6 de noviembre
"Yo reprendo y castigo a todos los que amo".
Ap. 3:19
Dios usa a Sus siervos más selectos y elevados en las aflicciones más selectas y elevadas. Aquellos que han recibido más gracia de Dios, pueden soportar mejor las aflicciones de Dios. La aflicción no llega al santo por una casualidad, sino que ha sido enviada para él. Dios no saca su arco a la aventura. Cada una de Sus saetas va dirigida hacia una persona determinada, y no toca el seno de ningún otro, sino el de aquel a quien se le ha enviado. No es solamente la gracia de un creyente la que manifiesta, sino también Su gloria, cuando podemos sobrellevar las aflicciones con paciencia. --Joseph Caryl
¡Oh, Señor! yo no deseo
Tus misterios penetrar;Yo Tu omnipotencia veo,Y en tu omnipotencia creo;Nada quiero preguntar.
Si tanto amor nos tuvisteSiendo la eterna razón,Cristo, consuelo del triste,Dame la luz que encendisteEn la santa redención.
Dirígeme, sé Mi guíaEn la densa oscuridadIlumina el alma mía,Y a ella una chispa envíaDel sol de Tu eternidad.
"Los cristianos que tienen un conocimiento profundo de Dios, generalmente son aquellos cuyas almas han sido atormentadas grandemente. Si en tus oraciones has pedido conocer más acerca de Cristo, entonces no te sorprendas si te lleva a parte aun lugar desierto o te conduce a un horno de aflicción".
Señor, no me castigues quitándome mi cruz, sino, consuélame sometiéndome a Tu voluntad y haciéndome amar la cruz. Dame aquello con lo cual Tú puedes estar mejor servido ... y permíteme que lo posea para Tu gloria, para que glorifiques Tu nombre en mí según Tu voluntad. --Oración de un cautivo.
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