¡Santo Señor!
He pecado, inúmeras veces, y he sido culpable de orgullo e incredulidad, de fallar en encontrar Tu mente en Tu Palabra, de negligencia en buscarte a Ti en mi vida diaria.
Mis transgresiones e inconsistencias se me presentan con una lista de acusaciones; más te exalto porque éstas no van a ir contra mí, gracias a que todo se ha colocado sobre Cristo.
Continúa sometiendo mis corrupciones, y concédeme la gracia de vivir por encima de ellas. No permitas que las pasiones de la carne, ni de las concupiscencias de la mente lleven mi espíritu a sujeción, sino gobiérname en libertad y poder.
Te agradezco que muchas de mis oraciones fueran negadas. Yo pedí mal o no pedí. Oré a partir de mis concupiscencias y fui sido rechazado. Anhelé Egipto y me fue dado un desierto.
Continúa con Tu obra paciente, respondiendo "no" a mis oraciones erradas y llevándome a aceptar esto. Purifícame de todo deseo falso, de toda aspiración vil, de todo lo que es contrario a Tus estatutos.
Te doy gracias por Tu sabiduría y Tu amor, y por todos los actos de disciplina a la que estoy sujeto, a veces me pusiste en el horno para refinar el oro y quitar mí escoria.
Ningún juicio es tan difícil de soportar como el sentido del pecado. Si Tu me permitieses elegir entre vivir en el placer y mantener mis pecados, o que me queme en el juicio, dame aflicción santificada.
Líbrame de todo hábito malo, de cada crecimiento de pecados anteriores, de todo lo que ofusca el brillo de Tu gracia en mí, de todo lo que me impide deleitarme en Ti. Entonces te glorificaré, Dios mío por ayudarme a ser recto.
"El Valle De La Visión"
(Por gentileza de E. Josué Zambrano Tapias)
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