EL PROCESO
Hagamos un breve resumen de lo que hemos dicho:
la Verdad, la Visión y la Promesa... nos han venido por
revelación del Espíritu.
Hemos aceptado esto, lo hemos abrazado, lo hemos
gozado y nos hemos deleitado en este proceso, y
esperamos pacientemente en Dios para que nos lo
haga realidad.
Entonces aparece cierto sentimiento de cansancio y
de frustración, y descubrimos que es como si no consiguiéramos
que Dios se apresurara con Sus planes.
El fervor humano interviene... y nos convencemos
(o nos convencen los demás) de que la Promesa no es, en
verdad, tan completamente inalcanzable como habíamos
pensado... que está en nuestras manos el poder
alcanzarla... pues sólo basta conque tomemos a Agar, y
ella se cumplirá.
¡Seguro que se cumple! ¡Habrá una concepción y un
gran nacimiento, y un joven que crece hasta alcanzar la
madurez!
Y Dios calla... y no dice nada hasta cuando llega Su
hora. Entonces, El aparece en escena, y dice: “¡No!
¡Este no...!”
“Este que yo voy a crear no será obra de la
ingeniería humana. Ni será en parte humano y en
parte obra de Mi Espíritu.” (Usted ya lo sabe: “Ayúdate
que yo te ayudaré... empiece en la carne y, en
alguna parte, Dios entrará en la escena y se encargará
de ella”).
Dios dice:
“Porque mis pensamientos no son
como vuestros pensamientos; ni vuestros
caminos, como mis caminos...”
(Isaías 55:8 SEV).
Dios dice:
“...No con ejército, ni con fuerza, sino
con mi Espíritu, dijo el SEÑOR de los
ejércitos”
(Zacarías 4:6 SEV).
Dios dice:
“...¿Habiendo comenzado por el Espíritu,
ahora os perfeccionáis por la
carne?”
(Gálatas 3:3 SEV).
Démonos cuenta dónde vamos a empezar y dónde
vamos a terminar “por el Espíritu.”
Dios dice que si ustedes no son “guiados del Espíritu,”
entonces están “bajo la ley” (Gálatas 5:18).
Dios dice que El está buscando un pueblo cuyos
miembros le “adoraran en ESPIRITU y en VERDAD” (Juan
4:23).
Dios da por supuesto que el pueblo de Abraham de
esta hora está preparado para abandonar a sus muchos
Ismaeles, con el fin de que los verdaderos Isaac de la
promesa de Dios puedan nacer. Y recordemos que Sara,
la mujer estéril, será la que dé a luz. Que Agar menosprecie
a su señora ante sus propios ojos, por causa de su
presente fertilidad. Pero el estéril y completamente
desamparado pueblo de Dios va a REIR el día en que
nazca Isaac (Isaac significa “risa”)... y no será la risa
frívola de Agar, sino la risa de la victoria y del triunfo y
del regocijo por la fidelidad de Dios, que ve el estado de
abatimiento del pueblo estéril e infecundo que encontró
GRACIA ante Sus ojos, a causa de su espíritu contrito y
quebrantado. Se nos tilda de perezosos y holgazanes, si
no nos entusiasmamos con las muchas campañas y con
los programas de la Iglesia para la edificación del Cuerpo
de Cristo. Dios dice que el perezoso es el hombre que
no aprende a tener PACIENCIA: “que no os hagáis perezosos,
sino imitadores de aquellos que por la fe y la
paciencia heredan las promesas” (Hebreos 6:12 SEV). Y en
el contexto inmediato, es de Abraham y de Sara de
quienes Dios está hablando.
Los que han aprendido a valorar la Paciencia en su
vida, saben que se requiere mucho más ejercicio espiritual,
y esfuerzo por esperar ante Dios, hasta cuando
usted conozca Su guía y Su dirección, que para seguir un
buen plan o un buen programa de los elaborados por
usted. Requiere un grado más alto de obediencia para
descubrir lo que Dios está exigiendo de nosotros, y para
hacer lo que El disponga, que para seguir con un buen
programa bien intencionado y proyectado en algo que
sea humanamente tangible y realizable y que, de suyo,
tenga mucho que mostrar.
(Tomado de la Introducción al libro de
GEORGE H WARNOCK
GLORIA EN LUGAR DE CENIZA I. LA FAMILIA DE DIOS)
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