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NO HAGAS DE TI EL CENTRO DE TU MUNDO / ¿IR MÁS ALLÁ? / (Sorbos Místicos), François Fenélon




OLVIDÁNDOTE DE TI MISMO

Olvidarte de ti mismo no significa olvidarse de agradecer a Dios Sus dones. Tampoco significa que nunca pienses en nada que tenga que ver contigo. Significa que no haces de ti el centro de tu mundo. Cuando te olvidas de ti mismo, ya no procuras todas las cosas para ti mismo de una forma deliberada.

Un pobre campesino, que nunca ha estado fuera de su pueblecito, sólo sabe en parte lo pobre que es. ¡Pero llévale a un palacio y empezará a tomar una perspectiva de su estado! Igual es contigo y con Dios. Puedes oír toda suerte de sermones sobre la vanidad de las riquezas, etc., pero no se hunde en ti hasta que Dios Mismo hace brillar Su luz en tu espíritu. ¡Entonces verás lo lejos que estás de Su carácter!

Aunque tu meta es amar a Dios puramente por Sí Mismo, y sólo por Sí Mismo, tienes que darte cuenta que en esta Tierra es casi imposible amar a Dios con un total desprendimiento. Dios tiene que hacer esa obra milagrosa en ti, y lleva mucho tiempo. Él te dará un amor más puro según marches por el camino, pero eso depende de Él.



DIFERENTES LLAMADOS

¿Prefieres ver los dones de Dios obrando en ti en vez de en otros? ¡Eso es apego propio! ¿Crees que exagero hasta qué punto llegará Dios para desprenderte de tu egoísmo? Te perseguirá sin tregua hasta que seas del todo puro. Nada es tan celoso, tan severo, y tan sensible como Su amor puro. Lo que una persona normal y corriente vea como algo necesario tener, Dios se llevará de una persona a la que Él está purificando.

Pero quiero que te des cuenta de que Dios no persigue así en esta vida a todo el mundo. Hay muchos creyentes a los que Él deja con cierto grado de interés propio. Las bendiciones y dones que Dios les da les consuelan. Sería peligroso quitarles estos consuelos. Personas así glorifican a Dios por Su bondad. Obtienen ganancia de lo que Dios les ofrece y ellos se lo agradecen. Pero algunos son llamados a ir más allá de este punto y sólo buscar la gloria de Dios, como hizo Jesús.

Nunca debes despreciar a nadie que no sea llamado a caminar el mismo camino que tú. Dios quiere lo que Él quiere de cada uno. No quieras escapar si Dios te llama más adelante, y no trates de investigar más a fondo si Él no lo hace.



(Por gentileza de E. JOSUÉ ZAMBRANO TAPIAS)

2 comentarios:

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