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EL PELIGRO DE NO JUZGAR. Chuy Olivares.

EL PELIGRO DE NO JUZGAR.
Chuy Olivares.

Trataremos de responder varias preguntas: ¿Será correcto juzgar conforme a las Escrituras? ¿Qué tal denunciar las falsas doctrinas? ¿Y denunciar a los falsos maestros? ¿Será correcto dar nombres? ¿Denunciar a los apóstatas?

Muchos cristianos aseguran que no se puede denunciar, que es incorrecto. Ellos aseguran que quienes denuncian “les falta amor y que en lo que juzgan, serán juzgados”. Pero, ¿qué dice la Biblia al respecto? Un pasaje mal empleado es “No juzguéis, para que no seáis juzgados” (Mat 7:1). Si solo leemos este versículo, sí parece decir que no podemos juzgar. Pero, estudiemos todo el pasaje porque para interpretar un texto hemos de considerar el contexto.
La frase no juzgar viene del gr. krino: hacer diferencia, discernir, condenar, decidir castigar, hacer juicio. No juzguéis para que no seas juzgados – en el griego “condenados“. Es decir, la misma sentencia que damos, esa misma recibimos.
La razón para no juzgar está en el versículo siguiente: “Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido". (Mat 7:2). Aquí la palabra empleada para juicio es el griego Krima, una variante de Krinos. Significa “veredicto que se hace en las faltas de otro”. La misma sentencia que das, es la que vendrá sobre ti. Veamos el final de la frase “con la medida con que medís, os será medido”: Con la medida: gr. metrón (de donde se deriva metro). Significa medida, porción. Con que medís: implica medir una cantidad. Os será medido: medir de igual manera. Hasta aquí, parece que es prohibido juzgar pero sigamos con el pasaje: ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? (Mat 7:3). Paja aquí se refiere a una ramita seca, siendo una metáfora de una falta y la frase “echas de ver” implica considerar, reflexionar con mucho cuidado. Jesús usa “viga”, refiriéndose a un tronco. ¿No has considerado que tu eres peor que aquel a quien juzgas? Es la pregunta de Jesús.
Jesús está haciendo un contraste metafórico de una falta igual que cometieron el acusado y el acusador: el acusador está haciendo juicio sobre una falta que él también cometió. El mismo pecado que está acusando, él lo tiene en su vida.
Por tanto, ¿con qué calidad moral podemos tratar de sacar una falta que nosotros mismos hemos cometido?. Esto es hipocresía (y más adelante lo dice). Es como el borracho que reprende al borracho. Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo (Rom 2:1). “¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano” (Mat 7:5).
Jesús dice aquí: ¡actor, hipócrita!. Está rechazando la conducta hipócrita del acusador. Saca primero: límpiate primero de ese mismo pecado que condenas y que tienes. Saca ese tronco de tu ojo y la siguiente frase es clave en la comprensión del texto: y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano. Es decir, como consecuencia, verás bien. En el original dice: Verás claramente, recuperar la vista espiritual para sacar la paja del ojo de tu hermano.
Pregunta: ¿está prohibiendo Jesús juzgar en este pasaje?
NO. Lo que él está condenando y reprobando es que se juzgue y se condene algo que nosotros mismos estemos haciendo o dejando de hacer. Por ejemplo: es como si yo tuviera amargura contra alguien y llego a la iglesia a predicar del perdón; exijo que otros perdonen pero yo mismo no perdono. Estoy enjuiciando a la oveja pero estoy igual o peor de resentido. No tengo calidad moral para hacer esto. Otro ejemplo sería que vengo a predicar sobre las finanzas y el diezmo. Doy un sermón y acuso de ladrones a los que no diezman, menciono Malaquías y soy bien duro en el mensaje, pero resulta que yo mismo no diezmo. (Aprovecho aquí para decir que los pastores también debemos diezmar). No puedes predicar del diezmo si no diezmas. Sería hipócrita al hacerlo.

Juicios en la Iglesia: 1 Cor 5:1-11 Un caso de inmoralidad sexual.
“De cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y tal fornicación cual ni aun se nombra entre los gentiles; tanto que alguno tiene la mujer de su padre. (2) Y vosotros estáis envanecidos. ¿No debierais más bien haberos lamentado, para que fuese quitado de en medio de vosotros el que cometió tal acción? (3) Ciertamente yo, como ausente en cuerpo, pero presente en espíritu, ya como presente he juzgado al que tal cosa ha hecho. (4) En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo, (5) el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús. (6) No es buena vuestra jactancia. ¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa? (7) Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. (8) Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad. (9) Os he escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios; (10) no absolutamente con los fornicarios de este mundo, o con los avaros, o con los ladrones, o con los idólatras; pues en tal caso os sería necesario salir del mundo. (11) Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis. (12) Porque ¿qué razón tendría yo para juzgar a los que están fuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro? (13) Porque a los que están fuera, Dios juzgará. Quitad, pues, a ese perverso de entre vosotros”. (1Co 5:1-13). 
En el v.1 leemos que se trataba de un caso de fornicación e incesto. ¡Qué vergüenza! Es la expresión de Pablo porque esto no se da ni entre gentiles. Ante el v.2 algunos le dirían a Pablo que sacar a alguien de la iglesia es falta de amor. En el v.3, cuando Pablo dice “ausente en cuerpo, pero presente en espíritu, ya como presente he juzgado al que tal cosa ha hecho”, está diciendo que él ha decidido disciplinar y castigar al que ha hecho esto. No se refiere de ninguna manera a desdoblarse o cosa parecida.
El reclamo de Pablo es que la iglesia de Corinto no había hecho nada. Ellos se jactaban de sus dones, hablaban en lenguas, pero tenían este pecado vergonzoso. “En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo” (1Co 5:4). Como ya mencioné, esto no se refiere a esoterismo. Es una expresión para decir que “estamos de acuerdo, yo les apoyo”. El tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús. (1Co 5:5)
¿Cómo es que los cristianos de hoy no tienen la capacidad de juzgar y de hablar claramente del tema de la disciplina del Señor? El Error de Pablo hubiera sido juzgar este pecado si él también hubiera estado en pecado, pero su vida era limpia, por tanto tenía la autoridad moral y el respaldo de Dios para excomulgar a este hombre; juzgarlo y como veredicto entregarlo a Satanás.

Cuando Jesús – con la mujer adúltera – les dice que “el que esté libre de pecado que tire la primera piedra”, ellos se fueron porque hacían lo mismo. Si yo estuviera manipulando a las ovejas para sacarles dinero no podría hablar contra este pecado, pero como no lo hago, tengo la autoridad moral para denunciar a los estafadores de los púlpitos. Si Jesús en Mateo hubiese prohibido juzgar, ¿cómo habría dicho Mat 24 “cuídense de los falsos maestros": disciernan, vean, juzguen su mensaje para no ser engañados?. Veamos los siguientes versículos:
En Juan 7:20 dice que “Respondió la multitud y dijo: Demonio tienes; ¿quién procura matarte?”. Jesús, en el v.24 contesta: “No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio”. Jesús no está diciendo que no juzguen, está diciendo no juzguen mal. No se trata de callar y “dejárselo al Señor”. No podemos juzgar según las apariencias, sino bien sustentados.
Veamos este texto:
“Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. 16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?” (Mat 7:15-16). “Guardaos": en el original es “prestar atención a, tener cautela por, escuchar”. Jesús sí nos invita a juzgar rectamente, con justo juicio, juzgar los frutos, no las apariencias. Frutos, como ya lo he mencionado, no es llenar un auditorio. “En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie”. (1Co 2:15)
Juzguemos según lo espiritual no por las apariencias.
Hay quienes por las apariencias juzgan el fruto de una iglesia, ven la calidad del auditorio de alguna megaiglesia, se impresionan por las riquezas y suntuosidad que ven y creen que Dios está con ellos por esto. No necesariamente el lujo refleja obediencia.

En Guatemala, en cierta Iglesia, estaban recogiendo la “ofrenda” (lo digo entre comillas, pero en realidad era el tiempo del robo) y empezaron a pedir de ciertos montos para arriba (¿desde cuándo se le dice a la gente cuánto dar?). Casi no pude creerlo cuando anunciaron que en el banco tal estaban dando créditos a los miembros de esa congregación. ¡Qué horror!, eso sí es manipulación. No juzgar y discernir que esto está mal, es caer nuevamente en el oscurantismo.
De los versículos favoritos que mencionan para impedir el buen juicio es el de David cuando dice que no puede tocar al ungido de Jehová. Sin embargo, en el original tocar se refiere a “agredir físicamente”. No confundamos “agredir físicamente” con “juzgar sus delincuencias”. A muchos pastores les encanta que la gente se someta a ellos, pero… veamos el siguiente texto: “Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe”. (Heb 13:7). ¿No dice acaso aquí que juzguemos su conducta? Entonces, imitamos su fe y nos sometemos a ellos. Pero si su conducta no es de Dios, cómo vamos a avalar sujeción.
“He aquí, por tercera vez estoy preparado para ir a vosotros; y no os seré gravoso, porque no busco lo vuestro, sino a vosotros, pues no deben atesorar los hijos para los padres, sino los padres para los hijos“. (2Co 12:14). Este es un punto importante a considerar en la conducta de un pastor: ¿busca a las ovejas o busca lo material que tienen las ovejas? No hace mucho una señora me contó que fue a un concierto “cristiano” y pagó un lugar VIP. Pues estando ahí adelante, “las hermanas” solteras le gritaban al cantante “Papacito, te amo, las quiero contigo”. El cantante las miraba y se reía… ¿por qué él no detuvo esta conducta? La señora se tuvo que salir pues no resistió más lo que veía y escuchaba. ¿Qué sigue? es la pregunta en estos casos. ¿Será que falta poco para que se quiten sus prendas íntimas y se las tiren al hermano?
Juzguemos por favor este tipo de situaciones y hagamos algo al respecto. 
Frutos: No podemos hacer de los milagros y los grandes eventos nuestra medida para juzgar. Hasta Judas hizo milagros. El anticristo hará que una estatua hable. Los brujos de San Martín hacen milagros y dicen “en el nombre de Jesús”. Ahora, ya tenemos “la virgen del colchón”: acá cerca en Sayula, Jalisco tienen un pesebre y cuando le iban a cambiar las sábanas dicen que quedó la “imagen del niño en el colchón”, pues ahora le están ofreciendo flores al colchón. Ya tendremos el santo del zapato, la virgen de la lámpara y la virgen de la llanta del camión. Con lo milagroso la gente juzga mal, creyendo que es Dios quien los está apoyando.
¿A qué fruto se refería Jesús? El usó la palabra griega carpos, refiriéndose a frutos de la nueva naturaleza.
¿Cómo vivía Jesús? Esto nos da una medida correcta, después de todo, él es nuestro modelo. En Gálatas también se usa la palabra carpos: amor, gozo, paz, paciencia, bondad, fe, templanza, dominio propio. Estos son evidencias de que estamos llenos del Espíritu. No se trata de milagros ni de estadios llenos.

Juan 15 también habla de frutos. “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. (2) Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. (3) Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. (4) Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. (5) Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”. (Juan 15:1-5). Sin él nada podemos hacer: refiriéndose a dar frutos espirituales, no a hacer grandes conciertos.
“Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo“. (1Jn 4:1) ¿No es acaso aquí probad: juzguen, disciernan, vean?. “Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos“. (Rom 16:17) Aquí no solo se nos advierte a juzgar, sino también a apartarnos de los tales.

Por último: ¿Es bíblico dar nombres?:
“Mas evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad. (17) Y su palabra carcomerá como gangrena; de los cuales son Himeneo y Fileto, (18) que se desviaron de la verdad, diciendo que la resurrección ya se efectuó, y trastornan la fe de algunos“. (2Ti 2:16-18). Aquí Pablo menciona nombres. El Espíritu Santo permitió esto y que nosotros hasta hoy leamos estos textos. Se imagina que usted sea testigo de un robo en un banco y que al interrogarle la policía usted les diga: “en nombre del amor y paz, se dice el pecado pero no el pecador, no quiero problemas, no hay que juzgar… mejor no vi los hechos”? Solo los tibios y cobardes le tienen miedo a las represalias. David adulteró y asesinó: ¿entonces por qué se predica de este texto y mencionamos su nombre?. Nadie enseña de esta historia diciendo: “había un rey que mató y adulteró”. Moisés le pegó dos veces a la roca: se menciona con nombre y predicamos de esto. No decimos “había un hombre que desobedeció a Dios y…”. No, sino que lo mencionamos por nombre. Gal 2 – Pablo resistió a Pedro cara a cara. Dice que era de condenar: de reprobar su hipocresía. ¿Cómo iba a obligar a los gentiles a judaizarse?. “Lo reprendí cara a cara delante de todos” dice el texto.
No hace mucho, en el tiempo de oración del culto un hombre empezó a orar a gritos. Pues yo públicamente le regañé, esa no es la forma de orar en mi congregación. Si no es válido reprender públicamente: ¿por qué Pablo lo hizo?
"Yo he escrito a la iglesia; pero Diótrefes, al cual le gusta tener el primer lugar entre ellos, no nos recibe. (10) Por esta causa, si yo fuere, recordaré las obras que hace parloteando con palabras malignas contra nosotros; y no contento con estas cosas, no recibe a los hermanos, y a los que quieren recibirlos se lo prohíbe, y los expulsa de la iglesia” (3 Jn 1:9-10). Otro de los tantos nombres mencionados en el Nuevo Testamento.
Jud 1:11 “¡Ay de ellos! porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron por lucro en el error de Balaam, y perecieron en la contradicción de Coré.

En conclusión, sí se debe juzgar, pero debemos hacerlo bien (no viendo las apariencias, sino el fruto) y hay peligro en no hacerlo.

CRISTIANOS PRIMITIVOS vs PREDESTINACIÓN Y LIBRE ALBEDRÍO (David W. Bercot, "Cuando el Cristianismo era Nuevo")


Capítulo 7
Lo que creyeron acerca de la predestinación y
el libre albedrío
Muchos cristianos evangélicos creen que la Reforma de Lutero
volvió la iglesia a las normas de los creyentes primitivos. Muchos
también creen que los cristianos evangélicos de hoy enseñan lo
mismo que enseñaba Lutero. Sin embargo, ninguna de estas
suposiciones está en lo correcto.
Probablemente a usted le extrañará aprender que nuestra
doctrina actual sobre la salvación por la fe es muy diferente de la
doctrina de los cristianos primitivos. Tal vez le extrañará aun más
aprender que nuestra doctrina sobre la salvación también es muy
diferente de la de Martín Lutero y los otros reformadores. En
verdad, enseñamos sólo la mitad de la doctrina de la Reforma
sobre la salvación.
Es cierto que Lutero a veces dijo que el hombre se salva “sólo
por la fe”. Pero también es cierto que enseñó que el hombre está
tan totalmente depravado que él ni siquiera puede ejercer fe en
Dios o aceptar el don de la salvación. Por eso, según Lutero, las
únicas personas que tienen la fe salvadora son aquellas a quienes
Dios se la ha dado. Y Dios da esa fe solamente a aquellos que él
predestina arbitrariamente para ello desde antes de la creación. Al
decir “arbitrariamente”, quiero decir que Lutero enseñaba que
Dios da esa fe a algunas personas, y no a otras, sin tomar en cuenta
el deseo, la fe, la justicia, las acciones o las oraciones de estas
personas.
Al final, Lutero no pudo sino lamentar: “Esa fe es la del grado
más alto—creer que él es misericordioso, el mismo que salva a tan
pocos y condena a tantos. Creer que él es justo, el que según su
propia voluntad nos dispone sin remedio a la condenación.”1 De
esta manera los reformadores no enseñaron que el hombre se salva
sólo por la fe, o que se salva por recibir a Cristo. Enseñaron que
los predestinados a la salvación se salvan de pura gracia y los
demás se condenan eternamente.
Es una creencia popular, pero sin base, que Juan Calvino inició
la doctrina de la predestinación. Calvino sencillamente repetía la
teología establecida por todos los reformadores. Así que, los que
hoy en día dicen que la oferta de la salvación se ofrece libremente
a todo el mundo contradicen una doctrina fundamental de la
Reforma.
Después de la Reforma, por varios siglos los cristianos
evangélicos trataron de convencer a un mundo dudoso que
nuestras vidas y nuestros destinos eternos son predestinados
arbitrariamente por Dios. Decían que el Dios que los predestina de
esta forma es un Dios de amor. Pero yo digo: ¡Qué ironía! ¡Los
cristianos primitivos trataron de convencer al mundo dudoso que
la vida y el destino de los hombres no se determinan por
predestinación!
Creyeron en el libre albedrío
Los cristianos primitivos creyeron firmemente en el libre
albedrío. Por ejemplo, Justino propuso el siguiente argumento a
los romanos: “Hemos aprendido de los profetas, y lo afirmamos
nosotros, que los correctivos, los castigos y los galardones se
miden conforme al mérito de los hechos de cada uno. De otra
manera, si todo sucediera sólo por suerte, no hubiera nada a
nuestro poder. Porque si un hombre se predestinara a lo bueno y
otro a lo malo, el primero no mereciera la alabanza ni el segundo
la culpa. Si los hombres no tuvieran el poder de evitar lo malo y de
escoger lo bueno según su propia voluntad, no fueran responsables
por sus hechos, sean buenos o malos… Porque el hombre no sería
merecedor de recompensa o alabanza si él mismo no escogiera lo
bueno, o si sólo fuera creado para hacer lo bueno. De igual
manera, si un hombre fuera malo, no merecería el castigo, ya que
él mismo no hubiera escogido lo malo, siendo él capaz de hacer
sólo lo que fue creado para hacer.”2
Clemente escribió de semejante manera: “Ni alabanza ni
condenación, ni recompensa ni castigo, sería justo si el hombre no
tuviera el poder de escoger [lo bueno] y evitar [lo malo], si el
pecado fuera involuntario.”3
Arquelao, escribiendo pocos años después, dijo lo mismo:
“Toda la creación de Dios, Dios la hizo muy bien. Y él ha dado a
cada persona el poder del libre albedrío, y por la misma norma ha
instituido la ley de juicio… Y por cierto todo el que quiera, puede
guardar sus mandamientos. Pero el que los desprecia y se vuelve
en contra de ellos, sin duda alguna tendrá que hacer frente a esa
ley de juicio… No cabe duda de que cada persona, utilizando el
poder de su libre albedrío, puede fijar su camino en la dirección
que él quiera.”4
Metodio, un mártir cristiano que vivió cerca de los fines del
tercer siglo, escribió de semejante manera: “Aquellos [paganos]
que deciden que el hombre no tiene libre albedrío, sino afirman
que se gobierna por las disposiciones inevitables de la suerte, son
culpables de impiedad ante el mismo Dios, ya que le hacen la
causa y el autor de las maldades humanas.”5
Los cristianos primitivos no creían en el libre albedrío sin base,
sino se basaron firmemente en las siguientes Escrituras y otras
semejantes:
· “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha
dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en
él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan
3.16).
· “El Señor no retarda su promesa, según algunos la
tienen por tardanza, sino que es paciente para con
nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino
que todos procedan al arrepentimiento” (2 Pedro
3.9).
· “Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye,
diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera,
tome del agua de la vida gratuitamente” (Apocalipsis
22.17).
· “Os he puesto delante la vida y la muerte, la
bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para
que vivas tú y tu descendencia” (Deuteronomio
30.19).
De esta manera, vemos que en el principio el mundo pagano,
no los cristianos, creían en la predestinación. Mas, en una de las
peculiaridades de la historia cristiana, Lutero apoyó a los romanos
paganos y se opuso a los cristianos primitivos. No quiero decir
que, en efecto, se hizo partidario de los romanos. Digo que
literalmente se hizo su partidario. Por ejemplo, Lutero escribió lo
siguiente acerca de la suerte y la predestinación:
“¿Por qué será tan difícil que nosotros los cristianos
entendamos estas cosas? ¿Por qué se nos consideran irreligiosos,
raros y vanos si discutimos estas cosas y las sabemos, cuando los
poetas paganos, y todo el mundo, hablaban de ellas muchas veces?
Hablando sólo de Virgilio [un poeta pagano romano], ¿cuántas
veces habla él de la suerte? ‘Todas las cosas quedan fijas bajo ley
inmutable.’ Otra vez: ‘Fijo está el día de todos los hombres.’ Otra
vez: ‘Si la suerte te llama.’ Y otra vez: ‘Si tú quieres romper la
cadena de la suerte.’ La meta de este poeta es mostrar que la suerte
tuvo más que ver con la destrucción de Troya, y con la grandeza
de Roma, que todos los esfuerzos unidos de los hombres… De eso
podemos ver que todo el mundo tenía el conocimiento de la
predestinación y de la presciencia de Dios igual como tenían el
conocimiento de la existencia de la deidad. Y los que quisieron
mostrarse sabios disputaban tanto que, siendo entenebrecidos sus
corazones, se hicieron necios (Romanos 1.21-22). Negaron o
fingieron no saber las cosas las cuales los poetas, y todo el mundo,
y hasta sus propias conciencias, creyeron ser conocidas en todo el
mundo, y muy ciertas, y muy verdaderas.”6
¿Cómo explicaron ellos los pasajes bíblicos que al parecer
enseñan la predestinación?
De lo que yo puedo observar, muchos cristianos evangélicos—
quizás la mayoría—dicen que creen en la predestinación. Mas, sus
oraciones y sus acciones muestran que en realidad no creen. Otros
se desesperan ante toda la confusión religiosa y admiten: “No sé
qué creer”.
El problema consiste en que la Biblia nos dice: “Escoge, pues,
la vida, para que vivas”; pero también nos dice que: “No depende
del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene
misericordia”. Por una parte, dice que Dios es paciente, “no
queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al
arrepentimiento” (2 Pedro 3.9). Por otra parte, dice que Dios “de
quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer,
endurece” (Romanos 10.18).
Yo he luchado con tales pasajes contradictorios, según parece,
casi toda mi vida. Me dio bastante consolación hallar que los
cristianos primitivos tuvieron explicaciones lógicas—y bíblicas—
de estas aparentes contradicciones. En verdad, su manera de
explicar la presciencia de Dios y el libre albedrío del hombre son
de las más razonables que jamás he oído.
Por contraste, otra vez los gnósticos eran los que enseñaban
que los humanos somos predestinados arbitrariamente o para la
salvación o para la condenación. Recuerde que según ellos somos
totalmente depravados porque fuimos creados por un Dios
inferior. No es de extrañarse, entonces, que enseñaron que
podemos ser salvos sólo si Dios nos escoge para la salvación.
En su obra titulada, De los puntos principales, Orígenes escribe
de muchos de los argumentos de la biblia que los gnósticos
usaban. Contestó muchas de las preguntas acerca del libre albedrío
y de la predestinación que su alumnos le hicieron. Aquí doy una
parte de lo que escribió Orígenes:
“Una de las doctrinas enseñadas por la iglesia es la del juicio
justo de Dios. Este hecho estimula a los que creen en él para que
vivan piadosamente y que eviten el pecado. Reconocen que lo que
nos trae o alabanza o culpa está dentro de nuestro poder.
“Es nuestra responsabilidad vivir en justicia. Dios exige esto de
nosotros, no como si dependiéramos de él, ni de otro, ni de la
suerte (como creen algunos), sino como si dependiera de nosotros
mismos. El profeta Miqueas demostró eso cuando dijo: ‘Oh
hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de
ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia’ [Miqueas 6.8].
Moisés también dijo: ‘Yo he puesto delante de ti el camino de la
vida y el camino de la muerte. Escoge lo bueno y sigue en él’
[Deuteronomio 30.15, 19].
“Tome en cuenta cómo nos habla Pablo de manera que da a
entender que tenemos libre albedrío y que nosotros mismos somos
causa o de nuestra ruina o de nuestra salvación. El dice: ‘¿O
menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y
longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al
arrepentimiento? Pero por tu dureza y por tu corazón no
arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la
revelación del justo juicio de Dios, el cual pagará a cada uno
conforme a sus obras; vida eterna a los que, perseverando en bien
hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, pero ira y enojo a los
que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino obedecen a
la injusticia’ [Romanos 2.4-8].
“Pero hay ciertas declaraciones en el Antiguo Testamento
como también en el Nuevo que pudieran hacernos concluir lo
contrario: Que no depende de nosotros o el guardar sus
mandamientos para ser salvos, o el desobedecerlos para perdernos.
Así que, examinémoslos uno por uno.
“Primero, las declaraciones en cuanto a Faraón han causado
dudas en muchos. Dios dijo varias veces: ‘Yo endureceré el
corazón de Faraón’ [Éxodo 4.21]. Claramente, si Faraón fue
endurecido por Dios y pecó como resultado de ese
endurecimiento, él no fue responsable por su pecado. Y no tuvo
libre albedrío.
“Vamos a añadir a este pasaje otro que escribió Pablo: ‘Mas
antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios?
¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así?
¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la
misma masa un vaso para honra y otro para deshonra?’ [Romanos
9.20-21].
“Ya que sabemos que Dios es tanto bueno como justo, veamos
cómo el Dios bueno y justo pudo endurecer el corazón de Faraón.
Tal vez por un ejemplo usado por el apóstol en la epístola a los
Hebreos podemos ver que, en una sola obra, Dios puede mostrar
misericordia a un hombre mientras endurece a otro, sin la
intención de endurecerlo. ‘La tierra’, dice él, ‘bebe la lluvia que
muchas veces cae sobre ella, y produce hierba provechosa al
agricultor, por la bendición de Dios. Pero la que produce espinos y
abrojos no tiene valor, y está próxima a ser maldecida. Su fin es el
ser quemada’ [Hebreos 6.7-8].
“Tal vez nos parezca raro que aquel que produce la lluvia
dijera: ‘Produzco tanto los frutos como también los espinos de la
tierra’. Mas, aunque raro, es cierto. Si no hubiera lluvia, no
hubiera ni frutos ni espinos. La bendición de la lluvia, por tanto,
cayó aun sobre la tierra improductiva. Pero ya que estaba
descuidada y no cultivada, produjo espinos y abrojos. De esta
manera, las obras maravillosas de Dios son semejantes a las
lluvias. Los resultados opuestos son semejantes a las tierras o
cultivadas o descuidadas.
“También las obras de Dios son semejantes al sol, el cual
pudiera decir: ‘Yo hago suave y hago duro’. Aunque estas
acciones son opuestas, el sol no hablaría mentira, porque el calor
que suaviza la cera es el mismo que endurece el lodo. De
semejante manera, por una parte, los milagros hechos por mano de
Moisés endurecieron a Faraón a causa de la maldad de su corazón.
Pero suavizaron a la multitud egipcia, que salió de Egipto con los
hebreos [Éxodo 12.38].
“Veamos a otro pasaje: ‘Así que no depende del que quiere, ni
del que corre, sino de Dios que tiene misericordia’ [Romanos
9.16]. Aquí Pablo no niega que los humanos tenemos que hacer
algo. Sino alaba la bondad de Dios, quien lleva lo que se hace a su
fin deseado. El sencillo deseo humano no basta para alcanzar el
fin. Solo el correr no basta para que el atleta gane el premio.
Tampoco basta para que los cristianos ganemos el premio que da
Dios por Cristo Jesús. Estas cosas se llevan a cabo sólo con la
ayuda de Dios.
“Como si hablara de la agricultura, Pablo dice: ‘Yo planté,
Apolos regó; pero el crecimiento lo da Dios. Así que ni el que
planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento’ [1
Corintios 3.6-7]. Ahora pudiéramos decir con razón que la cosecha
del agricultor no es trabajo sólo del agricultor. Tampoco es trabajo
sólo del que riega. Al fin y al cabo, es trabajo de Dios. Así mismo,
no es que no tengamos nada que hacer para que nos desarrollemos
espiritualmente a la perfección. Mas, con todo, no es obra de sólo
nosotros, porque Dios tiene una obra aun más grande que la
nuestra. Así es en nuestra salvación. La parte que hace Dios es
muchísimo mayor que la nuestra.”7
¿Puede Dios ver el futuro?
Aunque no creyeron en la predestinación, los cristianos
primitivos creyeron fuertemente en la soberanía de Dios y en su
habilidad de prever el futuro. Por ejemplo, entendieron que las
profecías de Dios acerca de Jacob y Esaú (Romanos 9.13 y
Génesis 25.23) resultaron de esta habilidad de prever el futuro, y
no de una predestinación arbitraria de los hombres a una suerte
fija. Vieron que hay una gran diferencia entre el prever algo y el
causarlo.

RUSSIA TODAY: "11-S FUE EL GOBIERNO DE LOS EE.UU. MATANDO A SU PUEBLO, God's Kingdom Ministries


RUSIA HOY reclama 911 fue el gobierno de los EE.UU. matando a su propio pueblo

28 de mayo 2014

Durante los días de la guerra de EE.UU. contra Libia hace unos años, los medios de comunicación comenzaron a utilizar el término "matar a su propio pueblo". El hecho de que todos los miembros de los medios de comunicación comenzaron a usarlo al mismo tiempo muestra un poco de planificación.
Ahora la situación se está volviendo, porque Russia Today, una de las organizaciones de noticias más vista en el mundo, está informando que la demolición del World Trade Center en 2001 fue un caso del gobierno de los EE.UU. "matando a su propio pueblo". Que por supuesto, contrató a un montón de otros para ayudarles a llevar a cabo la trama, así que la culpa podría ser desplazada a otras personas. Pero, sin embargo, RT informa que las Torres Gemelas fueron derribadas por las bombas o por los equipos de demolición.
De hecho, el edificio cerca del 7 era un edificio muy grande que fue demolido en la forma clásica, sin siquiera haber sido golpeado por un avión.
Este informe de 12 minutos en sí es una bomba. No es más que un tiro de advertencia en la proa del gobierno de EE.UU. para que  retroceda o ser expuesto al mundo como un gobierno que mata a su propio pueblo.
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REQUISITOS PARA EL PERDÓN, God's Kingdom Ministries



27 de mayo 2014

Tema de ayer sobre "Perdónanos nuestros pecados" es un tema enorme que requeriría un libro entero para tratarlo de manera adecuada. Fue todo un reto reducirlo a un solo artículo. En el proceso me dejé un tema que un amigo me ha planteado en un correo electrónico, lo cual me pareció lo suficientemente importante como para compartirlo con un público más amplio.
La pregunta es: ¿Debemos perdonar a alguien que no pide perdón?
La respuesta simple es que las víctimas no están obligados por el deber de perdonar hasta que se haya pagado una indemnización completaCuando se ha pagado hasta el último dólar, entonces la víctima tiene el deber de perdonar. Sea o no el pecador pida perdón no es pertinente en este tipo de situaciones, ya que la ley determina el tiempo del perdón. El principio jurídico fundamental detrás de esto es que no se hace justicia hasta que la plena restitución se haya pagado a las víctimas. Toda deuda de pecado, una vez asentada entre el pecador y su víctima, debe ser perdonada por todos, porque la ley prohíbe guardar rencor (Levítico 19:18).
Las víctimas tienen el derecho de perdonar o retener el perdón y reclamar cualquier indemnización que les pertenece. Es su elección de acuerdo a la dirección del Espíritu dentro de ellos. Como he escrito antes, puede ser beneficioso requerir que el ladrón pague la deuda, sobre todo si es obvio que no se ha arrepentido y puede aprovecharse de la generosidad de su víctima y victimizar a otros. En estos casos hay que recordar que el trabajo es el antídoto contra el robo y el ladrón puede tener que aprender a trabajar. Del mismo modo, la víctima puede realmente necesitarlo para recuperar sus pérdidas, sobre todo si es pobre.
Así que si un pecador no pide perdón, ¿se le puede perdonar? Es la elección de la víctima. Yo mismo tendría cuidado acerca de cómo establecer esto como un estándar fijo de medida, sin embargo, porque cualquier cosa que nos propusimos es la que Dios usará para juzgarnos también.
Esto nos lleva a una situación católica interesante, donde se requiere la gente a ir a la confesión, para que sus pecados sean perdonados. Es de suponer que cualquier pecado que no se confesara se llevará a cabo en su contra en el Tribunal Divino. En otras palabras, se cree que Dios no perdona cualquier pecado que permanece sin confesar. Así que los católicos devotos deben confesarse regularmente antes de que se olviden de sus pecados específicos. Sea cual sea el pecado que no sea perdonado se llevará a cabo en su contra en el Purgatorio.
La mayoría de los protestantes, también, están de acuerdo en que el pecado no puede ser perdonado aparte de arrepentimiento que acompaña a la propia aceptación de Jesucristo como Salvador. Ambas partes tienen en general que cuando uno acepta a Cristo en primer lugar (y es bautizado), todos sus pecados pasados ​​son lavados y ya no se celebrará en su contra en la Corte Divina. La pregunta es qué hacer con los pecados cometidos después del bautismo.
Mostré la posición católica arriba. Esta creencia dio lugar a muchas personas posponer su bautismo hasta su lecho de muerte, por lo que no tendrían tiempo para acumular pecados que sentenciarlos a una larga estancia en el Purgatorio. Por supuesto, a continuación, corrían el riesgo de morir de forma inesperada sin ser bautizados.
Los protestantes tienden a variar en sus creencias. Algunos sostienen la posición católica, en la creencia de que tan sólo de los pecados confesados son perdonados, pero ponen a Jesús solo en la posición como Confesor-Sacerdote. Otros creen que cuando "se salvaron" todos sus pecados fueron puestos bajo la sangre de la cruz, el pasado, el presente y el futuro.
La pregunta es si Dios juzgará a los verdaderos creyentes por el pecado no confesado en el Juicio del Gran Trono Blanco, o si la sangre de Jesús los hace exentos de cualquier juicio por el pecado,  especialmente por todo pecado no confesado (ya que es nuestro tema actual).
Bueno, aquí tenemos dos principios importantes que aparecen en conflicto. El primero es el principio de que la sangre de Jesús pagó por cada pecado cometido el pecado de "todo el mundo" (1 Juan 2:2). Esto entra en conflicto con la enseñanza de Pablo en 1 Corintios 3:11-15, donde a los que han puesto a Cristo como el fundamento de su fe se les hace pasar por el "fuego" de modo que sus obras puedan ser probadas. Pablo dice que si sus obras están hechas de material combustible (es decir, no se realizaron por la fe), las obras serán quemadas y sufrirán pérdida. Sin embargo, no van a perder su salvación, pues concluye el versículo 15, "él mismo será salvo, aunque así como por fuego".
La solución a esta aparente contradicción es entender que todos serán salvos al final, pero que Dios también juzgará el pecado no confesado, que está dentro de sus derechos como víctima.
Sin duda, Pablo discutió esto totalmente con Lucas, su compañero, ya que Lucas escribió sobre este tema en Lucas 12:42-49 . Aquí vemos que los siervos de Cristo son de dos tipos: Fieles y Opresores. Los fieles se les da autoridad sobre "todas sus posesiones (las de Cristo)." Los que utilizan su autoridad en la tierra para oprimir a los demás recibirán "latigazos" ( Lucas 12:47 ), de acuerdo con su nivel de revelación y conocimiento de su voluntad.
Este principio se toma de Deuteronomio 25:1-3, donde a un hombre se le pueden dar un máximo de cuarenta latigazos.
Jesús, entonces, nos dice que esto es parte de la "ley de fuego", como se le la llama en Deuteronomio 33:2 (RV) , porque Él concluye en Lucas 12:49,
49 He venido a traer fuego a la tierra; y ¡cuánto desearía que ya estuviera encendido!
Jesús no estaba deseo de quemar la tierra con fuego, ni de echar a la gente en un pozo de fuego. Él tenía el anhelo de ver la "ley de fuego" establecida en la tierra, porque esto hará que las naciones se regocijen y canten con gozo (Salmo 67:4)Jesús entendió que la ley era de naturaleza correctiva, y que al juzgar a sus siervos estaban obligados a poner la madurez espiritual con la revelación de la mente de Cristo. De nuevo, esto es Abba corrigiendo a sus hijos.
Católicos conciben de esta corrección en términos de Purgatorio. Los protestantes no están tan seguros, porque les resulta aborrecible el Purgatorio. Los primeros padres de la Iglesia griegos hablaban de "infierno" como un lugar temporal de la depuración de fuegoLa mayoría de los padres de la Iglesia Latina hablaron de "infierno" como un pozo de tortura interminable. La Iglesia Católica estableció eventualmente ambos puntos de vista, pero puso a los católicos en el Purgatorio temporal y a lo no católicos en el interminable "infierno." Los protestantes posteriores eliminaron en gran medida el Purgatorio y retuvieron el  "infierno."
Pero la verdad del asunto es que habrá un fuego purificador para juzgar a todos los creyentes que no pasen la prueba. No va a ser un fuego literal, sino más bien la "ley de fuego" que los juzgará. Cada juicio de la ley es parte del "fuego", incluyendo los "latigazos" y todos los pagos de restitución.
Esto es, de hecho, el mismo "fuego" que juzgará a toda la humanidad. Desafortunadamente, este "lago de fuego" se ha tomado demasiado literalmente como una cámara de tortura, cuando en realidad es una metáfora de la propia ley divina que procede del trono de Dios (Daniel 7:09 , 10).
Volviendo a nuestra pregunta original, ¿juzgará Dios a los creyentes únicamente los pecados no confesados? Bueno, en realidad no es la misa confesión del pecado lo que nos limpia, sino la actitud de corazón detrás de esa confesiónMuchos han continuado en el pecado, en la creencia de que pueden ser absueltos en la próxima confesión. Otros han sido autorizados a pagar la penitencia, incluso antes de su pecado, en esencia, la compra de pecado-créditos en caso de que pudieran ser asesinados en el curso de cometer sus crímenes. (Esta es táctica de la mafia.) Si los hombres de autoridad en la Iglesia oprimen a otros, y sin embargo, esperan el perdón al confesar ese pecado todos los días, Dios no está obligado a perdonar, sino que seguramente los hará responsables. Realmente es un asunto del corazón.
Recordemos que Dios es la última víctima de todo pecadoEsto es lo que le da el derecho, ya sea para perdonar o para pedir cuentas. Él ha revelado sus intenciones en Su palabra y ha establecido todos los principios legales por los que ha de juzgar al mundo. Cuando Jesús murió por los pecados del mundo, Él pagó la pena completa por todos los pecados, pasados, presentes y futuros. De hecho, lo hizo en exceso, porque su sangre valía mucho más que el total de la deuda por todos los pecados.
La muerte de Cristo en la cruz lo hizo legalmente la Víctima de todo pecado, dándole el derecho de perdonar o no. Su Santidad no es un obstáculo válido a Su derecho de perdonar. La propia ley le da todo el derecho a perdonar al mundo. Su poder le da la capacidad de hacer lo que Él desea. Su amor es su principal motivador, proporcionando la energía y la pasión de hacer lo que sea necesario para salvar a toda la humanidad. Su sabiduría es el verdadero problema, porque esto define cómo Él va a lograr su objetivo como el Salvador de todos los hombres.
La palabra muestra que Él inmediatamente cancela la deuda de aquellos que ponen su fe en Él y se arrepientan (pidiéndo perdón). Pero algunos creyentes fallan en tener la mente de Cristo, y éstos tendrán que rendir cuentas en el Gran Trono Blanco. Esto no significa que van a perder su salvación, pero sin embargo, la ley de fuego los juzgará junto con el resto de la humanidad, como dice Jesús en Lucas 12:46,
46 El señor de aquel siervo vendrá en el día que no lo espera, ya la hora de la que no sabe, y le cortaré [separarlo de los que serán herederos de la primera resurrección] nombrará a su parte con los infieles. [El Emphatic Diaglott]
Esto no significa que el siervo reciba la misma recompensa o castigo que los no creyentes, sino que va a ser juzgado, al mismo tiempo que los incrédulos en el Gran Trono Blanco. Esto se afirma en Juan 5:28,29, donde Jesús volvió a hablar del gran día del juicio:
28 No os maravilléis de esto; para que la hora viene , en la que todos los que están en los sepulcros oirán su voz, 29 y saldrán: los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida, mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.
Esto se refiere a la resurrección general de los muertos ( Apocalipsis 20:11-15 ), donde toda la humanidad (excepton los vencedores que son levantados en la primera resurrección en los versículos anteriores) son levantados para ser juzgados. Jesús dice que dos clases de personas se levantaran en aquel día: "los que hicieron lo bueno "y" los que hicieron lo malo". Ellos serán recompensados ​​de manera diferente, algunos recibirán "vida" (la inmortalidad), pero otros (no creyentes) recibirán sentencia de acuerdo con sus obras. Obviamente, habrá creyentes entre los presentados en el juicio del Gran Trono Blanco.
Aquí es donde nuestra pregunta original se vuelve más relevante: ¿Debemos perdonar a alguien que no pide perdónPor otra parte, deberá DIOS perdonar a alguien que no pide perdón?
La respuesta a esto es clara: NO.
No sólo se mantiene responsables a los creyentes, sino también todos los no creyentes. El lago de fuego no es un pozo de tortura indiscriminada, sino que es descrito en Daniel 7:09,10 como el fuego que fluye de debajo del trono. Un trono es un símbolo universal de la ley del cual salen las reglas del monarca y jueces del pueblo. El fluir del fuego desde un trono es una imagen reconocible del juicio de la ley que fluye del Juez a la gente. Mientras que Daniel lo ve como un "río" fluyendo, Juan lo ve en Apocalipsis 20 como un "lago". Es un lago porque el juicio ya se ha emitido desde el trono, y los pecados no perdonados de cada persona han sido contabilizados en una cantidad total como una deuda. El río es la sentencia de la ley; el lago es la manifestación exterior de esa sentencia.
Puesto que ningún hombre tiene los medios para pagar la deuda de su pecado, él ha de ser "vendido" como un esclavo (Éxodo 22:03) a uno que toma la posición como un redentor. Un redentor legal asume la responsabilidad de la deuda de otro hombre y, a su vez recibe la autoridad sobre el pecador hasta que su mano de obra pague al redentor. En esencia, el redentor compra su nota de la deuda. Esto es lo que Jesús hizo en la cruz. En el pago de la deuda por el pecado del mundo, a Él le dio autoridad sobre toda la humanidad, con el derecho de perdonar o de hacer rendir cuentas.
Él ha elegido perdonar absoluta a los que vienen a Él con fe. Al resto de la humanidad, Él ha escogido para hacer rendir cuentas por el tiempo máximo, finalizando con el jubileo de Creación. En la ley, si la deuda de pecado era pequeña, el pecador podría tener la oportunidad de redimirse después de trabajar durante un cierto período de tiempo. Además, el redentor siempre conservaba el derecho de perdonar cualquier deuda restante en cualquier momento. Pero en el contexto de la Era del Juicio, parece que no va a ser posible que los pecadores paguen su deuda, y no hay ninguna indicación en la Escritura que ellos serán perdonados antes del JubileoPor esta razón, parece que todos los no creyentes permanecerán bajo la autoridad de Jesucristo, el Redentor -y también bajo la autoridad de los vencedores del Cuerpo de Cristo, hasta que el gran Jubileo traiga toda la Creación, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios (Romanos 8:21).
En conclusión, la ley se aplica por igual a todos. Sin embargo, porque los hombres son pecadores, mientras que Dios es perfecto, debemos ser cautelosos acerca de nuestro estándar de medida cuando se trata de perdonar a los demás por los pecados contra nosotros. Dios ciertamente puede tener a todos los hombres responsables si no han pedido perdón, y esto va a volver a perseguirlo. Pero ¿quién de nosotros ha confesado todo pecado a Dios? Desde luego, no quiero que Dios sostenga mis pecados olvidados en mi contra. Así que prefiero establecer un estándar de medida diferente.
Si tengo que discernir si hay que tener un pecador como responsable, los criterios no se establecen en función de si o no él me pide perdón. En su lugar, se establece el criterio del nivel de amor, por el que yo me pregunto: "¿Qué es lo mejor para el pecador? ¿Será que el perdón tiene un efecto positivo sobre él? ¿Hacerlo responsable hace de él una persona mejor, tal vez, actuando como un elemento disuasorio para cometer cualquier pecado futuro?" Estos estándares de medida, en mi opinión, son mejores (y menos propensos a morderme a mí por detrás después) que el estándar de pedir perdón como un requisito previo para mí perdonar a otros.


Una aclaración

28 de mayo 2014

El weblog de ayer necesita aclaración en vista de mi afirmación de que Dios no perdona al pecador aparte de pedir perdón (es decir, arrepentirse). Debí haber aclarado dos puntos: (1) que Dios discierne el grito del corazón antes de la petición verbal de perdón; y (2) la distinción entre el perdón desde el corazón y el acto jurídico del perdón.
Así es como yo estoy cambiando el texto en esa sección del weblog ....
Aquí es donde nuestra pregunta original se vuelve más relevante: ¿Debemos perdonar a alguien que no pide perdón ? Por otra parte, ¿deberá DIOS perdonar a alguien que no pide perdón?
La respuesta simple a esto es: NO. Por supuesto, hay que tener en cuenta que Dios mira el corazón, y no necesariamente espera por las palabras. Él perdonó a las personas antes de que le pidieran verbalmente. De hecho, parece que Él perdonó antes de que incluso pensaran de él (Lucas 05:20). Jesús percibió no sólo el problema sino también los corazones de los hombres, y Él se ocupó de cada problema en consecuencia.
También vemos al Hijo Pródigo en Lucas 15:20 , cuyo padre lo perdonó antes de preguntar. El mismo hecho de que el Hijo Pródigo regresara a su casa demostró que él había sido humillado, roto y sabía de su necesidad de perdón. El padre lo reconoció, no por las palabras de su hijo, sino al conocer su corazón.
El padre siempre perdonó a su hijo por su corazón -la actitud personal. Pero oficialmente, perdonó cuando su hijo regresó. Así también es con nosotros. El corazón del Padre está siempre lleno de perdón, pero como una cuestión de derecho, el perdón no se extiende oficialmente (es decir, legalmente) hasta que haya algún cambio en el corazón del pecador.
Así también es con un padre que disciplina con un corazón de amor y perdón. El perdón está en su corazón, incluso mientras él disciplina, pero con el fin de entrenar a su hijo, también debe hacerlo responsable a veces por su pecado. El juicio de la ley hace que el pecador experimente el mismo nivel de victimización que el perpetra en los demás. Si un padre no disciplina de esta manera bíblica, su hijo no va a apreciar o incluso entender que hay consecuencias por cada pecado, tendiendo a victimizar a las personas por el resto de su vida sin entender completamente los efectos de sus acciones sobre los demás.
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