según la agencia de noticias ACI, “beneficios económicos”. Este Centro
Cristiano asegura representar a más de 17 mil Iglesias Evangélicas venezolanas.
Según informó el diario El Mundo, el proyecto llamado "Ley del Poder
Eclesiástico Evangélico de la República Bolivariana de Venezuela" fue
entregado a la Comisión de Política Interior por el Consejo Directivo del
Centro Cristiano de Salvación, que conforman Esmelín Lugo y Renato Ramírez. En
el proyecto pedían que las creencias protestantes sean impartidas en todo los
niveles del sistema educativo y se sometían absolutamente "a la autoridad
civil y militar de la República, donde el primer mandatario nacional o
Presidente, es declarado por la Iglesia Protestante Evangélica Cristiana como
“Obispo Mayor”, así como el Ministro de Justicia y el Ministro de la Defensa,
demás miembros del Poder Ejecutivo, gobernadores de estado (...) siempre que
protejan en alguna forma la propagación de nuestra fe y el buen funcionamiento
de nuestra Iglesia". También consideraron deber del Estado y el Gobierno
contribuir con los gastos de financiamiento de los cultos evangélicos, y crear
un fondo de pensiones y jubilaciones para los pastores, reverendos y obispos
evangélicos que hayan cumplido 32 años de actividad.
¡Increíble!. Pero lamentablemente cierto. Qué pasará con la Iglesia en ese país después de que termine el mandato de este hombre. ¿Lo mismo que en Chile? ¿Llegamos al punto de nombrar a un presidente “Obispo Mayor” y someternos a su autoridad a cambio de unas pensiones y jubilaciones y que juguetee un poco con su poder con nosotros? A este hombre ya se lo está acusando de corrupción, asesinatos y autoritarismo, ¿creen que su mandato será eterno?, cuando termine ¿qué? ¿No nos enseñó nada el Catolicismo?
¡Increíble!. Pero lamentablemente cierto. Qué pasará con la Iglesia en ese país después de que termine el mandato de este hombre. ¿Lo mismo que en Chile? ¿Llegamos al punto de nombrar a un presidente “Obispo Mayor” y someternos a su autoridad a cambio de unas pensiones y jubilaciones y que juguetee un poco con su poder con nosotros? A este hombre ya se lo está acusando de corrupción, asesinatos y autoritarismo, ¿creen que su mandato será eterno?, cuando termine ¿qué? ¿No nos enseñó nada el Catolicismo?
¿Sabéis
lo que enfrentó a más gente en países como España contra el Catolicismo? La
propia Iglesia y su apoyo a dictadores como Franco. En su momento les significó
beneficios económicos y políticos pero hoy el papa no sabe cómo hacer para
detener la absoluta incredulidad y desconfianza que impera en el europeo hacia
el Catolicismo. Hace unos días, en un discurso desde el Vaticano dijo que el
mundo “vive como si Dios no existiera”.
Joel Osteen o cómo quedar bien hasta con el diablo
Joel Osteen o cómo quedar bien hasta con el diablo
El
20 de Junio del 2005 el pastor de la Iglesia más grande de Estados Unidos y
escritor del reciente best-seller "Su mejor vida ahora", Joel Osteen,
fue invitado al famoso programa de televisión de Larry King (Larry King Live).
Leamos un poco la entrevista. Estaban hablando del cielo y el infierno y Larry
King, un no cristiano, le preguntó:
“¿Qué
si tú eres judío o musulmán y tú no aceptas en absoluto a Cristo?
Osteen:
“Tu sabes, yo soy muy cuidadoso en decir quien va al cielo y quién no. Yo no lo
sé”.
Larry King sorprendido: “Si tú crees que hay que creer en Cristo, ¿ellos están equivocados o no?”
Osteen: “Bien, yo no sé si creo que ellos están equivocados. Yo pienso que solo Dios juzga el corazón de la gente. Yo pasé un montón de tiempo en la India con mi padre. Yo no sé todo sobre su religión. Pero yo sé que ellos aman a Dios. Yo he visto su sinceridad. Entonces yo no sé”.
De manera que por lo visto Jesús murió solo para los cristianos, el resto, bueno, ya sabes, se salvan con su propia religión y su buen corazón.
Larry King sorprendido: “Si tú crees que hay que creer en Cristo, ¿ellos están equivocados o no?”
Osteen: “Bien, yo no sé si creo que ellos están equivocados. Yo pienso que solo Dios juzga el corazón de la gente. Yo pasé un montón de tiempo en la India con mi padre. Yo no sé todo sobre su religión. Pero yo sé que ellos aman a Dios. Yo he visto su sinceridad. Entonces yo no sé”.
De manera que por lo visto Jesús murió solo para los cristianos, el resto, bueno, ya sabes, se salvan con su propia religión y su buen corazón.
Viendo
sus respuestas siempre sin compromiso, Larry King comienza a intentar empujarlo
con preguntas.
“¿Qué
sobre el aborto y los matrimonios entre personas del mismo sexo?”
Osteen:
“Yo no pienso que el matrimonio entre personas del mismo sexo sea la manera en
que Dios lo entiende. Yo no pienso que el aborto sea lo mejor. Pienso que hay
una mejor manera de vivir la vida. Pero yo no condeno a esta gente. Digo todo
el tiempo que nuestra Iglesia está abierta para todos”.
King:
“¿Tu no los llamas pecadores?” Osteen: “No”
King:
“¿Es esa una palabra que tú no usas?”
Osteen:
“Yo no la uso. Yo nunca pienso sobre eso”.
Aclaro,
que como ya dije, la entrevista es al pastor de la iglesia más grande de los
Estados Unidos, no a una persona recién convertida. Tiene él mismo el programa
de televisión más visto en el rubro religioso de todas las épocas.
Sin embargo en la entrevista impresiona la cantidad de veces que dice no saber cómo responder a ciertas preguntas y prefiere repetir vez tras vez: “No sé, no tengo la respuesta”.
Sin embargo en la entrevista impresiona la cantidad de veces que dice no saber cómo responder a ciertas preguntas y prefiere repetir vez tras vez: “No sé, no tengo la respuesta”.
Un
televidente por teléfono: “¿Alguien me dijo que el diablo finalmente será
perdonado ya que Dios es misericordioso?
Osteen: “Yo nunca he escuchado eso”
Osteen: “Yo nunca he escuchado eso”
King:
“Dios ama a todos, ¿él ama al diablo?
Osteen:
“No lo sé”
Luego
otro televidente sorprendido y algo enojado por las respuestas tibias de este
pastor le dice: “¿Porque tú esquivas las preguntas sobre el cielo? La Biblia
claramente nos dice que Jesús es el camino, la verdad y la luz y el único
camino al Padre es Él. Ese no es realmente un camino de condenación sino de
verdad”
Osteen: “Sí, estoy de acuerdo”
Osteen: “Sí, estoy de acuerdo”
King:
“¿Entonces un judío no se está yendo al cielo?”
Osteen:
“Yo no puedo juzgar el corazón de nadie. No es mi tarea decir este sí, este
no”.
King:
“¿Y que sobre los ateos?”
Osteen:
“Bien, yo dejo el juicio a Dios de quienes van al cielo y quienes al infierno.
Dios mira tu corazón, y solo Él conoce el corazón de las personas”
Uff,
da la impresión que si el mismo diablo hubiera llamado también estaría de
acuerdo. El tema es ser amable y quedar bien con todo el mundo. Por algo lo
llaman el “smiling preacher” (“predicador sonriente”).
¡Uy que aburrido sólo predica el evangelio!
¡Uy que aburrido sólo predica el evangelio!
Nosotros
no juzgamos a la gente, es la palabra que predicamos quien la juzga. Jesús
dijo: “Al que oye mis palabras, y no las
guarda, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al
mundo.
El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero” (Juan 12:47,48).
El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero” (Juan 12:47,48).
Cuando
le decimos a una persona que si rechaza a Jesús se va al infierno no estamos
haciendo otra cosa que predicar el evangelio. Pero si por el contrario decimos
que los ateos, budistas y demás pueden salvarse sin creer en Cristo estamos
negando el único camino de salvación que existe y pisoteando la sangre de
Cristo. Ni más ni menos.
Pero claro decir que los judíos que no creen en Jesús se van al infierno no es un mensaje muy popular en Estados Unidos. Tampoco lo es el infierno, ni nada que pueda incomodar al oyente deseoso de oír lindos mensajes que lo hagan sentir a gusto. Si quieres llenar Iglesias háblales de lo linda que es la vida y lo buenos que son. Jamás confrontes a la gente y cuéntales todo el tiempo de un Dios que es una especie de Papa Noel con muchos regalos y que lo único que hay que hacer es pedirle. A esto le llaman amor y misericordia. La Biblia dice que “el Señor al que ama lo disciplina” (Heb. 12:6). Esto es, en su amor incomparable nos enseña la verdad para que seamos libres y salvos. “Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres” (Juan 8:32).
La Biblia dice en Ezequiel 34:2, 3: “¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No apacientan los pastores al rebaño? Coméis la grosura, y os vestís de la lana; la engordada degolláis, mas no apacentáis a las ovejas”.
Y en Jeremías 6:13,14 dice: “Cada uno sigue la avaricia; y desde el profeta hasta el sacerdote, todos son engañadores. Y curan la herida de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz”.
¡Cuidado, están dentro!
Pero claro decir que los judíos que no creen en Jesús se van al infierno no es un mensaje muy popular en Estados Unidos. Tampoco lo es el infierno, ni nada que pueda incomodar al oyente deseoso de oír lindos mensajes que lo hagan sentir a gusto. Si quieres llenar Iglesias háblales de lo linda que es la vida y lo buenos que son. Jamás confrontes a la gente y cuéntales todo el tiempo de un Dios que es una especie de Papa Noel con muchos regalos y que lo único que hay que hacer es pedirle. A esto le llaman amor y misericordia. La Biblia dice que “el Señor al que ama lo disciplina” (Heb. 12:6). Esto es, en su amor incomparable nos enseña la verdad para que seamos libres y salvos. “Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres” (Juan 8:32).
La Biblia dice en Ezequiel 34:2, 3: “¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No apacientan los pastores al rebaño? Coméis la grosura, y os vestís de la lana; la engordada degolláis, mas no apacentáis a las ovejas”.
Y en Jeremías 6:13,14 dice: “Cada uno sigue la avaricia; y desde el profeta hasta el sacerdote, todos son engañadores. Y curan la herida de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz”.
¡Cuidado, están dentro!
Jesús
dijo: “Si el mundo os aborrece, sabed que
a mí me ha aborrecido antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo
amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por
eso el mundo os aborrece” (Jn. 15:18,19).
Hoy
en día podemos decirle a nuestro Señor: “Ey, no, no te preocupes Jesús. Nos
estamos llevando muy bien con la gente de este mundo. Nos aman. Nos invitan a
sus programas de televisión, a sus gobiernos, es más, hasta estamos por lograr
que el mismo gobierno nos pague nuestras jubilaciones. ¡Qué bueno! ¿No? ¡Cómo
han cambiado las cosas desde que te has ido! Es que la gente aquí no es tan
mala Señor. Mira sus buenos corazones. Son gente simpática ¿no?”.
¿A
qué se refería Jesús cuando dijo: “No
penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz,
sino espada? Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su
padre, a la hija contra su madre, a la nuera contra su suegra” (Mt.
10:34-36).
Nuestro
supuesto éxito en muchos casos no es más que una transigencia y prostitución.
Decimos en algunos países: “Qué bueno el evangelio está entrando en la
televisión y en el gobierno o aquí y allá”. Pero ¿es el evangelio el que está
entrando verdaderamente?
Un Dios con mando a
distancia (a control remoto)
Como
expertos en mercadeo buscamos el mensaje que la gente quiere oír y el tipo de
Iglesia a la que la gente quiere asistir. A cualquier costo. Haya que negociar
lo que sea... Por eso tenemos muchas “Iglesias” pero pocos cristianos (gente
como Cristo), mucha gente en liderazgo pero pocos ejemplos, predicadores muy
elocuentes pero muy poca exposición del evangelio, pastores muy conocidos pero
un porcentaje muy ínfimo que muestran con sus vidas el conocer personalmente a
Dios. No estoy hablando contra los métodos modernos que se puedan usar. Lo que
digo es que como alguien muy bien expresó: “Todo se negocia menos la verdad”.
El problema hoy en día es que en nuestro intento de gustarle al mundo hemos
suplantado el mensaje. Al ver que al mundo no le interesa nuestra predicación
de vivir en santidad, búsqueda de Dios, poner la mira en las cosas de arriba,
morir a la carne, pecado, infierno y todo eso, hemos visto que es mucho más
eficaz obviar estos temas y alimentar sus egos, ambiciones y codicia. “Dios
quiere bendecirte hasta que digas basta”, “vive tu mejor vida ahora, no esperes
al cielo”, “eres el ser más importante de la tierra”, “proclama que esa casa es
tuya y lo será”, “Dios quiere hacer a todos vosotros gente tan rica como
Salomón”, “amate a ti mismo”, “Él quiere hacer alguien importante de ti, un
predicador a las naciones, un apóstol, rico, bendecido, con mucha gente que te
siga, no lo límites”, “serás un hombre exitoso”, “tú puedes”. A esto yo lo
llamo “manipulación de masas”, no predicar el evangelio.
Claro, este tipo de mensaje al mundo le va a encantar.
Claro, este tipo de mensaje al mundo le va a encantar.
¿Cómo
no se nos van a abrir las puertas de la televisión?, si es lo que ellos quieren
oír. Un Dios con mando a distancia (a control remoto).
¿Ya has comprado la nueva
actualización del evangelio?
El
evangelio es otra cosa. “Arrepentíos
porque el Reino de los Cielos se ha acercado a vosotros”, todos nosotros
somos pecadores pero si nos arrepentimos y lo recibimos como nuestro Salvador, “Él es fiel y justo para perdonarnos y
limpiarnos de toda maldad”. Jesús dijo: “si
alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame”.
Pero claro, esto no puede ser popular en estos tiempos tan egocéntricos y
ambiciosos ¿no?
Es
así, de esta manera que los lobos se infiltran en nuestras Iglesias. Pablo le
dijo a los efesios al despedirse: “Por tanto,
yo os protesto en el día de hoy, que estoy limpio de la sangre de todos; porque
no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios… Porque yo sé que después de
mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al
rebaño. Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas
para arrastrar tras sí a los discípulos” (Hch. 20:26-30).
Si compras mi libro, diré
lo que quieras
Estos
lobos “salieron de nosotros” como
dijo Juan (1ª Jn. 2:19). Esta gente “se ha extraviado siguiendo el camino de
Balaam” como escribió Pedro (2ª Ped. 2:15). Balaam fue el profeta que Balac,
enemigo de Israel, “alquiló para
maldecir” (Deu. 23:4). Él lo contrató para que dijera lo que él quería.
Hablan “palabras infladas y vanas, seducen con concupiscencias y disoluciones” (2ª Ped. 2:18), “por avaricia” hacen “mercadería” de la gente “con palabras infladas” (2ª Ped. 2:3), son “maestros conforme a las propias concupiscencias de la gente de este mundo” (2ª Tim. 4:3), predicadores a la carta que dicen lo que le pidas con tal de que compres sus libros, vayas a sus Iglesias o los hagas famosos.
Hablan “palabras infladas y vanas, seducen con concupiscencias y disoluciones” (2ª Ped. 2:18), “por avaricia” hacen “mercadería” de la gente “con palabras infladas” (2ª Ped. 2:3), son “maestros conforme a las propias concupiscencias de la gente de este mundo” (2ª Tim. 4:3), predicadores a la carta que dicen lo que le pidas con tal de que compres sus libros, vayas a sus Iglesias o los hagas famosos.
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