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GILGAL - Cap. 4: EL ESTABLECIMIENTO DE UN PUEBLO APOSTÓLICO, Thamo Naidoo


 Cuando toda la gente acabó de pasar el Jordán, Yahweh 
habló a Josué y le dijo: «Tomad del pueblo doce 
hombres, uno por cada tribu, y dadles esta orden: 
"Tomad de aquí, de en medio del Jordán, del lugar donde 
han puesto sus pies los sacerdotes, doce piedras, las 
cuales llevaréis con vosotros, y las depositaréis en el 
lugar donde habéis de pasar la noche"». Entonces Josué 
llamó a los doce hombres que él había designado entre 
los hijos de Israel, uno por cada tribu. Y les dijo Josué: 
«Pasad ante el Arca de Yahweh, vuestro Dios, hasta el 
medio del Jordán, y cada uno de vosotros tome una 
piedra sobre su hombro, conforme al número de las 
tribus de los hijos de Israel, para que esto quede como 
una señal entre vosotros. Y cuando vuestros hijos 
pregunten a sus padres mañana: "¿Qué significan estas 
piedras?", les responderéis: "Las aguas del Jordán fueron 
divididas delante del Arca del pacto de Yahweh; cuando 
ella pasó el Jordán, las aguas del Jordán se dividieron, y 
estas piedras servirán de monumento conmemorativo a 
los hijos de Israel para siempre"». Los hijos de Israel 
hicieron tal como Josué les mandó: tomaron doce 
piedras de en medio del Jordán, como Yahweh lo había 
dicho a Josué, conforme al número de las tribus de los 
hijos de Israel, las llevaron al lugar donde acamparon y 
las depositaron allí. Josué también levantó doce piedras 
en medio del Jordán, en el lugar donde estuvieron los 
pies de los sacerdotes que llevaban el Arca del Pacto, y 
allí han estado hasta hoy”. (Josué 4:1-9) 

Doce hombres, cada uno representante o líder de las 
tribus de Israel, habían tomado doce piedras del lecho 
del río Jordán y las pusieron en Gilgal. Este acto 
simbólico sirvió como un memorial que narraba la 
historia a las futuras generaciones israelitas de cómo 
Dios llevó a sus padres por el río Jordán para 
establecerlos como una nación soberana en una tierra 
extranjera. Las doce piedras, con toda probabilidad, 
tipificaban y apuntaban a la formación de un pueblo especial” en la tierra que tenía que ser santificado y 
gobernado por una constitución divina 71. Al Dios edificar 
una nación nueva en la Tierra, Él establecerá Su Reino 
justo y traerá de vuelta todas las cosas a Sí Mismo. Las 
doce piedras puestas por los doce hombres 
establecieron el patrón, para que las futuras 
generaciones estudiaran cómo Dios edifica Sus propósitos 
dentro de la Tierra. Con respecto a esto, Gilgal puede 
enseñar a la Iglesia muchos principios que son aplicables 
para nuestro entendimiento de la naturaleza y función 
del ministerio apostólico. 

Antes que exploremos el ministerio de los Apóstoles (y 
del pueblo apostólico), hay ciertas observaciones 
deducidas en Gilgal que proveerán valioso 
discernimiento en un entendimiento de la estación 
presente que la Iglesia está enfrentando: 

Primero, los doce hombres fueron instruidos a entrar al 
Jordán y sacarlas doce piedras sólo después de que 
todo el pueblo hubiera cruzado completamente el río 72.
Implícita está la noción que todo el pueblo tenía que 
cruzar primero o hacer la transición dentro de la nueva 
dispensación antes de que las piedras pudieran ser 
quitadas del Jordán. En otras palabras, el proceso de 
edificación sólo pudo ser iniciado después de que la 
nación entera hubo hecho la transición dentro de la 
nueva estación. Es evidente que nada puede ser 
edificado durante un tiempo de inundación o en un 
período de transición. La colocación de los fundamentos 
en la vida de la Iglesia, sólo puede ocurrir después de 
que el difícil proceso de transición haya sido 
completado. 

Segundo, la selección de un representante de cada tribu 
fue una indicación de la unidad de las tribus. Esto reflejó 
la unificación de las doce tribus trabajando 
armoniosamente bajo el mandato de Dios en las 
circunstancias de mucha prueba (río inundado), por 
medio de quitar las piedras del Jordán y colocarlas en su 
lugar de morada. De esto, podemos asumir que la 
unidad es, sin duda, un requerimiento importante en el 
proceso de preparación para lo que está adelante para 
la nación. Esto enfáticamente alude al hecho de que un 
pueblo dividido será un obstáculo para la 
implementación efectiva de las intenciones divinas en 
cualquier estación dada. No hay duda, en mi mente, de 
que la desunión retarda el impulso de la voluntad de 
Dios revelándose en la Tierra. Sin embargo, el ministerio 
apostólico exhibido por los doce, demuestra el espíritu 
de equipo necesario para edificar sinérgicamente los 
propósitos de Dios en la Tierra. 

Tercero, las piedras fueron tomadas del lugar donde los 
pies de los “sacerdotes se pararon firmes” 73. Parecerá 
probable que las mismas piedras sobre las cuales los
sacerdotes se habían tenazmente parado, fueron sacadas 
del turbulento e inundado Jordán para servir como 
memorial para las futuras generaciones de Israel. Por 
esto, podemos deducir que las piedras que proveyeron 
un firme fundamento para que el sacerdote se parara 
sobre ellas y para que llevara el Arca del Pacto en un río 
sobreabundante, debían convertirse en el “tipo” de 
fundamento que sería usado para edificar el pueblo de 
Dios en la Tierra. A partir de este punto, emerge el 
testimonio de que “las aguas del Jordán fueron divididas 
delante del Arca del Pacto de Yahweh; cuando ella pasó el 
Jordán, las aguas del Jordán se dividieron; y estas 
piedras servirán de monumento conmemorativo a los 
hijos de Israel para siempre” 74. Para todos los intentos y 
propósitos, puede ser declarado que los principios de 
Dios son llevados sobre los hombros de esos individuos 
santificados que han fundado sus vidas sobre la roca de 
Su Palabra. Son estos principios probados, que han 
soportado las pruebas de la vida, los que serán el 
fundamento sobre el cual la nación de Dios será 
edificada. Los apóstoles traen estos principios a la 
Iglesia de Jesucristo. 

 

Significado Espiritual del Número Doce 

No se pueden estudiar las Escrituras sin llegar al punto 
de vista que hay un uso coherente de los números que  
expresan verdades espirituales. Connor acertadamente 
afirma: “Dios es en realidad el maravilloso numerador y 
nosotros necesitamos comprender Su uso de los 
números” 75. Sin embargo, un estudiante debe ser 
aconsejado que haga cautelosamente todo intento para 
permanecer dentro de los límites de un juicioso uso de 
los números al interpretar las Escrituras.
No obstante, en Gilgal, es evidente que la elección de los 
doce hombres llevando las doce piedras comunica un 
principio divino que casi de manera segura revelará su 
más pleno significado en el Nuevo Testamento. En este 
número, se halla la futura función y ministerio de los 
Apóstoles (y el ministerio apostólico) en la Iglesia. El 
número “doce” es un símbolo para el gobierno, la 
autoridad y la plenitud apostólica 76. Se destaca de 
manera prominente en la historia redentora de la nación 
de Israel y en las referencias proféticas para la Nueva 
Jerusalén, la ciudad de Dios (Apocalipsis 21-22). 77 Las 
muchas alusiones al número doce, simbólicamente 
apuntan a la estructura de los ministerios de 
fundamento en la Iglesia, al orden o gobierno de Dios en 
Su Reino y Su autoridad soberana en la Creación. 
Además, Jesús acentúa este principio en el 
nombramiento de los doce apóstoles. 
Mientras se da poco trasfondo de información a estos 
individuos en todas las Escrituras del NT, la tradición de 
Los Doce es firmemente enfatizada y mantenida. De 
esto podemos deducir que las personas en “Los Doce” no 
fueron tan prominentes como el principio al que el 
número Doce aludía. Un estudio detallado de Los Doce 
Apóstoles revelará que ellos funcionaron en relativa 
oscuridad. Las Escrituras sobre ellos o sobre sus exactos 
ministerios proveen poca información después de la 
Ascensión de Jesús. 
Parecería que mientras había coherente referencia a Los 
Doce, los detalles de cada uno de Los Doce no eran tan 
significativos. Entonces la visión es comunicada que 
hubo un intento de preservar la tradición de los Doce 
más que preservar la identidad de cada uno de ellos. El 
énfasis no estaba en las personas sino en el significado 
simbólico del principio, representado por el número doce”. Con respecto a esto, puede afirmarse que el 
principio de Los Doce fue significativo para comunicar la 
idea de gobierno divino (o estructura) para todo lo que 
Dios construye (construyó) en la Tierra.

Por esta razón puede ser expuesto que lo apostólico está 
directamente conectado a un diseño, patrón y orden 
específico que debe ser divinamente establecido en la 
Tierra. Me refiero a este principio de como edificar 
apostólicamente, esto es, líderes (o gente) que son 
comisionados por el Señor con el mandato de edificar 
estrictamente de acuerdo con el revelado patrón 
celestial. Ellos están bajo la autoridad del “enviado” y 
no pueden desviarse del plan original. Por lo tanto, no 
puede haber una enmienda a este plan. 

El Antiguo Testamento rebosa de ejemplos de personas 
edificando apostólicamente. Noé edificó el Arca según el 
diseño celestial 78. Moisés metódicamente siguió las 
instrucciones exhaustivas del Señor en la edificación del 
Tabernáculo y en el elaborado sistema religioso del 
judaísmo 79. Salomón cuidadosamente siguió los planes 
escritos entregados a él por su padre David 80. Aún Elías 
adoptó el principio apostólico cuando re-edificó el 
altar por medio de poner las doce piedras 81. 

Evidentemente, los varios programas de edificación 
registrados en el Antiguo Testamento son sombras y 
tipos apuntando a la “nación”, a la “ciudad” y al pueblo” que el Espíritu Santo está edificando a través 
de la obra sacrificial de Jesucristo en la Tierra. El 
mensaje de la Reforma Apostólica apela a los cinco 
ministerios para edificar la Casa de Dios de acuerdo con 
el “patrón”. El Profeta Ezequiel fue instruido a describir 
el patrón a Su pueblo para la edificación de Su morada 
eterna. Tú, hijo de hombre, muestra a la casa de Israel esta 
casa, y avergüéncense de sus pecados; y midan el diseño 
de ella. Y si se avergonzaren de todo lo que han hecho, 
hazles entender el diseño de la casa, su disposición, sus 
salidas y sus entradas, y todas sus formas, y todas sus 
descripciones, y todas sus configuraciones, y todas sus 
leyes; y descríbelo delante de sus ojos, para que guarden 
toda su forma y todas sus reglas, y las pongan por 
obra”. (Ezequiel 43:10–11) 

 
El Ministerio Apostólico Definido 

El Oficio del Apóstol (como el de todas las gracias de los 
cinco ministerios) fue instituido por Jesucristo para el 
beneficio de la Iglesia 82. Estas cinco gracias (griego, 
domata 83) son realmente un reflejo de la naturaleza del 
don (Cristo) a Su cuerpo (la Iglesia). En un sentido 
técnico, las cinco gracias revelan los dones “materiales” 
dados para las necesidades de la Iglesia. Con respecto a 
esto, el Oficio del Apóstol debe ser visto como que se le 
ha entregado un especial don de gracia (como el resto 
de las cinco gracias) para una función específica dentro 
del Cuerpo de Cristo. Sin embargo, debe ser 
mencionado que Cristo no instituyó un sistema 
jerárquico de ministerio sino categorías de autoridad 
para actuar como siervos-esclavos en representación de 
Él para la edificación de Su pueblo en la Tierra. El 
ministerio de los Apóstoles no sólo establece una 
autoridad representativa sino también en realidad trae a 
Cristo a la Iglesia. El rechazo de los enviados por Cristo 
es equivalente a rechazar a Cristo Mismo: 84

El que a vosotros recibe, a mí me recibe; y el que me 
recibe a mí, recibe al que me envió”. (Mateo 10:40) 

La palabra griega usada para Apóstol en el Nuevo 
Testamento es apostolos. Expresa el siguiente 
significado: “uno enviado” o “que actúa como un 
embajador o mensajero85. Estos son mensajeros 
comisionados llevando un mensaje o mandato específico 
de parte de su rey. Quizás, la definición más cercana 
para Apóstol en el Antiguo Testamento, que amplifica la 
definición del Nuevo Testamento, es mal’akh 86. Se 
refiere a alguien que ha sido expedido como un 
apoderado, representante, mensajero o heraldo. El 
Antiguo Testamento, cuando Dios está haciendo el 
envío, puede referirse a un ángel (mal’akh), a un 
profeta, a un sacerdote o a un maestro. En un sentido 
general a menudo se refiere a un embajador, 
representando a quien envía, en negociaciones oficiales 
o en alguna misión específica. Otra palabra paralela 
para apostolos puede hallarse en el término rabínico 
shaliah. Ambos comparten el mismo significado. En el 
círculo de rabinos, se dice que “el agente de un hombre 
es como él mismo”, y que los actos de los agentes 
implican al principal 87. 

A partir de esta definición, podemos decir que el 
ministerio de un Apóstol está gobernado por una
relación única con el que lo envía y es esclavo a la 
voluntad y deseo de aquel que lo envía. El Oficio del 
Apóstol es distintivamente revelado. Ellos han sido 
apropiados para Cristo de manera única como para 
representarlo a Él en sus propias personas. Con 
respecto a esto, puede afirmarse que ellos actúan en la 
persona del Señor Mismo. Por lo tanto, la dignidad y el 
valor de los Apóstoles no yacían en ellos mismos sino en 
aquel que los enviaba. Los verdaderos apóstoles no 
colocan sus agendas y ambiciones personales por 
encima de Su maestro. Ellos renuncian al derecho de 
auto-determinación y se comprometen al camino de Su 
Dios. El mensaje y las acciones de ellos están atados 
entre sí, de este modo disfrutan y ejercen gran 
autoridad. 


El Ministerio Apostólico Expandido 

Los doce hombres, quienes sacaron las piedras del río, 
traen luz al significativo rol que el ministerio de los 
Apóstoles juegan en el nacimiento, establecimiento y 
crecimiento de la Iglesia. Gilgal nos enseña que los doce 
hombres estaban “preparados” antes de la 
implementación del propósito de Dios en la Tierra. De 
esto, aprendemos que Dios usa a gente para cumplir o 
implementar Sus propósitos en la Tierra 88. Jesús dijo que Él edificará Su Iglesia”, pero el simple hecho es que Él 
emplea gente para edificar 89. En el inicio del ministerio 
de Jesús, hubo un proceso selectivo adoptado que guió a 
la elección de los doce que se convirtieron en Sus 
apóstoles y en los constructores de Su Iglesia. 

Actualmente, la Iglesia global está siendo testimonio del 
surgimiento de Apóstoles que están trayendo del 
Jordán, los principios y las estrategias fundamentales 
para edificar una nueva nación en la Tierra. En ellos, se 
halla la gracia de los mayores sabios maestros de obra 
que humildemente enseñarán y guiarán al pueblo para 
edificar correctamente. Ellos son los oráculos enviados 
de Dios quienes traen a la Iglesia, las piedras de frescas 
revelaciones, que son los hitos antiguos establecidos 
antes de los fundamentos de la Tierra. De acuerdo con 
Pablo, los Apóstoles y Profetas han sido dotados con 
gracia para decodificar los misterios que han estado 
ocultos desde generaciones previas 90. Ellos tienen la 
responsabilidad de traer iluminación a la Iglesia en 
relación a la voluntad y el consejo de Dios. Ellos 
aseguran de manera protectora que estrictos 
procedimientos bíblicos son ejecutados en la 
construcción de la Casa de Dios. 

Kevin Connor afirma que en los últimos días habrá un 
testimonio visible de los Apóstoles en la Tierra que serán 
modelados según el patrón ministerial de Pablo. Estos 
Apóstoles tendrán “el carácter, las calificaciones, la 
revelación y el ministerio que Pablo tenía” 91.Hay una enseñanza teórica que dice que en los últimos 
días la Iglesia será de nuevo guiada por los doce 
Apóstoles, uno de los cuales “caerá” (como Rubén de los 
12 hijos, y Judas de los 12 Apóstoles) para convertirse en 
el anticristo del último día (Administrador del blog: No creemos en la 
tradicional doctrina de un anticristo que gobernará el mundo; más bien, a la 
fecha en que publicamos este capítulo, estamos asistiendo a la caída de Misterio 
Babilonia y los planes de algunos de instalar un líder que dirija el Nuevo Orden 
Mundial han fracasado. Estamos asistiendo a la conformación de un mundo 
multipolar y al traspaso gradual del gobierno a los Santos del Altísimo, como 
Daniel profetizó). Tal escuela apostólica estaría 
compuesta por Apóstoles Gentiles de varias razas. Tal 
enseñanza está basada en el simbolismo de las 12 
estrellas coronando a la iglesia de los últimos días 
(Apocalipsis 12), y el significado de los 24 ancianos de 
Apocalipsis (12 Apóstoles del día primitivo y 12 del 
último día). Obviamente, necesitamos miles de 
Apóstoles para completar la perfección de la iglesia y la 
evangelización del mundo. Pero es también grande y 
muy emocionante contemplar que igual como comenzó 
la Era de la Iglesia con 12 apóstoles judíos liderando una 
Iglesia básicamente judía, la Era terminará con 12 (o un 
número representativo de) los apóstoles gentiles 
liderando a la Iglesia gentil. Tales Apóstoles serían una 
categoría muy especial, y sólo podrían ser unidos por 
Dios Mismo”. 92 

Mientras, lo que él menciona abre la puerta para 
debatir, no se puede evitar reconocer el estado 
desdichado de la Iglesia y la necesidad de ministerio 
apostólico auténtico para restaurar el orden divino entre 
el pueblo de Dios. Podría decirse que, la ausencia de 
apóstoles en los ministerios y congregaciones es 
posiblemente una de las razones para el estado 
impreciso y disfuncional de la Iglesia global. La historia  
abunda de ejemplos de extraños tipos de edificios que 
han distorsionado el cuadro del perfecto edificio que 
Dios ha predeterminado para Su lugar de morada. Uno 
debe hacer la pregunta si la razón principal para los 
patrones y diseños erróneos es atribuida a la ausencia 
de la gracia del Apóstol en la Iglesia. Si seguimos el 
patrón de las Escrituras, entonces debemos asumir que, 
sin la gracia del Apóstol, habrá siempre confusión 
rugiendo sobre la naturaleza exacta de los detalles del 
plan de Dios para Su Casa. Es, por lo tanto, de 
fundamental necesidad que los líderes de las 
congregaciones identifiquen la gracia del Apóstol en 
toda la Iglesia y establezcan una relación de pacto con 
ellos para que puedan ser de beneficio a la congregación 
local. 

 
Pilares Apostólicos 

Hay una declaración profética comunicada por los doce 
hombres que aparte de llevar las doce piedras del 
Jordán, también llevaron las doce piedras de Gilgal y las 
colocaron en el Jordán. Por esta acción, ellos estaban 
probablemente apuntando a un orden gubernamental 
futuro que tenía que ser divinamente establecido. Estas piedras” transmiten un claro cuadro para la Iglesia del 
Nuevo Testamento de un orden futuro donde Dios 
edificará una nueva nación en la Tierra que se 
conformará a la imagen de Cristo. Pedro se refiere a 
estas personas como “piedras vivas” siendo construidas 
dentro de una casa espiritual que ofrecerá sacrificios 
espirituales aceptables a Dios a través de Jesucristo. 93 

Dios instruye explícitamente a Sus siervos para edificar 
altares, ciudades, y el templo usando las piedras 
extraídas. Hay muchas alusiones escriturales para el uso 
de las piedras. Aun el Templo de Salomón fue edificado 
con piedras sin cortar 94. Moisés mencionó que las Leyes 
fueron inscritas sobre las doce piedras 95. Las piedras 
tipifican las doce tribus de Israel. Sobre estas piedras, la 
constitución de Dios reflejaba las Leyes Divinas, las cuales 
gobernaban a la nación judía entera. Los principios de 
estas Leyes debían asistir al pueblo a conformarse a una 
forma celestial de vivir.  En el Antiguo Testamento, 
hay muchos ejemplos de la metodología de Dios para edificar. 
Un ejemplo es que Dios edifica Su casa cortando primero Sus 
pilares. En Proverbios, es claramente mencionado que la 
sabiduría edifica la casa por medio de cortar sus columnas: 

La sabiduría edificó su casa, labró sus siete columnas. 
(Proverbios 9:1) 

La piedra que Jacob usó como almohada, la cual 
después fue ungida con aceite y denominada columna, 
es uno de los tipos más proféticos, resaltando el rol 
significativo que las columnas juegan en las Escrituras y 
en la edificación de la Casa de Dios 96.


Y esta piedra que he puesto como columna (énfasis mío), 
será casa de Dios; y de todo lo que me dieres 
ciertamente el diezmo apartaré para ti”. (Génesis 28:22) 

Con toda probabilidad, esta es la referencia que Jesús 
hizo, cuando Él declaró: “sobre esta roca edificaré Mi 
Iglesia” 97. Es, por lo tanto, evidente que Dios edifica Su 
Iglesia con columnas y piedras. 

La palabra hebrea “matstsebah”, para columna, se refiere 
a “algo que está ubicado, colocado o erigido” 98. 
La raíz (hebrea natsab) para esta palabra está asociada a 
la idea de ubicar algo o a alguien en un lugar específico. 
Retrata varias posturas de posición, a menudo en 
posiciones de autoridad. En Salmos, esta palabra 
(natsab) aun describe a Dios parado en la congregación 
99. A partir de estas palabras podemos asumir que Dios, a 
través de la gente que Él ubica en lugares estratégicos 
en la Iglesia, Él Mismo está parado en una posición de 
autoridad sobre Su Iglesia. En otras palabras, puede 
decirse que Dios se para en Su casa a través de la gente 
que Él coloca en varias posturas del ministerio. 

Los líderes de la iglesia contemporánea deben tomar 
conocimiento del principio extraído de este ejemplo: no 
puede haber implementación de un nuevo orden o 
estructura en sus congregaciones, sin primero buscar 
identificar y desarrollar a las personas que serán las 
columnas en la congregación. 

Estas columnas impedirán que la “edificación” caiga 
durante los tiempos de prueba. Muchos líderes, 
impulsivamente, presentan nuevas estructuras en sus 
congregaciones sin darse cuenta que la gente son la 
estructura del programa de edificación de Dios. Es, por 
lo tanto, imperativo que los líderes edifiquen a la gente y 
no sólo programas mantenidos por la gente. Estas son 
las personas que han sido extraídas del Jordán y han sido 
formadas por la mano creativa del Señor. Ellos reflejan 
la palabra inscrita por el Señor sobre las tablas de sus 
corazones y se han convertido así en la Palabra del Señor 
para la nueva estación. 

Los doce Apóstoles eran Sus columnas 100. Ellos cargaban 
en sus hombros la carga del Señor para Su Iglesia. Las 
columnas son una forma pintoresca de describir la 
manera en la cual Dios ha elegido pararse en medio de 
Su pueblo. Dios se para en la congregación a través de 
columnas. Por lo tanto, los líderes deben cumplir sus 
asignaciones identificando a esos individuos que llevan 
la unción para ser los pilares en los diferentes 
ministerios en la congregación. Aún Jesús cortó Sus 
columnas, los doce Apóstoles, antes de edificar Su 
Iglesia. Los líderes deben seguir este ejemplo por medio 
de seleccionar inicialmente a sus columnas antes de 
buscar edificar sus congregaciones. Tales individuos 
deben tener el aceite de la unción sobre ellos para 
cumplir sus responsabilidades en la congregación. No 
pueden ser novatos o individuos que sean fácilmente 
influenciados por los desafíos que puedan enfrentar. 

Una de las maneras de seleccionarlos es identificando si 
ellos son verdaderamente hijos (discípulos) de aquel que 
los lidera. Timoteo era un verdadero hijo de Pablo, en 
que a él se le podía confiar la responsabilidad y el 
cuidado de la Iglesia en Éfeso. Pablo sabía que él no se 
desviaría de lo que le había sido comisionado apostólica 
y proféticamente para hacer. En esencia, las columnas a 
menudo son los hijos espirituales del líder en que ellos 
llevan y reflejan la semilla del padre (la semilla es la 
visión del Señor para Su Iglesia dentro de un contexto 
específico). Los hijos reflejan la imagen y el carácter de 
su padre espiritual. Un líder divino conocerá a sus hijos 
por la semilla que ellos llevan. Aún el gran rey David 
desarrolló y estableció su reino alrededor de sus hijos 101. 

Estas columnas sostienen el Templo de Dios. Si no hay 
columnas, entonces la edificación tambaleará y caerá. 
Sansón resalta este punto cuando él reúne toda su 
fuerza para derribar las columnas del templo filisteo, 
consecuentemente destruyendo a los señores filisteos y 
al pueblo en el templo 102. Producir tales columnas en la 
congregación local implica un serio esfuerzo para 
discipular a las personas. Hay posiblemente muchos 
programas que pueden desarrollar a la gente, pero a mí 
me gustaría sugerir tres programas: revelacional, 
relacional y generacional. 

El proceso revelacional de discipulado está conectado a 
la completa revelación de todo lo que uno recibe 
directamente de parte del Señor. Es la transmisión de 
toda la revelación de Dios para el ministerio. Los líderes 
deben exponer, a sus hijos, todo lo que ellos han 
recibido de parte del Señor. No debe haber nado oculto. 

El abordaje relacional es una operación práctica del 
ministerio presentada por un estilo de vida que pueda 
ser emulado. Los líderes deben demostrar a sus hijos, 
un ejemplo que será deseosamente perseguido. 
El mensaje de ellos debe ser congruente con su estilo de 
vida. 

La edificación generacional involucra la práctica 
patriarcal de impartir y transferir responsabilidad para la 
continuidad del propósito divino en la Tierra. En esto, 
yace la fluida transferencia del bastón a una generación 
que fielmente preservará la voluntad de Dios en la 
Tierra. 
 

Fundamentos Apostólicos 

Al poner las doce piedras en el campamento, un 
principio divino fue establecido para que las futuras 
generaciones lo siguieran. Ellos estaban comunicando un 
principio apostólico para la edificación: Cualquier cosa 
que Dios edifica es construida sobre un fundamento 
sólido. La casa que Dios está construyendo está fija en 
Cristo, el fundamento firme. Jesús mencionó que Él 
edificaría Su Iglesia sobre la “roca” de la confesión de 
Pedro. Por medio de Pedro declarar: “Tú eres el Cristo, 
el Hijo del Dios viviente”, una declaración por revelación 
fue hecha confesando que Cristo, el Logos, era la 
encarnación de Dios 103. Literalmente, esto infiere que la 
Iglesia de Jesucristo será fundada sobre la Palabra de la 
confesión de Pedro, es decir que sobre la inamovible 
Palabra, la examinada y probada piedra preciosa del 
fundamento, el Templo de Dios será edificado. 

Un rasgo distinguido del ministerio de los Apóstoles (y 
los Profetas) en el Nuevo Testamento está asociado a los fundamentos”: Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y 
profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo 
mismo” (Efesios 2:20).

Este versículo puede ser interpretado de diferentes 
maneras, cada una de ellas comunicando verdades 
importantes. Esta declaración plasma la verdad saliente 
que los mensajes de los verdaderos Apóstoles son en 
todo tiempo Cristo-céntricos. Esencialmente, Cristo es 
el fundamento sobre el cual ellos edifican el fundamento 
de la Iglesia. Los apóstoles que son enviados de parte de 
Dios no predican cualquier cosa sino el evangelio de 
Cristo y Su Reino 104. Ellos no atraen la atención hacia 
ellos mismos, sino hacia aquel que los envía. Si algún 
apóstol atrae la atención hacia sí mismo, entonces tal 
individuo definitivamente no es enviado de parte de
Dios sino que busca gloria personal. Las credenciales del 
ministerio apostólico auténtico no sólo buscan exaltar y 
glorificar a Dios sino también demuestran un estilo de 
vida verdadera y justa 105. 

Además, este versículo no implica que los Apóstoles y 
Profetas pongan fundamentos como en el concepto 
tradicional de plantar iglesias, el cual es sostenido por 
los círculos misioneros. Es bastante evidente en el 
Nuevo Testamento, que no todos los Apóstoles (y 
Profetas) han fundado iglesias. Sin embargo, está claro 
que todos ellos jugaron un rol integral en el 
establecimiento de los creyentes y las congregaciones 
en los principios, las doctrinas y las verdades 
fundamentales del Nuevo Pacto. Ellos ponen la 
sub-estructura de la edificación para que la 
súper-estructura pueda ser edificada. Por lo tanto, 
parecería que el ministerio de los Apóstoles debía 
establecer los principios fundamentales en el sistema 
operativo de la mente del creyente para que cuando 
sean activados, los regulen y guíen para vivir para Cristo. 
Pablo menciona que él edificó como un sabio maestro 
constructor: él estableció el fundamento y otro edificó 
sobre él”.Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo, 
como perito arquitecto, puse el fundamento, y otro 
edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica”.
(1ª Corintios 3:10) 

Los viajes de Pablo exponen el método que él empleaba 
para establecer a los creyentes. Esto involucraba la 
función de “confirmar” o fortalecer a las congregaciones 
en la fe. Él hacía esto evaluando sus fortalezas y 
debilidades, por lo tanto los ministraba en consecuencia. 
Cualquier “fundamento” impreciso era expuesto y 
tratado. 

Desde otra perspectiva, los apóstoles están dotados 
espiritualmente con la gracia y la habilidad para poner 
principios fundamentales (o elementales) de la fe dentro 
del corazón del creyente. Ellos tienen esta gracia única 
para plantar la “semilla” de la Palabra de Dios en el 
vientre del creyente para que cuando sea concebida 
produzca a Cristo. Las doce piedras probablemente 
hacen referencia a los principios de la Palabra de Dios 
instalados dentro el corazón del creyente. En ellos, se 
halla la sabiduría y el consejo de Dios que regula e 
influencia el estilo de vida del creyente. 

 

Sabiduría Apostólica 
Otra característica significativa del ministerio apostólico 
es el uso de la sabiduría como el “amo artesano” para 
edificar los propósitos de Dios en la Tierra. Los líderes de 
los cinco ministerios son alentados a comprometer la 
Sabiduría como el principal artesano en sus programas 
de edificación. “La sabiduría edifica la casa” 106. La 
sabiduría jugó un activo e integral rol en la creación de 
todas las cosas 107. La sabiduría es “lo principal” en
cualquier programa de edificación de Dios. Los 
constructores de Dios deben edificar bajo la guía y 
supervisión de la Sabiduría. El detalle intrincado de los 
diseños de Dios y de los inventos ingeniosos sólo puede 
ser accedido por medio de la Sabiduría 108. Los 
constructores, empleados para edificar el Tabernáculo 
de Moisés, estaban dotados con gran sabiduría. Estos 
obreros que son usados son artesanos talentosos, 
quienes son especialistas en los varios campos de 
habilidades relacionadas con los requerimientos divinos. 
En Zacarías, se nos provee una definición acertada de los artesanos” 109. Ellos son obreros altamente talentosos 
empleados para una diversidad de tareas especializadas 
en la construcción del pueblo de Dios. En el Nuevo 
Testamento, a los apóstoles se los describe como 
artesanos habilidosos quienes tienen la unción de un sabio maestro constructor” 110. La configuración de 
gracia de ellos es llevar las Leyes de Dios e instalarlas 
dentro de las vidas de las personas para que sus vidas 
reflejen la imagen de Cristo en la Tierra. El ministerio de 
Pablo es un ejemplo excelente de un artesano o técnico 
quien se enfocaba en edificar la casa de Dios en la Tierra. 

Los que forman parte de uno de los cinco ministerios 
deben enfocarse en “edificar a las personas” y no sus 
propios programas y sus propias “iglesias”. Los líderes 
de las iglesias deben reconocer a cada miembro de sus  
congregaciones como una “piedra viva” que constituye 
la súper-estructura de la casa de Dios en la tierra. Tiene 
que haber un cambio de simplemente enfocarnos en 
edificar una gran congregación lo cual no es diferente a 
una multitud de personas. Valor tiene que ser puesto de 
vuelta en cada miembro de la congregación. El énfasis 
debería ser dirigido en cómo cada “piedra viva” puede ser 
preparada por el martillo de la Palabra de Dios y luego 
estratégicamente colocada en su función ministerial y 
llamado dentro del Cuerpo de Cristo. La Iglesia debe ser 
movida de Hai (una pila de piedras) a Betel (una casa de 
Dios compuesta por piedras). 

La Reforma Apostólica postula que esta es la estación en 
la cual Dios está restaurando la gracia del Apóstol de 
vuelta a su posición correcta en la Iglesia. A través del 
ministerio apostólico, la línea de medida es establecida 
para medir la Casa que está siendo edificada para Él. 
Dios usa a los apóstoles para medir Su casa, trayéndola 
de vuelta a su diseño original. El objetivo máximo de la 
voluntad divina es traer la plenitud de Cristo a la Iglesia. 
Los apóstoles juegan un rol fundamental en transmitir 
una única impartición de gracia a la Iglesia. Ellos hacen 
esto por medio de esforzarse en edificar de manera 
precisa dentro de cada creyente. Si una congregación 
no tiene un apóstol residente en su medio, entonces 
debe hacer todo intento para identificar y relacionarse 
con este don ministerial del Cuerpo de Cristo global. Al 
hacer así, no se robarán a ellos mismos esta gracia y por 
lo tanto, disfrutarán del beneficio de asegurar que están 
edificando correctamente. Hemos aprendido por
nuestro estudio de Gilgal, que hombres elegidos fueron 
preparados para llevar las piedras desde el río Jordán y 
para ponerlas como un memorial en el campamento. En 
esta estación, aquellos desde la total oscuridad, están 
siendo levantados por el Espíritu de Dios con gracia 
apostólica para guiar el proceso de edificar un “hombre 
perfecto” en la Tierra. 

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71 Éxodo 19:5 

72 Josué 4:1

73 Josué 4:3 

74 Josué 4:7

75 Connor, K.J., Interpreting the Book of Revelation (Interpretando el Libro 
de Apocalipsis, Pág. 164 

76 Connor, K.J., The Church in the New Testament, (La Iglesia en el Nuevo 
Testamento) Pág.141. 

77 Ídem. Kevin J. Connor define ampliamente el Ministerio del Apóstol y el 
significado del número doce en las Escrituras.

78 Génesis 6:22 

79 Éxodo 25:40; Hebreos 8:5 

80 1a Crónicas 22:5 en adelante; 1a Crónicas 28:11-19 

81 1a Reyes 18:31 

82 Efesios 4:7-16 

83 Efesios 4:7-8 

84 Lucas 10:10-12 

85 S. Zodhiates. Diccionario Word Study. Ref. 652 Pág. 238 

86 S. Zodhiates. Estudio Bíblico Palabra Clave. Ref. 4397. Pág. 1741 

87 C.K. Barrett. The signs of an Apostle (Las Señales de un Apóstol). The Cato 
Lecture 1969. Pág. 13 

88 1ª Corintios 3:9 

89 Mateo 16:18 

90 Efesios 3:5 

91 Connor, K.J. The New Testament Church (La Iglesia del Nuevo 
Testamento), pág. 145-146 

92 Ídem

93 1ª Pedro 2:5

94 1ª Reyes 6:7 

95 Deuteronomio 27:1 en adelante 

96 Génesis 28:18-22 

97 Mateo 18:18 

98 S. Zodhiates. Ref. 4676. & 5324. Pág. 1743 

99 Salmos 82:10 

100 Gálatas 2:9 

101 1ª Crónicas 18: 17 

102 Jueces 16:28–30

103 Mateo 16:16-18 

104 2a Corintios 11:4; Gálatas 1:8-9 

105 Juan 7:16-18 

106 Proverbios 9:1 

107 Proverbios 8:30 

108 Proverbios 8:12 

109 Zacarías 1:20-22 

110 1ª Corintios 3:10

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