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DÓNDE ESTÉ TU TESORO ALLÍ ESTARÁ TU CORAZÓN, Poema de E. Josué Zambrano Tapias





 “Donde esté tu tesoro allí estará tu corazón”

Este joven quería tener la razón.

Había cumplido con todos los mandamientos.

Aún le faltaba un gran requerimiento.


Se encontró con el Señor en el camino.

Quería verlo y entender su destino.

Mientras el Maestro enseñaba al pueblo

Las hermosas y bellas perlas de su Reino.


Llega con su porte y su hermosa limusina

Y con cuatro grandullones encima.

¿Qué haré para heredar la vida eterna?

Era la pregunta y el gran dilema.

 

El Maestro lo mira de arriba abajo:

¡Guarda los mandamientos que Dios te ha dado!

¡Desde niño los he guardado!

Responde el joven bastante inflado.


Una cosa te falta joven amado:

¡Vende todo lo que tienes y da al necesitado!

El joven lo mira muy extrañado:

¡Creo que el Maestro se ha equivocado!


¡Sígueme luego y aprende el camino

De estos que siempre caminan conmigo

Los cuales han rendido toda su vida

Para ganar la mejor compañía!


El joven no sabe dónde plantarse

Esa respuesta es muy frustrante.

¡Esto no era lo que esperaba!

¡Y ese dicho lo angustiaba!


Dejar todo lo que poseía

Era una locura sin medida

Tenía fama, riquezas y honor

¡No vengas con esto, Señor!!


Y el joven así volvió

A su limusina y a su mansión.

Y se perdió la gran bendición

De caminar con el Salvador.


Hoy muchos aman su posición

Y no quieren seguir al Redentor.

El Reino exige sumisión

Y desprendimiento sin condición.


Este joven se fue a su casa

Guardando como muchos su religión

Y perdiendo la gran riqueza

De la Vida y el dulce Amor.


Es fuerte cuando se aman

Mucho más las cosas vanas

Y se deja solo a un lado

Lo más bello que Él ha dado.


Jesús te dice hoy:

¿Quién reina en tu corazón?

Es la pregunta del millón

No puedes seguirlo sin pasión.


Jesús pide más que una canción

Dejarlo todo por amor

Para ganar algo mayor

Y así gozar su comunión.


Jesús pide tu atención

Está cansado de religión.

El pide todo o nada

Y no quiere las migajas.


A Jesús se le sigue por convicción

Él quiere un pueblo en sumisión.

Que no tiene otro dios

Y no juega con el Señor.


No queremos más tesoros

que nos quiten la mirada

nos lleven a la nada

y nos destruyan la calzada.


Queremos seguir las pisadas

De quien caminó por calles enlodadas

y no olvidar las palabras del Señor:

¡Dónde esté tu tesoro allí estará tu corazón!


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