F. En Su ser una delicia para Dios
Podemos
experimentar a Cristo también en Su ser una delicia para Dios. El
Señor Jesús fue siempre una delicia para Dios. En dos ocasiones una
voz desde el cielo dijo: "Este es mi Hijo amado, en quien me
complazco" (Mateo 3:17; 17: 5.). Si hoy vivimos una
vida de Cristo como nuestro holocausto, nosotros también seremos una
delicia para Dios.
Pablo
experimentó a Cristo de esta manera. En Gálatas 1:10 dice,
"Pues, ¿busco ahora el favor de los
hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si
todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo".
Pablo vivió una vida que era una repetición de la vida de Cristo,
agradando a Dios todo el tiempo. Su vida, por lo tanto, era una
delicia para Dios.
Podemos
pensar que Pablo era extraordinario, que su vida era incomparable, y
que su nivel es demasiado alto para nosotros. Sin embargo, Pablo
nos dijo que fuéramos imitadores de él (1 Cor 4:16; 11: 1.). Pablo
era el mismo que somos. Él era un ser humano, formó parte de
la vieja creación, y vivió en la carne. Si imitamos a Pablo en ser un deleite para Dios depende de si vivimos nosotros o Cristo vive en
nosotros. Si
nosotros somos los que viven, no podemos ser una delicia para
Dios. Pero si dejamos que Cristo viva en nosotros y si vivimos
por Cristo y aun vivimos a Cristo, nuestra vida seguramente será un
deleite para Dios. Siempre que
nuestra vida es un placer a Dios, tendremos dentro de nosotros un
sentido de profundidad con respecto a esto. Sabremos que estamos
viviendo una vida que es una repetición de la vida de Cristo y que
es una delicia para Dios.
Creo
que todos hemos tenido al menos una experiencia limitada de esto y
hemos tenido la profunda sensación de que estamos agradando a Dios y es agradable también para nosotros mismos. Muy a menudo, sin
embargo, no somos del agrado de Dios y por lo tanto no somos
agradables, incluso a nosotros mismos.
¿Qué
clase de vida es agradable a Dios? La única vida que agrada a
Dios es la vida que es una repetición de la vida de Cristo vivió en
la Tierra. Una vida que experimenta a Cristo en Sus experiencias
como el holocausto es una vida agradable a Dios. Una vida así
es un placer a Dios.
En
Romanos 14:18 Pablo dice: "Porque
el que en esto sirve a Cristo como un esclavo, agrada a Dios, y es
aprobado por los hombres".
El "esto" aquí se refiere al versículo 17, que nos dice
que el
reino de Dios es justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo. El
que sirve como un esclavo en esto -en el reino de Dios, es agradable
a Dios. Cuando
vivimos una vida del reino, vivimos una vida que es justa y llena de
paz y alegría. La
vida de este tipo es una repetición de la vida de Cristo como el
holocausto, que siempre es un placer a Dios.
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