"Estoy celoso de vosotros con celos ... de Dios".
2ª Corintios 11:2, (Versión Moderna)
¡De qué manera tan cariñosa trata el anciano arpista su arpa! La acaricia y mima como si fuese un niño recostado sobre su pecho. Su vida está unida a ella. Mira como la templa. La agarra con firmeza, sacude una cuerda con un golpe rápido y punzante; y mientras tiembla como si se condoliese, él se inclina cuidadosamente sobre ella para obtener la primera nota que se produce. La nota es mala y desagradable como él se temía. Estira la cuerda con el tornillo torturador, y aunque parece que la cuerda vaya a estallar a causa de la tensión, la sacude nuevamente y se inclina con suavidad para oírla como antes, hasta que al final es posible ver una sonrisa en su rostro, cuando templa la primera y verdadera nota.
Puede ser que Dios esté obrando contigo de la misma manera. amándote mucho más que el arpista ama su arpa. Él puede encontrarte como si fueras un conjunto de cuerdas disonantes. Él toca las fibras de tu corazón torturándote un poco, se inclina sobre ti con amor, golpeando y escuchando, y al oír solamente una voz áspera de queja, vuelve a tocar mientras que Su corazón sangra por ti, esperando ansiosamente aquel grado de tirantez -"HÁGASE NO MI VOLUNTAD SINO LA TUYA"- la cual es una melodía tan dulce a Sus oídos, como la de los mismos ángeles. Él no cesará de tocar hasta que tu alma purificada por la aflicción se haya mezclado con todas las armonías puras e infinitas de Su propia existencia.- Señeccionado
¡Alma impaciente!, espera con paciencia hasta que tu Señor amoroso te haya afinado como una arpa de voz dulce y melodiosa, y entonces cantarás con profundo gozo un himno de armonía celestial.
Precioso mensaje.
ResponderEliminarGracias!!!
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