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DIOS DE TODA CONSOLACIÓN – (III), Administrador



Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.

No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.

Los textos anteriores nos fueron dados como rhema (palabra viva) acompañante, junto con Romanos capítulo 8, para pasar la gran prueba que nos llevaría a la postración o rendición y al posterior cruce del Jordán (en una conferencia de hombres en Madrid, el pastor de Tijuana-México, Enrique Bremer, recomendó memorizar todo el capítulo 8 de Romanos de principio a fin, y de fin a principio, para afrontar la prueba. Sentimos en aquel momento por el Espíritu, en su predicación sobre el río de Ezequiel 47, que para nosotros el agua pronto llegaría al nivel en que ya no haríamos pie y seríamos arrastrados, perdiendo todo control de las circunstancias de nuestra vida). La Palabra es viva y eficaz y produce efectos; y, aunque no sentíamos como que estaba ayudándonos en aquellos oscuros momentos, la verdad es que después pudimos apreciar que nos sostuvo. La Palabra es más viva y eficaz aún cuando el Espíritu nos la disecciona en porciones, frases o palabras, para que la comprendamos mejor y nos penetre a cabalidad. Hagámoslo, pues, con esos dos versículos.

Cuando pases”: No hay duda alguna de que pasaremos por tribulación. El texto no dice que algunos pasarán o que puede que no tengamos que hacerlo. No, no hay escapatoria posible. Don sufrimiento será enviado de visita a nosotros en el tiempo que Dios haya determinado. Prepárese para lo peor, espere lo mejor y acepte no que le llegue.

Por las aguas …, por los ríos ..., por el fuego ...”: Esto nos sugiere diversas pruebas, como nos dicen Pedro y Santiago (Santiago 1:2, 1 Pedro 1:6) y además un escalonado o graduación en la intensidad. Vendrán las pruebas varias o diversas y con una intensidad cada vez mayor, hasta quebrarnos y dejarnos rengos como a Jacob.

Pero Santiago igualmente nos dice, que al final de la prueba nos aguarda la corona de vida. Entendemos que es la vida abundante de Cristo formado en nosotros, de la vida victoriosa, del Shalom de Dios, en recompensa por haberle amado siguiéndole, soportando, permaneciendo, obedeciendo; porque obedecer es amar.

Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.

Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.

Yo estaré contigo”: Se nos asegura que pasaremos, pero, aleluya, el buen Dios nunca nos deja solos. Como dijimos en la parte dos, Su respuesta al sufrimiento es que estará muy cerca de nosotros, ¡tan cerca como nuestro propio aliento! Tan cerca que nunca le sentiremos tan nítidamente sino en medio de las pruebas. El sufrimiento hace a la presencia de Dios lo que la oscuridad a la luz, que cuanto más negra se pone, más brilla. ¡Y Dios es Luz! En el momento más oscuro de la noche es cuando más brillan las estrellas. Es en la nada cuando encontramos el Todo; cuando todo lo demás nos es quitado queda Él y entonces le podemos ver; como dijo Job, ¡Ahora mis ojos te ven! Es cuando llegó al borde de anhelar las algarrobas de los cerdos, cuando el hijo pródigo volvió en sí, recuperando la cordura y pudo tomar el camino de regreso a la casa del Padre. Es, ¡oh gran paradoja! en el paroxismo del dolor cuando el manantial del gozo comienza a brotar. Quebrado el vaso de alabastro, que es nuestra alma o vida anímica, deja que el perfume de nardo puro encerrado, que es nuestro espíritu-Espíritu, se derrame y llene toda la casa y todos lo puedan oler.

Pero estando él en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado a la mesa, vino una mujer con un vaso de alabastro de perfume de nardo puro de mucho precio; y quebrando el vaso de alabastro, se lo derramó sobre su cabeza.

Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume.


Sí, el estará con usted para que no se ahogue, ni el fuego de la prueba le pueda quemar, ni por fuera ni por dentro; sino que será como la zarza ardiente de Moisés que no se consumía. Saldrá de allí como el oro fino, maduro, crecido en fe y en confianza y fortalecido.


Pasemos al segundo de nuestros textos:

No temas, … no desmayes, ...”: El temor es lo opuesto a la fe, es incredulidad. La Palabra de Dios nos exhorta innúmeras veces a no temer. La clave para no temer es el perfecto amor, la perfecta obediencia; descansando en él tenemos paz. También nos anima a perseverar, a no tirar la toalla, a seguir un pasito más. Es cuestión de adentrarse lo bastante en la confianza en Él, para que nos sea más difícil echarnos atrás en ese desierto, que seguir avanzando hasta salir. Que su éxodo personal no sea a un día ni dos de Egipto, sino a tres; para que lo pierda de vista y no pueda ser tentado a regresar (Éxodo 3:18).

Se nos dan un par de razones para no temer y no desmayar. La primera, nuevamente, es que “yo estoy contigo”; la segunda, “yo soy tu Dios que te esfuerzo”.

No es cualquiera el que le acompaña; es Dios y es SU Dios personal. Le conoce tan bien que Él le diseño desde el vientre de su madre y desde antes de la fundación del mundo. ¡Un Dios tan grande y tan cercano! ¿No es maravilloso? Será cuidado por su Dios y Él promete esforzarle. Sí, le dará la gracia que necesite para no desmayar.

pero los que esperan a Yahweh tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.

Siempre te ayudaré, siempre te sustentaré ...”: Siempre, siempre; a ti, a ti. Que la cosa se repita dos veces, dijo José, es señal de que el asunto es firme y que Dios se apresura a hacerla (Génesis 41:32). ¡Animo! Porque aún poquito y el que ha de venir vendrá, y no tardará (Hebreos 10:37).

¿Cómo lo va hacer? “Con la diestra de mi justicia”: El Señor cuando nos hablaba con este texto nos hizo entender que Él no lo hace sólo por amor o misericordia para con sus hijos. Dice que lo hará con la diestra de Su justicia. Es decir, si Él no se cuidara de usted, su hijo, sería un Dios injusto; porque Él ha prometido hacerlo. ¡Su sustento está asegurado por la justicia de Dios! ¿No le ayuda a confiar y a descansar esto? Seguro que al menos un poco de alivio le traerá, como lo hizo con nosotros.

Sí, la justicia de Dios es una buena póliza de seguro, sin duda, la mejor …

Vea el libro completo aquí: http://josemariaarmesto.blogspot.com.es/2016/08/libro-dios-de-toda-consolacion-una.html


(Continuará en la parte 4)

APOC. 18 – P-1: EL ÁNGEL DE LA JUSTIFICACIÓN POR LA LA FE versus EL VINO DE BABILONIA, (Apoc. Nuevo Estudio), Dr. Stephen E. Jones

La Ramera seduce a los Reyes de la Tierra con el vino de la inmoralidad. Debido a que el vino rompe las inhibiciones y los límites morales, promete a la gente el derecho al pecado, especialmente a los pecados sexuales.

28 de julio de 2016


Llegamos ahora a Apocalipsis 18, que se correlaciona con la 18ª letra hebrea tzadík, un anzuelo, lo que representa algo ineludible, un deseo, algo que tira o remolcador. Se ve más claramente en el nombre de Sadoc, que significa "justo, recto, estar en la legalidad".Esto se asocia con el 18º capítulo de Apocalipsis, porque vemos la justicia de Dios sobre Babilonia, ejercida de acuerdo con los estándares justos de Dios.


1 Después de esto vi a otro ángel descender del cielo con gran poder; y la tierra fue iluminado con su gloria.

"Después de estas cosas" se refiere al tiempo en que la Bestia de Diez Cuernos se vuelve contra la Gran Ramera, y se come su carne. Dios usa a la bestia para traer juicio sobre ella. El ángel, de acuerdo a mi revelación personal, es el Ángel de la Justificación por la Fe. Esta clase de justicia contrasta con la justicia que viene por nuestras obras, como dice Pablo en Romanos 4: 4,5,

4 Ahora bien, al que trabaja, el salario no se le cuenta como favor, sino como lo que le es debido.5 Mas al que no obra, sino que cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia.

Pablo también dice que "la fe es por el oír" (Romanos 10:17), por lo que la aparición de este ángel implica un momento en que la gente va a escuchar la Palabra de Cristo, y por lo tanto serán justificados por la fe. Así que en Romanos 4:13 Pablo dice:

13 Porque la promesa a Abraham o a su descendencia de que él sería heredero del mundo, no era a través de la Ley, sino por la justicia de la fe.

Se creía comúnmente en el judaísmo que los justos eran aquellos que eran capaces de seguir la Ley de acuerdo con su voto al Antiguo Pacto en Éxodo 19: 8. Para ello, por supuesto, cada uno de los rabinos prominentes habían ideado su propio conjunto de prácticas para sus estudiantes, que tomaban gran parte del día. El hombre trabajador promedio se encontraba con que era imposible hacer todo lo necesario para alcanzar la "justicia", porque sólo los ricos podían permitirse el lujo de sacar tanto tiempo. Por lo que el "justo" dependía del apoyo financiero de los que tenían que trabajar duro todo el día y por lo tanto eran incapaces de alcanzar tal justicia.

La justicia de la fe, sin embargo, estaba al alcance de todos los hombres, y se elimina una gran carga de la clase obrera. Por desgracia, esto del cristianismo básico se perdió en gran medida con el tiempo, ya que los hombres comenzaron a interpretar la gracia como la intervención divina para ayudar a la carne lograr justicia por medio de sus buenas obras. El Nuevo Pacto se convirtió en poco más que un intento de hacer que la Antigua Alianza tuviera éxito con la ayuda divina.

El Ángel de la Justicia de la Fe trae la verdad que resuelve este problema. Esta es la fuente de luz del ángel que ilumina la Tierra con su gloria. Su venida es el resultado de las oraciones y decretos inherentes a las siete copas de agua que se derramó junto con las copas de vino en Apocalipsis 16. Es así cómo se construye el Reino incluso mientras la caída de Babilonia.


La jaula de aves sucias y aborrecibles
Apocalipsis 18: 2 continúa,

2 Y clamó con voz potente, diciendo: "Cayó, cayó la gran Babilonia! Y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y guarida de toda ave inmunda y aborrecible".

Aquí las imágenes del ángel Babilonia como "un lugar de habitación de demonios", en lugar de ser una morada para el Espíritu Santo. Del mismo modo, se trata de una "guarida de todo espíritu inmundo". Esto no quiere decir que los espíritus impuros están encarcelados allí. La palabra griega phylake se traduce como "jaula" en el KJV y como "un refugio" en La Diaglotón Enfática. Aquí en Apocalipsis 18: 2 parece referirse a una jaula, o casa de aves, como queriendo decir que Babilonia ha capturado cada "ave sucia y aborrecible" que se pudo encontrar y se la llevó a la ciudad.

Los demonios, espíritus impuros, y las aves son todas las formas diferentes de expresar la manera en que Babilonia había sido infestada por toda forma de impureza que fuera posible. Las aves impuras se enumeran en Levítico 13-19. Son aves rapaces que se alimentan de animales muertos que no han sido drenados de sangre. Representan al pueblo sediento de sangre, como, por ejemplo, la gente del Monte Seir (edomitas) en Ezequiel 35:6. Los que están sedientos de sangre son aquellos que no saben cómo hablar "la verdad en amor" (Efesios 4:15), sino más bien hablan con odio. Por lo tanto, Babilonia es una jaula para ambas aves, "sucia y aborrecible".


Salir de Babilonia
Por el contrario, el ángel vino a traer la luz de la Palabra de Dios y el Espíritu Santo para que more en el pueblo de Dios. Él trae el Gran Derramamiento Mundial del Espíritu de los Últimos Tiempos, que muchos creen que vendrá. El resultado será un cambio de rumbo de Babilonia. Jeremías 51:44,45 dice,

44 Y castigaré a Bel en Babilonia, y sacaré de su boca lo que se ha tragado; y las naciones no vendrán más a él, y el muro de Babilonia caerá. 45 Salid de en medio de ella, pueblo mío, y salvad cada uno su vida del ardor de la ira de Yahweh.

Bel, el dios principal de Babilonia, está aquí representado como un monstruo que se traga muchas naciones, como dijo el profeta anteriormente en Jeremías 51:34,

34 Nabucodonosor, rey de Babilonia, me ha devorado y me ha aplastado; él me ha puesto hacia abajo como un recipiente vacío; él me ha tragado como un monstruo; que ha llenado su estómago de mis delicias; él me ha echado lejos [es decir, me ha regado como se riega una copa de bebida].

Babilonia disfrutó de un largo tiempo en el que "devoró" a las naciones, pero al final, Dios hace que Babilonia vomite todas las naciones que se había comido. "Voy a hacer salir de su boca lo que se ha tragado", Dios dice en el versículo 44. Esta es una manera gráfica de decirnos que Dios va a reclamar las naciones que habían sido asimiladas por Babilonia.

El Ángel de la Justicia de la Fe se envía a la Tierra con el fin de dar a la gente algo adonde ir, en lugar de sólo tener que huir de Babilonia. Fue lo mismo cuando Dios sacó a Israel de Egipto. El propósito de la salida de Egipto era ir a la Tierra Prometida. Así también es con la orden de dejar Babilonia para ir a la Nueva Jerusalén. Las naciones deben salir de la oscuridad e ir hacia la luz que trae el ángel. Más tarde Apocalipsis 21:23,24 describe la Nueva Jerusalén,

23 Y la ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella, porque la gloria de Dios la ilumina, y su lámpara es el Cordero. 24 Y las naciones andarán a su luz, y los reyes de la tierra traerán a ella su gloria.

Éstas son las mismas "naciones" y "reyes de la tierra", que previamente habían sido tragados por Babilonia, y que también habían vivido entre las aves sucias y aborrecibles. La destrucción de Babilonia no significa que estas naciones se destruyen, sino que se salvan, porque "el reino del mundo se ha convertido en el reino de nuestro Señor y de su Cristo" (Apocalipsis 11:15). Estos son los países en los que el ángel hace brillar la luz de la Palabra. Debido a que ninguna cosa impura puede entrar en la Nueva Jerusalén, y sin embargo las naciones entran en la ciudad, es evidente que las naciones al final va a estar limpias y caminarán por la fe en Jesucristo como el Rey de reyes.


El vino de Babilonia

3 Porque todas las naciones han bebido del vino de la pasión de su inmoralidad, y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de su sensualidad.

La Ramera seduce a los Reyes de la Tierra con el vino de la inmoralidad. Debido a que el vino rompe las inhibiciones y los límites morales, promete a la gente el derecho al pecado, especialmente a los pecados sexuales. En la historia reciente hemos sido testigos de cómo las naciones occidentales dejaron de hacer cumplir las leyes contra la fornicación, el adulterio y luego, a continuación, las relaciones homosexuales. (Sigue siendo ilegal cobrar dinero por tales pecados, porque eso es un delito comercial hasta que el gobierno sea capaz de gravarlo). Ahora se están preparando para legalizar la zoofilia y la pedofilia. Oro para que el Ángel de la Justicia de la Fe llega a hacer volver los corazones de la gente antes de que vaya tan lejos.

Sin embargo, debemos entender que Dios mismo ha tomado el crédito por hacer que la tierra se embriague con el vino de Babilonia. Dios ha usado a Babilonia como un juicio sobre Jerusalén por su propia inmoralidad y rebelión contra las leyes de Dios. Desde que Jerusalén y Judá ejercieron el Mandato de Dominio, tenían autoridad sobre toda la Tierra, y cuando se rebelaron y se negaron a arrepentirse, su pecado afectó a todos los que estaban bajo su autoridad. Por lo tanto, no sólo Jerusalén, sino que todas las naciones se vieron obligados a beber de la copa. La lista está en Jeremías 25: 15-26, que dice en parte,

15 Por tanto, el Señor, el Dios de Israel, me dice: "Toma esta copa del vino de la ira [la pasión] de mi mano, y haz que todas las naciones, a quienes ahora te envío, lo beban. 16Y ellos lo beberán y se tambalearán y enloquecerán a causa de la espada que yo envío entre ellos"; 17 entonces, tomé la copa de la mano del Señor, y di a beber a todas las naciones, a quienes el Señor me ha enviado, 18 a Jerusalén y las ciudades de Judá, y sus reyes y sus príncipes … 19 a Faraón, rey de Egipto … 20 y a todas los pueblos extranjeros

Cuando entendemos la Ley Divina y la soberanía de Dios, podemos entender por qué las naciones se beben el vino de Babilonia. No debemos limitarnos a culpar a las naciones impías por su mal comportamiento, sino mirar más allá de esto hasta las causas fundamentales de toda esta inmoralidad. Si entendemos la causa, entonces también podremos encontrar la solución.

Las leyes de la Tribulación en Deuteronomio 28 muestran que cuando Israel violó el Pacto rebelándose contra las leyes morales de Dios, Dios juzgó a Israel mediante el envío a la cautividad. Deuteronomio 28:64 dice,

64 Por otra parte, el Señor te esparcirá por todos los pueblos, desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo de la tierra; y allí servirás a otros dioses, de madera y piedra, que tú o tus padres no han conocido.

Dios, efectivamente, dispersó a Israel a través de las naciones, y su idolatría en sí era parte de su juicio divino. La luz de la Palabra debía ser retenida por ellos durante mucho tiempo. Pero ahora hemos llegado al final de los "siete tiempos" de juicio, y pronto el Ángel de la Justicia de la Fe llegará a echar fuera a la oscuridad. Los efectos de la copa de vino que se están desgastando a la salida de la mañana. La larga noche del juicio está llegando a su fin.


Hagámonos a nosotros mismos listos para el nuevo día. Afile su anzuelo (tzadík), si usted es capaz de oír la voz del ángel. Ha llegado el momento de ser pescadores de hombres cuando el Espíritu de Dios se derrame en la Tierra.

Etiquetas: Serie Enseñanza
Categoría: Enseñanzas

Dr. Stephen Jones

UNA NOVIA DE PAPEL, Adriana Patricia Leliòn Lozano


Enlace para descarga/lectura:


NOTA DEL ADMINISTRADOR:
Adriana Patricia es una amiga en Cristo que el Señor nos ha traído recientemente. Ella es un testimonio vivo de los vencedores que salen del horno de la aflicción, sin que sus vestidos ni siquiera huelan a humo. Muy pronto podremos presentarles su libro "En la Escuela del Dolor", que sin duda será de mucha consolación para los que están pasando por pruebas severas. Pueden contactarla en: fueradelcampamento@gmail.com

DIOS DE TODA CONSOLACIÓN – (II), Administrador



El sufrimiento nos visita con diferentes atuendos; se disfraza de problemas financieros o laborales, problemas de salud, incluso enfermedades terminales, accidentes, problemas afectivo-emocionales como divorcios, infidelidades, en forma de depresiones, enemistades, ... En fin podríamos resumir que toca las áreas de salud, financiera y afectiva. Dios permitirá que seamos tratados en todas o algunas de ellas; principalmente en aquello que sea un ídolo en nuestras vidas. Un ídolo es aquello en que pensamos más o demasiado; algo, sobre todo, que amamos más que a Dios; algo que se interpone impidiéndonos la perfecta obediencia en nuestro seguimiento de Cristo. Y, sí, a veces incluso un cónyuge o un hijo pueden ser ese ídolo que tiene que ser derribado, porque nos retiene de poder seguir a Cristo cabalmente, ¡y tiene que ser echado abajo! Los afectos naturales son los ídolos que más nos cuesta vencer, pues cónyuges e hijos, desgraciadamente, suelen estar por encima del amor al Señor y nos coartan de una entrega plena.

Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna.

Mientras el ídolo permanezca estaremos moviéndonos de manera esquizofrénica, con corazón dividido, con doblez de ánimo o intención, pues no podemos servir a dos señores.

Si el dinero es nuestro principal estorbo, Dios nos llevará en un proceso de desasimiento, tal vez permitiéndonos descender al nivel de la pura subsistencia, dejándonos perder trabajo o casas o carros, cualquier tipo de bien patrimonial, ¡o todos! ¡Pero Dios sabe hasta el último grano de arroz que tenemos en nuestra alacena! Seremos mantenidos bien abajo hasta que aprendamos la lección de la dependencia, que viene por ver Su milagrosa mano proveedora actuar una y otra vez supliéndonos y usando a los hermanos para hacerlo si es necesario. Necesitamos ser humildes para para recibir y vencer nuestra “suficiencia”. ¡En más fácil dar que tener que recibir! No podremos conocer al Dios proveedor hasta que seamos despojados. No podremos conocer al Dios sanador hasta que enfermemos y experimentemos una sanación. No podremos comprobar la suficiencia de Dios, hasta que suframos una pérdida emocional grave.

Después de aprendidas estas lecciones estaremos listos y libres para relacionarnos. Seremos insobornables en lo económico y no estaremos continuamente pensando que necesitamos esto o aquello. Podremos adentrarnos en relaciones afectivas, porque estaremos llenos para entrar a ellas a dar, no como sanguijuelas que todo el tiempo dicen ¡dame, dame! ¡necesito, necesito! (Proverbios 30:15). No buscaremos que un padre, un cónyuge o un hijo llene nuestras necesidades afectivas, porque Dios ya las colma, y las relaciones que vengan sólo serán complementos que recibiremos con gozo, pero sin ataduras, pues ya no nos restringirán frente al Señor. Buscaremos antes a Dios que a los médicos y soportaremos muchas cosas sin ir corriendo a echar mano de la pastilla y sin pasárnosla diciendo “me duele aquí, me duele allá ...” (2 Crónicas 16:12). El contentamiento nos presidirá y la paz de Dios será el árbitro en nuestros corazones y no las cosas externas o los afectos humanos (1 Timoteo 6:6; Colosenses 3:15). Estaremos buscando el Reino de Dios y su justicia y todas las demás cosas nos serán añadidas, ¡Sus bendiciones nos alcanzarán sin que tengamos necesidad de estar corriendo tras ellas! (Mateo 6:33; Deuteronomio 28:2). Solamente caminaremos por la alfombra roja de Dios, en la que Sus obras están preparadas de antemano para que caminemos en ellas, según Él nos la vaya desenrollando, un paso a la vez (Efesios 2:10).

Decía San Juan de la Cruz, “¿qué sabe quien no ha sufrido?” Bendito sufrimiento pues. Solo los experimentados en quebranto tienen la auténtica sabiduría de la vida, que viene por el conocimiento y experimentación reales de Dios. Es un auténtico milagro que nosotros podamos convenir en esto; pues cuando sufríamos intensamente lo que hacíamos más bien es quejarnos y gritarle a Dios (hágalo sin tapujos, David lo hacía, no actuaba con hipocresía frente a Dios) y queríamos más bien agarrarlo por el cuello. Le gritábamos a Dios: “¡Para! ¡no aguanto más! ¡este sufrimiento me está haciendo aborrecerte, más que amarte! ¡Mejor quítame la vida!” Sí, estas y otras lindezas le prodigábamos. Para ser sinceros, todavía no estamos listos para amar el sufrimiento, pero al mirar atrás si podemos darle gracias a Dios por lo qué ha hecho en nuestras vidas. Algunos dicen que volverían a pasar por ello una y mil veces, a nosotros todavía nos asusta lo que tuvimos que pasar y sólo nos atrevemos a orar, con nuestra boca pequeña, “Señor haz lo que tengas que hacer, pero cumple Tu propósito en mí; Señor, no retires Tus exigencias, déjame coger resuello y yo me someteré!"

El sufrimiento, cual aguijón en la carne, cuando ya no sea necesario nos será quitado. Mientras fragua en cemento (concreto) el encofrado ha de permanecer, de lo contrario el cemento se derramaría. El pastel saldrá del horno cuando esté hecho. Mientras haya combustible el fuego continuará, y en nuestro caso el combustible en el altar es nuestra carnalidad. El holocausto debe ser completamente quemado. Mirando a atrás podemos regocijarnos de que nuestra cárcel, como la de José, siempre fue una cárcel de oficiales, una cárcel con barrotes de oro. El Señor siempre nos dio algún que otro mimo para poder soportar (1 Corintios 10:13). Al final de la prueba siempre nos espera un oasis, un lugar espacioso donde poder tomar resuello. Como Sadrac, Mesac y Abeb-Nego saldremos sin olor a humo de nuestro horno calentado siete veces, después de haber podido ver allí con nosotros a Uno como el Hijo de los Dioses y esto será evidente a quienes nos rodean (Daniel 3:12 ...). Con Job diremos, “de oídas te había oído, pero ahora mis ojos te ven” (Job 42:5). Job al principio de su prueba se sometió, “En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno” (Job 1:22), pero cuando la prueba continuó, y continuó, y continuó, …, ¡la cosa cambió! y Job se quejaba y argumentaba contra Dios. Sí, él era de nuestra misma pasta, pero al final del túnel vio la luz.

¿La respuesta a quienes están sufriendo, a quienes todavía no son sanados, a quienes esperan una salida a su tormento? “YO estaré contigo, lo que te ocurre de Mí procede”, dice el Señor (Véase: http://txemarmesto.blogspot.com.es/2010/11/lo-que-te-ocurre-procede-de-mi.html). Nada puede tocarnos que no haya sido permitido y pesado previamente por nuestro amoroso Padre; absolutamente nada ocurre por casualidad, sino por causalidad, en la vida de uno de Sus hijos.

Teresita de Lisieux, gran sufridora donde las haya, recibió esta palabra en cierta ocasión: “Para los que tienen fe como un grano de mostaza Dios hace un milagro, pero a Sus amigos íntimos, como Marta y María, prueba su fe”.

Seamos valientes y oremos como hacía Watchman Nee: “Padre, no rebajes el listón que colocaste para Mí, espera un poco y yo me someteré con tu gracia”. Padre danos la confianza para dejarte dormir en medio de la tormenta, pero si el temor nos vence y gritamos para que nos socorras, calma la tempestad. Si nos hundimos mientras vamos hacia Ti caminando sobre el agua, por mirar indebidamente hacia las olas, toma nuestra mano a nuestro clamor.

En cierta ocasión el Señor nos habló a nosotros a modo de una imagen mental: “La vida del cristiano no es cruzar el cable como el funambulista, sino poder vivir en el cable, como si fuera lo más normal y sin ningún temor”. 

¡Bienvenidos a la bendita seguridad de la inseguridad! ¡Alabado sea Su santo nombre!

Vea el libro completo aquí: http://josemariaarmesto.blogspot.com.es/2016/08/libro-dios-de-toda-consolacion-una.html

QUIEN SUPLE CADA NECESIDAD, Mira Sólo a Dios

Quien Suple Cada Una De Las Necesidades
De Bishop K. C. Pillai

No llevéis bolsa, ni alforja, ni calzado; y a nadie saludéis por el camino.
(Lucas 10:4).
Algunos se imaginan que porque Cristo les dijo a sus discípulos que no llevasen provisiones, eso implica que les estaba dando licencia para ser unos mendigos profesionales. Y algunas escuelas Occidentales han dicho que la razón por la que él les instruyó a no saludar a nadie por el camino, se debía a que las personas en el Oriente desperdiciaban mucho tiempo saludándose. Se encontraban el uno con el otro y se ponían a hablar durante mucho rato queriendo saber la vida el uno del otro. Estos escolares sostienen que Jesús no quería que sus discípulos perdiesen su tiempo de esa manera. Estas explicaciones sencillamente no son verdaderas.
Para empezar, Jesús no quería que sus discípulos llevasen dinero y provisiones, porque él quería que dependiesen de Aquel que viste a los lirios del campo y da de comer a los pájaros. Dios sería su suficiencia. Él supliría sus necesidades. Así que en vez de ser "a nadie saludéis por el camino," la traducción correcta es "no solicitéis a nadie en el camino." En otras palabras, ellos tenían que confiar en Dios, no solicitarle o mendigar de aquellos que encontrasen.
Nosotros nos hemos verdaderamente alejado, estamos muy lejos de aquellos primeros días de la iglesia. Hoy en día, cuando un predicador recibe una invitación para predicar a una congregación él quiere saber acerca del salario, las despensas, la casa, los beneficios y todo lo demás. Que confiemos en Dios para que supla todas nuestras necesidades es una historia que leemos en la Biblia, pero no es una historia que uno espera ver aplicada en manifestación en nuestra vida.
Sin embargo Jesús esperaba que sus discípulos pusiesen en práctica aquello que les enseñaba. Y la historia del ministerio de la iglesia del primer siglo contiene elocuentes testimonios del hecho que, más de que cualquier otra generación posterior, su religión fue para ellos una manera de vivir.
Hay una clásica ilustración de incredulidad en la renuencia o rechazo del Rey Salomón a confiar en el Señor, que se encuentra en 1a de Reyes 10:22:
Porque el rey tenía en el mar una flota de naves de Tarsis, con la flota de Hiram. Una vez cada tres años venía la flota de Tarsis, y traía oro, plata, marfil, monos y pavos reales.
No se nos hace difícil pensar que Salomón importase bienes de otros países. Durante siglos y siglos antes de Cristo, mi país, la India, no solo tuvo contactos comerciales con los países de Asia Menor, sino que además les exportó la religión y la filosofía. ¿Pero a qué vienen los monos y los pavos reales?
Al principio de su reinado sobre Israel, Salomón había reflejado la mismísima sabiduría de Dios en sus juicios. Había paz en la tierra, prosperidad económica, y fue él quien construyó el templo para la adoración a Dios. Ningún otro hombre tuvo jamás tan gran oportunidad de ser lo que él pudo ser, y debió ser.
Cuando buscó el consejo de Dios y depender de él, era de hecho invencible. Su fama se extendía a través de todo el mundo. Venían de todos los puntos del globo para oír la sabiduría de Salomón. Y en esta relación con Dios el encontraba seguridad y prosperidad.
Pero muy pronto comenzó a dormirse en los laureles del conocimiento de los sentidos, cediendo a los impulsos sensuales. Se rodeó a sí mismo con cientos de mujeres de todas las partes del mundo. Trescientas de ellas llegaron a ser sus mujeres y setecientas sus concubinas. Dios le había avisado diciéndole que estas mujeres le conducirían a la adoración de sus dioses paganos. Pero Salomón no quiso escucharle, y gradualmente se fue quedando dormido en una vida de total desesperación, llegando a la conclusión de que todo era vanidad y aflicción de espíritu. La traducción Telugú dice así: toda labor (del hombre) debajo del cielo es como un hombre golpeando al aire, y sin encontrar nada de nada.
Mientras más iba estrangulando su relación con Dios, mas intranquilo se sentía en su alma. Ya no podía descansar y depender en Dios para su seguridad. Todos se tornaron sospechosos a su alrededor. Nadie podía ser de confianza. Así que decidió seguir el ejemplo de los demás reyes. Aquí es donde entran los monos.
Muchos monarcas Orientales utilizan monos para guardar y proteger sus palacios. Ellos los entrenan, y les hacen comportarse y actuar de acuerdo con el entrenamiento que han recibido. Por tanto, son más leales que los guardianes humanos, porque las intrigas y las insurrecciones se han dado siempre frecuentemente en las cortes de los Reyes a través de todas las edades. El rey de hecho ponía la confianza de su bienestar físico en las manos de un mono, como un guardaespaldas.
Así que Salomón tenía que equipararse a los demás reyes. Una vez que había cambiado por su libre albedrío la protección de Dios, por conducir su vida de la misma manera que los demás monarcas, él ahora tenía que volverse y adquirir para sí el mismo tipo de protección en que confiaban aquellos reyes.
Tal vez estés pensando que esta sea una historia de tristes sucesos del estado de Salomón. Y yo concuerdo. Y también estoy seguro de que tú concuerdas que su miseria fue auto-impuesta. Él mismo fue su peor enemigo.
¿Pero qué es lo que ocurre con la gente de Dios? Él nos ha prometido protegernos, guardarnos como a la niña de Sus ojos. Pero eh aquí, hallo que la mayor parte de los cristianos no tienen la serenidad que proviene de la certeza del conocimiento de que el ángel del Señor acampa alrededor de los que le temen, y los defiende (Salmos 34:7). Nosotros creemos en nuestros pensamientos que todas las cosas nos ayudan a bien a los que amamos a Dios (Romanos 8:28), sin embargo no creemos en nuestro corazón también que no seremos sacudidos y zarandeados por cada problema que nos asedie. Nos daríamos cuenta de que, en todas las situaciones, nosotros, a través de Cristo, somos vencedores. En medio de cada una de las furiosas tormentas, entonces, podríamos obtener la victoria, si sabemos con toda la certeza que estamos en las manos de Cristo, quien nunca perdió una sola batalla.
Nuestro vivir cotidiano se encuentra tan alejado de Cristo, que no podemos sentir su protección, poder y presencia. Y en vez de confesarle nuestro pecado y buscar la faz de Dios, nos volvemos, como Salomón y los otros Reyes Orientales - a "los monos" de nuestro tiempo, de los cuales esperamos que nos den protección y que nos cuiden y miren por nosotros.
Desde que Salomón dejó de reconocer la sonrisa de Dios en su vida, se tuvo que volver a otros lugares buscando la prosperidad. Así que mandó traer pavos reales. Los pavo reales eran el símbolo de la presencia de Dios. La idea era que donde había un pavo real, allí se encontraba la bendición y la prosperidad de Dios. Las plumas de pavos reales se utilizaban para bendecir, se daban como ofrendas a las personas para que pudieran tener prosperidad. Así que, aquí vemos una vez más que Salomón estaba en sintonía con la tradición de los hombres, en vez de con la voluntad de Dios.
La mayor parte de nosotros somos como Salomón a este respecto también. Pensamos que nuestra suficiencia se encuentra en la cuenta del banco, en la reserva de fondos, despensas, negocios y propiedades. Cuando nuestra "seguridad" se halla en estas cosas, una vez que se evaporan, nos quedamos a dos velas, sin nada. Sin embargo aquel que confía en Dios de manera íntima no se necesita preocupar con ninguna de sus necesidades. Dios le ha prometido que se ocupará de ellas y las suplirá una a una, y Él no puede fallar nunca. Sus promesas no son solo para los buenos momentos, sino para todos los tiempos.
La promesa a los discípulos en el texto es una promesa para ti. Las palabras que escribió Pablo a la iglesia de los Corintios son para cada creyente:
Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra. (2a Corintios 9:8)


Del Libro  “Orientalismos de la Biblia” (Vol.1)
Traducción Española por Juan Luis Molina
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