TRATADO
III - ¿Quién es Dios?
Dr.
Stephen Jones
Descripción
¿Quién
es Dios? ¿Cómo es Él? ¿Cómo puedo conocerlo?
"El que no ama no
conoce a Dios, porque Dios es amor".
Todo
lo que Dios hace se basa en Su naturaleza, que es amor, porque Dios
siempre será fiel a Sí mismo. Todo lo que Dios hace se basa en el
amor, y el amor es la fuerza más poderosa del universo …
¿Quién
es Dios?
¿Quién
es Dios? ¿Cómo es él? ¿Cómo puedo conocerlo?
"El
que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor".
Todo
lo que Dios hace se basa en su naturaleza, que es amor, porque Dios
siempre será fiel a Sí mismo. Todo lo que Dios hace se basa en el
amor, y el amor es la fuerza más poderosa del Universo.
Amor,
Sabiduría y Poder
El
poder de Dios no se mide por Su habilidad para crear y destruir; se
mide por Su capacidad de amar. Como Dios es amor, Él es
todopoderoso, y el amor siempre ganará al final.
Dios
también es todo sabio, porque tiene una sabiduría infinita. Su Plan
para la Creación, y para ti, fue elaborado por Su sabiduría. Fue un
Plan perfecto que no podía fallar.
Dios
no puede dejar de cumplir cualquier objetivo que se proponga. Es por
eso que Su propósito para la Creación se cumplirá, y es por eso
que Dios puede hacer promesas o votos con plena seguridad de que
puede llevarlos a cabo.
Dios
tiene poder infinito y sabiduría infinita, pero todas Sus
características eligió resumirlas afirmando SER AMOR. Por Su poder
y sabiduría, HACE cosas, pero Dios ES amor.
Por
esta razón, cuando creó todas las cosas por Su poder infinito,
también elaboró un Plan para la Creación por Su sabiduría
infinita. Su motivo principal era el amor. Su sabiduría estableció
un Plan que tendría éxito. Su poder aseguraba que Su amor pudiera
satisfacerse.
Dios
viene a la Tierra
Muchas
religiones enseñan que nuestro objetivo es ir al Cielo algún día y
vivir en un estado de existencia espiritual. Pero la Biblia muestra
que el Plan de Dios es venir Él a la Tierra para poder vivir en el
ámbito físico. Su Plan es vivir en nosotros, y el apóstol Pablo
pregunta en 1
Cor. 3: 16,
"¿No
sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios mora en
vosotros?"
"He
aquí, el tabernáculo (habitación)
de Dios está entre los hombres, y Él morará entre ellos, y ellos
serán Su pueblo".
Este
fue el propósito original de la Creación. Dios es el Creador de
todas las cosas (Génesis
1: 1),
y está construyendo una Casa para Sí mismo. El apóstol Pablo nos
dice en Romanos
11: 36
que creó todas las cosas de Sí mismo.
“Porque
a
partir de Él
y a través de Él y para Él son todas las cosas.
En
otras palabras, todas las cosas salieron "de
Él"
(o "desde
Él").
Todas las cosas están hechas de partículas de Dios. Entonces
también leemos que Dios "todo
lo llena en todo"
(Efesios
1: 23).
Él está íntimamente conectado con Su Creación, y Dios siente todo
lo que se hace en la Tierra, porque es parte de Sí mismo.
Sí,
Dios tiene sentimientos.
Antes
de la Creación, Dios existía en una dimensión espiritual llamada
"Cielo" (o el Reino Celestial). El propósito de la
Creación era expandir Su Reino de una nueva manera, para que pudiera
imprimir Su naturaleza en la materia física.
"En
el principio Dios creó los cielos y la tierra".
"Los
cielos y la tierra" significa EL UNIVERSO. Dios posee, es
dueño, de todo lo que ha creado, así que ese es Su dominio. Cuando
creó el Universo de Sí mismo, Su Plan era expresar Su naturaleza,
Su amor y Su voluntad a través de la Creación.
La
Tierra fue diseñada para ser una extensión del Cielo. Por eso Jesús
nos enseñó a orar, diciendo:
Sin
embargo, cuando Adán y Eva pecaron, sus acciones trajeron discordia,
un problema que tuvo que resolverse; pero el pecado solo retrasó la
implementación del Plan de Dios por una temporada. Llamamos a esa
temporada la "Historia".
La
Historia no se sale de control ni terminará en desastre. Terminará
con el completo éxito de Dios. Todo el mal será erradicado, toda
injusticia será reconciliada, y toda la humanidad será salvada y
llevada a la inmortalidad. Los que ya murieron serán resucitados de
entre los muertos, juzgados como sea necesario y finalmente
transformados y reconciliados con Dios en el Gran Jubileo al Final de
los Tiempos.
¿Quién
es Jesús?
Al
principio, tras la Caída, Dios prometió salvar a la humanidad. Con
el paso del tiempo, reveló cómo lograría esto y cumpliría Su
promesa. La revelación más importante fue que Él enviaría un
Salvador, alguien con el llamado y la unción
(poder)
para
que fuera posible salvar Su Creación. Jesús fue el Ungido.
Un
ungido
es alguien que ha sido consagrado
(designado, nombrado). Es por eso que Jesús se llama "El
Cristo". Los judíos lo llamaron Mesías, que es su término
hebreo para Ungido.
La
pena por el pecado fue pagada en su totalidad
Debido
a que el pecado es algo contrario a la naturaleza de Dios, la
presencia del pecado en el mundo era lo que tenía que ser tratado de
manera legal, antes de que la Creación pudiera convertirse en la
expresión de la naturaleza del Creador (amor).
Pero
el pecado no puede ser simplemente erradicado como si nunca hubiera
existido. El pecado trajo la muerte a todos, porque la muerte es la
consecuencia natural de cualquier cosa que esté fuera de la
naturaleza de Dios. Fue una ofensa a la naturaleza amorosa de Dios.
La
pena por el pecado es la muerte, y la Ley no puede dejarse de lado o
ignorarse sin ir en contra de la naturaleza de Dios. Pero había una
forma de evitar la pena de muerte, una forma que no contradijera la
Ley de Dios.
Según
la Ley de Dios, se podía hacer una sustitución. Alguien más podía
pagar la pena por el pecado. Si un ladrón robaba dinero, la Ley
exigía que se pagara la restitución a la víctima, pero si alguien
amaba al ladrón, se le permitía pagar esa restitución en su lugar.
De
la misma manera, si alguien fuera culpable de muerte, alguien más
podría ofrecerse voluntariamente para dar su vida en nombre del
culpable. Pocos harían esto, por supuesto, a menos que realmente
amaran al hombre que era digno de muerte.
El
maravilloso amor de Dios
El
amor de Dios se demuestra por el hecho de que Jesús vino a morir
para pagar por todos los pecados cometidos. Fue la mayor demostración
de amor en la historia. El apóstol Pablo describe este amor en
Romomanos
5: 7
y 8,
“Porque
a duras penas habrá alguien que muera por un hombre justo; aunque
quizás por un buen hombre alguien se atrevería incluso a morir.
Pero Dios demuestra su propio amor hacia nosotros, en que mientras
aún éramos pecadores, Cristo murió por nosotros".
Algunas
personas pueden tener el coraje de morir por sus amigos. Admiramos a
esas personas por su amor y los llamamos héroes. Algunos morirían
por su familia. Algunos cristianos morirían por Jesús. Algunos
musulmanes morirían por Mahoma. Algunos judíos morirían por
Moisés. ¿Pero cuántos morirían por sus enemigos?
“Porque
tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo
aquel que cree en Él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque
Dios no envió a su Hijo [Jesús]
al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo a
través de Él”.
No
solo murió para salvar a Sus amigos (los creyentes); murió para
salvar al mundo entero. 1
Juan 2: 2
dice:
“Y
Él mismo [Jesús]
es el pago por nuestros pecados; y no solo por los nuestros [no
solo por los de los creyentes],
sino también por los del mundo entero”.
Muchos
todavía luchan contra Dios. Muchos consideran que Dios es Su
enemigo. Pero Jesús murió también para pagar la pena por sus
pecados. Debido a que los amaba, pagó la pena por sus pecados,
incluso aunque todavía se resistan a Él y a Su amor.
Así
es como se demuestra el amor de Dios, por la vida y la muerte de
Jesucristo. Y eso nos da una idea de cómo definir el tipo de amor
que es la naturaleza de Dios.
El
propósito de la resurrección
Pero
la muerte de Jesús fue solo la primera mitad de la historia. Él
resucitó de la muerte para asegurar que todos recibamos la vida
(inmortalidad). Cuando venció la muerte en Sí mismo, estableció el
camino por el cual todos los muertos serán resucitados también. 1
Corintios 15: 22
y 23
dice:
“Así
como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán
vivificados. Pero cada uno en su propio orden.
No
todos se salvarán al mismo tiempo. De hecho, nadie será salvo hasta
que tenga fe en Jesucristo. Eso significa que deben reconocer que Él
vino a pagar la pena por sus propios pecados. Algunos hacen esto en
algún momento de su vida en la Tierra, pero la mayoría no lo ha
hecho ni lo hace. De hecho, la mayoría de las personas a lo largo de
la historia nunca oyeron hablar de Jesús y no supieron lo que hizo
por ellos.
No
obstante, la Biblia dice que habrá un día en el futuro cuando todos
los muertos resuciten y sean convocados ante el Gran Trono Blanco. En
ese momento, Dios se revelará a Sí mismo y Su Plan ante todos los
que hayan vivido en todos los tiempos. Uno de los profetas bíblicos
escribió en Isaías
45: 22
y 23:
“Volveos
a mí, y sed salvos, todos los confines de la tierra; porque Yo soy
Dios, y no hay ningún otro. He jurado por Mí mismo, la palabra ha
salido de mi boca en justicia que no será revocada, que ante Mí
toda rodilla se doblará, y toda lengua jurará lealtad".
En
otras palabras, Dios dice que hizo un juramento de que ante Él "toda
rodilla se doblará y toda lengua jurará lealtad".
Esto se cumplirá cuando los muertos resuciten y se presenten ante Su
presencia. Entonces la verdad será completamente conocida, y todos
estarán encantados de jurar lealtad al Dios verdadero.
Cuando
Jesús pagó la pena por todos los pecados, se aseguró de que al
final todos los que hayan vivido en la Tierra cumplan con su
propósito original en la Casa de Dios.
Eres
parte de este mundo, por lo que también cumplirás tu destino antes
del final de los tiempos. Jesús no solo estableció la posibilidad
de
que te conviertas en uno con Dios; Él se aseguró de que todas las
personas, incluido tú, sean Su pueblo, y que Él sea su Dios
(Apocalipsis
21: 3).
Cualquier
cosa menos es inaceptable para Dios, porque si alguna de Sus
partículas de amor se le escapara o perdiese, Dios siempre
permanecería incompleto. Todas las cosas salieron de Él, y todas
deben volver a Él, como dijo el Apóstol.
Si
crees en este simple mensaje, entonces eso muestra que Dios ya está
trabajando en tu corazón para cumplir Su promesa. La fe en Su
promesa es el punto de partida. Entonces Él obrará en tu vida para
que puedas llegar a conocerlo.
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