Porque Él venció en la muerte la conjura
de las malignas fuerzas de la historia,
seguimos no a un héroe ni a un mártir,
seguimos al Señor de la victoria.
Porque Él al pobre levantó del lodo
y rechazó el halago del dinero,
sabemos dónde están nuestras lealtades
y a quién habremos de servir primero
Porque Él habló de cruz y la cargaba,
de senda estrecha y la siguió sin pausa,
seguir sus huellas es nuestro camino,
con Él sembrarnos: esa es nuestra causa.
Porque Él habló del Reino sin cansancio
y nos llamó a buscarlo una y mil veces,
debemos hoy entre mil reinos falsos
buscar el único que permanece.
Porque Él es el Señor del Universo
principio y fin del mundo y de la vida,
nada ni nadie usurpará Su trono
ni detendrá Su triunfo y Su venida.
Por eso, pueblos de esta Tierra hermosa,
que han conocido siglos de opresiones,
afirmen sus espaldas agobiadas,
y eleven al Señor sus corazones
Y todos los cristianos, sin distingos,
que hemos usado en vano el Nombre Santo,
enderecemos presto los caminos,
antes que nuestras risas se hagan llanto.
Porque Él vendrá por sendas conocidas
o por ocultos rumbos ignorados,
y hará justicia a pobres y oprimidos
y destruirá los antros del pecado
Y entonces sí, la Iglesia Verdadera,
la que dio santos, mártires, testigos,
y no inclinó su frente ante tiranos,
ni por monedas entregó a sus hijos,
Ha de resplandecer con esa Gloria,
que brota no del oro ni la espada,
sino que nace de esa cruz de siglos
en el oscuro Gólgota enclavada.
Al Padre gloria, gratitud al Hijo
y al Santo Espíritu la alabanza.
Vayamos hoy al mundo sostenidos
por el amor de Cristo y Su esperanza.
Federico Pagura
(Por gentileza de E. Josué Zambrano Tapias)
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