“Al otro día de la Pascua comieron de los frutos de la
tierra, panes sin levadura y, ese mismo día, espigas
nuevas tostadas. El maná cesó al día siguiente, desde
que comenzaron a comer de los frutos de la tierra, y los
hijos de Israel nunca más tuvieron maná, sino que
comieron de los frutos de la tierra de Canaán aquel año”.
(Josué 5:11-12)
Gilgal era el lugar donde el escenario fue puesto para la
transformación económica de la nación de Israel. Acá
los israelitas fueron trasladados de ser una sociedad de
consumidores serviles a convertirse en una de
productores. Después de cuarenta años de vagar en el
desierto, la dieta celestial de maná fue abruptamente
frenada; significando un cambio en el estado económico
(y social) de la nación. El pueblo tuvo que migrar de un
lugar de dependencia pasiva en la provisión milagrosa
de maná para sus necesidades diarias a un lugar de
trabajar agresiva e independientemente la Tierra.
Esto no necesariamente implica que ellos no
necesitaban más depender de Dios como la fuente para
sus necesidades diarias. El día por largo tiempo
esperado había amanecido cuando ellos no sólo
poseerían la Tierra sino también disfrutarían de su
herencia como individuos, y como nación. Después de
siglos de estar sin Tierra emergieron a una situación en la
cual se les otorgó poder. Como consecuencia, la calidad
de sus vidas mejoraría inmensurablemente. La
finalización del maná envió un poderoso mensaje: Deben
vivir de la Tierra. Dios quería que Su pueblo participara y
disfrutara de las muchas bendiciones de la Tierra que Él
les había prometido a sus padres –una tierra que fluye
“leche y miel”.
Debido a que la dieta de la nación había cambiado,
nuevas estrategias tuvieron que ser adoptadas junto con
la implementación de un plan sostenible de acción que
garantizaría el bienestar de ellos en un ambiente hostil.
Es también interesante notar que, en el mismo año que
ellos cruzaron el Jordán, disfrutaron de su primera
cosecha. Fue una asombrosa transición para ellos.
Josué: El Manto Económico de Unción
Un cuidadoso estudio del liderazgo de Josué me lleva a
la conclusión de que el propósito divino de una estación
dada determina la elección del líder y la gracia requerida
para el cumplimiento de las tareas en esa estación. Por
lo tanto, es respecto a esto que no pienso que el
nombramiento de Josué haya sido principalmente
motivado por el hecho que él era un fiel siervo o
prodigio de Moisés; o que él había sido uno de los dos
espías que espiaron la Tierra y que volvieron con un
reporte positivo. Mientras que estos son argumentos
posibles, la elección fue gobernada por una razón
mayor 163. Yo soy de la opinión que el principal manto de
gracia sobre la vida de Josué fue un “manto o unción
económico”. Josué fue seleccionado porque él poseía la
habilidad para facilitar el proceso dinámico para otorgar poder
económico. En esencia, el mandato de Josué fue guiar a
la nación a través del río Jordán y hacerlos entrar a su
heredad. Sus responsabilidades incluían el proceso
militar de poseer la tierra sistemáticamente y distribuir
las heredades al pueblo. (Nota: ¿No debemos tomar esto
esencialmente en sus aspectos de heredad espiritual, tales
como el reposo, la vida, la victoria, la paz, etc.; aunque el
aspecto económico quede ciertamente incluido?).
La selección de Josué fue también acentuada por el
hecho que él era el líder de la tribu de Efraín 164.
Déjeme rastrear el pasado para ser claro en esto. Por medio
de nombrar a Josué como líder sobre Israel, Dios estaba
honrando el principio del “primogénito”. Cuando
rastreamos el linaje de Josué descubrimos que él es un
descendiente de Efraín, cuyo padre era José. José era el
hijo primogénito de Jacob, el resultado de una promesa
patriarcal pasó a él debido a la falla de Rubén, el
primogénito biológico. Rubén, el primogénito biológico
de Lea, abdicó al derecho a este privilegio cuando tuvo
una relación sexual con la concubina de su padre 165. La
consecuencia de su error fue la remoción de su lugar
como el primogénito, y esa posición fue conferida al
primogénito hijo de Raquel, José. José era el hijo
número once de Jacob, pero el primero de su segunda
esposa Raquel.
Puede haber muchas razones atenuantes para la
instalación de Josué como líder de la nación israelita:
Primero, el protocolo divino fue firmemente establecido
cuando Josué fue nombrado como líder sobre los
Israelitas. La bendición patriarcal estaba asociada al
privilegio del “primogénito”. Dios estaba reconociendo
y respetando una promesa patriarcal fundamental, a la
cual entraron Jacob y José. Esto involucraba la profecía
de Jacob sobre Efraín, el segundo hijo de José. De
acuerdo con Génesis,166 Jacob adoptó a los dos hijos de
José (nietos de Jacob), Manasés y Efraín, y los elevó a un
lugar de importancia y legitimación entre las tribus de
Israel. Cuando Jacob bendijo a sus nietos, él colocó a Efraín,
el segundo hijo, sobre Manasés, el mayor. Por medio de
colocar “habilidosamente” su mano derecha sobre la
cabeza de Efraín, él impuso un cambio en el orden
cronológico de la genealogía de sus nietos 167. El más
joven fue elevado a la posición de primogénito y como
consecuencia recibió la responsabilidad de cumplir las
funciones y disfrutar los privilegios del primogénito.
Esencialmente, esto implicaba que el primogénito hijo
disfrutaba del privilegio para una doble porción de la
herencia.
Es en este contexto que cobra sentido que un hijo de
Efraín disfrute del privilegio de liderar al pueblo de Dios
a través del Jordán hacia la Tierra Prometida. Josué,
siendo el líder de la tribu de Efraín, tuvo el privilegio,
como líder de la tribu “primogénita”, de guiar al resto de
las tribus para entrar a la Tierra Prometida y de agilizar
el proceso de dividir y distribuir la tierra para el
pueblo 168.
Segundo, la principal gracia sobre Josué es hallada al
comprender la gracia principal de la tribu de Efraín 169.
Efraín es el segundo hijo de José, nacido en Egipto de
Asenat, la hija de Potifar, el sacerdote de On 170. El
nombre Efraín significa “doblemente fructífero en la
tierra de la aflicción” 171. El nombre está asociado con
prosperidad, herencia y poseer la Tierra. Efraín nació
durante los siete años de abundancia así que sus años
de infancia coincidieron con los diecisiete años de su
abuelo, Jacob, quien había migrado a Egipto durante los
años de abundancia. Llamándolo Efraín, José estaba
reconociendo que su hijo era una señal y un sello de las
bendiciones abundantes de Dios en una tierra extranjera
de gran aflicción. Por lo tanto, Efraín se volvió un
símbolo de prosperidad y vida opulenta. Es también
interesante notar que José tenía una gracia tremenda en
el mundo de la economía. Él presentó las reformas
económicas más ingeniosas a la tierra de Egipto. Fueron
los programas económicos que José implementó los que
hicieron a Egipto una nación poderosa en el mundo
durante un tiempo de gran hambre. El programa de
ayuda de alimentos de José divinamente inspirado para
la gente del mundo no sólo trajo salvación económica
para la comunidad global sino también hizo a Faraón
uno de los señores feudales más poderosos en el
mundo.
Con respecto a esto, Efraín se volvió el símbolo de
fructificación y prosperidad, lo cual resaltó la fenomenal
ascensión al poder y la prosperidad que José disfrutaba
en Egipto. Faraón llamó a José Zafnat-panea
queriendo decir: “Dios habla y vive a través de ti” 172. Él
reconoció que Dios había dado a José discernimiento del
futuro que lo ayudaría a preservar la vida. Sin duda,
Dios sí habló y preservó la vida a través de José. Esto es
resaltado por las palabras de José a sus hermanos: “Dios
me envió delante de vosotros para preservar para
ustedes un remanente en la Tierra y para salvar sus vidas
por una gran liberación” 173. José fue enviado para
preservar al mundo y también al pueblo elegido. Si ellos
no hubieran sobrevivido de este tiempo difícil en la
historia, no hubiera habido salvación ni bendición alguna
para la nación. Fue entonces que la salvación y la
preservación vinieron en forma de bendiciones
económicas. Aun la profecía sobre la vida de José aporta
apoyo a esta suposición de que sus mayores fortalezas
estaban en el mundo de la economía.
Jacob, antes de partir de la Tierra, profetizó que José
sería muy próspero.
“Rama fructífera es José, rama fructífera junto a una
fuente, sus vástagos se extienden sobre el muro. Le
causaron amargura, le lanzaron flechas, lo aborrecieron
los arqueros, mas su arco se mantuvo poderoso y los
brazos de sus manos se fortalecieron
por las manos del Fuerte de Jacob, por el nombre del
Pastor, la Roca de Israel, por el Dios de tu padre, el cual
te ayudará, por el Dios omnipotente, el cual te bendecirá
con bendiciones de los cielos de arriba, con bendiciones
del abismo que está abajo, con bendiciones de los
pechos y del vientre. Las bendiciones de tu padre fueron
mayores que las de mis progenitores; hasta el término de
los collados eternos serán sobre la cabeza de José, sobre
la frente del que fue apartado de entre sus hermanos”
(Génesis 49:22-26).
Lo que se necesita resaltar es que José era una persona
tremendamente ungida quien estaba totalmente
comprometido y dependiente de su Dios. Su vida refleja
su competencia, los altos valores morales que él
apoyaba (su respuesta a la esposa de Potifar) y su total
dependencia en Dios para la interpretación de sus
sueños y visiones 174.
Tercero, Dios nombró a Josué como líder sobre la nación
para que él trajera salvación económica al pueblo. La
salvación económica es una parte integral del corazón
de Dios para Su pueblo y no debería ser tratada como un
aspecto carnal de la vida, como si fuera algo que no fuera
espiritual. Bajo el liderazgo de Josué, al pueblo se lo hizo
atravesar una transición para volverse una comunidad
de terratenientes con un espíritu empresarial.
Esto de ninguna manera, infiere que Josué sería menor
en su compromiso con una vida devota y santa, tampoco
que él desacreditará las enseñanzas de Moisés. Debe
ser mantenido en mente que Moisés mismo le discipuló
y que él personalmente disfrutó la presencia de Dios en
la montaña y el Tabernáculo 175. Por lo tanto, como siervo
de Moisés (hebreo, sharath 176), él probablemente fue la
encarnación de todo lo que su amo le había enseñado.
Él estaba completamente asociado con la vida, las obras
y las enseñanzas de su mentor, Moisés. Mientras él
seguía caminando en los pasos de su mentor, Dios lo
eligió como un líder embebido con la gracia exacta para
liderar exitosamente a Su pueblo a través de esta etapa
del viaje. Esto no niega necesariamente el énfasis de la
última estación a un lugar de insignificancia. Todo lo
que Moisés le había enseñado era todavía relevante
aunque los rasgos característicos y la tarea de la nueva
estación eran diferentes.
Josué: La Conquista de Canaán
Sus treinta años de liderazgo primariamente se
enfocaron en “la conquista de la tierra”. El programa de
la conquista puede ser trasladado como un programa
económico y político conducido por los ideales
religiosos. De ahí, esta promesa divina: Yo os he
entregado, tal como lo dije a Moisés, todos los lugares
que pisen las plantas de vuestros pies 177. La “posesión de
la tierra” transmite la idea de permanencia de posesión.
El recurso y medio espiritual por el cual Josué
completará su tarea es hallado en el Libro de Josué que
está cargado de información: “Esfuérzate y sé valiente,
porque tú repartirás a este pueblo como heredad la
tierra que juré dar a sus padres. Solamente esfuérzate y
sé muy valiente, cuidando de obrar conforme a toda la
Ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella
ni a la derecha ni a la izquierda, para que seas
prosperado en todas las cosas que emprendas. Nunca se
apartará de tu boca este libro de la Ley, sino que de día y
de noche meditarás en él, para que guardes y hagas
conforme a todo lo que está escrito en él, porque
entonces harás prosperar tu camino y todo te saldrá
bien. Mira que te mando que te esfuerces y seas
valiente; no temas ni desmayes, porque Yahweh, tu Dios,
estará contigo dondequiera que vayas»” (Josué 1:6-9).
Victoria Económica: Gobernados por la Palabra de Dios
La realización exitosa de su tarea sólo puede ser
cumplida por estar totalmente pegado y dedicado a las
instrucciones de la Palabra de Dios. En otras palabras, el
poder económico del pueblo sólo puede ser logrado
espiritualmente. Esto claramente comunica la visión
que Dios no está sólo comprometido a traer bendiciones
económicas a Su pueblo sino que Él tiene Sus propias
formas de producirlas. Estas “formas” son reveladas a
Josué cuando él recibió el llamado y la instrucción de
parte de Dios. El término “Esfuérzate” (hebreo, chazaq 178)
es usado para describir una escena de batalla.
Transmite la idea de estar pegado a algo para que uno
pueda ser contumaz frente a la batalla. Su encuentro
influencia el paradigma que Josué tiene de Dios como el
“comandante del ejército de Yahweh”. Josué comprendió
a Dios como un “hombre de guerra”. Por medio de
pegarse a la Palabra del Señor, él tendrá victoria segura en la
más difícil de las situaciones. La victoria económica
vendrá por medio de aprender a adherirse a las
instrucciones de los mandamientos de Dios cuando
luchamos en contra de las fuerzas del maligno que
ocupan la Tierra del pueblo de Dios. El éxito o fracaso de
Josué se lo halla en el nivel de su obediencia a la Palabra
del Señor.
Josué estaba pegado a la “Ley” transferida a él de parte
de Moisés. “Sé cuidadoso para hacer (hebreo, asah)
de acuerdo con toda la ley”. La palabra “asah” describe
la naturaleza del empleo de Josué. Es una palabra usada
para describir la habilidad creativa de Dios y el talento
involucrado para cumplir los objetivos. Trataba con el
refinamiento. Esta palabra es mejor definida
comparándola con el panorama de la palabra “bara”
(creación de algo desde la nada). Dios creó todo de la
nada (bara) y luego le dio forma a los objetos creados
(asah). El liderazgo de Josué era directamente
gobernado y regulado por la “Ley”. Si él permanecía
conectado a la “Ley”, entonces sería guiado
habilidosamente (asah) para liderar al pueblo hacia
poseer su propia Tierra y gobernarla.
La “Ley” (hebreo, torah) no era meramente un grupo
de reglas o restricciones sino el medio por el cual uno
podía alcanzar el ideal espiritual. Con respecto a esto, la
“torah” podía ser traducida como “enseñanza”,
“instrucciones”, y “decisiones”. El énfasis en el
ministerio de Josué está en permanecer pegado a la
palabra del Señor ya que todo lo que él necesitaba saber
debía encontrarse en ella. Moisés transfirió estas
instrucciones para guiar a Josué en los difíciles desafíos
que lo esperaban. Por lo tanto, la vida entera de Josué
debía estar saturada de la revelación divina a tal punto
donde espontánea o naturalmente fluyera de su boca 179.
Él debía “meditar” (hagah) en ella tanto de día como de
noche. Se esperaba de él que reflexionara en ella durante los
tiempos de luz, es decir, en tiempos de regocijo y
victorias maravillosas. Él debía reflexionar en ella en
tiempos oscuros, es decir, en tiempos siniestros cuando
la luz es tergiversada y las tinieblas llenan su mundo. Tal
estilo de vida implica estar comprometido con las
disciplinas del estudio serio. Este nivel de devoción a la
Ley implicaba que todos los patrones y recursos para la
vida exitosa y próspera estaban contenidos en las
Escrituras. Su misión sólo sería alcanzada exitosamente
si él obedecía a las instrucciones del Señor.
Josué tenía que adoptar una actitud libre de temor (no
temas [hebreo, arats] ni desmayes [hebreo,
chathath])180. Su fe tenía que estar en la Ley de Dios. El
pueblo de Dios no tiene absolutamente nada que temer
(arats). La palabra “chathath” en su traducción literal
significa: estar quebrado, abolido, tener temor,
desmayado, confundido, alarmado, en temor, en
desesperación, destruido, aterrorizado, y quebrado. El
significado oscila desde un literal quebrantamiento
hasta una destrucción abstracta, hasta la
desmoralización, y finalmente el pánico. Implora a Josué
para que no caiga ni se quiebre bajo estrés, ni que esté
quebrado a pedazos durante tiempos difíciles. Un
aspecto significativo del ministerio de Josué era tener
una fe inquebrantable en la Palabra del Señor.
Josué: Viviendo en la Presencia del Señor
Josué trabajaba íntimamente con el sacerdote levítico
quien llevaba el “Arca del Pacto”. El “Arca del Pacto” se
destacó en su conquista de la Tierra. Él tenía que seguir
el Arca llevada por el sacerdocio Levítico. El arca (arown
o aron) era un contenedor, cofre, o caja cubierta en oro.
Inicialmente llevaba los Diez Mandamientos (Tablas de
piedra), una vasija de maná, y la vara de Aarón que echó
brotes 181. Para el tiempo de Salomón, sólo las Tablas de
piedra permanecieron 182. El Propiciatorio (estrado de
misericordia) servía como su tapa. El Arca era el lugar
donde Moisés se encontraba con Dios y recibía los
mensajes de parte de Él 183. Anualmente, el
sumo sacerdote en el Día de la Expiación traía la sangre
de un toro y un macho cabrío y la rociaba sobre el
propiciatorio 184. El “pacto” (hebreo, beriyth) se refiere
a un tratado, una alianza, un compromiso y una
obligación entre un monarca y sus súbditos. En este
sentido, el Arca ilustraba el lugar de encuentro donde
Dios se reunía con Sus súbditos sobre la base de las
condiciones del Pacto. Los sacerdotes eran
representantes de la nación entera. Esto ponía sobre el
pueblo la responsabilidad de seguir y someterse a todo
lo que el Arca representaba. Entonces, seguir la presencia
de Dios (el Arca del Pacto y todo lo que representaba)
era otro factor importante en la vida de Josué.
A la luz de todo lo que ha sido mencionado es evidente
que Dios sí unge y da poder al pueblo para crear
riquezas. El mandato de Josué implicaba seguir la
instrucción divina, luchar grandes batallas por medio de
confiar en las promesas de Dios, morar en la presencia y
de ese modo, eliminar los hostiles reinos en Canaán para
que los israelitas pudieran recibir sus herencias. Las
Escrituras claramente mencionan que el hombre no
tiene el poder para crear riquezas; esto es el acto
soberano de Dios: “y digas en tu corazón: 'Mi poder y la
fuerza de mi mano me han traído esta riqueza'; sino
acuérdate de Yahweh, tu Dios, porque él es quien te da el
poder para adquirir las riquezas, a fin de confirmar el
pacto que juró a tus padres, como lo hace hoy”. (Deut.
8:17-18)
Sin embargo, la prosperidad no es un fin en sí misma,
sino el medio para ser una bendición a las naciones. No
es motivada por el deseo egoísta sino por la voluntad de
añadir calidad a las vidas de la gente en la Tierra. Al ser
bendecidos, Dios desea que Su pueblo sea una
bendición. Esto incluye abordar las disparidades y
desequilibrios en la Iglesia globalmente. La Iglesia es el
diseño de Dios para establecer, instruir, enseñar y guiar
a Su pueblo de la manera en que ellos deberían conducir
sus propias vidas. Es a través de la guía divina que la
gente puede disfrutar una vida cualitativa y navegar su
curso a través de los desafíos de la vida. La Iglesia es
también el medio a través del cual Él ha propuesto soltar
Su voluntad Soberana en la Tierra. La ausencia de la
presencia de la verdadera Iglesia causará decadencia y
oscuridad en la Tierra. La Iglesia es la sal de la Tierra y la
luz del mundo. Si el mundo está en decadencia
entonces la Iglesia ha perdido su “salinidad”; si el mundo
está en tinieblas entonces la Iglesia ha perdido su luz.
Dios está profundamente involucrado en el proceso de
reforma económica. Por medio de dar poder al pueblo
divino (así como José y Josué) en el mundo de la
economía (y en otras facetas de la sociedad) Él busca
bendecir a la humanidad como un todo. La Iglesia juega
un rol integral en ser el centro de recursos que provee la
información para las empresas de negocios.
Lamentablemente, hay notables defectos en el
ministerio de Josué. Sin embargo, la Iglesia puede
aprender de esos errores. Él no conquistó totalmente la
Tierra 185. Sí, fue exitoso en llevar al pueblo a la
fructificación y a la herencia, pero el pueblo quedó
dividido de acuerdo con sus asignaciones tribales,
enfocándose, de ese modo, en sus victorias personales.
Al final de su vida las tribus fueron fragmentadas de
acuerdo con sus herencias asignadas. Se volvieron
materialistas y buscaron ganancia personal. Es notable
que en todo el libro de Josué no haya referencia a
ningún intento de Josué de edificar a Dios una casa o de
establecerle un reino. Además, Josué no dejó un
sucesor y no desarrolló un equipo para perseguir y
completar la tarea delante de él. Su muerte dejó al
pueblo sin un líder y sin dirección.
El Programa de Conquista
Los israelitas claramente perdieron la principal razón
para recibir poder. El programa de conquista o la
posesión de la Tierra no era simplemente un programa
de re-establecimiento implementado por Dios para que
Él pudiera honrar Su promesa a los patriarcas antiguos.
Había un motivo divino que iba más allá de sólo darle a
la gente la habilidad de poseer la Tierra.
En la implementación inicial del programa de conquista
había una actitud de intolerancia adoptada por los
israelitas hacia las naciones extranjeras que ellos
estaban invadiendo. Ellos violentamente eliminaron
todas las formas de vida establecidas por estas naciones,
quemando ciudades, destruyendo ídolos y otras
prácticas culturales de estos pueblos. Tan duro y cruel
como pueda ser, ellos estaban siguiendo instrucciones
divinas. Dondequiera que ellos conquistaban eran
instruidos a establecer un nuevo orden de vida con
nuevas prácticas religiosas que eran claramente
diferentes a aquellas de las naciones extranjeras. Todo
esto era una parte crucial de un Plan Divino para
restaurar una forma de vida y de gobierno en la Tierra
que estaba en acuerdo con el Reino de los Cielos. Dios
no permite un desplazamiento de ningún pueblo a
menos que Él tenga una buena razón para eso.
Según Moisés, Dios sí permite una eliminación de esos
sistemas de vida que alientan la impiedad en la Tierra.
“Cuando Yahweh, tu Dios, los haya echado de delante de
ti, no digas en tu corazón: 'Por mi justicia me ha traído
Yahweh a poseer esta Tierra', pues por la impiedad de
estas naciones Yahweh las arroja de delante de ti”
(Deut. 9:4).
El motivo divino de querer bendecir y prosperar a Su
pueblo es el deseo de usar a este pueblo como un
medio para enjuiciar y desplazar la anarquía y las
prácticas fraudulentas de la Tierra. Cualquier cosa que
no alienta la piedad debe ser removida. Sólo aquello
que sostiene la vida y trae de vuelta una vida sana es lo
que suelta el favor de Dios en el campo humano. Dios
no les dio la Tierra a los Israelitas para ninguna otra
razón, sino debido a la iniquidad de estas naciones. Él
desea, para Su pueblo, que traigan de nuevo la piedad y
la vida justa a la Tierra.
Entonces, dondequiera que la nación de Israel practicaba
la desobediencia y le daba la espalda a las Leyes de Dios,
ellos experimentaban la ira y el juicio de Dios; esta es
probablemente la razón para la muy turbulenta historia de
los israelitas. La vida holística sólo puede ser lograda por vivir
de acuerdo con las Leyes y los Mandamientos del Creador. Él
tiene la receta para la vida, ya que Él ha creado todas las cosas.
Dios no será un peón en los sistemas del mundo, el cual
ha sido confeccionado por humanos deficientes. Él
establece las reglas para la vida sana y deben ser
seguidas en consecuencia.
Cuando oramos, tomamos la iniciativa de invitar a Dios
de vuelta a Su justo lugar en nuestras vidas, Dios está
siendo peticionado para restaurar Su orden en nuestras
vidas, y de ese modo quitar el mal en la Tierra. Nosotros
clamamos a Dios para que Su sabiduría impregne
nuestra sabiduría y para que Su voluntad sea hecha en la
Tierra. Dios debe volverse el eje y el fundamento de
todo lo que hacemos. Por lo tanto, la oración es la
postura que dinámicamente refleja total dedicación a
Dios. Le invitamos a Él a poseer todo lo que tenemos y a
invadir nuestras vidas con un Reino que traerá justicia,
paz y gozo en el Espíritu Santo. Le damos a Él la liberad
para hablar e influenciar nuestras vidas. Le decimos
que Su consejo es la única fuente que puede re-edificar
y redimir a los habitantes de la Tierra. Nuestra oración
también precipita el clamor por perdón de nuestros
caminos malignos.
“si se humilla mi pueblo, sobre el cual mi nombre es
invocado, y oran, y buscan mi rostro, y se convierten de
sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos,
perdonaré sus pecados y sanaré su tierra” (2 Crónicas
7:14).
La Reforma Apostólica y la Economía:
En esta presente estación, Dios está soltando una unción
para que la Iglesia cree riquezas. Si los creyentes y los
líderes de la Iglesia siguen los patrones establecidos en
las Escrituras, habrá la seguridad de grandes victorias en
las vidas personales, en los negocios y en la Iglesia
global. Cuando la Iglesia se reúne, todo aspecto del
estilo de vida y negocios del Reino debe ser discutido.
Esto incluye los asuntos económicos. La gente debe ser
entrenada para ser exitosa en los negocios. Sin
embargo, las congregaciones deben modelar esto en la
cultura de sus reuniones. La congregación debe ser un
visible reflejo y ejemplo de cómo el Reino de Dios
funciona en la Tierra.
El espíritu de la pobreza debe ser destruido
despiadadamente en las mentalidades de la gente. La
pobreza no es el estado de la cuenta bancaria, sino el
estado de la mente de alguien. El deseo de Dios es que
la gente disfrute la vida próspera aunque Él advierte en
contra de la codicia y de las riquezas como una meta en
sí misma. La ganancia con piedad debe producir
contentamiento. En la mayor parte del mundo,186 la
gente correctamente instruida, quebrará esta
esclavitud y experimentará las bendiciones de Dios. La
pobreza es un serio problema dentro y fuera de la
Iglesia. Sin embargo, yo estoy convencido de que la
pobreza es un resultado directo de la caída, como lo es
la enfermedad y tantos otros flagelos en el mundo. La
Reforma Apostólica está exigiendo la re-formación de
todas las cosas de vuelta a su estado original en la Tierra.
Debe haber una conquista de este estado espiritual y
físico. Las congregaciones deben re-evaluar sus
paradigmas sobre finanzas y su entendimiento de por
qué otorgar poder económico a la gente es tan
importante. En la Reforma Apostólica, una muy clara
política económica debe ser establecida que vaya más
allá de los conceptos tradicionales de asuntos de dinero.
La economía afecta toda esfera de la vida. Nosotros, la
Iglesia de Jesucristo, estamos por heredar la más grande
porción de bienes inmuebles –el planeta Tierra. La
preparación para esto debe preceder a la verdadera
conquista. La Iglesia debe preparar sus “Josés”, sus
“Danieles”, y sus “Zorobabeles” para gobernar la Tierra.
Los principios financieros claves en la Palabra de Dios
deben ser extraídos y luego instalados en las vidas de los
creyentes para que ellos puedan segar los beneficios de
adherirse a estos principios.
Las congregaciones apostólicas deben convertirse en la
primicia de la victoria económica en toda región en la
Tierra. Tales congregaciones deben probar a los
escépticos y a los incrédulos que las políticas
económicas registradas en las Escrituras sí funcionan.
Ellos deben probarlo en el laboratorio de sus propias
“casas”. Deben demostrar fe en la Palabra de Dios en
circunstancias adversas y hostiles, lo cual claramente
prueba que la vasija de aceite no escaseará hasta que la
necesidad sea suplida y que el almuerzo del niño puede
alimentar a una multitud.
Con respecto a esto, los líderes de la Iglesia deben ser
alentados a analizar críticamente y re-evaluar la visión
adoptada con respecto al abordaje de la Iglesia a su
propio método de encargarse de las tesorerías de la
congregación. Debe haber un movimiento de salir de una
mentalidad centrada en la necesidad, y en “bendíceme a
mí” a una mentalidad de empresario que otorga poder e
independencia financiera. Si la tesorería de la
congregación (cabeza) no es dirigida de acuerdo con los
principios bíblicos entonces naturalmente habrá un mal
funcionamiento del cuerpo (los creyentes) en el área de
las finanzas. La unción fluye desde la cabeza hacia
abajo. Este es el patrón establecido para nosotros en
Salmos 187 Si los sistemas financieros de las
congregaciones no son edificados sobre el modelo
teocrático, están listos para fracasar. El acatamiento a la
Palabra de Dios (como aprendemos de Josué) es un
requisito fundamental para la victoria financiera. Por
ejemplo, si la estructura corporativa no diezma, ¿Cómo
pueden esperar que lo hagan los creyentes?
Diezmar en la Reforma Apostólica
Las congregaciones deben hacer una transición de la Ley
del Diezmo al espíritu del diezmo siendo un ejemplo
respecto a esto. Si las Iglesias quieren comer del grano
del campo el primer año de su transición entonces
deben seguir los principios aprendidos en Gilgal.
Soy de la opinión que la tesorería de una congregación
local debe diezmar de todo su ingreso recibido. Este es
un principio divino. Si es seguido, proveerá bendiciones
sobrenaturales de manera natural y se volverá el génesis
de un continuo estilo de vida de dar. Por medio de
diezmar, el Señor es reconocido como la fuente y el
proveedor de todo ingreso. Las Escrituras son enfáticas:
El diezmo es del Señor 188. De acuerdo con Malaquías,
provee protección y seguridad en contra del
devorador 189. El principio del diezmo es el maestro que
instruye y nutre un estilo de vida de dar. Esto incluirá a
todos quienes son empleados por la Iglesia o que
reciben un salario de sus congregaciones. Todo aquel
que gane un ingreso debe ser un diezmador.
De acuerdo con el principio del diezmo, el diezmo debe
ir al depósito de la casa. En esencia, el depósito de la
casa en el Antiguo Testamento no era el Templo
magnífico sino el sacerdote que trabajaba en el templo.
De acuerdo con el Antiguo Testamento, el diezmo era
usado para pagar los salarios a los sacerdotes para
asegurar que ellos vivieran vidas confortables. No hay
registro de que el diezmo fuera usado principalmente
para la edificación del Templo. Esto se hacía por medio
de tomar ofrendas especiales.
En el Nuevo Testamento, el personal que trabaja entre la
gente son el depósito de la casa. Cuando la gente trae
sus diezmos, es principalmente para sostener y proveer
a los que suplen el sostenimiento espiritual entre ellos.
De esto, deducimos un principio que el diezmo debe ser
dado a la casa. En el contexto de las congregaciones
locales, el diezmo debe ir a la casa(s) de esa
congregación. Esto obliga a hacer la pregunta: ¿Quiénes
son nuestros depósitos o casas? ¿Quiénes son los
ministros que nos dan cuidado, sostenimiento y
provisión? La casa no es una organización de misiones,
caridad, pasajes aéreos para viajar a campos misioneros,
etc. Así como aquellos ministrando en la congregación
local deben ser cuidados por medio del diezmo del
ingreso de la congregación local, también los que
ministran en la congregación deben ser remunerados. El
depósito podría ser una red, una denominación, un
Apóstol o un ministro a quien se someten y del cual
reciben instrucción, recursos y respaldo espiritual. Si el
principio es adherido, habrá una impartición de
bendiciones sin precedentes sobre cada ministerio.
¿Está algún miembro del Cuerpo de Cristo exento de
este principio? Yo soy de la opinión que no es así. Este
principio es aplicable a todos en la Iglesia –desde el más
pobre al más rico. ¿Puede alguno no darse el lujo de
honrar este principio? Absolutamente no, ya que el
diezmo es la primicia de todo ingreso … por esto yo
quiero decir que lo primero que debe ser hecho cuando
el ingreso es recibido es sacar el diezmo antes de hacer
cualquier otro pago. Estrictamente, el diezmo es lo
único que todos sí pueden pagar. Las tesorerías locales
deben pagar el diezmo primero y luego todo lo demás.
¿Podría ser que en esta área muchas de las
congregaciones se han robado a sí mismas incontables
bendiciones?
El segundo pago debería ser hacia los salarios de sus
empleados y no a la hipoteca y otros gastos. Sólo
después de que los salarios hayan sido pagados se
debería suplir para otros gastos. Si la casa está en
escasez, entonces una maldición es soltada sobre toda la
congregación. Si hay fondos insuficientes después de
seguir los principios del diezmo para proveer para todas
las otras necesidades de la casa, entonces las
congregaciones deben confiar en Dios para que el
milagro de multiplicación ocurra. El milagro está en
confiar y fielmente seguir las instrucciones del Señor. El
Señor no fallará en guardar Sus promesas. Si usted
prueba los principios, descubrirá que el Señor es fiel a Su
Palabra.
La Iglesia debe moverse a un estilo de vida de dar más
allá del diezmo. No puede haber cosecha sin siembra.
Esto involucra el proceso de dar fielmente diezmos y
ofrendas. Todo creyente debe comprender el potencial
sin precedentes encerrado dentro de él o ella cuando
desarrollan la cultura de dar. Ellos deben buscar dar
para que puedan dar más.
En la Reforma Apostólica las congregaciones son
llamadas a hacer una transición de la mentalidad de
“pan para el que come” a “semilla para el que siembra”.
Las comunidades apostólicas son motivadas a dar más
que a recibir. Es una parte integral del “principio del
envío”. Ellos buscan invertir en proyectos del Reino en
vez de en proyectos personales. Los intereses
personales y los deseos egoístas son suplantados para
que la agenda de Dios pueda recibir precedencia. La
cultura de dar es nacida en la pobreza de uno y no en la
abundancia de las riquezas. Las diversas necesidades del
dador siempre se opondrán al deseo de dar
liberalmente. Sin embargo, será prudente observar: uno
puede ser capaz de contar el número de semillas en una
manzana pero sólo Dios puede contar el número de
manzanas en cada semilla. Es más bienaventurado dar
que recibir.
Si tenemos que reclamar lo que está perdido, esto
involucrará aprovechar la oportunidad espiritual en un
ambiente hostil. Actualmente, está ocurriendo un gran
cambio en la Iglesia de Jesucristo. El Espíritu Santo está
soltando una unción que otorga poder a la gente para
vencer y ejercitar exitosamente el ministerio en el
mundo de los negocios. Oportunidades sin precedentes
le están sucediendo a la gente cristiana de negocios,
cuando el éxito fundamental es la necesidad para total
devoción y compromiso con el Señor. De estos
creyentes se requiere que obedezcan la Palabra del
Señor y que estén totalmente deseosos de propagar el
propósito divino en vez de sus sueños personales. Estos
individuos deben elegir vivir en la presencia del Dios vivo
en todo tiempo.
En la presente Reforma de la Iglesia debe haber una
política bíblica claramente definida, desarrollada y
enseñada a la gente. En un mundo de lamentable
pobreza y gran aflicción, la Palabra de Dios sí tiene las
soluciones para los problemas del mundo. Dios quiere
levantar la unción de José en la Iglesia. El objetivo
primario de la Reforma Apostólica es movilizar y dar
poder a la gente hasta un lugar que está más allá de la
auto-suficiencia. Es hacerlos prósperos y
extremadamente llenos de recursos, facilitando así el
proceso de edificación de Su Tabernáculo y el
establecimiento de Su Reino. Es sólo por la manera de
Dios que el mundo experimentará paz y prosperidad sin
final.
Nota del administrador (ajena al autor):
Creemos que los conceptos del autor plasmados aquí hace
casi 20 años no están muy en sintonía con lo que venimos
propagando en nuestro blog, de otros siervos. Esto se recoge
en la etiqueta “DIEZMO”, “LEY DEL DIEZMO”,
“DAR-GENEROSIDAD-DINERO-DIEZMO”.
Recapitulación
Hemos descubierto a través de las páginas de este libro
que la Iglesia está en un peregrinaje gobernado por las
directivas soltadas en los Cielos. Los propósitos de Dios
están siendo desenredados en la Tierra a través del
vehículo de las estaciones de cambio. Estas son
conocidas como momentos kairos, permitiendo que la
confluencia de las cosas espirituales se desenvuelva en
la Iglesia haciendo así imperativo que el ajuste y el
cambio sean implementados. El punto clímax de estos
momentos divinos induce niveles de crisis, los cuales
provocan una respuesta. En estos precisos momentos,
los líderes deben actuar contundentemente. Ellos
necesitan rodearse de consejo sabio. Gilgal es el lugar
que provee consejo incisivo e intuitivo. Es una señal
dirigiendo a la Iglesia para seguir en el camino de la
verdad. Más que eso, Gilgal es un campamento donde
los líderes deben parar en preparación para la próxima
fase en el viaje.
Los siguientes puntos resumen los
principios extrapolados de Gilgal, para que la Iglesia
negocie y abrace la transición dentro de la Reforma
Apostólica:
Primero, la gente debe estar mentalmente preparada
para la próxima etapa en su viaje. La reconfiguración
mental es lograda por aprender a usar la unción
profética para preparar sus mentalidades para el camino
por delante. La unción profética remueve los conceptos
y las nociones erróneas (viejos fundamentos) que
obstaculizarán el viaje hacia delante. Esta unción da
vista a los ciegos e iluminación a las mentes sin luz. Si
los líderes no reconstruyen los patrones de
pensamientos de la gente, entonces la gente se hallará
en el valle de la inactividad y la rebelión con respecto a
los propósitos de Dios.
Segundo, los líderes deben establecer los principios
apostólicos en el cimiento de lo que a ellos se les
requirió edificar. Esto involucra el proceso de edificar
por medio de seguir el patrón divino. La Biblia contiene
todos los detalles de edificar correctamente. Por medio
de asociarse con el ministerio apostólico legítimo, los
líderes involucran el espíritu del “sabio maestro
constructor”, quien está presente para supervisar el
programa de edificación. Recuerde que los apóstoles y
las congregaciones apostólicas edifican personas y no
algo más. Si la gente es edificada por medio de
involucrar sabiduría divina (no la sabiduría del mundo)
entonces Cristo estará parado en la Tierra a través de
estas “columnas”.
Tercero, percibimos que no puede haber ningún
movimiento hacia delante en ninguna nueva estación sin
soportar el doloroso proceso de la circuncisión. Sólo el
circuncidado será acreditado para ser una parte integral
de la Casa de Dios y tiene el derecho de propagar las
buenas noticias en la Tierra. Los circuncidados son la
comunidad de creyentes “nacidos de nuevo” (Nota no del autor:
un nacido de nuevo es un vencedor, no es un simple justificado por la fe, un creyente,
que muriendo a la carne cruza el Jordán y acampa en Gilgal y comienza a andar en el
espíritu), que modelan el espíritu de la verdadera comunidad,
de un modo ejemplar para la Tierra. Ellos son las epístolas de
Dios escritas y leídas por el mundo.
Cuarto, la Cruz de Cristo se convierte en el centro de
todo lo que es hecho. Los esfuerzos y las labores de la
Iglesia son meramente el resultado de la gracia de Dios.
Sin la obra meritoria de Cristo nada puede agradar a
Dios. La Pascua educa a la Iglesia con la declaración
que dice que la victoria ya está completada y que la
Iglesia puede ministrar desde un lugar de reposo.
Finalmente, las nuevas estaciones traen a la Iglesia
nuevas oportunidades. Gilgal nos enseña que Dios
quiere que comamos del producto de la Tierra. El
programa de conquista otorga poder a la Iglesia para
tomar de vuelta el lugar que le pertenece en el mundo.
Para que la Iglesia llegue a esa posición de gobierno
debe revisar la manera en la que maneja las finanzas,
debido a que la exactitud bíblica en esta área es
fundamental para su literal posesión de la Tierra.
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163 Deut. 31:7
164 Números 13:8
165 1a Crónicas 5:1
166 Génesis 48
167 Gén. 48:18
168 Números 13:8
169 Lea Génesis 41:52
170 Gén. 41:50-52
171 S. Zodhiates, referencia 6509; Génesis 41:52
172 Gén. 41:45
173 Gén. 45:7; 50:20
174 Gén. 41:16
175 Éxodo cap. 19; Éxodo cap. 33.
176 S. Zodhiates, ref. 8334 – “sharath” se refiere al servicio personal
prestado a una persona importante. Implica devoción personal y
compromiso a aquel a quien se sirve. (Josué 1:1) 177 Josué 1:3
178 S. Zodhiates, ref. 2388, Chazaq - estar atado firmemente, estar pegado,
hacer firme, ser contumaz, apoyar.
179 Josué 1:8
184 Lev. 16:11-16; Heb. 9:7
185 Lea Josué 13:1-15; 16:10
186 Previamente mencionado como tercer mundo o comunidades en
desventaja.
187 Salmos 133
188 Levítico 27:30
189 Malaquías 3:10
Bibliografía:
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Apóstol) The Cato Lecture 1969, Editorial: Paternoster
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Iglesia en el Nuevo Testamento) Editorial: Conner
Publications, Blackburn, Victoria, Australia. 2a Edición
1987
Kevin J. Conner, Interpreting the Book of Revelation,
(Interpretando el Libro de Apocalipsis) Editorial: Acacia
Press, Victoria, Australia. 1995.
Jon Ruthven, On the Cessation of the Charismata, The
Protestant Polemic on Postbiblical Miracles. (Sobre la
Cesación de lo Carismático, La Polémica Protestante
sobre los Milagros Post-Bíblicos.) Editorial: Sheffield
Academic Press, Sheffield, Australia, 1993
T. Austin Sparks. Prophetic Ministry. A Classic Study on
the Nature of a Prophet, (El Ministerio Profético. Un
Estudio Clásico sobre la Naturaleza de un Profeta.)
Editorial: Destiny Image Publishers, Shippensburg, PA,
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Merril C. Tenney, The Zondervan Pictorial Encyclopedia
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Grand Rapids, Michigan, 1975, 1976
Willem A. Van Gemeren, Interpreting the Prophetic
Word. An Introduction to the Prophetic Literature of the
Old Testament, (Interpretando la Palabra Profética. Una
Introducción a la Literatura Profética del Antiguo
Testamento.) Zondervan, Grand Rapids, Michigan, 1990
Spiros Zodhiates, Editor Gerente Warren Baker, D.R.E.
The Hebrew Greek Key Study Bible, (El Estudio Bíblico
Clave Hebreo-Griego) New American Standard Bible,
Editorial: AMG Publishers, Chattanooga, 37422, EE.UU.,
Edición Revisada 1991
Para más información sobre el ministerio de THAMO
NAIDOO y sus materiales disponibles, puede llamar a los
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