II. NO DEBEMOS SER SEPARADOS DE
CRISTO
Y REDUCIDOS A NADA
En 5:4 Pablo persiste en usar una expresión poco usual y dice: “Habéis sido reducidos a nada, separados de
Cristo, los que pretendéis ser justificados por la ley; de la gracia habéis
caído”. Diferentes versiones interpretan de manera distinta la primera
parte del versículo 4. Con respecto a los que se justifican por la ley, algunas
versiones dicen que Cristo deja de tener efecto en ellos; otras dicen que se
desligan de Cristo; y otras dicen que quedan privados de todo beneficio que se
puede obtener de Cristo. Ser
separado de Cristo y reducido a nada es ser sacado de Cristo y llevado a nada,
es ser privado del provecho de estar en Cristo y desligado de Cristo (Darby),
de tal modo que El deja de tener efecto. Volver a la ley es llegar a ser
arrancados de Cristo, ser separados de Cristo y reducidos a nada.
Las distintas formas de traducir el versículo 4 están implicadas
en esa sola expresión griega. Literalmente, esta expresión significa ser
separados de Cristo y reducidos a nada. Dean Alford dice que una traducción
literal, exacta y precisa sería la palabra aniquilar, la cual en su
significado original quiere decir convertir algo en nada. Por lo tanto, en este
versículo Pablo habla de ser separado de Cristo y convertido en nada, en cero. Él
les estaba diciendo a los gálatas: “Queridos santos, ustedes que pretenden ser
justificados por la ley, han sido separados de Cristo y reducidos a nada.
Ustedes ya habían sido injertados en Cristo, y ya estaban disfrutando las
riquezas de Cristo, pero por volver a la ley y a la circuncisión, ahora han
sido separados de Cristo y reducidos a nada, han sido aniquilados”.
Si una rama de un árbol
inferior es injertada en un árbol superior, disfrutará de todos los beneficios
de ser parte de ese árbol superior. Pero supongamos que la rama injertada es
después arrancada del árbol superior. En tal caso podemos decir que ha sido
reducida a nada, pues por separarse de tal árbol, abandona todos los beneficios
de estar unida a él. Por lo tanto, esta rama se reduce a sí misma a nada por
separarse del árbol, en particular, por separarse del disfrute de las riquezas
de ese árbol. Esto da un ejemplo de lo que Pablo quiere decir en 5:4. Por haber
creído en Cristo y haber sido bautizados en Él, hemos sido injertados en Él, el
árbol rico. Como ramas injertadas en Él, podemos disfrutar Sus inescrutables
riquezas. Mientras permanezcamos injertados en Él, podemos disfrutar todas Sus
riquezas, pero si
renunciamos a Cristo, si dejamos de asirnos de Él de manera práctica en nuestra
experiencia, seremos separados de las inescrutables riquezas de Cristo y
reducidos a nada.
Los gálatas habían sido distraídos y llevados de nuevo a la ley y
a la circuncisión. Al volverse de este modo a la ley, fueron separados de
Cristo y reducidos a nada. Darby dice que fueron privados de todo el provecho
de estar en Cristo y así fueron separados de Él.
Hoy día es difícil encontrar
cristianos que, de algún modo u otro, no hayan sido separados de Cristo y
reducidos a nada. ¿Qué cristianos permanecen injertados en Cristo de manera
práctica para disfrutar de todas Sus riquezas? Admitimos que hay un buen número de cristianos
en el catolicismo. Pero el catolicismo los ha separado de Cristo y los ha
reducido a nada. Lo mismo es verdad de la gran mayoría de los cristianos de las
denominaciones. Los rituales, formas y prácticas han hecho que estén separados
de Cristo y reducidos a nada. Todas estas cosas privan a los creyentes del
provecho de estar en Cristo. Esto también se aplica hasta a las asambleas de
los Hermanos, donde se da mucho énfasis a la doctrina correcta. A muchos de los
Hermanos les interesa más la doctrina misma que permanecer en Cristo y
disfrutar a Cristo. De hecho, ni siquiera es probable que ellos usen la
expresión “disfrutar a Cristo”. A ellos les preocupa las doctrinas; no les
importa cómo tener contacto con el Señor, cómo permanecer en el espíritu, como
habitar en el Señor ni cómo disfrutar las riquezas de Cristo. Todo esto tal vez
sea otro idioma para ellos. Aunque ellos se consideran los cristianos más
apegados a la Biblia, hasta cierto grado ellos también han sido separados de
Cristo y reducidos a nada. Quienes están en el movimiento pentecostal y en el
movimiento carismático también han sido separados de Cristo y reducidos a nada
en cierto modo. A algunos les importa tales cosas como el alargamiento de
piernas y el hablar en lenguas, pero no les importa el permanecer injertados en
Cristo para disfrutar Sus riquezas.
Cristianos de toda clase
han sido separados de Cristo y reducidos a nada de una u otra manera. Una vez
más pregunto: ¿Dónde hay cristianos que permanezcan en Cristo todo el tiempo
para disfrutar Sus riquezas? ¿Dónde están los creyentes que no hayan sido
separados de Cristo y reducidos a nada, que no hayan sido privados del provecho
de estar en Cristo? El hecho deplorable es que los creyentes de todas partes
han sido separados de Cristo y reducidos a nada. Necesitamos orar de la
siguiente manera: “Señor, ten misericordia de nosotros y concédenos la gracia
de que no seamos separados de Ti y reducidos a nada. Queremos permanecer en Ti,
el todo-inclusivo, para disfrutar Tus riquezas”. Le agradecemos al Señor que
por Su misericordia y gracia nos ha preservado en El mismo para que disfrutemos
Sus riquezas.
¡Qué lamentable es la
situación que prevalece entre los cristianos hoy en día! Muchos se preocupan
por las prácticas y las doctrinas, por cierto modo de ser bautizados o por
dones espirituales, pero casi ninguno se preocupa por disfrutar a Cristo como
el Espíritu todo-inclusivo que está en nuestro espíritu. ¡Qué bendición es
poder testificar que nosotros diariamente disfrutamos las riquezas del
todo-inclusivo Espíritu vivificante! Por la misericordia del Señor puedo
testificar que todos los días lo disfruto a Él.
En el mismo versículo
donde Pablo habla de este asunto de ser separados de Cristo y reducidos a nada,
también habla de haber caído de la gracia. Ser separados de Cristo y reducidos
a nada es caer de la gracia. Esto quiere decir que Cristo mismo es la gracia en
la cual los creyentes estamos.
En 5:2 Pablo dice: “He aquí
yo Pablo os digo que si os circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo”.
Los judaizantes hicieron de la circuncisión una condición para la salvación
(2:3-5; Hch. 15:1). Si los creyentes gálatas hubieran recibido la circuncisión,
haciendo que fuera un requisito para la salvación, Cristo no les hubiera sido
de ningún provecho. Por volverse a la ley, automáticamente hubieran tenido que
renunciar a Cristo. A fin de entender el pensamiento de Pablo en 5:2-4, debemos
conocer el trasfondo contra el cual estos versículos fueron escritos. Tal
trasfondo tiene que ver con la promesa que Dios le hizo a Abraham tocante a que
El bendeciría a todas las naciones. Cerca de dos mil años después de que esta
promesa fue dada, Cristo vino como el cumplimiento. Como la simiente, El
cumplió la promesa de que la misma vendría a ser gracia para nuestro disfrute.
Después de cumplir la promesa, Cristo fue hecho el Espíritu vivificante
todo-inclusivo, quien es la misma bendición de la promesa. Como lo indica 3:14,
ya recibimos la promesa del Espíritu como la bendición del evangelio. Por medio
de disfrutar a este Espíritu vivificante, llegamos a ser hijos según el
Espíritu, herederos de la bendición prometida. Este es nuestro estado, nuestra
posición y nuestro disfrute. Por esta razón, en 5:1 Pablo nos exhorta a estar
firmes en la libertad y disfrute que tenemos en Cristo. Pero si nos volvemos a
la ley y a la circuncisión, seremos separados de Cristo y reducidos a nada.
Entonces Cristo no nos será de ningún provecho en nuestra experiencia. Ser así
separados de Cristo y reducidos a nada es caer de la gracia.
La experiencia que Pablo presenta en los capítulos tres y cuatro
en realidad está relacionada con estar injertados en Cristo. Hemos sido
injertados en Aquel que por un lado es la simiente para cumplir la promesa y,
por el otro lado, es el Espíritu vivificante como la bendición de la buena
tierra. Puesto que nuestra posición es la de una rama injertada en Cristo,
podemos disfrutar todas Sus riquezas. Pero si nos volvemos a la ley, nos
separaremos de Cristo, el árbol superior, y seremos reducidos a nada. Seremos
separados de nuestro disfrute de Cristo y reducidos a nada. Entonces Cristo no
nos será de provecho porque habremos caído de la gracia. Al considerar la
situación de hoy, vemos que muy pocos cristianos están firmes en la libertad y
permanecen en su estado de ramas injertadas para disfrutar las riquezas de
Cristo. Por el contrario, casi todos los cristianos han sido separados de
Cristo. ¿Ha sido usted separado de Cristo? ¿Ha sido usted reducido a nada,
privado de todo el provecho que puede ser suyo en Cristo? Espero que todos
nosotros en el recobro del Señor podamos declarar firmemente: “¡No, nosotros no
hemos sido separados de Cristo y reducidos a nada! Nosotros permanecemos en Él
para disfrutar todo lo que Él es para nosotros”.
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