Siete mil que no doblaron sus rodillas a Baal es el Pueblo entregado que sigue siempre la Verdad.
Siete mil que no prestaron sus oídos a la mentira, porque escuchan al Pastor que por ellos dio su vida.
Siete mil que no andaron por caminos de maldad, porque siguen al Cordero en luz e integridad.
Siete mil que prefirieron estar detrás del telón, porque entendieron que lo más sublime está a los pies del Señor.
Siete mil que olvidaron sus propias vidas, pero ganaron la mejor Comida.
Siete mil ocultos en el mundo entero, son los Vencedores del gran Cordero.
Elías pensaba que era el único, pero no te equivoques, Dios tiene su número.
Nadie veía esos siete mil, pero brillaban ante el ojo de Dios cual estrellas sin fin.
Señor, que podamos entender la razón y colgar esos títulos de honor y poder, y conocer el secreto que mueve el corazón del Maestro Sufriente, que dejó su esplendor y se vistió de humano para servir y dar amor, y así ser nuestro ejemplo de gracia y compasión.
Y cuando el profeta pregunte, ¿quién queda aún en pie? Mis rodillas valientes griten: "Yo sigo aún aquí fiel". Y esos profetas baratos caigan de cien en cien, y unidos así con Cristo reinemos junto con Él.
"Además, todavía me quedan siete mil en Israel que no doblaron la rodilla para adorar a Baal ni lo han besado. A ellos los dejaré con vida".
1º Reyes 19:18
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