La Paz de Cristo siempre está presta,
Al corazón humilde que en su Gracia espera.
El mundo me quiera dar su paz fría,
Perdón! Lo siento! siempre le digo,
La Paz de Cristo es mi cobija,
que me acompaña de noche y día.
Un pajarillo es el ejemplo
de esa Paz que es sin medida,
Cuando pintores pintaron sus cuadros
representando lo que percibían;
El primero pinta un mar despejado
con sol bañado y oasis bronceado;
El segundo pinta un bosque encantado,
con dulces praderas y flores colgantes;
Pero aquel último pintor dibuja el desastre
de un terremoto y truenos desafiantes;
Sin embargo, en el rincón de aquella rama insignificante:
aquel pajarillo con su rostro radiante,
Cual rostro de ángel que anuncia en la escena,
la Paz que el problema no puede quitar.
Yo quiero La Paz que el mundo no da.
Y así algún día por siempre estar
En tus Brazos eternos de Dicha y Bondad.
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