NOTA ADMINISTRADOR:
Nos parece que este tema pueda ser polémico. Rogamos no sacar conclusiones precipitadas antes de leer ambas partes, esta y la que le seguirá.
27/09/2017
Después
de establecer la doctrina de la resurrección y de cómo Dios tiene
la intención de salvar a todos los hombres al final, poniendo todas
las cosas bajo Sus pies, Pablo hace una extraña declaración en 1
Corintios 15:29-32,
29
De otra manera, ¿qué harán los que son bautizados por los muertos?
Si de ninguna manera los muertos resucitan, ¿por qué entonces son
bautizados por ellos? 30 Y también, ¿por qué estamos también en
peligro a toda hora? 31 Yo protesto, hermanos, por la satisfacción
que siento por vosotros, la cual tengo en Cristo Jesús nuestro
Señor, que muero diariamente. 32 Si por motivos humanos luché
contra las fieras en Éfeso, ¿de qué me sirve? Si los muertos no
resucitan, comamos y bebamos, porque mañana moriremos.
He
citado el versículo 29 en su contexto para obtener el propósito más
completo de la declaración de Pablo acerca del bautismo por los
muertos. Empecemos diciendo que el uso de Pablo de las palabras "de
otra manera"
relaciona este pasaje con el pasaje anterior acerca de que Dios es
"todo
en todos".
Visto así, podríamos ver la Restauración de Todas las Cosas como
la razón por la cual se bautizaba a la gente (hiper,
"en nombre de") los muertos.
Independientemente
de lo que hicieran, es claro primero que los muertos no se perdieron
para siempre. Los Vencedores muertos serían levantados primero, el
resto de los muertos más tarde. Pero aquellos que murieron en
incredulidad tendrían que esperar el Jubileo Final antes de regresar
a la herencia que se perdió cuando Adán pecó. Este es el orden de
la
salvación
completa,
y cuando toda la Creación de Dios haya sido reconciliada con Cristo,
entonces y sólo entonces estará completo el Plan Divino para este
universo.
En
vista del hecho de que incluso los incrédulos muertos serían salvos
al final, está claro que Pablo y otros creyentes estaban preocupados
por ellos y creyeron que algo todavía podría hacerse en su favor.
Los creyentes que vivían en la Tierra podrían ser bautizados en
nombre de los incrédulos muertos. Por extensión, la gente también
podría orar por los muertos, porque el bautismo puede ser pensado
como una forma de oración, una petición de ciudadanía hecha ante
la Corte Divina (Nota
del traductor:
Es la primera noticia que tenemos de que se pueda orar por los
muertos. El argumento, de todos modos, es la única explicación
plausible que hemos escuchado con relación a este oscuro pasaje de
“bautizarse por los muertos”, que nosotros nunca entendimos
cabalmente, y parece sugerirlo; claro está, suponiendo que orar por
los muertos fuera correcto. Esto iría en contra de la lucha de
Lutero contra las indulgencias, que basaban su extorsión en el amor
de los vivos por sus familiares muertos. Tampoco entendemos en qué
forma podríamos orar por los ya muertos, puesto que “está
establecido que el hombre muera una vez y después de esto el
juicio”. Por ejemplo, ¿cómo orar por familiares y demás
incrédulos muertos? ¿qué es lo que le pediremos a Dios por los
fallecidos? Creemos que si esto es así la oración deberá ser para
librarlos del Lago de Fuego ante el Gran Trono Blanco. Lo que si
hemos podido ver en Apocalipsis 6:10 es como los del otro lado si
pueden orar por que se hagan las cosas en este lado. De momento
nosotros no tenemos confirmación al respecto sobre poder orar por
los muertos, por lo que pedimos al Señor que nos la conceda si este
argumento de Jones es conforme a Su voluntad. De todos modos no se
anticipen hasta ver la segunda parte, que vendrá mañana).
Bautismo
El
bautismo es un acto legal en la Corte Divina, por el cual un mortal
es registrado en los registros del Cielo como inmortal, habiendo
pasado de muerte a vida. El bautismo por los muertos, como
principio general, es lo que todos hacemos cuando somos bautizados.
Técnicamente, cuando una persona es bautizada, teniendo fe en
Cristo, la Corte Divina emite un certificado de defunción para el
viejo hombre y un certificado de nacimiento a vida para el Hombre de
la Nueva Creación.
Es
el "papeleo" formal, que cambia el estatus legal (o
espiritual) de uno, que garantiza un resultado futuro. Lo que se
cambia en el Cielo establece el patrón que se cumplirá en la Tierra
dentro de los límites del tiempo y el espacio. Cada persona que es
bautizada se convierte en una diminuta parte del Plan General por el
cual Dios se convierte en "todo
en todos".
Así
que cuando una persona es bautizada, hay un cumplimiento interno del
principio de la resurrección que se cumplirá a nivel corporativo
con dos resurrecciones y un Jubileo. Tal
bautismo tiene el poder de borrar las distinciones genealógicas y de
género, junto con todas las distinciones sociales y de clase,
haciendo que todos sean iguales en Cristo a los ojos de la Ley.
Es el gran unificador, y esta unidad no termina en la muerte. El
compañerismo (comunión, "común unión") reemplaza a la
muerte, porque Pablo dice en Romanos
8:35-39,
35
¿Quién nos separará del amor de Cristo? … 38 Porque estoy
convencido de que ni la muerte,
ni la vida, ni los ángeles, ni los principados, ni las cosas
presentes, ni las cosas por venir, ni los poderes, 39 ni la altura,
ni la profundidad, ni ninguna otra cosa creada podrán separarnos del
amor de Dios, que es en Cristo Jesús nuestro Señor.
El amor de
Dios en Cristo es mayor que la muerte; por lo tanto, la muerte no
tiene poder para separarnos, ni de Cristo mismo ni de los demás como
Su Cuerpo. Durante los años de historia, este Cuerpo de Cristo ha
continuado creciendo, y en consecuencia la comunión ha aumentado.
Sin embargo, el Cuerpo está muy incompleto sin la mayoría de la
humanidad, que aún permanece en la oscuridad fuera de este
compañerismo. El propósito de la resurrección y convocatoria al
Gran Trono Blanco, es llevarlos también a la comunión, una vez que
hayan inclinado la rodilla y confesado su lealtad a Jesucristo.
En
vista de esta futura conversión, no hay razón por la cual nosotros,
como creyentes, no debamos orar por ellos (Ver
nota anterior).
En Juan
17:9
Jesús oró solamente por los Vencedores, los que le eran devotos
según las Leyes de la Devoción (Levítico 27), los que Él estaba
levantando para gobernar en el siglo venidero. Sin embargo, al mismo
tiempo reconoció su propia "autoridad
sobre toda la humanidad"
(Juan
17:2).
Él ejercerá esa autoridad en el momento apropiado.
Intercesión
sacerdotal
El
lenguaje de Pablo en 1
Corintios 15:29
claramente va más allá del propio bautismo. Cuando somos bautizados
en el sentido usual, es un bautismo de muertos, porque venimos como
almas mortales que necesitan inmortalidad y un cambio de identidad.
Pero cuando Pablo habla del bautismo POR
los muertos -es decir, a favor de los muertos-
habla en otro nivel. Una
persona está siendo bautizada en nombre de otra persona.
Un
sacerdote es un intercesor. Un sacerdote representa a Dios ante los
hombres y a los hombres ante Dios. Los
profetas también son intercesores, porque son un tipo especial de
sacerdote.
En mi libro Principios
de Intercesión
(http://josemariaarmesto.blogspot.com.es/2014/06/folleto-principios-de-la-intercesion-dr.html),
establezco, por el propio ejemplo de Cristo, los pasos
que un intercesor toma para lograr el objetivo de su intercesión:
Identificación:
El intercesor se
identifica (ponerse en su lugar) con los necesitados.
Jesús vino a la Tierra y se hizo hombre a semejanza de carne humana.
Llevando
Su Iniquidad:
El intercesor es
culpado por el problema (o pecado) de aquellos que realmente tienen
la culpa.
Así que Cristo fue culpado por el pecado del mundo, que fue
profetizado por el sacerdote cada vez que ponía las manos sobre un
animal para imputar el pecado del pueblo a ese animal.
Sufriendo
la Penalidad:
El intercesor es asesinado o sufre
el castigo que la propia gente normalmente habría sufrido.
Jesús mismo murió, pero nosotros, como intercesores, a
menudo experimentamos la muerte de una manera interna, permitiéndonos
morir a nosotros mismos de una manera más grande de lo que habíamos
conocido previamente.
Resurrección:
El intercesor se
levanta entonces en victoria de cualquier forma de muerte que haya
experimentado,
así como Jesús mismo fue resucitado de entre los muertos.
Ascensión:
El intercesor entonces
asciende al Trono, una posición de la autoridad espiritual y desde
esa posición, trae a muchos hijos a la gloria
(Hebreos
2:10).
Habiendo pagado el precio, sellándolo con su sangre (por así
decirlo), y aprendiendo a amar a las mismas personas que lo mataron,
se le da al intercesor la autoridad para garantizar el éxito de su
trabajo.
El
punto es que un intercesor hace la obra de intercesión en favor
de los muertos vivientes, aquellos que aún están en sus
pecados, ya sean creyentes o no creyentes. La intercesión no es una
mera oración, porque cualquiera puede orar por los demás. La
intercesión es una forma mucho más profunda de oración en la que
el intercesor se convierte en un sacrificio vicario
por los pecados de los demás. Jesús fue el único sacrificio
perfecto, por supuesto, y por esta razón Él fue calificado para
interceder en nombre del mundo entero. Pero a nosotros también se
nos llama a veces como intercesores menores para compartir la carga.
Al hacerlo, no sólo nos convertimos en parte de la solución al
problema del mundo, sino que también estamos aprendiendo a
amar, al tiempo que adquirimos una comprensión más profunda
de lo que Cristo mismo experimentó.
Intercediendo
por los muertos
Los
muertos no están perdidos para siempre, dice Pablo. Todos serán
recuperados, todos serán restaurados. No sólo el hombre necesita
esta restauración, sino que Dios mismo debe recuperar todo lo que
creó de Sí mismo. Todas las cosas fueron creadas "de
Él",
pasan "por
Él",
y finalmente regresan "para
Él"
(Romanos
11:36).
Si algo no es restaurado, entonces Dios permanecería incompleto para
siempre, y Dios nunca podría ser "todo
en todos".
Tal cosa no es posible.
Sin
embargo, desde el siglo V la iglesia ha tratado de acabar con la
creencia en la Restauración de Todas las Cosas -que era, con mucho,
la visión más común antes de la gran controversia que surgió en
el año 400 d.C. (véase mi folleto Una
breve Historia de la Reconciliación universal
–
http://josemariaarmesto.blogspot.com.es/2015/11/folleto-una-breve-historia-de-la.html).
En su lugar llegó la doctrina del castigo sin fin, donde la palabra
griega aionios,
“perteneciente a una edad”, fue sustituida por la palabra latina
aeternas,
“eterna”. A medida que los hombres comenzaron a ver a los
incrédulos muertos como perdidos eternamente,
no había razón para orar por ellos más, o para ser bautizados en
su favor.
A
medida que la Iglesia se hizo más romana
en
la naturaleza, y más agustiniana en particular, surgió la necesidad
de distinguir entre creyentes e incrédulos cuando oraban por los
muertos. La idea del Purgatorio fue establecida para los creyentes no
vencedores, en contraste con el "Infierno" como el lugar
donde todos los incrédulos iban. De esta manera, la Iglesia fue
capaz de continuar, en una escala limitada, sus oraciones por los
muertos, mientras que perdió toda esperanza para la gran mayoría de
la humanidad.
Pero
el punto de Pablo en 1
Corintios 15:29
era mostrar que el bautismo por los muertos (y la oración también)
era participar en la Restauración de Todas las Cosas para que Dios
pudiera ser "todo
en todos".
El Plan de Dios no pide que se rescate sólo al dos por ciento de la
Creación. La sangre de Cristo pagó el pecado del mundo entero (1
Juan 2:2).
Él pagó por ello, y Él ciertamente reclamará todo lo que Él
compró, no dejando nada al diablo. Él tiene el derecho de salvar
todo lo que Él compró, Él tiene el poder de hacer cumplir Sus
derechos, y Su amor le obliga a hacerlo.
Por
lo tanto, cuando oramos de acuerdo a la voluntad de Dios para que Su
Plan se cumpla, estamos orando por la Restauración de Todas las
Cosas, entendamos esto o no. Esto significa que estamos orando por la
gran mayoría de la humanidad que ha vivido y muerto sin Cristo. ¿Son
esas oraciones inútiles? Por supuesto no. ¿Fue la sangre de
Cristo un esfuerzo desperdiciado en gran parte?¿Era la eficacia de
la sangre de Cristo aplicable solamente al dos por ciento de la
humanidad? Por supuesto no.
¿El "libre
albedrío" del hombre es un impedimento para la salvación de
todos? Por supuesto que no. Si Dios puede anular el "libre
albedrío" de los hombres llamándolos al Gran Trono Blanco en
contra de su voluntad, y si puede condenarlos a vivir bajo la
autoridad de los que gobernaban sobre ellos, ¿no podría también
anular su "libre albedrío"? El hecho es que Dios es lo
suficientemente soberano como para hacerles doblar las rodillas y
confesar su lealtad a Cristo. Realmente, ¿quién haría algo
diferente, una vez que vean la gloria de Dios y entiendan la verdad?
¡La voluntad de Dios es mayor que la voluntad del hombre, y Él
tiene Sus caminos para hacernos querer doblar la rodilla!
Ya
hemos visto que "el
amor
nunca falla"
(1
Corintios 13:8),
y sin embargo, a menudo no creemos que el amor de Cristo es más
poderoso que la voluntad del hombre. A menudo atribuimos más poder a
la voluntad del hombre que al amor de Cristo. Tampoco entendemos los
derechos legales del Creador o incluso los derechos de un redentor,
habiendo tenido tan poco entrenamiento en la Ley Bíblica.
La
Ley de Dios define los derechos de Dios y de los hombres, y la
Restauración de Todas las Cosas está enraizada en los derechos de
Dios. El derecho de Dios a gobernar Su Creación es mayor que el
privilegio
temporal
del hombre de rechazar Su gobierno. En
la relación del hombre con Dios, el hombre sólo tiene privilegios,
porque ningún hombre se creó a sí mismo. Los privilegios están
siempre subordinados a los derechos, así como la autoridad siempre
está subordinada al poder superior que la autorizó.
En la Parte
2, discutiremos los aspectos prácticos del bautismo de los muertos y
cómo se practicó en la Iglesia Primitiva.
Etiquetas: Teaching Series
Categoría: Enseñanzas
Dr. Stephen Jones
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