25 de enero de 2018
El escándalo de espionaje ha dado un nuevo giro.
Conozco desde hace al menos 20 años cómo el gobierno de EE. UU. espía legalmente a ciudadanos estadounidenses. Lo hacía mucho antes de la llamada Ley Patriota en 2001.
Las agencias de inteligencia de los EE. UU. Simplemente se alejan de sus actividades de espionaje. Piden a las agencias de inteligencia británicas que espíen a ciudadanos estadounidenses y, a cambio, espiamos a ciudadanos británicos en su nombre. De esa forma, es "legal". Nadie espía a su propia gente.
Ahora ha aparecido una carta en la que la agencia de espionaje británica le pide permiso a la Primer Ministro, Theresa May, para espiar al presidente Trump en noviembre de 2016, poco después de las elecciones. Lo llamaron "Operation Fullsome". La carta dice que el presidente de los EE. UU. (Obama) lo había solicitado. También dice que la oficial del Departamento de Estado de los Estados Unidos, Susan Rice, había solicitado una extensión de 90 días de esta actividad de espionaje, para seguir espiando a Trump incluso después de su elección.
Presumiblemente, esto era para tratar de evitar que Trump asumiera el cargo en enero de 2017.
Categoría: América
Dr. Stephen Jones
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