Pablo
en su carta a los Colosenses arroja más luz sobre las cosas de
Arriba en la Cuarta Dimensión y las de abajo en la Tercera
Dimensión, advirtiéndonos sobre cual ha de ser el enfoque
correcto para nuestras vidas.
Él
nos dice que las cosas ocurren en el sentido o dirección de Arriba
hacia abajo:
Col.
3:1
Si,
pues, habéis
resucitado
con Cristo, buscad las cosas de
arriba,
donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. 2
Poned la mira en las cosas de arriba, no en
las de la tierra. 3
Porque habéis muerto,
y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.
Dice
que nuestra vida está escondida con Cristo en Dios y que Dios y
Cristo están Arriba. Es decir, que nuestra vida real está
escondida allí Arriba y no aquí abajo.
¿Cómo
encontrar esta vida escondida? ¿Cómo descubrirla?
Perspectiva incorrecta de abajo hacia Arriba |
Pablo
también nos dice que hemos de haber experimentado la vida en
resurrección tras haber muerto a nosotros mismos. Desgraciadamente,
hasta que alcanzamos la madurez actuamos como si no la tuviéramos;
pues en lugar de poner la mira en las cosas de Arriba, la ponemos en
primer lugar en las de la Tierra, para después alzar los ojos y
pedir a Dios que obre según lo que hemos deseado o visto o
dilucidado como mejor nos parece desde en nuestra propia prudencia
aquí abajo; esto es pretender dirigir el Cielo desde la Tierra;
es decir, según lo que nosotros queremos, según nuestra voluntad,
opinión, gusto, plan o deseo.
Eso
es justo lo contrario de lo que el Señor nos manda y por ello no
acabamos de encontrar esa vida escondida que Él tiene para
nosotros.
En
lugar de mirar primero Arriba y decir:
“Señor,
¿cual es mi llamado, mis dones mi ministerio?¿Cual es la porción
escondida de vida allá Arriba que me tienes reservada para hoy? …
Gracias por mostrármelo. Ahora te pido que cumplas esa voluntad Tuya
para mí, ayudándome a ser o a hacer lo que me has revelado. Gracias, en el
nombre de Jesús”.
Pensamos
lo que nos apetece para el día o para el futuro y oramos:
“Señor,
me gustaría ser esto o aquello, me gustaría tener esto o aquello,
hoy me gustaría hacer esto, eso otro y aquello de más allá. Por
favor ayúdame a conseguir mis deseos y metas. Gracias, en el nombre
de Jesús”.
En
lugar de tener “puestos los ojos en Jesús, el autor y
consumador de la fe” (Heb. 12:2), ponemos los ojos en nuestras
pequeñeces, en las cosas del mundo de aquí abajo. De esta manera la
oración nace de lo que estimamos ser nuestras necesidades terrenales
y no de las necesidades celestiales emanadas del Trono celestial.
Hay
un versículo al que llamamos la 'Alfombra Roja'
Efe.
2:10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para
buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano
para que anduviésemos en ellas.
Yo
imagino al Señor extendiéndonos una alfombra poco a poco, para que
avancemos por el camino que nos tiene trazado de antemano. Él lo
hace un paso a la vez, el paso que ilumina la lámpara de Su
Palabra, como cuando uno camina en la noche con una linterna, que
solo ilumina unos pocos pasos por delante. Pero Su Palabra también
es lumbrera, y las lumbreras (luna y estrellas) antiguamente
eran las que orientaban la dirección de los peregrinos durante la
noche, cuando había poca o ninguna luz. Cuando aprendemos a escuchar
y discernir correctamente la voz de Dios Él nos da Palabras estratégicas direccionales, y también Palabras tácticas
sobre los siguientes pasos a tomar. Nunca nos adelanta todo el
trazado, para que necesitemos depender de Él continuamente y no
echemos a correr por caminos errados:
Sal.
119:105 Nun
Lámpara
(linterna) es a mis pies tu palabra,
Y lumbrera (luminaria o lumbrera) a mi camino.
Y lumbrera (luminaria o lumbrera) a mi camino.
Hablaremos
un poco más de esta Alfombra después.
Es,
permítaseme esta forma de hablar, como si en el Cielo todo estuviera
concentrado en un “punto”: JESUCRISTO, en el cual convergen las
líneas Alfa y Omega. Dicho punto es el SOY, el AHORA, el
principio (origen) y el fin (destino) de todas las cosas.
Todo procede de y va hacia ese “punto”, y ese “punto” está
Arriba en el Cielo y no abajo en la Tierra. Dice Pablo en Efesios:
Ef.
1:9
... el cual (el
Padre)
se había propuesto en Sí mismo, 10 de reunir
todas las cosas en Cristo,
en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las
que están en los cielos, como las que están en la tierra.
No
entender estas cosas y continuar orando y actuando como hasta ahora
será un esfuerzo un tanto fútil.
De Arriba hacia abajo (correcto) |
No
olvidemos que la Luz (la Vida) fluye de Arriba hacia abajo; de la
cepa a los pámpanos; de lo real a lo por manifestarse. Esto ocurre
cuando lo ESCONDIDO o INVISIBLE, que no es lo mismo que inexistente,
se manifiesta. La Luz es lo que manifiesta lo escondido o que está
en obscuridad para que pueda ser visto.
Arriba
está la REALIDAD, el modelo original (la verdad, el origen); abajo el reflejo o
sombra proyectado de tal original. Por ello, lo que hacemos aquí
abajo es caminar sobre la sombra de la verdad o realidad de Arriba.
También
es sabido que la sombra desaparece coincidiendo o ajustándose con el
objeto real (la sombra estaría justo bajo el objeto, que en ese
momento la está tapando), cuando está justo en la vertical, al
mediodía, ¡el momento de luz más intensa o directa! Esto ocurre lo
celestial se materializa en la Tierra.
¿Se
imaginan al Padre de la Luces allá Arriba con millones de linternas,
proyectando Su luz sobre cada uno de Sus hijos aquí abajo en la
Tierra, iluminando para ellos sendos caminos o planes de vida?
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