El camino estrecho que muchos evitan.
No puedes llevarte nada.
El camino desnuda el alma, tu alma entrará en la nada.
Te quedarás sin tu vida.
Sangrarás por las heridas de los látigos y las espinas.
Polvo y rocas que se pegarán a tus pies adoloridos.
Espinas que cortarán tu sien como espadas de dos filos.
Por agua te darán vinagre. Escupirán tu cuerpo, clavos y una lanza te traspasará.
No puedes con tanto.
Pasa de mi esta copa. El Padre calla. El amigo reconviene.
“Apártate de mí Satanás. No pones la mira en las cosas de Dios sino en las de los hombres.
No vine a salvarme. No vine a ser servido. No vine a adorarte.
Tú eres el príncipe de la mentira y tus seguidores aman amarte. Les das tu gloria.
Los colmas de falsa prosperidad. Te adoran. Les das los reinos de este mundo.
Parecen invencibles. Ponen sus pies sobre los demás y nada les importa.
Tienen tu sello de anticristo en sus corazones. Solo piensan en sí mismos".
"Esta copa amarga me ha sido entregada por mi Padre y haré algo que pocos entenderán.
Solo el que tenga oídos para oír lo sabrá. El camino angosto diseñé y los míos lo saben bien.
Sangre y cruz serán el precio de la gloria y eternidad. Mi pueblo me seguirá.
Soy el Pastor y ellos conocen mi Voz. No seguirán la corriente sucia y turbia de este mundo.
Ellos serán Uno conmigo. Ellos no se prestarán ni se venderán a la mentira.
Preferirán la muerte a negar mi amor. Ellos serán mis amigos. Yo soy el camino angosto.
No seguirán a la mayoría. No seguirán las muchas aguas. Yo soy su única Fuente”.
No es fácil ser un creyente de verdad. Hoy miles se jactan de su supuesta santidad.
Se sientan en sitios de honra y autoridad y pelean quien se lleva la gloria al final.
Cual fariseos que profesan religiosidad, no son más que muertos hediendo en el jardín de atrás.
Viven mecidos por el sistema de este mundo inmoral.
Solo piensan en sus vientres. No quieren la cruz tomar.
Y terminan como miles yendo al destino final, de aquel camino ancho que a destrucción los llevará.
“Señor, no me dejes seguir a las multitudes que muy mal terminarán.
Déjame seguir tus pasos y aquel camino tomar, el camino angosto y difícil que lleva a la eternidad.
Déjame entender sin medida que el morir es el vivir y que el dar es recibir.
Aléjame de la levadura de los eruditos y falsos escribas.
Que pueda llorar en el camino angosto con los humildes y piadosos.
Déjame seguir tus pasos y tomar la cruz en mi hombro,
y si algún día mi fuerza faltara, cárgame Señor en tus alas”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Agradecemos cualquier comentario respetuoso y lo agradecemos aún más si no son anónimos. Los comentarios anónimos no serán respondidos.